NUEVA ZELANDA. POR LA TIERRA DE LA LARGA NUBE BLANCA ✏️ Blogs de Nueva ZelandaViaje de ensueño recorriendo la Isla Norte (5 dias) y la Isla Sur (16 días) de Nueva Zelanda, Aotearoa para los primeros habitantes. Viaje realizado en grupo y en coche alquilado. Del 4 al 28 de Febrero de 2017Autor: Alejandria Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.6 (19 Votos) Índice del Diario: NUEVA ZELANDA. POR LA TIERRA DE LA LARGA NUBE BLANCA
01: Un sueño que parece que se hace realidad
02: Viaje y Llegada a Auckland
03: Waitomo – Hobbiton - Llegada a Rotorua
04: Descubriendo el olor de Rotorua
05: Valle volcánico de Waimangu
06: WAIOTAPU, AREA TERMAL
07: De camino a Tongariro NP: Waiotapu, Aratiatia Rapids, Orakei Korako, Huka Fall
08: Orakei Korako: "El Valle Oculto" de Nueva Zelanda
09: TONGARIRO ALPINE CROSSING
10: Tongariro NP. Taranaki Falls. Camino a Wellington
11: Estrecho de Cook. Queen Charlotte Drive. Llegada a Motueka
12: Parque Nacional de Abel Tasman
13: Mal comienzo en Abel Tasman NP. Nos vamos a Nelson Lake NP
14: Nelson Lakes N.P. Garganta Buller. Punakaiki. Greymouth
15: De Greymouth a Fox Glacier
16: De Fox Glacier a Wanaka por el desfiladero de Haast
17: Preciosa tarde en Wanaka. Mt. Iron, Diamond Lake, Mirador Lago Wanaka
18: Wanaka. Rob Roy Glacier Track. Queenstown.
19: Queenstown-Glenorchy. Jet Boat.Paradise Valle.Lake Silvan.Dart River
20: Doubtful Sound. Pequeña ruta por Kepler Track.
21: Recorriendo Milford Sound Road, con Key Summit
22: Ruta Lake Marian en Milford Rd. Comienzo crucero nocturno en Milford Wanderer
23: Milford Sound. Recorrido por el fiordo. Camino a los Catlins
24: LOS CATLINS. Noche en Dunedin
25: De Dunedin a Mt. Cook NP. Moeraki, Elephant Rocks, Glaciar Tasman...
26: Mt. Cook: Hooker Valley y Kea Point tracks. Lake Tekapo. Noche en Twizel
27: De Twizel a Península de Banks- Akaroa
28: Akaroa. Christchurch. Vuelo a Auckland y regreso a casa
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Etapas 7 a 9, total 28
La distancia desde Rotorua a Waiotapu no llega ni a 30 km., por la SH5. Pero poner en marcha a ocho personas con maletas y enseres, pues eso, que requiere su tiempo.
El día se presenta chungo, nublado y lloviendo a ratos. La primera visita que realizamos es al complejo geotermal WAIOTAPU. En un primer planing del día estaba previsto llegarnos a Kerosene Creek y darnos un baño calentito. Iba a ser una sorpresa para los compañeros que tuve luego que desvelar (para que fueran preparados para el baño) y que finalmente ni visitamos. Desde Waiotapu había que retroceder hasta la SH5 y buscar el desvío a la Old Waiotapu Rd. que es de ripio. La distancia no era gran cosa pero el día estaba tan feo y desapacible que no apetecía mucho bañarse. Así que proseguimos carretera dirección hacia la presa de Aratiatia, a la que se puede acceder desviándose de la SH5 a otra carretera que tiene este nombre, Aratiatia Rd. en la que se transitan unos dos kilómetros. Antes de que se construyera la presa y la estación hidroeléctrica, los rápidos de Aratiatia eran una de las atracciones punteras del río Waikato, era una reserva escénica desde 1906. Con la presa al no haber agua, no hay rápidos. Pero varias veces al día se abren las compuertas de la presa y el agua vuelve a fluir como antaño. Aunque dura poco, de 15 a 30 minutos. Yo tenía anotados como horarios normales de apertura, a las 10, 12 y 14 horas. En verano hay otra apertura más a las 16:00 horas. Antes de las 2 de la tarde estábamos aparcando al lado de la presa. Enfrente, pasando la carretera, hay un camino que en poco rato lleva a unos miradores desde dónde se ven las compuertas de la presa y el lecho del río, sin agua circulando, y unas enormes rocas jalonando el mismo. Llegaron las 2 y allí no ocurrió nada. Esperamos un tiempo prudencial, la mayoría de la gente se había ya marchado con anterioridad, y seguía todo igual. Nos volvimos al aparcamiento y preguntamos por allí el motivo de no abrir las compuertas. Al parecer había fallado algún mecanismo de apertura de las puertas y no habían podido abrirlas. Nos quedamos compuestos y sin