Localización:Baltico y FiordosFecha creación: 11/06/2017 17:57⭐ Puntos: 0 (0 Votos)
Bueno, pues aquí estoy, en el Costa Favolosa, en mi cómodo camarote y escribiendo este diario.
He decidido escribirlo directamente desde el barco porque así estoy segura de que no se me olvidarán los detalles y, además, luego me dará menos pereza, que últimamente estoy muy vaga.
Voy a estructurar este diario por etapas, una para cada día del crucero y una más para los detalles previos y los consejos.
Salimos de casa el sábado 27 de mayo a una hora prudencial, las 9,30 de la mañana porque nuestro vuelo salía de Madrid a las 11,25, así que no había prisas de ningún tipo. Íbamos cargados porque en el mes de mayo el tiempo puede jugarnos cualquier mala pasada, así que hubo que cargar con anoraks, cortavientos, jerseys y ropa de entretiempo, aparte de calzado para diferentes climatologías, total 2 maletas a facturar y 2 en cabina.
Llegamos al aeropuerto sin problemas y con tiempo y aquí tuve mi primera sorpresa de lo que es “viajar a lo grande”. Os lo explico: reservé los vuelos a Copenhagen en una de esos black fridays aprovechando las ofertas y conseguí billetes bussines para la ida (sólo la ida) a precio normal: tampoco tenía muchas más opciones, eran los únicos billetes que quedaban. Bueno, pues a lo que voy, que me desvío. Cuando llegamos al control de equipajes había unas colas enormes y al presentar los billetes nos derivaron hacia otro punto por donde entran los VIPS, así que nada de colas y acceso prioritario. ¡Qué bien!. Nos fuimos a la Sala VIP a hacer tiempo hasta la hora de embarque y allí nos leímos los periódicos y nos aprovisionamos de agua. Cuando pusieron las puertas de embarque tuvimos la suerte de que estaban al lado de nuestra sala y, luego, también disfrutamos de embarque prioritario.
Cuando tienes la suerte de conseguir billetes de clase superior pues lo disfrutas porque no es habitual viajar así y ¡menuda diferencia!: un asiento libre entre cada viajero, mayor espacio entre filas, baño exclusivo, comida incluida y todo. Y fue una suerte porque llegamos a Copenhagen sobre las 15 horas y hubiéramos llegado muertos de hambre.
El aeropuerto de Copenhagen es muy cómodo, está muy bien señalizado y no te pierdes, aunque seas nuevo en esto de viajar, solo hay que tirar “palante”, recoger las maletas y seguir “palante”.
Como íbamos justos de tiempo decidimos coger un taxi para llegar a tiempo y sin sobresaltos pero no se si dimos con el tonto del lugar o los tontos éramos nosotros y deberíamos haber sabido de dónde salía el barco. La cosa es que nuestro taxista era árabe y hablaba danés y algo de inglés así que nos costó entendernos y él erre que erre que había dos puertos y que a cual íbamos y nosotros sin saberlo. Al final San Google resolvió el problema y conseguimos saber que íbamos al puerto de larga distancia. ¡Por fin íbamos derechos a nuestro destino! Sí, sí, derechos. Más bien torcidos porque cuando llegamos al puerto allí no estaba el Costa Favolosa y eso que había un cartel que decía que estaba allí. Pero no, una mole así no se esconde tras una gaviota, así que algo pasaba. Yo estaba de los nervios, me decía mira que todavía perdemos el barco. Y en medio de todo, vimos a lo lejos una chimenea amarilla y negra. ¡Allí!, grité, ¡allí!. Y el taxista miraba sin ver, hasta que mi marido consiguió enseñarle dónde estaba el barco. ¡Hale de vuelta por donde habíamos venido! Y, como a unos 5 km. Del punto donde estábamos, encontramos, por fin, al Costa Favolosa.
En la terminal te recogen las maletas (hay que llevar bien visibles las etiquetas de identificación) y luego se pasa a la sala de embarque que encontramos vacía, absolutamente nadie, así que hicimos los trámites sin esperas y cómodamente.
Nos tomaron la foto de rigor para la seguridad del barco, escanearon nuestras escasas pertenencias y nos indicaron como llegar a nuestro camarote.
