NUEVOS RINCONES SUIZOS, CHAMONIX, PERIGORD NOIR Y ANDORRA EN CAMPER VAN ✏️ Blogs de Suiza

Aunque estamos cansados de tanta carretera, hoy decidimos hacer un esfuerzo y recorrer las dos horas y media que nos separan de ZERMATT, la verdad es que ya estuvimos el primer verano pero queremos repetir y subir hasta Rothorn. Y el tiempo solo anunciaba dos días más de tiempo completamente despejado.
Así que a las 6 estamos levantados y poco después rumbo a Zermatt.

El monte Cervino nos enamoró como a tantísimos otros desde la primera vez que lo vimos en vivo y en directo...ay! quien tuviera sus derechos de imagen!.
No es de extrañar que lucharan por él los tres países, aunque finalmente ganase la partida Suiza, y es que es tal el merchandaising que hay alrededor del mismo, que tal y como leí en un artículo, si la famosa revista Forbes sacase una lista de las cumbres más mediáticas estaría encabezada sin ninguna duda por el Matterhorn; logos, campañas de publicidad, el toblerone, y hasta las pinturas con las aprenden a pintar los niños suizos (nuestras plastidecor de toda la vida, vaya) llevan la imagen del Cervino.

Y es que cuando el cielo está despejado y brilla el sol, parece que estamos en un mundo aparte. Me queda la espinita de conocerlo en invierno...todo se andará.

Cruzamos Zermatt y subimos hasta Sunnega en el funicular, donde nos entretenemos un rato respirando aire puro y contemplando el Matterhorn, mientras Hugo desfoga en la multitud de entretenimientos que ofrece el lago Leisee. no voy a poner fotos de este lago porque en el primer diario de Suiza ya lo hice.

A media mañana cogemos el teleférico que sube a Rothorn (3100m); allí las vistas son espectaculares, no solo del Cervino, sino también del Monte Rosa, del Weisshorn, del glaciar Gorner,....bueno una delicia para la vista. Además apenas había gente, creedme si os digo que un par de familias más.


Nosotros no hicimos mucho más ahí arriba, además después de la experiencia con Hugo el día anterior a 3000metros, decidimos no tensar demasiado la cuerda e iniciamos descenso en el teleférico haciendo parada en la estación de Blauherd. Hugo y yo paramos para ver las maquetas de animales que hay y después coger el funicular que baja a Sunnega de nuevo, y mi marido bajó andando hasta el lago Stellisee y después a Sunnega, donde se reunió con nosotros.

En el merendero del Leisee comimos y emprendimos la bajada, esta vez, a pie, hasta Zermatt, intentando no perdernos como nos ocurrió la primera vez.
Seguimos las indicaciones a Findeln, y fuimos bajando poco a poco, parando las veces necesarias para que Hugo descansara y sacando cientos de fotos al Matterhorn.

Parada obligatoria para reponer fuerzas en el famoso restaurante Chez Vrony, fotografiar algunos edelweiss y un ratito de juego para Hugo en el castillo hinchable que tenía montado el restaurante.

Poco antes de llegar a Zermatt nos encontramos esta bonita cascada:

Después paseamos viendo los bonitos chalets suizos y visitamos el cementerio, que sobrecoge al ver las cuerdas, los piolets y estampas del Cervino en las tumbas.
Recorrimos la calle principal de tiendas e hicimos alguna compra y nos bajamos en el tren a Täsch, eran casi las 8 de la tarde...Hugo estaba rendido.

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Durante nuestro primer verano en Suiza hicimos el sendero del enanito de Muggestutz, el que parte de Mägisalp y termina en Bidmi, el largo, de 5km.

En esta ocasión, y con motivo de su 20 aniversario realizamos el sendero corto, 3km; que da comienzo en Twing, cogiendo el teleférico que sube hasta Kässersttat y después desciendes el sendero hasta la parada intermedia de Lischen, donde vuelves a coger el teleférico de regreso a Twing.

El precio, 30chf.- cada adulto y te dan como en el otro sendero una postal con su sello para enviarla, pero ojo, el sello solo cubre Suiza, para enviarla a España necesitas comprar otro más.

