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Puntuales por la mañana, el mismo taxista de la anterior excursión nos viene a recoger al lobby. Hoy no vamos en la misma excursión que Yoli y Luis, ya que ellos montaron un grupo más tarde. Sí coincidimos con Felipe y Vero, y con una nueva pareja de españoles del Grand Sirenis, Andrea y Raúl. También conocimos a Sergio y Jessica, Rober y Eva, Javier y Conchi e Ignacio y Esther, la chica que organizaba la excursión.
Súper pronto llegamos al recinto de Chichén, donde sacamos nuestras entradas e hicimos una foto del cartel por todos conocido. Al entrar, un guía muy amable nos recibió y nos fue explicando lo que íbamos viendo: el Convento de las monjas, el Templo de las mil columnas, el famosísimo Castillo o pirámide de Kukulcán, el cenote sagrado... Se agradece mucho el llegar pronto, ya que te evitas las riadas de gente y estás "algo" más fresquito, y digo "algo" porque me reitero en que los días que estuvimos en México hizo un calor brutal... A la humedad ya nos estábamos acostumbrando, pero a notar el sol abrasando la piel... ni crema ni leches, el día que vuelva (que pienso volver) me llevo alguna manga larga finita y a correr... El recinto está lleno de paraditas donde venden artesanía, plata... Mi primer (y último) regateo tuvo lugar aquí, compré una pulsera de plata por 200 pesos cuando su precio inicial era de 280
. No me ahorré mucho pero me hizo gracia, nunca lo había hecho y salí contenta jejej.*** Imagen borrada de Tinypic ***
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A mediodía, bajo un sol de justicia, nos fuimos hacia el cenote Ik Kil. Qué decir de este cenote... el más grande que vimos, súper preparado para el turismo (vestuarios, baños, taquillas, y si no me equivoco hasta hotel)... Es muy, muy bonito. Por lo visto la marca Red Bull organiza aquí un concurso internacional de saltos, y tela... ¡hay que tener valor! Tiene una plataforma que, sin ser muy alta, ya me impresionaba... pero ¡me tiré! Los más atrevidillos nos lanzamos varias veces, aunque íbamos justillos de tiempo y creo que estuvimos 40 minutos sólo... Lo disfruté bastante, pero mi opinión es que estaba muy masificado, había muchísima gente... pero hay que ir, es precioso
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A la salida nos dirigimos a comer, nos llevaron, como en la excursión anterior, a un buffet libre de comida yucateca. Había más o menos lo mismo, y además había sopa de lima, ¡buenísima! La comida estuvo amenizada por unos bailarines que se ponían botellas y bandejas en la cabeza y giraban... yo alucinaba. La verdad que tanto aquí como en el otro restaurante comí muy bien... salvo por una salsa verde de la cual no quiero ni acordarme, ¡¡¡aquello picaba horrores!!!! Tenía a Sergio sentado delante y vi que probaba la salsa y picaba, "¡Cómo pica!" y yo por hacerme la valiente quise probarla también... ¡¡¡¡ups!!!! Por cierto que durante el vuelo de vuelta a España, leí en un libro que llevaba que el remedio contra el picante es tomar un lácteo (leche, yogur...). No lo he puesto en práctica pero si realmente funciona ya podría haberlo leído antes... ¡ya sabéis, por probar que no quede!
Al salir nos montamos en la furgoneta y nos dirigimos a Ek Balam, la penúltima parada de la excursión. Son una ruinas con una pirámide más baja que la de Cobá, y allá que subimos; el cielo se estaba poniendo bastante feo desde después de comer, pero quisimos subir antes de que se pusiera a llover ya que tenía toda la pinta de chaparrón... y así fue. A media subida empezaron a caer gotitas y luego gotazas, y ¿sabéis una cosa? nunca en la vida he agradecido tanto que lloviese, ya que aunque el cielo estaba feo el calor seguía apretando. Subió creo que la mitad del grupo, y al cabo de poco rato de bajar dejó de llover... El tiempo nos intentó fastidiar la subida pero no pudo
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Nos dirigimos a la última parada, la ciudad de Valladolid (más que ciudad, pueblo desde mi humilde punto de vista). Tiene una iglesia y, justo delante de ella, un parque con bastante sombrita, ya que hay muchos árboles. De cháchara relajados, íbamos mirando tiendecillas, puestos... El taxista nos llevó hasta un señor que hacía marquesitas, que son como unas crepes enrolladas con lo que tú quieras; la masa es crujiente como los cucuruchos de los helados. Yo me pedí uno de Nutella y mmm... ¡¡¡estaba de vicio!!! El señor que las hacía me dijo que hiciese yo uno, y le pregunté a Nyetu de qué lo quería. Nutella y mermelada de fresa, creo que me dijo... Allá que me pongo a hacer la marquesita, con lo poco que me gusta a mí la cocina... Resultado: las yemas de mis dedos algo chamuscadas pero una marquesita más o menos bien enrollada y buenísima (al menos el niño no se me quejó
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La vuelta al hotel fue bien; nos despedimos de buenos compañeros, y en el hotel nos quedamos 3 parejas. Llegamos a las 8 y media de la tarde, y perdimos la cena que teníamos reservada (en el restaurante Mediterráneo), ya que entre ducharnos y todo... Nos fuimos al buffet a cenar, y tras los cócteles de rigor, nos fuimos pronto a la camita, ya que mañana llegaba la excursión más esperada: ¡¡¡el nado con tiburón ballena!!!
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