Hoy dejamos Innsbruck para dirigirnos a Salzburgo, a 190km.
Recogemos y pagamos las 2 noches de camping (20€/noche).
Por el camino vamos a hacer tres paradas. La primera de ellas es Hall in Tirol, a unos 10km de Innsbruck. De camino pasamos junto al Castillo de Ambras, impresionante por su descomunal tamaño. Hall in Tirol es un pequeño pueblo que aún conserva su casco medieval y sus callejuelas adoquinadas. Merece una vista la Stadtpfarrkirche, en el centro del pueblo, construida en estilo románico con añadidos posteriores góticos y barrocos.
La siguiente parada la hacemos en Wattens, para visitar el museo Swarovsky. Las instalaciones de la fábrica son casi tan grandes como el pueblo en si. Pasamos un rato recorriendo los jardines que son muy bonitos. No paran de llegar autocares y hay muchísima gente. Al final no entramos al museo pues no queremos esperar la larguísima cola y que esto nos retrase el resto del día.
Nos desviamos de la autopista para llegar hasta Alpbach, catalogado como el pueblo más bonito de Austria. Yo no podría estar más de acuerdo, casitas de madera, balcones cargados de flores, paisaje de ensueño. Sorprendentemente hay poquísima gente, por lo que podemos disfrutar paseando tranquilamente por las calles del pueblo.
Emprendemos la bajada atravesando otros pueblos del Tirol igualmente llenos de encanto.
Llegamos a Salzburgo a la hora de comer, hay bastante tráfico, y vamos directos al camping Nord Sam. A esta hora está cerrada la recepción, pero nos recibe un chico que nos acomoda y vamos montando la tienda y preparando la comida hasta que la recepción abra y podamos registrarnos.
Es un camping precioso, calificado con 4 estrellas, muy bien organizado, buenas instalaciones y una piscina que nos da la vida, pues el calor sigue in crescendo. Cuesta 30€/día que hay que pagar por adelantado.
Nos facilitan la información de cómo llegar al centro y adquirimos allí mismo las tarjetas para el autobús, con validez de 24h (3,30€). Hasta el centro hay que coger 2 autobuses, el primero se toma a unos 100mts del camping y nos deja en la estación central, desde esta parten un montón de líneas hacia el centro.
Salzburgo es muy turístico, en el centro hay auténticas riadas de turistas. Lo primero que recorremos es la Getreide Gasse, en ella se sitúa la casa natal de Mozart y un motón de comercios.
Da igual en que dirección vayas, todas las calles y plazas merecen la pena ser visitadas. Hay numerosos “Mozarts” tocando algún instrumento o simplemente esperando para posar en la foto de algún turista.
La mole del castillo en lo alto del Mönchsberg es imponente. Se divisa desde cualquier punto de la ciudad
Visitamos la catedral de San Rupert, de aspecto muy italiano, la Residencia, que es el antiguo palacio de los príncipes-arzobispos, construido en estilo barroco y la plaza de Mozart, presidida por una estatua del genial compositor.
Seguimos hacia la plaza de la Universidad, donde por las mañanas tiene lugar un mercado de frutas y verduras y el castillo de Mirabel en cuyos jardines presenciamos un concierto de cuerda al aire libre.
De nuevo en el centro no me resisto a comprar unos bombones Mozart, son de chocolate rellenos de pistacho. Lo malo (o no) es que con el calor se derriten y tenemos que comernos casi de golpe toda la bolsa.
También hacemos acopio de unas cervezas para la cena, optamos por la Stiegl, la más famosa allí ya que la fábrica está en Salzburgo, en nuestra opinión tiene muy buen sabor.
Continuamos caminando por las animadas calles y casi sin darnos cuenta ya es la hora de volver al camping para cenar y echarnos a descansar.
Recogemos y pagamos las 2 noches de camping (20€/noche).
Por el camino vamos a hacer tres paradas. La primera de ellas es Hall in Tirol, a unos 10km de Innsbruck. De camino pasamos junto al Castillo de Ambras, impresionante por su descomunal tamaño. Hall in Tirol es un pequeño pueblo que aún conserva su casco medieval y sus callejuelas adoquinadas. Merece una vista la Stadtpfarrkirche, en el centro del pueblo, construida en estilo románico con añadidos posteriores góticos y barrocos.
La siguiente parada la hacemos en Wattens, para visitar el museo Swarovsky. Las instalaciones de la fábrica son casi tan grandes como el pueblo en si. Pasamos un rato recorriendo los jardines que son muy bonitos. No paran de llegar autocares y hay muchísima gente. Al final no entramos al museo pues no queremos esperar la larguísima cola y que esto nos retrase el resto del día.
Nos desviamos de la autopista para llegar hasta Alpbach, catalogado como el pueblo más bonito de Austria. Yo no podría estar más de acuerdo, casitas de madera, balcones cargados de flores, paisaje de ensueño. Sorprendentemente hay poquísima gente, por lo que podemos disfrutar paseando tranquilamente por las calles del pueblo.
Emprendemos la bajada atravesando otros pueblos del Tirol igualmente llenos de encanto.
Llegamos a Salzburgo a la hora de comer, hay bastante tráfico, y vamos directos al camping Nord Sam. A esta hora está cerrada la recepción, pero nos recibe un chico que nos acomoda y vamos montando la tienda y preparando la comida hasta que la recepción abra y podamos registrarnos.
Es un camping precioso, calificado con 4 estrellas, muy bien organizado, buenas instalaciones y una piscina que nos da la vida, pues el calor sigue in crescendo. Cuesta 30€/día que hay que pagar por adelantado.
Nos facilitan la información de cómo llegar al centro y adquirimos allí mismo las tarjetas para el autobús, con validez de 24h (3,30€). Hasta el centro hay que coger 2 autobuses, el primero se toma a unos 100mts del camping y nos deja en la estación central, desde esta parten un montón de líneas hacia el centro.
Salzburgo es muy turístico, en el centro hay auténticas riadas de turistas. Lo primero que recorremos es la Getreide Gasse, en ella se sitúa la casa natal de Mozart y un motón de comercios.
Da igual en que dirección vayas, todas las calles y plazas merecen la pena ser visitadas. Hay numerosos “Mozarts” tocando algún instrumento o simplemente esperando para posar en la foto de algún turista.
La mole del castillo en lo alto del Mönchsberg es imponente. Se divisa desde cualquier punto de la ciudad
Visitamos la catedral de San Rupert, de aspecto muy italiano, la Residencia, que es el antiguo palacio de los príncipes-arzobispos, construido en estilo barroco y la plaza de Mozart, presidida por una estatua del genial compositor.
Seguimos hacia la plaza de la Universidad, donde por las mañanas tiene lugar un mercado de frutas y verduras y el castillo de Mirabel en cuyos jardines presenciamos un concierto de cuerda al aire libre.
De nuevo en el centro no me resisto a comprar unos bombones Mozart, son de chocolate rellenos de pistacho. Lo malo (o no) es que con el calor se derriten y tenemos que comernos casi de golpe toda la bolsa.
También hacemos acopio de unas cervezas para la cena, optamos por la Stiegl, la más famosa allí ya que la fábrica está en Salzburgo, en nuestra opinión tiene muy buen sabor.
Continuamos caminando por las animadas calles y casi sin darnos cuenta ya es la hora de volver al camping para cenar y echarnos a descansar.