Buenas tardes. Ya de vuelta de pasar varios días deliciosos en la provincia de Jaén. No parece ser un destino demasiado apreciado ni he encontrado gran información sobre él en este foro, pero recomiendo a todos hacerle una visita. No tengo muy claro cómo darle formato de diario a las ideas que tengo frescas todavía en la cabeza así que voy a lanzar varios mensajes que espero sean de utilidad para todos aquellos interesados.
Llegamos el viernes santo a mediodía a Baños de la Encina: es un pequeño pueblo al Norte de Jaén situado al pie de Sierra Morena. El término municipal está incluido en el Parque Natural de las Sierra de Andújar, con un gran patrimonio natural de mucho valor botánico y cinegético.
Nos alojamos en el Palacete de María Rosa. Es un hotel que combina el estilo rústico del edificio y sus paredes de piedra con una decoración moderna. La habitación suite junior estaba bastante bien. Nos animamos a quedarnos en su bonito jardín para probar la cocina local y fue una comida agridulce. Probamos el paté de perdiz, el hojaldre de mollejas de pato y el ciervo a la bañusca. Ninguno de los platos fue nada especial y no era precisamente barato. El trato tosco del dueño hacia los clientes y su personal no ayudaba mucho a mejorar la experiencia.
Antes de las visitas guiadas que teníamos reservadas para la tarde, nos adentramos en el caso urbano para empezar a conocer su patrimonio histórico y artístico. Su belleza sorprende desde el señorío de sus palacios hasta su molino del siglo XVIII. El pueblo conserva su identidad monumental gracias a la arquitectura que evoca su importancia histórica y el poderío económico de su nobleza.
A las 16:30 visitamos el castillo de Burgalimar, declarado bien de interés cultural. Merece mucho la pena visitar su interior para entender mejor el contexto histórico de esta importante fortaleza califal. Lo que más destaca de su interior es su gran estado de conservación, a pesar de su antigüedad. Pero lo que más nos gustó de toda la visita fue sin duda el impresionante camarín barroco de la ermita de Jesús del Llano. Tumbado en el suelo se tiene una visión increíble de la bóveda en la que hornacinas y pedestales en yesería policromada, alternan con alegorías, iconografías de santos y hasta exóticas aves, frutas y vegetales. La decoración rococó de estucos gana aún más en intensidad con la incrustación de espejos. El que tenga la oportunidad de acercarse no debería dejar pasar la ocasión de visitarla.
Sobre las 19:00 decidimos salir del pueblo para acercarnos a Úbeda ya que el viernes Santo es la Magna Procesión General. Es una gozada poder contemplar la organización en la Plaza Vázquez de Molina de tantos pasos. Un buen sitio para verla, una vez iniciada, es la Plaza de Andalucía. Por cierto, pudimos cenar en el Moss Gastro Bar a pesar de estar muy concurrido. Lo aconsejo por su gran relación calidad precio. Probamos el abanico ibérico. Estaban algo desbordados por la cantidad de gente que acudió a Úbeda ese día, de hecho me quedé con las ganas de probar la hamburguesa de ciervo que tenían en carta pero ya agotada.
Volvimos para dormir en Baños de la Encina ya que íbamos a madrugar al día siguiente.
Al amanecer del sábado tuvimos tiempo para recorrer un pequeño sendero hacia el yacimiento argárico de Peñalosa. Fue un poblado minero de hace más de 4000 años de antigüedad y se sitúa en un bonito espolón de pizarra en forma de lengua junto al río Rumblar. No sólo es un referente en relación a la investigación de la Edad del Bronce del Alto Guadalquivir sino que además se llega a él a través de una vereda tan sencilla como maravillosa de recorrer de unos 3 km paralela al curso de un arroyo a los pies del castillo.
Este pueblo es una pequeña joya bastante desconocida, a pesar de estar incluida entre los pueblos más bonitos de España. Felicito a
@Spainsun y
@Lecrín por sus mensajes al respecto de Baños de la Encina, ya que me animaron a visitarlo y fue todo un acierto.
Sigue...