Se dice Flom, no Flam ✏️ Diarios de Viajes de Baltico y Fiordos

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Flam y su famoso tren es otro de los recorridos estrella de este crucero. Hay gente que viene entusiasmada del trenecito, otros opinan que no es para tanto. ¿Y tú qué piensas Pantomaca?
Yo como soy de natural generoso y desprendido entiendo a todos. Vamos a ver, si llevas 4 días en un crucero (porque lo empezaste en Trondheim) viendo verde y cascadas por doquier. Ya has visto la entrada de Hellesylt a Geiranger con las 7 hermanas y el pretendiente y te toca ir a Flam en julio o agosto cuando igual la nieve se ha derretido o igual en un día nublado o lluvioso. Pues es muy probable que pienses que es más de lo mismo y no te impresione tanto.
Pero si tienes suerte como yo y pillas un día soleado con la nieve en su punto justo y sin haber visto todavía Geiranger, pues la naturaleza te sorprende en todo su esplendor, te dejas llevar por la magia del momento y disfrutas como una niña la mañana de navidad. Vamos que para mi Flam y su tren, recomendadísimo, de 10.
Y es que el tiempo en Flam no es cuestión baladí. En el tren recibes un folleto explicativo (y también te ponen un video) con fotos y descripciones de cada parada. Pues bien, era más bonito lo que yo vi que lo que mostraba el folleto (y eso que supongo que estará muy estudiado para parecer atractivo) cada parada del tren parecía una postal. Pasabas de la más insultante primavera al invierno más típico y nevado. Daban ganas de pararte en todas las estaciones para revolcarte en la hierba o hacer una pelea de bolas de nieve. Lo dicho, un libro de postales.
En Flam tuvimos un percance con Pullmantur. Pero yo me hecho a mi misma parte de la culpa porque lo planifique mal. Afortunadamente aquí sí que pude rectificar. Os explico.
Si pretendes coger el tren de Flam por tu cuenta tienes un problema. Las entradas solo se pueden coger a través de la página web de la oficina de turismo y te piden un mínimo de 10. Además son caras. Así que u organizas un grupo de 10 personas que vayan contigo a la misma hora o te va a salir la broma a precio de salmón noruego del bueno.
Hay otra opción que consiste en cogerlas directamente allí al bajar del barco, lo que pasa es que entre las que reserva la naviera y las que reservan los grupos independientes, y si encima pilla que algún otro barco llega antes que el tuyo pues puede ocurrir que te quedes sin ninguna. O que sólo queden para un horario en el que ya no te cuadre para volver al barco.
¿Es esto muy grave? Pues hombre, yo creía que sí, que Flam eran cuatro casas y que quedarte sin subirte al tren era el apocalipsis y que los cielos se abrirían y Dios te señalaría con un dedo llameante y te gritaría: ¡Hereje! ¡Cómo es que fuiste a Flam y no te subiste al tren!
Pero ahora que ya lo he visto si yo me volviera a encontrar en esta tesitura me alquilaría una bicicleta y me dedicaría a recorrer el camino perfectamente señalizado y asfaltado que corre paralelo a las vías del tren. Y es que cuando llegas allí te das cuenta de que el tren es sólo una opción. Hay gente que lo hace en bici, andando, etc…hay miles de rutas y los mochileros abundan por doquier. Claro, que también de pende del tiempo que tengas para hacer la ruta.
La naviera y las excursiones paralelas te dan otra solución, contratas con ellos te cobran un poco más de lo que cuesta el tren y te ponen una guía. La guía para mí que sobra. Que sí que el tren es una obra maestra de ingeniería y que tuvieron que cavar todos los túneles a mano con una cucharita de café, pero eso ya te lo dicen en el folleto y en el video explicativo.
Lo que está claro es una opción para reservar el tren sin tener que comprar las 10 entradas. Las de la naviera son bastante más caras que las de los grupos independientes, y el viaje es el mismo, así que como comprenderéis yo reservé mi billete de tren de esta manera.
¿Qué paso? Flam tiene también otra excursión estrella, que es cogerte un barquito y recorrerte el fiordo. (No voy a opinar de esto porque no la hice, ahí tenéis a san Google para ayudaros). Muchos de mi grupo decidieron hacer las dos cosas: dos horas para el tren y dos horas para el barco en una escala de 8 de la mañana a cuatro de la tarde, sobraba tiempo.
Sobraba tiempo hasta que a Pullmantur se le ocurrió desembarcar mediante tenders (en un puerto en el que siempre se desembarca a pie) y no nos dio tiempo a coger el tren. La gente dice que lo hicieron a posta, no sé. Por lo que he investigado hay tortas por conseguir un amarre en Flam en las fechas de turismo, igual se despistaron o igual esto era más barato, no lo sé.
