Para llegar a Orakei Korako hay que desviarse a la SH1, dirección Hamilton, antes de llegar a Taupo, recorrer unos 23 km. en esta carretera y desviarse a la Tutukau Rd. en la que se circulan unos 14 km.
No encontramos descuentos para esta atracción pero en la revista Arrival había unos cupones por los que te daban una bebida o café. La compra de tickets y la cafetería está todo junto en el mismo recinto. Una terraza comunica con el embarcadero y es un lugar agradable para tomarte el café y contemplar el lago Ohakuri.
Orakei Korako está algo apartado de los circuitos turísticos y recibe menos visitas que el resto de atracciones geotermales. Un punto a su favor.
Pero es que, además, desde que desaparecieron las Terrazas Rosas y Blancas, esta atracción geotermal es la mejor, si quieres ver vistosas terrazas de sílice. También posee la mayor concentración de geiseres de Nueva Zelanda. Nosotros con los geiseres en nuestra visita no tuvimos suerte, estaban como adormecidos.
Otra forma de llamarlo es con el nombre de “El Valle Oculto”, bastante apropiado por su situación y lo que contiene en su interior.
Se sabe que el Valle Oculto estaba ocupado por una tribu de maoríes que aprovechaban sus aguas calientes, pero abandonaron el valle a finales del siglo XIX, sin razón conocida. Ya para 1900 comenzó a ser una atracción turística y los primeros viajeros tenían que cruzar el, por entonces, tumultuoso río Waikato, en una canoa destinada a tal fin y conducida por un maorí. Por 1930 un rudimentario sistema de alambre y poleas transportaba a los visitantes. Para 1937 Orakei Korako fue nombrado oficialmente como atracción turística.
El Orakei Korako que hoy vemos se encuentra al lado de un lago el cual se cruza en una pequeña embarcación que funciona a demanda, no tiene horario establecido.
El lago Ohakuri es el lago artificial más grande de la cuenca del río Waikato. Construida la presa, en 1961 ya estaba el lago relleno de agua. Esto supuso elevar 18 metros el nivel del agua del río y anegar las dos terceras partes del área geotermal, quedando sumergidas varias atracciones de la misma, incluidos dos de los geiseres más grandes del mundo, el Minginui Geyser y Orakei Korako Geyser.
Estamos en el vértice más al sur del lago Ohakuri. Su superficie tranquila se mece con las ondas del barco que nos cruza. Al igual que las muchas plantas acuáticas que crecen alrededor de los dos embarcaderos.


El recorrido total de esta atracción es de 2.6 km. y se hace siguiendo las indicaciones marcadas en cada punto interesante, sobre pasarelas de madera y algunas escaleras. No hay folleto para este circuito. En los diferentes paneles hay explicaciones en varios idiomas, incluido el español.
Abandonando el pequeño embarcadero donde nos deja el barco, se comienza a subir una rampa y escaleras que llegan a la primera terraza, Emerald Terrace, la cual ya hemos venido viendo incluso desde el trasbordador.
Es una terraza de sílice, la más grande en su clase de Nueva Zelanda. Su espesor puede variar entre 20 mm y 20 metros. Lo que se ve ocupa una gran extensión pero hay que tener en cuenta que la terraza continúa 35 m. por debajo del agua.
Los dorados y naranjas se mezclan con los blancos, grises y marrones, formando un arco iris muy particular. Los colores son ocasionados por algas de agua caliente o cianobacterias que pueden vivir a temperaturas de 35 a 60 grados.
Es increíble ver también cómo crece vegetación en medio de estas coladas de sílice y escorrentía de aguas calientes.


Los accidentes geotermales no parecen estar muy activos hoy. Hay pocas humaredas y el borboteo de Hochstetter Cauldron no es muy pronunciado. Los geiseres Diamond y Sapphire están descansando. El geiser Diamond se encuentra muy cerca de la pasarela y sus erupciones son impredecibles. El que tenga la suerte de verlo explosionar casi seguro que también se moja algo. Sus chorros pueden llegar a los 9 metros. El geiser Sapphire se encuentra a pocos metros después y este si explosiona cada dos o tres horas.
Estas características están junto a la terraza Esmeralda pero se pueden considerar como la base de las dos terrazas siguientes, Rainbow y Cascade Terrace.


La pasarela vuelve a subir, hacia el mirador Rainbow. Un bonito mirador que permite ver las terrazas Esmeralda, Rainbow y Cascade, desde una posición más ventajosa. A la derecha se observa muy bien el gran flujo de agua que se escurre por la terraza Esmeralda hacia el lago Ohakuri. Las cifras que se manejan son de 20 millones de litros al día. Flujo procedente de los geiseres, piscinas de aguas termales, agujeros de barro…, de todas las terrazas que hay en la reserva geotermal.