¡Por fin! ¡Ahora si que ya no me quedo en tierra!. Entramos en el camarote con ánimo curioso y lo exploramos detenidamente, abriendo todos los cajones y fisgoneándolo todo. Tenemos una suite, así que es un camarote amplio y, la gran sorpresa, una bañera de hidromasaje en el camarote.
Realmente no hay mucha diferencia entre un camarote con balcón y una suite, la bañera, algo más de espacio y un balcón más largo, poco más. La diferencia está en las otras cosas: el paquete “interditore” de bebidas, el minibar gratis, unos canapés de bienvenida y una botella de champán, fruta en la habitación y el restaurante Club Favolosa, pequeño y acogedor, con una comida exquisita y en donde puedes comer sin ruidos y alboroto y donde no hay turnos sino que uno llega cuando le apetece y ya está; con mucho lo mejor del paquete.
Yo cogí la suite porque en octubre, cuando reservé el crucero, ya no quedaban libres (en la oferta) más que las suites y algún camarote interior. Como soy del Club Costa me enviaron una oferta especial para socios y he pagado lo mismo por la suite que si hubiera contratado un camarote con balcón sin la oferta. ¿merece la pena pagar más por una suite?. Depende, si piensas contratar el paquete de bebidas y alguna tontería más que esté incluida en la suite, pues bueno, por el mismo precio tienes todo el lote, pero en caso contrario no, el camarote no es mucho mejor que el exterior con balcón pero no hay que olvidar el restaurante que es mucho mejor que los otros.
Bueno, pues os sigo contando. Nos dio el tiempo justo de deshacer las maletas antes del simulacro de salvamento y, esta vez, se lo tomaron en serio: nada de fotitos y tonterias y pasaron revista y comprobaron que todo el que había embarcado ese día estuviera presente. Después de lo ocurrido con el Costa Concordia parece que han aprendido.
Nada más terminar el simulacro partimos rumbo a Noruega. Hoy hace un día espléndido y las cubiertas están llenas de gente asomadas a las bordas, las piscinas tienen su público y los jacuzzi a rebosar, incluso en la piscina cubierta hay gente. Se ven magníficas vistas del enorme puente que une Dinamarka y Suecia, elegante y sutil, parece una fina línea en el horizonte.
Y un poco más adelante hay una línea de molinos de viento. Es muy curioso verlos anclados en el agua, yo siempre los había visto sobre las crestas de las montañas pero aquí están en el mismo mar.
Decidimos acercarnos donde las excursiones y preguntar alguna cosa y luego dar de alta la tarjeta para las compras en el barco pero había unas colas enormes y las máquinas para autorizar las tarjetas estaban todas copadas , así que dimos unas vueltas para conocer el barco hasta la hora de la cena porque sólo habíamos comido el menú del avión, nada más.
A las 8,30 estábamos en el Club Favolosa cenando. Lugar tranquilo, poca gente, llegas cuando quieres, eliges mesa, muy agradable el lugar. La carta un poco exagerada para una cena, entrantes, sopa, primero, segundo y postre. Yo me conformo con dos primeros y no me los puedo acabar. Todo riquísimo, en especial unos ravioli de pollo con salsa de setas, para chuparse los dedos.
Y luego, ya en la habitación, me asomo al balcón y me deleito viendo el vuelo de las gaviotas que nos acompañan siempre que estamos cerca de los puertos. Incluso en el camarote de abajo les tiran migas y ellas se acercan al barco pues saben muy bien de donde sale su comida.
Y con esto y un bizcocho, hasta mañana a las ocho.
Primer dia de crucero sin escalas en puerto. Día para explorar el barco.
Localización:Baltico y FiordosFecha creación: 11/06/2017 18:03⭐ Puntos: 0 (0 Votos)
Hoy nos amanecemos a las 7,30 de la mañana, hemos dormido 9 horas seguidas y estamos descansaditos y hambrientos.
Lo primero de todo es asomarnos al balcón y vemos un cielo lleno de nubes cada vez mas espesas y de un color gris nada bueno. Ya me lo esperaba pues predecían lluvias y cielos nublado para hoy domingo, así que nada nuevo.