¿Qué hice yo mal? Bueno, yo no tenía contratado el crucero. Como os expliqué en la otra etapa a mí me gusta andar y tenía pensado pararme en Harina (la última estación antes de Flam) y hacer parte del recorrido andando. Así que en vez de aceptar lo que me dijo la de turismo y coger el tren de las 9 debería haber formado un grupo paralelo con los que sólo queríamos tren y haber pedido en turismo billetes para el de las 10 y así evitar imprevistos.
Pero claro, por un lado cuando cogimos los billetes no éramos muchos (y pensamos que igual hasta sobraban) y por otro lado no sabíamos que nos iba a tocar desembarcar en tenders.
Así que llegamos a la estación de tren a las 9:40. Compuestos y sin tren. ¿Qué hice yo? Meterme como una bala en la estación y reservar dos billetes para el tren que salía a las 11. Menos mal que se nos había ocurrido bajar dinero porque justo detrás mío llegó el mogollón de otro barco (Royal, creo) y otro grupito de españoles que lo intentó tres minutos después que yo ya se quedó sin entradas.
El resto de mi grupo no podían coger ese tren ya que tenían el barquito a las 11. Así que os podéis imaginar lo contentos que estaban con Pullmantur.
En fin, en mi caso sí que me puede subir al tren. Estuvimos deambulando por la zona hasta las 11 y luego a disfrutar. La pena es no haber podido coger un tren antes porque me hubiera dado tiempo a bajarme en alguna estación más (puedes bajarte y subirte donde te apetezca). Por ejemplo en Myrdal, en donde el paisaje nevado era maravilloso.
Mi recomendación para el tren es que si lo coges en la estación de Flam, te sientes en la zona derecha del tren (dejando el puerto a tu espalda), dirección a la marcha, zona derecha. Es donde verás más cascadas.
Aunque en realidad esto da un poco igual, ya que todo el mundo se levanta, se cambia de asiento, te dan consejos de cómo tienes que tomar la foto (es que me senté al lado de un australiano un poco pesado que no paraba de decirme a qué y cómo tenía que fotografiar)
Una de las cosas más comentadas de este tren es la parada en la cascada Kjosfossen un punto muy fotográfico donde al parar el tren te da tiempo a bajar, y hacer unas fotos mientras te salen las ninfas a bailar.
Creía que sería algo un poco cutre, pero la verdad es que la música es bonita y entre el agua que suelta la cascada y la niebla queda muy místico todo, está curioso cuanto menos.
Tras Mydar, el tren para (no mucho) sube gente (así que si te bajas al baño te arriesgas a quedarte sin tu asiento) y se repite exactamente el mismo viaje que a la ida, con los mismos, comentarios, mismas paradas y mismos bailes de las ninfas. Hay gente que como ya lo ha visto, hasta se duerme o no baja.
Yo sí que baje porque la primera vez estaba más pendiente de las fotos que de las ninfas y así la segunda pude fijarme bien en las chicas y apreciar más el baile.
La parada de Harina está a 3 km antes de Flam, no te preocupes que se baja muchísima gente así que te darás cuenta. Aún así nosotros nos cogimos a un grupo de independientes del barco (como nosotros) que se apuntaron a ver qué encontrábamos. Y me tomaron por su guía y líder (Pobres. No sabían dónde se metían)
Recomiendo muchísimo bajar en Harina. No tiene pérdida. Según bajas del tren vas a hacía las casitas, allí está la iglesia de Flam, de madera y con su libro de visitas. Luego puedes ir siguiendo el rio por el ramal de la derecha o el de la izquierda.
Nosotros fuimos por el de la derecha, siempre mirando hacía Flam. Tardamos casi dos horas en llegar porque todo nos llamaba la atención:
Las casa con sus jardines perfectos y sus adornos de madera, los huertos, las miles de flores de los campos, las cabras, las cascadas. Había un molino de agua para hacer pan y cebada y un lugareño nos explicó cómo funcionaba. Nos paramos en todos los puentes. En definitiva, disfrutamos del paseo.
¿Habré dicho como unas 40 veces que si sigues el rio el camino no tiene pérdida, verdad? Pues sí, nos perdimos.
(Pausa dramática)
El caso es que no sé donde leí que en el último tramo había que cruzar la vía del tren (mentira cochina, seguid el rio u os pasará lo que a mí) seguimos el camino y nos subió hasta una granja de vacas (eso ponía el cartel) llena de verdes prados, caballos y vacas.
El desvió nos añadió una media hora larga más a la ruta. Lo bueno es que pudimos ver unas vistas desde la zona de arriba del fiordo y del barco atracado. Bajamos corriendo y llegamos justo a tiempo a coger el último tender (oficial, porque los de las excursiones de Pullmantur SIEMPRE se retrasan) y llegamos justo a tiempo a que nos dieran de comer en el Miramar.
Lo dicho, para mí Flam fue una escala perfecta que guardaré en el recuerdo con muchísimo cariño. Aunque si volviera otra vez intentaría hacer un subgrupito por mi cuenta para poder coger el tren más temprano y bajarme en dos o tres paradas más. Pero creo que merece la pena dedicarle toda la escala al tren, bien aprovechado la llena con creces.

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