visita. La apertura anterior de las 12, o quizá la de las 10, si que parece que se había llevado a cabo pues desde el mirador vimos un tramo del cauce, río abajo, que conservaba agua embalsada, pero reciente. En estos rápidos se filmó la escena del descenso en barriles por los rápidos de un río en la segunda entrega de El Hobbit, La Desolasión de Smaug. (Así se verían de bien los rápidos de Aratiatia) Seguimos ruta hacia Taupo que ya se encontraba tan sólo a 10 km. La visita a las Huka Falls la postergamos y decidimos visitar Orakei Korako antes de que cerraran, su última visita es a las 4:30, en verano. Orakei Korako o "El Valle Oculto" Regresamos por la misma carretera hacia Taupo y antes de salirnos de la SH1 vamos a echar un vistazo a las Huka Falls Desde el aparcamiento se llega enseguida a un puente que cruza el río Waikato y ya desde el mismo puente se puede comprobar el rugir del agua y lo brava que va su corriente. El río Waikato lleva aquí un recorrido de unos pocos kilómetros ya que nace del drenaje del Lago Taupo. De su anchura normal de 100 metros pasa a tener un ancho de 15m. en esta zona, al pasar un estrecho cañón de roca volcánica dura. Esto hace que un enorme volumen de agua colisione y se agolpe formando una fiesta visual de rápidos y pequeñas caídas. Hay un corto camino a orillas del río para llegar a diferentes plataformas de visualización. La casi última plataforma se asoma por encima de la caída más importante. Los aproximadamente 220.000 litros de agua por segundo que arrastra el caudal del río se desploman con todo su poderío en una caída no muy alta, unos 9 o 10 metros, armando gran estruendo y formando una gran nube de agua. El nombre maorí de Huka significa “espuma”. El azul vívido del agua se mezcla con la abundante espuma blanca creando un color propio visualmente muy bonito. Hasta allí llegan dos caminatas. Una que viene desde Taupo, en concreto desde el Spa Thermal Park, de 3,5 kilómetros y otra que viene desde los rápidos de Aratiatia, que ya la vimos en su inicio en nuestra visita frustrada. Ponemos rumbo al pueblo de National Park. Desde las Huka Falls nos quedan más de 100 km. que recorremos por la SH1 hasta Turangi y luego por la SH47. Bordeando, la mayoría del trayecto hasta Turangi, el Lago Taupo, la mayor superficie de agua dulce de toda Nueva Zelanda. Ocupa la caldera de un volcán. La ciudad de Taupo y Turangi, a las orillas del lago, son las ciudades turísticas más importantes. Hay algunas bahías bonitas y algunos miradores. Solamente paramos, pasado Taupo, para hacer una compra en un supermercado al objeto de hacer acopio de víveres. Cuando la SH47 desemboca en la SH4, allí esta National Park. Es un pueblo pequeñito pero es una buena base de operaciones para las actividades del Tongariro NP y sus alrededores. Tan sólo dista 15 kilómetros de Wakapapa, la puerta de entrada al parque. Ofrece algunas opciones de alojamiento y restauración. Había sido imposible encontrar alojamiento en Wakapapa, para los parámetros que nosotros necesitábamos, así que miré por este pueblo y encontramos una buena opción, Plateau Lodge. El Plateau Lodge , entre otras opciones de alojamiento, tiene apartamentos de dos habitaciones que están geniales, tanto por decoración como por comodidad. En general el conjunto está muy bien. Tan sólo tiene un detalle que no me gustó nada. No tienen wifi y el que tienen lo cobran. Hasta ahí lo podía entender. Pero que pagaras por el wifi y no te funcionara, eso es ya como una tomadura de pelo. Tan solo funcionaba de madrugada y en la mañana temprano, cuando casi todos están durmiendo. En Nueva Zelanda, como puede comprobar en algunos alojamientos, a veces son bastante rácanos con el tema del wifi. El Plateau ofrece traslados hasta el inicio y el final del Tongariro Alpine Crossing. A sus huéspedes y a todo el que quiera contratarlo. 35NZ$, ida y vuelta. Etapas 7 a 9, total 28
Para llegar a Orakei Korako hay que desviarse a la SH1, dirección Hamilton, antes de llegar a Taupo, recorrer unos 23 km. en esta carretera y desviarse a la Tutukau Rd. en la que se circulan unos 14 km.