La verdad es que el largo es más divertido ya que al ser más largo, valga la redundancia, tiene más paradas y más entretenimientos para los peques, pero para los adultos este otro tiene unas vistas mucho más bonitas. Pasamos una mañana de lo más agradable, y la última, por cierto, de buen tiempo.

Bueno...pues bienvenidos al Muggestutz Weg!!:


El sendero es cuesta abajo la mayor parte del camino, excepto un pequeño tramo al final. Es inviable con sillas de paseo o carritos. Dispone de una pequeña zona de merenderos, barbacoas y aseos. Apenas nos encontramos con gente...solo un par de familias en la zona de merenderos.
No os voy a poner fotos de todas las paradas para que os pique el gusanillo y os animéis hacerlo porque es completamente recomendable si viajáis con peques.



Encontraréis casitas, miradores con prismáticos, un pequeño teleférico de madera, puentes colgantes, fuentes manuales, bueno un sinfín de atracciones de las que os costará sacar a los más peques de la familia.


Al terminar el sendero, y como recompensa nos dieron una bolsita de muesli a cada uno.
Hacía un calor horroroso pese a que empezaba a nublarse, así que de camino a casa paramos en el Lago de Brienz a darnos un chapuzón, que nos refrescó para el resto de la tarde.


Alrededor de las 7 regresamos a nuestra casa a tomarnos una cervecita en el cenador del jardín viendo atardecer y planeando la siguiente jornada...

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Sabíamos que hoy la lluvia nos daría poca tregua, así que preparamos nuestra neverita, y nos fuimos a THUN, a pasear por su mercado semanal que tanto nos gustó en Navidad y a comprar algunas cosillas para hacer un picnic en el Blausee.

Nos entretuvimos un poco porque en el puente de Thun estaban haciendo surf, y nos quedamos un ratito viendo como "cogían la ola de su vida", y es que, a falta de mar, los suizos se lo inventan!


El día que fuimos a Zermatt vimos de camino el desvío al BLAUSEE
y nos pareció una opción interesante para un día, por estar cerca de casa en primer lugar, y por lo desconocido que parecía.
Era sábado así que había más gente que el día que pasamos que solo había un par de coches o 3, pero aún así, no había aglomeraciones ni era agobiante.
Además, debe ser de las pocas excursiones que hagas por el módico precio de 8 chf.- cada adulto. La entrada, además, incluye un paseíto en barca por el pequeño lago para ver las truchas de cerca, y la visita a una pequeña granja que hay subiendo un sendero. El parking, gratuito, creo recordar. Tiene una zona bastante amplia con barbacoas pequeñitas, que también están incluidas en el precio, además de la leña y los periódicos...solo tienes que llevar un mechero!!
Para completar la visita los niños pueden jugar en un montón de columpios, toboganes, casitas de madera,...

Hay un pequeño paseo hasta llegar al lago; una vez allí, puedes elegir bordearlo por la zona del restaurante, el hotel y el embarcadero, o bien por un tupido bosque lleno de pequeñas cuevas y puentes que parece que estás en la mismísima Alaska (de verdad, sin exagerar). Fue una jornada de lo más agradable, si no hubiese sido por la lluvia que a última hora nos estropeó la visita.

Nos dio tiempo a bordear el lago, comer, que Hugo jugase un ratito en los columpios, dar el paseo en barca y cuando íbamos a subir a la granja empezó la lluvia que llevaba amenazándonos todo el día...al principio como no era muy fuerte nos resguardamos en una zona de rocas que hay en el bosque y captamos esta bonita imagen...y es que hasta la lluvia es mágica en el Blausee



Cuando empezó a llover más fuerte nos refugiamos otro ratito en un pequeño museo que hay relacionado con el lago, y cuando paró exploramos de nuevo el bosque, sus cuevas y algunos senderos. De nuevo volvió la lluvia pero esta vez acompañada de tormenta, así que nos fuimos al coche y volvimos a casa.

Paramos un ratito a la altura del funicular que sube al Monte Niesen, por si paraba de llover y podíamos subir, pero la lluvia cada vez era más fuerte...así que dimos el día por finalizado.

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