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Toda la noche se la pasó lloviendo, pero hemos de decir que la lluvia nos respetó el día de antes y también nos respetaría la mayor parte de la jornada que se presentaba, aunque estuvo lloviendo a ratos, nos hizo un día bueno en general.
Nos despertamos bien temprano, ducha y desayuno. Recogimos todas las cosas y maletas al maletero de nuevo. Lo mismo que la noche anterior, dejamos las llaves de la cabaña encima de la mesa, cerramos la puerta y vuelta al coche a emprender la ruta de este nuevo día.
Nuestra primera parada: la impronunciable cascada Seljalandsfoss, una de las cascadas más chulas que vimos.
SELJALANDSFOSS
Aparcar también nos costó dinero. Ahora mismo dudo si fueron 500 o 700 ISK, pero por ahí iba la cosa. El aparcamiento está justo al lado de la cascada, por lo cual no se anda demasiado. Lo que no vi fueron baños, y como es un sitio donde se pasa frío o al menos te mojas, también había una caseta donde servían bebidas calientes y otra de souvenirs.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
A medida que te vas acercando a la cascada ya ves el vapor del agua. Hay que ir bien preparado para pasar por detrás, porque es impepinable mojarse. Y un consejo, si llevas gafas, ese día usa lentillas, porque es muy incómodo usarlas
Para echar alguna foto detrás de la cascada usamos el móvil, pero el pobre acabó...no sé cómo no se estropeó.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La cascada tiene 60 metros de altura y a mí me encantó, pero he de reconocer que lo de pasar por detrás no fue lo más cómodo del viaje. Además llevábamos la cámara encima y acabamos con la ropa empadada, etc. De todas formas nos fue bastante bien tanto la ropa como el calzado impermeable que llevábamos, pero no llevaba los puños del cortavientos bien ajustado y me caló agua al estar haciendo fotos. Igualmente es totalmente recomendable la experiencia de situarse detrás de un chorro de agua de ese calibre.
Si rodeas toda la cascada después hay que subir por unas rocas empapadas por las que hay que tener un poco de ojo para no resbalar. Después de la pequeña subida hay un mirador.
Después de Seljalandsfoss se sigue un camino por el que van cayendo pequeñas cascadas, hasta llegar a la cascada 'escondida' Gljufrafoss.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Teníamos constancia de que para llegar a la cascada podías mojarte los pies, pero llevábamos calzado Goretex, así que íbamos súper confiadas.
Nos asomamos a la entrada de la cascada y había, además de un montón de gente entrando y saliendo, una señora controlando el acceso y las salidas
Vamos, parecía Port Aventura. Además de eso, vimos a gente poniéndose directamente botas de agua que les tapaban hasta las rodillas y pasando por medio del río, sin duda la opción más fácil. A Bea se le empezaron a quitar las ganas de entrar, pero yo me animé a probarlo. Me puse en la fila de gente...sí, había fila y todo.
El acceso no era nada fácil, había bastante caudal y las piedras que tenías que ir pisando, a parte de ser pequeñas se movían y estaban pegadas a la pared, por lo que maniobrar no era facil y menos con 5 capas de ropa. Además estaban una a cada kilómetro, y es que no me llegaban las piernas!!
Era inminente que iba a acabar metiendo los pies en el río, y meter los pies era meter el pantalón hasta el gemelo y como que no me apetecía demasiado por muy bonito que fuese el panorama con el frío que hacía. Así que me planté ahí en una piedra como pude, eché la foto, me giré y le dije a los de atrás que tenían que recular para que yo pudiera salir...El tío cerró la boca con fuerza y esbozó una sonrisa pero en el fondo se estaba cagando en mí fuertemente. Y lo entiendo porque yo hubiese hecho lo mismo.
Resumen para los que sois un poco torpes como yo, decidle a un amigo/a que entre y os eche una foto. O id en verano que al menos no hace tanto frío.
Y aquí mi gran obra de arte premio National Geographic 2018:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Después deshicimos el camino hasta el coche con intención de ir a la siguiente cascada del día: Skógafoss. Por el camino seguimos echando fotografías, porque la cascada es bonita desde muchas perspectivas. Al menos hay que dedicarle una horita para ver las dos cascadas.
De camino a Skógafoss paramos delante del volcán Eyjafjallajökull (seguimos en la línea de los nombres fáciles de recordar y pronunciar). Detrás de esas casitas está el volcán y detrás nuestro estaba el centro de visitantes del Eyjafjallajökull.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Este fue el famoso volcán que en 2010 la lió parda con el tráfico aéreo y está cubierto parcialmente por un glaciar. Además la carretera y el paisaje es de lo más pintoresco y bonito.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Al final tienes que proponerte no parar más porque sino no llegarías nunca a tu destino, pero cuesta. Es difícil no pararse.
Llegando a Skógafoss...
SKÓGAFOSS
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Nos reciben las ovejitas...