No encontramos descuentos para esta atracción pero en la revista Arrival había unos cupones por los que te daban una bebida o café. La compra de tickets y la cafetería está todo junto en el mismo recinto. Una terraza comunica con el embarcadero y es un lugar agradable para tomarte el café y contemplar el lago Ohakuri. Orakei Korako está algo apartado de los circuitos turísticos y recibe menos visitas que el resto de atracciones geotermales. Un punto a su favor. Pero es que, además, desde que desaparecieron las Terrazas Rosas y Blancas, esta atracción geotermal es la mejor, si quieres ver vistosas terrazas de sílice. También posee la mayor concentración de geiseres de Nueva Zelanda. Nosotros con los geiseres en nuestra visita no tuvimos suerte, estaban como adormecidos. Otra forma de llamarlo es con el nombre de “El Valle Oculto”, bastante apropiado por su situación y lo que contiene en su interior. Se sabe que el Valle Oculto estaba ocupado por una tribu de maoríes que aprovechaban sus aguas calientes, pero abandonaron el valle a finales del siglo XIX, sin razón conocida. Ya para 1900 comenzó a ser una atracción turística y los primeros viajeros tenían que cruzar el, por entonces, tumultuoso río Waikato, en una canoa destinada a tal fin y conducida por un maorí. Por 1930 un rudimentario sistema de alambre y poleas transportaba a los visitantes. Para 1937 Orakei Korako fue nombrado oficialmente como atracción turística. El Orakei Korako que hoy vemos se encuentra al lado de un lago el cual se cruza en una pequeña embarcación que funciona a demanda, no tiene horario establecido. El lago Ohakuri es el lago artificial más grande de la cuenca del río Waikato. Construida la presa, en 1961 ya estaba el lago relleno de agua. Esto supuso elevar 18 metros el nivel del agua del río y anegar las dos terceras partes del área geotermal, quedando sumergidas varias atracciones de la misma, incluidos dos de los geiseres más grandes del mundo, el Minginui Geyser y Orakei Korako Geyser. Estamos en el vértice más al sur del lago Ohakuri. Su superficie tranquila se mece con las ondas del barco que nos cruza. Al igual que las muchas plantas acuáticas que crecen alrededor de los dos embarcaderos. El recorrido total de esta atracción es de 2.6 km. y se hace siguiendo las indicaciones marcadas en cada punto interesante, sobre pasarelas de madera y algunas escaleras. No hay folleto para este circuito. En los diferentes paneles hay explicaciones en varios idiomas, incluido el español. Abandonando el pequeño embarcadero donde nos deja el barco, se comienza a subir una rampa y escaleras que llegan a la primera terraza, Emerald Terrace, la cual ya hemos venido viendo incluso desde el trasbordador. Es una terraza de sílice, la más grande en su clase de Nueva Zelanda. Su espesor puede variar entre 20 mm y 20 metros. Lo que se ve ocupa una gran extensión pero hay que tener en cuenta que la terraza continúa 35 m. por debajo del agua. Los dorados y naranjas se mezclan con los blancos, grises y marrones, formando un arco iris muy particular. Los colores son ocasionados por algas de agua caliente o cianobacterias que pueden vivir a temperaturas de 35 a 60 grados. Es increíble ver también cómo crece vegetación en medio de estas coladas de sílice y escorrentía de aguas calientes. Los accidentes geotermales no parecen estar muy activos hoy. Hay pocas humaredas y el borboteo de Hochstetter Cauldron no es muy pronunciado. Los geiseres Diamond y Sapphire están descansando. El geiser Diamond se encuentra muy cerca de la pasarela y sus erupciones son impredecibles. El que tenga la suerte de verlo explosionar casi seguro que también se moja algo. Sus chorros pueden llegar a los 9 metros. El geiser Sapphire se encuentra a pocos metros después y este si explosiona cada dos o tres horas. Estas características están junto a la terraza Esmeralda pero se pueden considerar como la base de las dos terrazas siguientes, Rainbow y Cascade Terrace. La pasarela vuelve a subir, hacia el mirador Rainbow. Un bonito mirador que permite ver las terrazas Esmeralda, Rainbow y Cascade, desde una posición más ventajosa. A la derecha se observa muy bien el gran flujo de agua que se escurre