Otro gran día había llegado. Tras descansar como es debido, nos despertamos a las 6:45 y pasamos por el 7/Eleven para comprar bebidas y algo de desayuno por 75 THB, nos encontramos con nuestros compañeros de viaje y nuestro barquero en el puerto y partimos puntuales hacia Koh Phi Phi Leh. Maya Bay sería nuestra primera parada.
Disfrutamos del increíble paisaje y nos fuimos tomando fotos en el long tail con los karts de Koh Phi Phi Leh de fondo. Eran inmensos.

Tras media hora de trayecto, nos acercamos a Maya Bay. A esas horas el sol aún estaba bajo y las altas cumbres de la isla no le dejaban paso, pero ya podíamos adivinar el bonito azul del agua. Cuando atracamos vimos que sólo había un par de long tails más y sonreímos satisfechos por haber conseguido nuestro objetivo de visitar la playa en soledad, pero primero hubo que pagar la tasa de 400 THB para su conservación que cobran a todos los turistas. Hay que tener en cuenta este gasto porque no suele ir incluido en los tours y encarece bastante la visita, es por eso por lo que quisimos compartir embarcación para abaratar el total.

El barquero nos recomendó que primero echáramos un vistazo al Loh Samah Bay, al otro lado de la isla….y allí que fuimos andando sobre una fina arena blanca, rodeados de palmeras y envueltos de nubes de mosquitos. Repelente más que obligatorio.

Nos hicimos una foto desde el mirador de esa bahía, perfecta para los amantes del snorkel y regresamos de nuevo a Maya, para centrarnos por fin en el objetivo que nos había llevado a esa parte del país.


Es cierto todo lo que nos habían contado y habíamos leído. La playa es maravillosa. Lástima de nuevo que no estuviera todo lo limpia que debiera y más teniendo en cuenta la tasa de conservación que hay que pagar. Yo lo hago encantada, pero me gustaría verlo reflejado porque no me puedo creer que con todo el dinero que recaudan al día no puedan tener esa zona sin una mota.
Recorrimos la playa y nos bañamos antes de que comenzaran a llegar el resto de los barcos. Una hora después, la afluencia de turistas era bastante elevada y la mañana sólo acababa de empezar. No me quiero ni imaginar cómo sería a medio día.
Durante el baño nos percatamos de que el agua estaba llena de unos pequeños gusanillos transparentes con motas negras. Dedujimos que era el plancton luminiscente… hubiera sido una pasada poder estar allí de noche para comprobarlo.
Satisfechos con la visita, pusimos rumbo a Pileh Lagoon pasando por Lo Samah Bay. La laguna si que era una auténtica pasada. Aguas turquesas y cristalinas, completamente en calma y miles de peces de colores que se acercaban cuando el barquero les tiraba un puñado de arroz.

Lamentablemente la GoPro me empezó a fallar y no se guardaron ninguna de las fotos y videos que hice bajo el agua. Más tarde descubrí que era por falta de espacio en la tarjeta de memoria aunque la cámara indicaba que aún quedaban 10 minutos de grabación.
Hicimos algo de snorkel con el material prestado por el barquero, solos en medio de la laguna y saltamos varias veces de la barca a esa maravillosa “piscina”.
Después de un largo rato nos marchamos y pusimos rumbo de vuelta Koh Phi Phi Don pasando antes por Viking Cave.

Llegamos a la isla casi a las 12 de la mañana, pagamos al barquero y fuimos al hotel hacer el cambio de tarjeta de la GoPro y a comer bien prontito para disfrutar de la playa antes de que bajara la marea, pero antes compramos ya los billetes para marcharnos al día siguiente a Ao Nang. Había varios ferrys para Krabi, pero sólo dos para Ao Nang y uno de ellos, el que queríamos tomar nosotros a las 10.00, no estaba disponible en todas las agencias y los precios de una a otra variaba bastante. Al final lo conseguimos al más barato, 350 THB cada uno.
Comimos en October, donde pedimos un orgininal pad thai envuelto en huevo y un curry panang… solo para valientes. Muy picante.

Hasta el momento habíamos seguido la recomendación de evitar tomar hielo por desconocer la procedencia del agua pero yo no me pude resistir a la tentación y me pedí un smoothie de coco natural que me supo a gloria. La cuenta fue de 330 THB.
Después nos decicamos a relajarnos por fin en Ao Lo Dalam hasta que bajó la marea.

Cuando lo hizo, volvimos a nuestra piscina del hotel donde pasamos la tarde hasta que se acercara la hora del atardecer. Nos duchamos y seguimos las señales de la ruta de evacuación en caso de tsunami para ir a View Point.
Cuando dudamos del camino a seguir, preguntamos a un local que nos mandó por un camino dentro de un hotel que parecía no tener salida, así que, inconscientes de nosotros, seguimos cuesta arriba la única carretera de la isla y nos dimos una caminata de aúpa hasta llegar a la cima. Eso sí, mereció absolutamente la pena.
Pagamos 30 THB cada uno para acceder al mirador y observamos un atardecer precioso sobre la isla.

¡Qué afortunados éramos de poder estar disfrutando de todo aquello!
Cuando el sol se marchó, descendimos esta vez por el camino correcto, unas escaleras que nos llevaron hasta el punto que nos había indicado el señor al que preguntamos. Habíamos sudado tanto en la subida que tuvimos que volver a ducharnos antes de salir a cenar. Esta vez teníamos claro el lugar, una barbacoa callejera que habíamos visto la noche anterior entre Lo Dalam y la zona de pubs.

Se nos iban los ojos, queríamos probar todo y finalmente pedimos pollo frito, alitas agridulces, una brocheta de tofu y otra de langostinos con una botella de agua, todo por 230 THB ¡Qué gran cena! El sabor era delicioso y la textura perfecta, crujiente por fuera y tierno por dentro.
Acabamos, como no, con dos rotees por 90 THB y nos marchamos a descansar muy felices por toda nuestra estancia en Koh Phi Phi. Al día siguiente cambiábamos de destino y comenzaba la recta final.
GASTOS DEL DÍA PARA 2 PERSONAS
Desayuno: 75 THB
4 Horas de Long Tail privado a Koh Phi Phi Leh: 1000 THB
Tasa para conservación en Maya Bay: 800 THB
Ferry a Ao Nang para el día siguiente: 700 THB
Comida: 330 THB
Entrada a View Point: 60 THB
Cena: 230 THB
Rotees: 90 THB
TOTAL: 3285 THB