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Un corto camino de tierra nos lleva hasta el aparcamiento. Muchos coches y mucha gente en las inmediaciones.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Esta allí nos aparece un arco iris, que aún hace la visita más mágica. Es bastante habitual verlos.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Skógafoss tiene 60 metros de altitud y también es una de las más famosas de la isla. Según una leyenda uno de los primeros vikingos de la isla escondió un tesoro detrás de la cascada. Si se sube la escalera que hay al lado de la cascada, además de tener otras vistas de la misma, hay rutas que seguir entre glaciares, aunque son un poco largas.
Hay una ruta que son casi 24 km y te permite ver los restos de la explosión del Eyjafjallajökull (por más que lo escribo no hay manera), aunque no hace falta hacerla entera, si se hace algún trozo ya merecerá la pena, pues se pasa por un montón de cascadas, etc. De hecho se puede llegar hasta Landmannalaugar, en las tierras altas, pero con suficiente tiempo disponible y en verano, lógicamente. Y aún así yendo bien preparado.
Si se tiene tiempo vale la pena dedicar más del típico rato para ver la cascada, aunque nosotras no lo teníamos...
En vez de eso teníamos que poner rumbo a Vik.
Antes de llegar a Vik paramos en el faro Dyrhólaey. Decir que la carretera hasta aquí es bonita es quedarse muy corto!
*** Imagen borrada de Tinypic ***
DYRHÓLAEY
Comentar que al tomar el desvío hacia el faro, la carretera era de grava y había un cartel que ponía que sólo podían acceder vehículos 4X4, pero arriba había turismos normales, y en Islandia hay carreteras que se supone que son aptas para coches normales que me parecieron peor que esa, pero dicho queda...
Aparcamos arriba, al lado del faro. Aquí no se paga ni nada.
El nombre Dyrhólaey es el que recibe el arco de piedra y las vistas hacia todos lados son impresionantes...
Aquí habitan, en otras épocas del año más calidas, los frailecillos atlánticos (puffins), tan bonitos y tan buscados por los fotógrafos. De hecho es una importante reserva, uno de los sitios donde más anidan en todo el país, esta y otras aves menos 'emblemáticas'.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una playa de arena negra...
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Y al lado, contraste verde
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Al otro lado tenemos vistas a la playa de Reynisfjara.
REYNISFJARA
Me encantó subir hasta el faro, de verdad que las vistas son magníficas. Después seguimos hasta esta famosa a la par que peligrosa playa.
Además de por su arena negra, que contrasta con la blanca espuma del mar, esta playa es famosa por sus columnas de basalto en forma de precipicio. Dejamos el coche en el aparcamiento que en principio es gratuito o yo no me percaté de lo contrario. También había baño y cafetería y un montón de autobuses turísticos.
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Las rocas que vemos al fondo, metidas en el agua, son las rocas de Reynisdrangur. Según la leyenda tres troles estaban robando un barco cuando fueron sorprendidos por la luz del sol. Aunque en la foto sólo se vería a uno de los trolls, porque los otros quedan detrás, y el otro pico que se ve sería el mástil del barco.Otra de las leyendas cuenta que una mujer fue secuestrada y asesinada por tres trolls, y su marido persiguió a éstos y los congeló.
También podéis ver como la gente pasa de todo y se ponen en la orilla que les falta sacar la tumbona... Vimos a unos siendo sorprendidos por una ola y cómo se mojaban hasta las rodillas, sin exagerar. Un cartel (y muchos vídeos en Youtube) avisan de los peligros del tipo de olas que rompen en esta playa.
Son olas que pueden aparecer en cualquier momento, son muy violentas y suben muchísima distancia, pudiendo arrastrar a todo el que se encuentre por medio. Recomiendan una distancia de 30 metros. El último accidente mortal ocurrió el año pasado... pero ahí estaban incluso unos 'padrazos' con un niño pequeño, esquivando olas en plan jiji...yo alucino.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Una cueva con techo de basalto llamada Hálsanefshellir:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Otra perspectiva, con Dyrhólaey de fondo:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Todos queremos posar junto a las columnas basálticas y creédme, hay poses de lo más extravagantes. Yo opto por la discreción
.
Volvimos al coche dirección Vik y paramos al lado de una iglesia que tenía el tejado de color rojizo, parecida a la de Vik. Como era la hora de comer, allí mismo, al lado del coche, nos montamos el picnic discretito.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
VIK
Después nos trasladamos hasta Vik, que estaba súper cerca. Dejamos el coche aparcado al lado de la iglesia y subimos a una colina que había para echar una foto de la iglesia con un poco de distancia. Allí arriba estaba el cementerio. Menudas vistas para descansar, sinceramente.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
*** Imagen borrada de Tinypic ***
En estos momentos teníamos la enorme necesidad de ir al baño, así que bajamos con el coche hacia la carretera principal del pueblo y paramos al lado de un centro comercial, donde había restaurante, cafetería, tienda de recuerdos, supermercado y baños.