por la terraza Esmeralda hacia el lago Ohakuri. Las cifras que se manejan son de 20 millones de litros al día. Flujo procedente de los geiseres, piscinas de aguas termales, agujeros de barro…, de todas las terrazas que hay en la reserva geotermal. Hay que volver por el mismo camino y continuar hacia las siguientes terrazas. Las terrazas que se alzan por encima de la terraza Esmeralda son grandes escarpes de falla formados en un terremoto en el año 131 de nuestra era, según informan en un panel explicativo. Más o menos la misma época en la que el gran volcán que formó el cercano lago Taupo hacía su última erupción. Las cianobacterias vuelven a trabajar en estas terrazas conformando bandas de colores muy vistosas que pueden ir variando en el tiempo. Por encima del Hochstetter Cauldron una gran superficie de escorrentía termal forma una composición de tonos dorados, verdes, marrones…, especialmente vistosa. Es lo que han denominado como “Mapa de Africa”. La siguiente terraza llamada “Te Kapua” y The Golden Fleece (El Vellocino de Oro). Te Kapua es la denominación maorí que significa La Nube. Es el tercer escarpe de falla y el más grande, tiene 5 metros de alto y 40 de ancho y presenta un revestimiento blanco sinterizado que podría asemejarse a una nube o a la lana de una oveja. Es una zona impredecible y no se puede entrar en ella, la pasarela se corta y se queda a cierta distancia. En su base hay varios respiraderos de geiseres que van y vienen. Ninguno de ellos nos muestra su actividad. La pasarela sale de las terrazas y comienza a subir hacia Artist’s Palette y Caves. Va entre una vegetación muy variada, con los nombres de algunas plantas indicados. Al paso te encuentras con una extraña roca que tiene por nombre Elephant Rock. Por este recorrido, con la vista lateral entre las ramas de los árboles de la colorida Artist’s Palette, la soledad y silencio del que disfrutamos, es cuando puedes comprender mejor la belleza serena que, me imagino, siempre ha tenido “el valle escondido”. El primer desvío va directamente a un mirador sobre la terraza Artist’s Palette. “Kei Runga Ite Mania”. Lo de serena belleza también se le puede aplicar a la vista estupenda de esta terraza, pero es engañosa. Es la terraza más peligrosa, por ser impredecible e inestable. Por ello la pasarela le da la vuelta y solo se puede contemplar desde la lejanía. Es una terraza sinterizada de sílice que tiene una superficie de una hectárea. Nos muestra una apariencia muy tranquila, tan sólo alguna columna de humo. Sus varios geiseres tienen erupciones irregulares. Uno de ellos, pequeño, está soltando agua y más parece una fuente. Su gama de colores parecen más suaves, blancos, dorados, el azul pastel de las piscinas alcalinas… Aunque fijándose mejor, vemos también naranjas, verdes, marrones… La paleta de un artista. El circuito sigue en pasarela de madera a través de bosque variado y varios ejemplares de las Pongas de Nueva Zelanda, los helechos árboles, hasta la famosa cueva Ruatapu. La cueva sagrada para las mujeres maoríes donde celebraban ceremonias. Es una cueva geotermal y solo existen dos en el mundo conocido, esta y otra en Italia. Desde un mirador se contempla la gran oquedad cubierta de musgos y helechos, se extiende por más de 35 metros hasta una piscina caliente en el fondo, de color verde, la llamada “piscina espejo”. Sus aguas trasparentes y claras que le dieron el calificativo de espejo no pudimos verlas de cerca, tan solo desde la altura en el mirador. Las escaleras que bajan hasta ella se encuentran cerradas. No sabemos si por mantenimiento o porque ya no se puede bajar al fondo. Yo me inclino más por esto último, pero finalmente no pudimos preguntarlo. Con tan solo la visión de la piscina en lo hondo de la cueva, no nos pareció ser la mejor atracción de la reserva. Se comienza la vuelta del circuito. Antes de comenzar a bajar hay una vista superior de la zona de pozas de lodo, Mud Pools. En esta zona los fluidos termales han descompuesto químicamente las rocas y las han transformado en arcilla. Esta arcilla se calienta por la fuente de agua subterránea y aparecen las piscinas de lodo. La actividad depende de los niveles de lluvia y también de