Hay que volver por el mismo camino y continuar hacia las siguientes terrazas. Las terrazas que se alzan por encima de la terraza Esmeralda son grandes escarpes de falla formados en un terremoto en el año 131 de nuestra era, según informan en un panel explicativo. Más o menos la misma época en la que el gran volcán que formó el cercano lago Taupo hacía su última erupción. Las cianobacterias vuelven a trabajar en estas terrazas conformando bandas de colores muy vistosas que pueden ir variando en el tiempo.
Por encima del Hochstetter Cauldron una gran superficie de escorrentía termal forma una composición de tonos dorados, verdes, marrones…, especialmente vistosa. Es lo que han denominado como “Mapa de Africa”.


La siguiente terraza llamada “Te Kapua” y The Golden Fleece (El Vellocino de Oro). Te Kapua es la denominación maorí que significa La Nube. Es el tercer escarpe de falla y el más grande, tiene 5 metros de alto y 40 de ancho y presenta un revestimiento blanco sinterizado que podría asemejarse a una nube o a la lana de una oveja. Es una zona impredecible y no se puede entrar en ella, la pasarela se corta y se queda a cierta distancia. En su base hay varios respiraderos de geiseres que van y vienen. Ninguno de ellos nos muestra su actividad.

La pasarela sale de las terrazas y comienza a subir hacia Artist’s Palette y Caves. Va entre una vegetación muy variada, con los nombres de algunas plantas indicados. Al paso te encuentras con una extraña roca que tiene por nombre Elephant Rock.


Por este recorrido, con la vista lateral entre las ramas de los árboles de la colorida Artist’s Palette, la soledad y silencio del que disfrutamos, es cuando puedes comprender mejor la belleza serena que, me imagino, siempre ha tenido “el valle escondido”.



El primer desvío va directamente a un mirador sobre la terraza Artist’s Palette. “Kei Runga Ite Mania”. Lo de serena belleza también se le puede aplicar a la vista estupenda de esta terraza, pero es engañosa. Es la terraza más peligrosa, por ser impredecible e inestable. Por ello la pasarela le da la vuelta y solo se puede contemplar desde la lejanía.
Es una terraza sinterizada de sílice que tiene una superficie de una hectárea. Nos muestra una apariencia muy tranquila, tan sólo alguna columna de humo. Sus varios geiseres tienen erupciones irregulares. Uno de ellos, pequeño, está soltando agua y más parece una fuente.
Su gama de colores parecen más suaves, blancos, dorados, el azul pastel de las piscinas alcalinas… Aunque fijándose mejor, vemos también naranjas, verdes, marrones… La paleta de un artista.




El circuito sigue en pasarela de madera a través de bosque variado y varios ejemplares de las Pongas de Nueva Zelanda, los helechos árboles, hasta la famosa cueva Ruatapu. La cueva sagrada para las mujeres maoríes donde celebraban ceremonias.


Es una cueva geotermal y solo existen dos en el mundo conocido, esta y otra en Italia.
Desde un mirador se contempla la gran oquedad cubierta de musgos y helechos, se extiende por más de 35 metros hasta una piscina caliente en el fondo, de color verde, la llamada “piscina espejo”. Sus aguas trasparentes y claras que le dieron el calificativo de espejo no pudimos verlas de cerca, tan solo desde la altura en el mirador. Las escaleras que bajan hasta ella se encuentran cerradas. No sabemos si por mantenimiento o porque ya no se puede bajar al fondo. Yo me inclino más por esto último, pero finalmente no pudimos preguntarlo.
Con tan solo la visión de la piscina en lo hondo de la cueva, no nos pareció ser la mejor atracción de la reserva.

Se comienza la vuelta del circuito. Antes de comenzar a bajar hay una vista superior de la zona de pozas de lodo, Mud Pools.
En esta zona los fluidos termales han descompuesto químicamente las rocas y las han transformado en arcilla. Esta arcilla se calienta por la fuente de agua subterránea y aparecen las piscinas de lodo. La actividad depende de los niveles de lluvia y también de la estación, en invierno suelen estar más activas.


El camino pasa al lado de Soda Fountain. Es una fuente termal que estuvo inactiva 17 años y de pronto volvió a ser activa en 1984. Su agua es casi transparente y al fondo parece hervir.

Y finalmente el sendero llega al punto de intersección con el inicio de la ruta para luego bajar hasta el embarcadero.
Somos los últimos en volver. El centro de visitantes y la cafetería se encuentran ya cerradas.
Por donde está el cartel de las toilets hay una canoa con apariencia rudimentaria. Supuestamente es la canoa que transportaba a los primeros viajeros a través del revuelto río Waitako.
Pese a que hemos visitados dos reservas geotermales, Waimangu y Waiotapu, que nos han parecido estupendas y dignas ambas de visitarse, esta de Orakei Korako también nos ha gustado un montón. Tiene atractivo y un puntito especial, más genuino. Quizá porque no había gente, quizá por el entorno……