Nos tomamos un café y un te porque no sabíamos que el baño se podía usar de gratis
Después volvimos al coche y continuamos dirección Kirkjubaejarklaustur (qué armonioso nombre), porque teníamos el alojamiento allí cerca.
De camino, al lado mismo de la carretera encontramos un paisaje súper curioso: Laufskálavardða. Una colina de lava que está llena de montañitas de piedra. Es una antigua y tradicional costumbre y las hace la gente porque se supone que dan buena suerte. Nosotras no la hicimos y seguro que por eso no vimos auroras como dios manda...
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La verdad es que es un curioso encuentro yendo por la carretera porque te lo encuentras de repente. El nombre viene de una gran y antigua granja llamada Laufskálar y que estaba en las inmediaciones y que se destruyó a causa de la erupción del volcán Katla. Este montículo de lava es la consecuencia de aquella europción.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Volvimos al coche y ahora hay que contar una de las estupideces del viaje. Seguimos por la ring road hacia el alojamiento y vimos una entrada de tierra, a lo lejos una cascada. Cruzamos el puente con el coche y lo dejamos allí un momento para echar alguna foto. Había bastante árboles para lo que habíamos visto -y lo que vimos- en Islandia y nos llamó la atención.
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Mientras estábamos allí vimos que entraron dos o tres coches y todos seguían por el camino...pero nosotras no sabíamos a dónde iban. Pero es que no nos enteramos hasta el día siguiente...resulta que por esa carretera se iba al cañon de simpático nombre, Fjaðrargljufur y no vimos el cartel. O a lo mejor sí que lo vimos pero con semejente nombre sufrimos un cortocircuito...
Lo que sí que vimos fue este cartel tan gráfico:
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Total, que con la buena tarde que teníamos para haber dado un paseo por allí, volvimos al coche haciendo gala de nuestra ignorancia viajeril y seguimos la carretera.
Paramos en el pueblo de Kirkjubaejarklaustur a poner gasolina, pero lo tuvimos que hacer en dos intentos, porque en el primero lo probamos con la tarjeta de débito y no nos dejó. Luego descubrimos que era porque sólo se podía con la de crédito. Le echamos 5000 ISK, porque si le das a la opción de llenar el depósito te hacen una retención en la tarjeta de la cantidad de dinero que vale llenarlo entero
Menos mal que esto sí que lo sabíamos... Igualmente no se terminó de llenar del todo, pero ya íbamos bien servidas.Allí al lado de la gasolinera cogimos una carretera, que en un momento nos llevó a una cascada de la que no teníamos constancia, pero fue una agradable sorpresa, porque sólo había dos personas y cuando llegábamos ellos se iban. Dejamos el coche en una gran explanada que había y llegamos en cinco de minutos andando a la base de la cascada.
STJORNAFOSS
*** Imagen borrada de Tinypic ***
La cascada es pequeñita para lo que se puede llegar a ver allí, pero es muy bonita y encima podíamos hacer fotos sin que salieran otras personas
*** Imagen borrada de Tinypic ***
Ya estaba anocheciendo y nuestro próximo destino era ya el hotel. Lo teníamos muy cerca. Esta vez estábamos en una especie de hostel, que tenía edificios con habitaciones dobles y luego cabañas independientes.
La verdad es que llegamos fácil, pero fue un lío encontrar la recepción y nuestra habitación. Había que dar un pequeño paseo hasta el restaurante, donde a la vez hacían la recepción. Allí nos dieron la llave de nuestra habitación, que estaba en una planta baja.
Nuestra habitación era doble, con dos camas individuales y wc privado. La ducha estaba en una habitación en el pasillo y era compartida entre tres habitaciones.
Dejamos nuestras maletas en la habitación y fuimos andando al restaurante para cenar. Al lado mismo estaban dos hot tubs que en principio eran de uso gratuito, pero estaban un poco lejos de cualquier habitación, y el frío que se tiene que pasar para ir hasta allí en toalla tiene que ser curioso.
Pedimos para cenar pescado con patatas y ensalada. No nos terminó de gustar mucho, pero los chicos eran muy amables. Nos fuimos a la habitación a descansar. Aunque era bastante temprano nos acostamos pronto porque queríamos madrugar para no coincidir en la ducha con nadie y salir pronto, porque el día siguiente venía cargadito.
Se supone que también estábamos en un buen lugar para ver auroras porque estábamos lejos de la contaminación lumínica que supone un pueblo o una ciudad, pero también estaba súper nublado y también estuvo lloviendo toda la noche.
El alojamiento se llama Hörgsland Guesthouse y nos costó 90€ con el desayuno incluido, que no estuvo nada mal, pese a que la cena no nos gustó mucho. Estuvimos alojadas en el edificio de habitaciones, no en cabañas, y por el precio que pagamos yo lo vi bastante correcto teniendo en cuenta los precios en la zona donde estábamos.
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