la estación, en invierno suelen estar más activas. El camino pasa al lado de Soda Fountain. Es una fuente termal que estuvo inactiva 17 años y de pronto volvió a ser activa en 1984. Su agua es casi transparente y al fondo parece hervir. Y finalmente el sendero llega al punto de intersección con el inicio de la ruta para luego bajar hasta el embarcadero. Somos los últimos en volver. El centro de visitantes y la cafetería se encuentran ya cerradas. Por donde está el cartel de las toilets hay una canoa con apariencia rudimentaria. Supuestamente es la canoa que transportaba a los primeros viajeros a través del revuelto río Waitako. Pese a que hemos visitados dos reservas geotermales, Waimangu y Waiotapu, que nos han parecido estupendas y dignas ambas de visitarse, esta de Orakei Korako también nos ha gustado un montón. Tiene atractivo y un puntito especial, más genuino. Quizá porque no había gente, quizá por el entorno…… Etapas 7 a 9, total 28
Tongariro es un parque nacional de Nueva Zelanda, casi en el centro de la Isla Norte. Creado en 1887, fue el primer parque de Nueva Zelanda. En esta fecha el jefe maorí Horonuku apeló a la corona inglesa para preservar estas tierras de la parcelación para pastizales declarándolas parque nacional.
Está formado por tres volcanes activos, monte Ruapeu el más alto de la Isla Norte, 2797 m. monte Tongariro y monte Ngauruhoe y las tierras colindantes hasta completar los 797 km. cuadrados que ocupa. Tongariro tiene la distinción de haber sido nombrado dos veces Patrimonio de la Humanidad. Primero por sus características físicas y luego por su importancia cultural. La combinación de hielo y fuego, volcanes activos y glaciares, dio al parque fácilmente la categoría de bien natural. Pero fue rechazada la propuesta para considerarlo como bien cultural pues anteriormente este otorgamiento solo se había dado a sitios construidos por el hombre. En 1993 y tras una nueva presentación Tongariro se convirtió en el primer lugar del mundo en recibir la categoría de patrimonio bajo el nuevo criterio de “paisaje cultural asociativo”, precisamente por la importancia espiritual del terreno para los maoríes. Los maoríes miran estos volcanes con reverencia y los consideran “tapu”, sagrados. Llevaba mirando la previsión meteorológica para este día desde antes de salir del viaje. Y casi a diario desde que habíamos llegado al país. Y me llevaba buenas y malas noticias, la previsión del tiempo era cambiante, y necesitábamos que nos hiciera bueno. Las previsiones para el día de hoy al final eran buenas, pero después de todo no fueron tan buenas. Aunque podía haber sido peor. A las 7 de la mañana salía del Plateau Lodge nuestro transporte hasta Mangatepopo Car Park, volviendo a recorrer parte de la SH47 y llegando hasta el final de la Mangatepopo Rd. Recorrido que llevaría poco más de media hora. Un trayecto más corto que si nos hubiéramos alojado en Wakapapa. El Tongariro Alpine Crossing es una legendaria ruta de senderismo considerada como la mejor excursión de un día y por ello es la más popular. Te puedes encontrar a cientos de personas haciéndola, en tramos hasta parece una romería. Aunque atributos tiene para ser tan popular. En un mismo día y en el mismo treking vas cambiando de paisaje, es una de las excursiones más dinámicas y con panorámicas impresionantes que parecen reinventarse en cada etapa. Es una ruta lineal de 19.4 km. que comienza en Mangatepopo CP y termina en Ketetahi CP. Si es lineal podría hacerse en ambos sentidos. Pero si la inicias en Mangatepopo se asciende 765 m. en los primeros 8.3 km. y luego se descienden 1125 m. en los 11.1 km. restantes, incluyendo una pendiente muy escarpada al bajar del Cráter Rojo que subirla, viniendo en dirección contraria, tiene que costar lo suyo. Hay quien prefiere dejar su coche aparcado en Ketetahi CP y trasladarse hasta Mangatepopo en transfer para así realizar la ruta sin prisas, sin la limitación de los horarios del transporte de vuelta. Lo que ocurre es que hay que darse un madrugón grande ya que los traslados desde Ketetahi a Mangatepopo son realizados en horas muy tempranas, al menos los que yo vi del Plateau, nuestro alojamiento. Y el precio es casi igual, 