Vamos a desayunar al Club Favolosa y me encuentro con un bufet de desayuno muy bien presentado y con una enorme oferta de fruta pelada y cortada y gran variedad de quesos frescos, entre ellos un requesón que dice “Cómeme, cómeme” y eso hago. Desayuno una variada selección de frutas, una rebanada de pan alemán con queso y proschiuto y otra de pan blanco con requesón, miel y almendras, además de un descafeinado.
Volvemos a la habitación y nos leemos el plan para el día de hoy que ayer nos pusieron en la habitación y ponemos la tele para enterarnos de las actividades del día y ver si tenemos algún evento especial. Y así es, hoy estamos invitados a un cóctel con el capitán a las 8 de la tarde. Además a las 19 horas hay un espectáculo en el teatro con un tenor, así que ya tenemos plan para la tarde. Pero no para la mañana.
Había pensado ir al spa porque cuando reservas una suite dice que tienes incluido un día gratis en el spa pero sin mentir no dicen la verdad. El día gratis es cualquier día y a cualquier hora en que el barco esté en puerto, así que hoy nada de nada, no hay spa . Tampoco podemos divertirnos con la alternativa, la piscina, porque hace un frío del carajo, la gente sale a cubierta con anorak y gorro y algunos hasta con guantes, así que las piscinas están vacías. Dedicamos un poco de tiempo a recorrer esta cubierta y nos llama la atención el enorme tobogán que hoy está vacío. ¡a ver quién es el valiente que se atreve a usarlo con este frio!
No nos queda otra que volver a las excursiones y a dar de alta la tarjeta. Tremendo, las colas de ayer no eran nada comparadas con las de hoy . Nada, hay que buscar otra actividad. Miramos las fotos que nos hicieron al embarcar pero cuestan la friolera de 20€, vamos un robo, así que allí se quedan. Y, por último, queda la opción de ver el mercadillo que han puesto los de Costa. Pero parece que todo el barco está allí, está lleno hasta los topes y lo poco que puedo mirar tiene unos precios de susto y eso que están al 70% de su precio.
La decoración del barco es menos recargada que la del Costa Mediterránea, no tenía tantos angelotes pero seguía teniendo demasiados dorados y demás. Volvemos a subir a las cubiertas y esta vez descubrimos el espacio dedicado a los niños todo él decorado como si fuera una isla pirata, con sus barcos, sus cañones y demás. Me pareció muy original y perfecto para los críos.
Así que nos volvemos a la habitación a leer y escribir este diario.
Hoy comemos una selección de aperitivos que ofrecen en el bufe, entre ellos una mezcla de verduras en escabeche con miel que está de muerte y luego unos espaguetis con gambas y una mousse de chocolate. Jose se toma otro tipo de pasta y un solomillo a la plancha que dice estaba buenísimo.
Y ahora nos queda toda la tarde por delante. Primero una siesta, luego alguna actividad imaginativa que no está en el programa y un buen baño en el jacuzzi de la habitación y así, a lo tonto, nos dan las 6 de la tarde. Justo para escribir un rato y prepararse para las actividades programadas. Ya os contaré, hasta dentro de un rato.
Aquí estoy de nuevo, cenada y lista para contaros lo que ha dado de si la tarde. Hoy hemos ido al teatro a ver el espectáculo: un tenor italiano con una voz muy bonita y todo un showman. Ha cantado canciones ligeras, algo de ópera y muchas canciones españolas, todo muy bonito y nos ha gustado mucho . Después hemos ido a uno de los bares en donde había un señor tocando el piano y cantando canciones de nuestra época y un montón de parejas bailando, algunas muy bien, así que nos hemos entretenido un rato hasta la hora del cóctel del capitán y luego hemos ido a cenar, hoy ha tocado una brocheta de verduras y unos tortellini y Jose se ha tomado un pastel vegetariano que estaba buenísimo y salmón.
Al llegar a la habitación, como todas las noches, tenemos el diario de a bordo, con las actividades para mañana y el horario de las excursiones. Ya os contaré mañana porque como esto siga así ni vemos el fiordo ni hacemos excursión, no se ve ni torta, hay una niebla espesa que impide ver más allá de tus narices y el barco toca la bocina a intervalos regulares, así que ya veremos si nos deja dormir.
