Nos levantamos por la mañana y lo primero que hicimos después de desayunar y coger fuerzas, fue ir a devolver el coche a la agencia más cercana que pudimos del centro y de ahí ya nos fuimos andando hacia el palacio de Hofburg y a empezar nuestra ruta palaciega. Todo hay que decir que de camino se pasa por mil iglesias que son una auténtica belleza, había una que incluso estaban construyendo una exposición de Leonardo da Vinci!! El Palacio Imperial de Hofburg se encuentra en Michaelerplatz, 1. y era la residencia de invierno de los emperadores Francisco José y Sissi, aquí se encuentra el famoso museo de Sisi. Está situado en el centro de la ciudad y es una impresionante construcción que no te la acabas con la vista no me extraña que lo hayan descrito como “una ciudad dentro de otra ciudad” por sus nada despreciable número de dependencias, mas de 2600…

Cuando estás delante de la entrada al palacio y ves los Hércules que aguantan la puerta de san Miguel o los gigantes de las fuentes en ambas esquinas con esas expresiones de esfuerzo, los detalles de sus manos… son increíbles!.


Cuando acabamos y asentamos un poco la comida nos fuimos a ver la Rauthaus (nuevo Ayuntamiento) con sus 112 años de antigüedad. Es una belleza de estilo neogótico y más con todas esas flores rojas que había en sus ventanas, es imponente su torre central de 98 metros de altura coronada con la estatua de bronce del caballero “Rathausmann” de 3.5m, todo un símbolo en viena.

De aquí nos fuimos a pasear por la plaza Freyund que está rodeada por varios palacios barrocos. Destaca el Palacio Kinsky (finales del S.XVII) y el Palacio Ferstel, que ahora ya no es un palacio sino un complejo comercial. Tiene un maravilloso pasadizo de cristal abovedado y repleto de tiendas, bares, es como si estuviéramos en una lujosa calle cubierta, y que al final del mismo se abre un precioso vestíbulo donde se encuentra la famosa Fuente de Austria. Seguimos callejeando y nos adentramos en el Barrio Judio (Judenplatz Wien) donde comparten protagonismo la estatua a Ephraim Lessing junto con el momento al holocausto de Rachel Whiteread, en conmemoración a los 65.000 judios austriacos que fueron asesinados entre 1938 y 1945. Es un monumento un tanto extraño pero cuando lees su significado descubres el simbolismo tan grande que tiene y lo miras de otra manera. Es un bloque de hormigón que tiene grabado miles de libros al revés, miles de historias que desaparecieron miles de judíos que desaparecieron. En la parte delantera hay una puerta sin pomo, ni bisagras y la que no se puede cruzar, dejando ese espacio que oculta vacio para siempre, como las historias de todas esas personas . El monumento lo rodean los nombres de todos los campos de concentración y exterminio donde fueron asesinados tantos judíos. Mientras preparaba el viaje a viena tenía muchas ganas de ir a la plaza Hoher Markt que es la más antigua de viena y donde se encuentra el reloj “Ankeruhr” en el que cada hora, un personaje de la historia Austriaca sale de su interior. A las 12, todos los muñecos salen al ritmo de un vals. Nosotros llegamos a las 5,30h así que nos tocó Rodolfo I de Habsburgo. Después de estar un rato recreándonos en la maravilla de los detalles de ese reloj nos fuimos a ver la famosa St. Peterkirche (Petersplatz 1010) que está inspirada en la Basílica de San Pedro de Roma, se puede visitar de lunes a viernes de 7:00 a 20:00 horas y es gratis. Es muy curioso pasear por una calle tan céntrica con tantas tiendas, tanta gente y al girar la esquina al fondo de la calle ves aparecer esta mini replica con un interior de los mas recargados de la ciudad. El altar es una locura de detalles dorados, imágenes y frescos de la anunciación y en los extremos de los bancos hay unas cabezas de querubines tallados en madera que son monísimos. No os la podeis perder!!
Como estamos al lado de la C/Graven no nos podíamos perder caminar por ella, es la más lujosa de la ciudad, allí en medio se puede ver la famosa “Columna de la Peste” (Pëstsaule) mandada construir por “Leopoldo I” agradeciendo el fin de la peste en 1679 que se llevó a más de cien mil personas. También entramos a curiosear en la tienda de Swaroski que es increíble, daba miedo hasta moverte por si rompías algo y ya no te dejaban salir, mientras estuvimos allí unos turistas árabes en menos de 5 minutos compraron una figura de un tigre bastante grande que costaba casi 6000€ y que se lo enviaron directamente a su casa…vaya lujo!!
Después de ver unas cuantas tiendas más y entrar en algunas perfumerías a descubrir las próximas novedades llegamos caminando a la Catedral de San Esteban (Stephansdom): C/Stephansplatz 3, que es la iglesia principal de la archidiócesis de Viena y la sede de su arzobispo que está en pleno centro. Después de pasear un rato por su interior y recrearnos en su pulpito gótico de Pilgram y el altar mayor de estilo barroco seguimos la ruta yendo a ver la casa de Mozart que está justo detrás de la catedral (Domgasse 5) donde vivió 3 años y compuso las famosas “Bodas de Figaro”, la vimos por fuera porque ya era bastante tarde y estaba casi todo cerrado. Callejeando por esa zona hay unas tiendas preciosas y un pequeño callejón con restaurantes y una tienda de navidad que es como entrar en Diciembre de golpe, me imagino que debe de ser así como será toda viena en navidad, y con esta bucólica imagen nos fuimos en dirección al metro para cenar en casa y coger fuerzas para el día siguiente.