30$ por un trayecto solo de ida. Aunque casi nadie pensamos en ello, hay que tener en cuenta que esta caminata pasa por entre dos volcanes muy activos. No hay más que recordar que no hace más que unos años, en 2012, fue la última erupción. Así que hacerla es un riesgo y te lo van advirtiendo en el camino. Y otro tema muy importante es ir bien equipado. Esta ruta no es extenuante pero no es un paseo por el campo. Hay que tener alguna preparación física, e ir preparado para un posible cambio de clima y temperatura. La temperatura que hace al inicio es posible que luego cambie drásticamente conforme se va subiendo. Todo esto te lo advierten muy claramente en cualquier folleto que veas referido a esta ruta. La caminata comienza subiendo gradualmente en fácil ascenso y zonas llanas entre matorral alpino y cespitosas hasta adentrarse en el valle Mangatepopo. Como a 1,3 km. se cruza con un sendero por el que continúa el Tongariro Northern Circuit , un recorrido de 50 km. que da la vuelta al monte Ngauruhoe, uno de los llamados Great Walk que es coincidente en una etapa con esta ruta del Alpine Crossing. Algo después aparece el refugio Mangatepopo que es utilizado por los que realizar el Northern Circuit. El camino continúa por el valle de Mangatepopo dejando atrás las hierbas y adentrándose en un, aparente, estéril paisaje volcánico cubierto de flujos de lava de las varias erupciones del monte Ngauruhoe. El monte Ngauruhoe, es el volcán más pequeño de los tres que se encuentran en Tongariro NP que, no obstante, mide 2291 m. Su cono oscuro y asombrosamente simétrico se eleva 1000 metros sobre el valle. Ejerce un gran poder de atracción por su forma perfecta en comparación con la silueta desgarbada de los otros dos. Es el volcán más joven, solo tiene un par de miles de años y su silueta no ha sido desgastada por la lluvia, las glaciaciones y las muchas erupciones de sus compañeros mayores. Seguramente por esta silueta de volcán perfecto fue elegido para ser el Monte del Destino en el país de Mordor del señor de los anillos. Hay pasarelas de madera que van junto a un arroyo que desciende por el valle proveniente de Soda Springs, una cascada que baja por la ladera del monte Tongariro, visible hacia el norte y a la izquierda del valle. A 4,25 km. se llega al único baño posible hasta el refugio de Ketetahi. Los tiempos marcados hasta aquí varían dependiendo de donde los mires, pero lo normal es entre 1 o 1,5 horas. Llevamos una marca muy buena que la perdemos con la cola que hay para al baño. Es una sola cabina de estas prefabricadas. La cascada de Soda Springs es visible y a la misma se puede llegar por un camino lateral de unos 300 metros. Hasta aquí hemos ganado 240 m. del total del desnivel a realizar. En los próximos dos kilómetros se salvan otros 280 m. así que la subida comienza a ser más seria. El camino deja el valle Mangatepopo y va subiendo por la parte baja de las laderas del Monte Ngauruhoe hasta llegar al South Cráter. Se sube por sendero bien mantenido y tramos de escaleras de madera que aseguran el camino por encima del pedregal de restos de lavas y flujos piroclásticos por los que atraviesa. Volver la vista atrás te recompensa con la vista del monte Ngauruhoe y el valle Mangatepopo que parece estar cubierto de bandas de colores marrones claros y oscuros, dependiendo de la antigüedad de los flujos de lava. A 6.3 km. desde el comienzo hay un cruce con el sendero que sube a la cima del volcán Ngauruhoe, 650 m. de desnivel y tres horas más. Si eres friky del señor de los anillos o eres Frodo y tienes un anillo para destruir, pues ya sabes el camino a seguir. Cuando se llega al Cráter Sur hay un descanso en la subida. Es como una gran cuenca desértica, plana, de suelo marrón que separa el volcán Tongariro y el Ngauruhoe. La niebla hace su apariencia y caminamos envueltos en la misma, sin visibilidad ninguna. Hay que volver a subir una fuerte pendiente que serpentea por una cresta de restos volcánicos, con figuras retorcidas de lava que quedaron petrificadas. El piso del camino sigue bien mantenido y firme. En algún terraplén hay hasta alambradas que contienen las piedras formando como bancos accidentales que la gente usa