Localización:Baltico y FiordosFecha creación: 11/06/2017 18:09⭐ Puntos: 0 (0 Votos)
Hoy toca uno de los paisajes más hermosos que veremos en este crucero, siempre y cuando levante la niebla y podamos ver algo . Vamos, que venir hasta aquí para ver los fiordos y no poder verlos, ¡es que me da algo! Y parece que me va a dar porque nos hemos despertado a las 7 de la mañana y todo está gris, pero tan gris, tan gris que parece que han pintado los cristales de las ventanas. No se ve nada de nada. ¡Que putada!. Como el día siga así no podremos hacer nada, ni tan siquiera la excursión por el fiordo en lancha neumática.
Nos vamos a desayunar porque no hay otra cosa que hacer. Mientras desayunamos atracamos en Hellesyt y desembarcan los pasajeros que tienen excursiones y volvemos a nuestra habitación con la esperanza de que la niebla levante. Por cierto, que en la web dicen que no se puede desembarcar si no tienes una excursión contratada con ellos y, sin embargo, avisan por megafonía de que los pasajeros que quieran desembarcar por su cuenta deben ponerse en contacto con “hospitalidad”. Parece que si se pueda desembarcar.
Al llegar a la habitación me encuentro con un paisaje fantasmagórico que se entreve a través de multitud de jirones de niebla que se mueven a su antojo y ahora dejan ver una cascada y ahora no, ahora un bosque y luego nada.
Parece que la niebla se está disolviendo y, con suerte, es posible que levante del todo. Así que nos enfundamos los jerseys, el plumas, el gorro y los guantes, cogemos las cámaras y nos vamos a buscar el lugar más alto de este barco para poder admirar el paisaje y hacer fotos. En Hellesyt no hay nada pero en el lugar del atraque se ve una hermosa cascada justo detrás de las naves de aprovisionamiento.
Es maravilloso, viendo estas cumbres nevadas, sus laderas cubiertas de árboles, las cascadas cayendo con estrépito a través de una enorme tela de araña formada por los jirones de niebla se entiende que este sea el pais de los trolls y de los elfos, casi se espera ver a uno de ellos agazapado tras de una roca.
Me inflo a hacer fotos y no me canso de mirar y volver a mirar. Mientras tanto la niebla se ha levantado del todo y brilla un sol espléndido pero hace un frio del carajo. Y, por fin, llegamos a Geiranger y atracamos en el puerto.
Esta vez he contratado una excursión en lancha neumática por el fiordo y sale a las 2 de la tarde así que tenemos toda la mañana libre. Es el momento de disfrutar de ese día en el spa que nos regalan por tener una suite.
Nos vamos al spa dispuestos a pasar un par de horas pero el lugar no da para tanto. El spa es muy pequeño, tiene los típicos chorros para los pies que comparten espacio con los cuellos de cisne y unas camas de burbujas. Está muy bien porque estamos solos pero en cuanto haya 8 personas ya se queda pequeño. El resto del spa son diversas saunas y baños turcos y salas de reposo, así que apenas hacemos uso de ellos (la tensión baja) y nuestro paseo dura 1 hora escasa y eso que lo hemos alargado. Como era gratis no importa pero no merecen los 35€ por persona que cobran. Os lo podéis ahorrar.
Hoy comemos pronto porque la excursión es a las 14 horas y nos vamos hasta el punto de encuentro en donde nos dan una pegatina con el número de excursión (salen otras 2 a la misma hora), tomamos las chalupas y nos vamos a tierra en donde nos espera una persona de la empresa que va a llevarnos por el fiordo. Nos dirigimos hasta una cabaña de madera en donde nos dan un mono impermeable, un salvavidas y unas gafas que hay que ponerse obligatoriamente y nos hace parecer unos raros astronautas vestidos de azul y amarillo fosforito.
Y montamos en la lancha con nuestro conductor y guía. El viaje se hace muy ameno porque paran delante de las cascadas más importantes y nos vas explicando como se llaman y porqué tienen ese nombre y anécdotas del fiordo y te acercan hasta las mismas cascadas y las ves desde debajo mismo, y la velocidad y el viento en la cara, … En fin que me ha encantado esta excursión.