para descansar y echar una mirada a la explanada del Cráter Sur y hacia el monte Ngauruhoe. Pero nos quedamos con las ganas porque la niebla es la dueña del paisaje. La última pendiente y se llega pronto a una señal bien definida que indica el camino para subir a la cima del monte Tongariro. Son tres kilómetros, ida y vuelta, y 80 minutos más. El desnivel no es mucho pues ya estamos a casi los 1886 m. de cota que tiene la cima del Cráter Rojo y la cima del monte Tongariro está a 1967 m. de altitud. Pero la niebla lo invade todo a nuestro alrededor y es tontería subir para no ver nada. Dos compañeros ya se han adelantado a realizar la subida. El resto permanecemos un rato junto a esta señal, haciendo fotos, (borrosas con la niebla), charlando con una chica argentina que está viajando sola por el país, soplando y esperando a que la niebla se desplace. Las vistas sobre el Cráter Rojo las vemos difuminadas. Es un profundo cráter en forma de U con tierra rica en hierro que muestra una mezcla de rojos vivos y tonos del marrón chocolate. Ocasionalmente la vista sobre la cuenca del Cráter Sur se va despejando, no así la del monte Ngauruhoe. La niebla se ha desplazado desde la cuenta del cráter hasta la cima del Tongariro y su cráter rojo. Tan sólo 300 m. separan esta señal del punto más alto de la caminata, los 1886 m. de la cima del Cráter Rojo. Es el punto que ofrece más y mejores vistas panorámicas. La mellada y profunda hendidura del cráter rojo, el monte Ngauruhoe, la cumbre cónica del monte Tongariro y hacia abajo las vistas del cráter central y los valles con sus lagos. El lago Azul en la lejanía, el trío de lagos Esmeralda y algún otro azulado envuelto en el humo de unas sulfataras además de toda la niebla que nos envuelve. Vistas que no podemos disfrutar a conciencia ya que las vemos distorsionadas por la niebla y a trozos, no tenemos una buena percepción de sus tonos de colores ni de sus formas completas. Después de casi una hora en el cráter rojo comenzamos a bajar la empinada pendiente hacia los lagos Esmeralda. La pendiente además de empinada es de tierra y arena suelta, propensa para los resbalones. Pero yo pensaba que sería peor. Si bajas con cuidado clavando bien los talones no hay problema alguno. Al ir perdiendo altura parece que la niebla se va disipando algo, pero hay unas nubes blancas procedentes de sulfataras que envuelven alguno de los lagos impidiendo tener una visión completa de los bonitos lagos de color esmeralda. Estos lagos ocupan los hoyos dejados por antiguas explosiones de alguna erupción. Su color verde es debido a una concentración de minerales que son perjudiciales y no permiten el baño en sus aguas. Hasta el primer lago esmeralda se bajan casi 150 metros de desnivel en tan solo 400 metros. Este es el más grande de los lagos. Si miras hacia arriba no te crees la empinada pendiente que acabas de bajar. Deambulamos bordeando el lago mayor. Desde sus contornos hay también una buena visión del Cráter Rojo y sus hendiduras rojas y marrones. Con ello dimos tiempo a que los dos compañeros volvieran de la subida a la cima del Tongariro. Otro rato de fotos. Nos acercamos a otro de los verdes lagos. Su verde es como más profundo porque en sus bordes se amontona algún tipo de vegetación o algas. El cráter rojo se alza imponente sobre nosotros y parte del mismo se refleja en las aguas de este lago. No contentos con esto, seguimos adelante por este camino lateral que no es otro sino el circuito norte que por aquí sigue su andadura hacia el refugio Oturere. Al final del valle de los lagos el camino baja hacia otro valle, el Oturere, con la cordillera Kaimanawa al fondo. Volvemos al cruce de senderos. Hasta aquí desde el inicio se han recorrido 9 km. (sin los desvíos que nosotros añadimos). El sendero cruza ahora el Cráter Central, otra estéril explanada de tonos marrones. Aunque tiene sobre el mismo un flujo en forma de abanico de lava negra que rompe la monotonía marrón. Al final hay que subir una corta pendiente hasta la cima de la cresta del cráter y en lo alto de la misma, si vuelves la vista atrás, otra hermosa vista de este cráter con el Cráter Rojo al fondo y sobresaliendo por encima de él la parte superior del cono oscuro del monte Ngauruhoe. Detrás de esta cresta aparece el Blue Lake. Un hermoso lago de agua dulce que se formó en una antigua ventilación de lava y su color azul puede variar dependiendo del tiempo que haga, es como un trocito de cielo. Su color ahora es un azul apagado, como el cielo nuboso y mustio que tenemos sobre nosotros. Este lago es “tapu”, sagrado, para los maoríes y por ello no es apto para baños ni picnics. Comienza a llover de forma suave. Ante un nuevo indicador de distancias caemos en la cuenta de que llevamos recorridos 9,7 kilómetros y nos quedan otros tantos, y disponemos de dos horas escasas para llegar al autobús de las 3:30. Como el grueso del grupo va más adelantado a las que estamos rezagadas no nos toca más que aligerar el paso. Se comienza a bajar y este tramo de la caminata sigue ofreciendo hermosas vistas. Debajo del cielo encapotado se distingue la silueta del lago Rotoaira en primer plano y el lago Taupo en la parte posterior, acunados entre montañas verdes. Es una buena oportunidad de ver el lago más grande de Nueva Zelanda en su conjunto. Aunque las nubes circundantes y las prisas que llevamos nos lo impiden en parte. La lluvia sigue a ratos sin apretar demasiado. Apenas si pudimos echar alguna foto. El camino va dejando el terreno yermo volcánico y se va adentrando en pastizales similares a los del principio de la ruta. A los 13 km. se llega al refugio Ketetahi en el que hay una gran cola para el baño. Pasamos sin detenernos y seguimos apretando más el paso. Aún en la zona de matorral y antes de bajar hasta un arroyo que hay que cruzar encontramos una nueva caseta de madera con baños. Su construcción parece reciente y es todo un acierto. Nos detenemos y aunque la cola aquí es mucho menor, nos entretiene un poco. Cuando quedan apenas tres kilómetros para el final el camino se adentra en un bosque denso que es único en esta caminata, aunque al ser típico de Nueva Zelanda, lo veremos más en los próximos días. La mayoría del camino va sobre pasarelas y escaleras de madera que ayudan en el fuerte descenso y evitan los arroyos que atraviesan el bosque. Ahora en lugar de caminar casi que corremos. Adelantando a muchísima gente, pidiendo perdón para que nos dejen pasar. Vemos de vez en cuando a personas descansando tranquilamente de la dura travesía, otros en cambio están parados porque no pueden con sus pies. En este último caso el denominador común es un calzado inapropiado para esta caminata. Llegamos cuando faltaban diez minutos para la salida del autobús, las dos que veníamos últimas pues el resto del grupo ya está allí. Ni siquiera hemos comido. Llego muy enfadada, sobre todo conmigo misma. Porque no me había parado a pensar en su momento que tanta prisa no era necesaria, teniendo en cuenta que hay otro transfer que recoge a las 5. Vale que no calculamos el tiempo correctamente, vale que nos relajamos y no tuvimos en cuenta el recorrido que quedaba. Pero no había una obligación prioritaria de coger el primer transfer. Total, ya en la tarde tan solo nos quedaba estar en la habitación descansando ya que volvíamos a dormir en el mismo hotel Es cierto que el último recorrido pueda parecer menos interesante pero a mí me gusta caminar fijándome en los detalles que encuentro al paso y no he tenido la oportunidad. Tenía en mente ir fijándome para ver la zona de la última erupción y el cráter Te Maari pero con tanta prisa lo olvidé. Debí de haber tomado la decisión de bajar tranquilamente, tal y como había hecho la primera parte del trayecto, había tiempo más que suficiente para alcanzar el segundo autobús, independientemente de que el resto del grupo fuera delante. Así que llevar los tiempos controlados y caminar tranquilamente. Es una ruta preciosa y probablemente no volvamos a recorrerla nunca más. Tarde de descanso en el porche del apartamento. Viendo como caían unos chaparrones, luego salía el sol y el arco iris, para más tarde volver a llover. Fuimos a cenar a Schnapps Bar en el mismo pueblo de National Park. Nos dimos un homenaje, unas raciones enormes. Las costillas y las hamburguesas estaban buenísimas. Etapas 7 a 9, total 28
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