Y luego nos da tiempo a subir hasta la cascada de Geiranger. ¡Un montón de escaleras! Y nubes de agua a tu alrededor que te empapan sin remisión y apenas puedes hacer alguna foto porque la máquina se moja y el objetivo se llena de gotitas de agua que impiden enfocar. Pero firmes ante las adversidades llegamos hasta la cima empapados hasta los huesos y conseguimos traernos alguna foto de recuerdo.
Y el camino está lleno de flores que nos atraen con sus hermosas tonalidades y que yo me paro a fotografiar aunque tenga que mojarme un poco más.
De nuevo en las calle parecíamos pollitos mojados escurriendo agua por todos lados pero, así y todo, nos sentamos a tomar algo en uno de los cafetines con terraza que había por el paseo y luego nos volvimos al barco.
Hay seguridad para entrar en el barco, te piden la tarjeta Costa y hay que pasar por el detector de metales pero las colas avanzan rápido y no es demasiada molestia.
Y ahora queda volver a subir a las cubiertas para admirar de nuevo el paisaje, esta vez con un sol brillante y espléndido, otra luz. Aquí os pongo una foto de las cascadas más famosas del itinerario: las hermanas y el pretendiente. Dicen que las cascadas que caen juntas son las hermanas y que la solitaria cascada situada enfrente es el pretendiente. ¿a cual de ellas pretende? Pues eso no lo dicen, a lo mejor se conforma con cualquiera.
Lo primero de todo es cambiarse de ropa, hasta la interior, que está calada y luego como hemos comido tan prono tengo hambre así que me tomo la fruta que hay en la habitación y, además, una chocolatina. Y nos queda toda la tarde libre y hoy nos vamos al café a tomar algo y ver a los bailones. Os explico, han venido un nutrido grupo de franceses y algún que otro italiano que bailan muy bien y se reúnen todas las tardes en el Gran Bar Palatino y bailan al son de la música en directo y es todo un espectáculo y un placer porque bailan muy bien . Aprovechando que tengo hambre me pido un cóctel y me tomo los cacahuetes que nos ponen.
Y ahora toca ir a cenar, a ver que nos ponen hoy porque está todo riquísimo y es difícil elegir. El Restaurante Club Favolosa tienen un menú del día con varios entrantes, primeros, segundos y postres a elegir y, además, el menú del chef, y siempre se puede pedir solomillo a la plancha y/o gambas. Todo buenísimo. Como con apetito porque tengo mucha hambre.
Y nos vamos a ver el espectáculo que hay en el teatro pero no nos gusta, música a todo volumen y estridente , así que hacemos otro alto a ver a los bailarines y nos volvemos a nuestra habitación a escribir este diario, a leer y a hacer crucigramas antes de acostarnos.
Hoy recomendaban vestir de negro, plata y/o oro.
Hoy me voy a acostar tarde porque noto el estómago algo pesado. Bueno, chicos y chicas, hasta mañana.
¿He dicho hasta mañana? Pues no, no va a ser hasta mañana, con tanta hambre he comido más guarradas de las que debería y parece que han organizado una pelea en mi estómago y molestan tanto que paso la noche entre pesadillas y despertadas, y ¡hale, a beber agua! Y con tanta agua pues hay ganas de hacer pis y entonces me despierto y bebo más agua, y así toda la noche. ¡maldita chocolatina y maldito cóctel!
Enhorabuena por el diario, que me está encantando, y por el viaje. Una pasada, esos paisajes son de cuento! Espectacular, muchas gracias. Ahí van las 5 estrellas.
Querida amiga que bien te lo montas. No soy yo de cruceros, hasta ahora, pero como voy para mayor me gusta echarles un vistazo para ver lo que pueden ofrecer. Y casi que me convences con tu prosa fluida.
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Oculto ? Cómo se accede a él ?
Pues suelen vendérnoslo a algunos que tenemos varios cruceros a sus espaldas. Si quieres escríbeme MP. Si llamas y te lo ofrecen el precio es elevadísimo.
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y las máquinas para autorizar las tarjetas estaban todas copadas 
. Aprovechando que tengo hambre me pido un cóctel y me tomo los cacahuetes que nos ponen.
, así que hacemos otro alto a ver a los bailarines y nos volvemos a nuestra habitación a escribir este diario, a leer y a hacer crucigramas antes de acostarnos.
