![]() ![]() Embarque Libre a Tailandia ✏️ Blogs de Tailandia
Diario de nuestro viaje a Tailandia en Julio de 2012Autor: Gatuka Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.6 (11 Votos) Índice del Diario: Embarque Libre a Tailandia
01: Introducción a nuestro viaje a Tailandia
02: Bangkok
03: Bangkok
04: Rio Kwai-Ayutthaya
05: Ayutthaya-Lopburi
06: Sukothai-Chiang Rai
07: Chiang Rai
08: Chiang Mai
09: Phuket
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Etapas 13 a 15, total 17
Ilusionados con los paisajes que vamos a descubrir nos levantamos alegres, sin importarnos el sonido del despertador. Nos recogen de nuevo en recepción y vuelta al puerto. Allí conocemos a nuestro guía, Francisco, que es español.
Montamos en el barco y llegamos a nuestro primer destino: Bamboo Island, una isla de aguas cristalinas y arena finísima y blanquísima. Nos bañamos, hacemos fotos vídeos recorriendo la isla… Volvemos al barco y paramos entre rocas a hacer snorkel, viendo los lugares donde se rodó la película “La Playa”. No podemos bajar a tierra en la isla de los monos porque la marea está muy alta y no queda tierra firme, así que les damos de comer desde el barco. En esos parones en los que el barco se balancea me empiezo a marear y ya me huelo el resto del día. Seguimos recorriendo islas y para cuando llegamos a Phi Phi Dong ya tengo ganas de vomitar. En el restaurante trato de comer lo que puedo de todo lo que me trae Armando intentando que me sienta mejor, pero todo me da vueltas, no tengo ni ganas de moverme de allí, pero hay que volver al barco si quiero ir al hotel a descansar y aun queda la visita de Maya Bay. Barcos de popa larga en Phi Phi Dong El trayecto en lancha rápida con el aire dándome en la cara me sienta mejor. Una vez en Maya Bay nos cuentan el destrozo que causó el tsunami, por dónde entró y salió la ola. La verdad es que impresiona. Recorremos la isla, que nos es muy grande, atravesando campamentos de mochileros (algún día volveremos a Tailandia en ese plan). Ya más estabilizada consigo hacer alguna foto e incluso vídeo. Casa de los espíritus en Maya Bay De vuelta al barco la mar está francamente mal. Casi todos los pasajeros se marean y yo me paso todo el viaje vomitando, deseando avistar tierra firme a medida que las olas nos zarandean y salpican. Ya en la furgoneta de vuelta al hotel consigo dormirme y cuando bajamos me voy derecha a la cama echarme un rato. Consigo encontrarme mejor y Armando llama al restaurante del hotel para aprovechar la cena que teníamos incluida en la estancia. Tras la siesta consigo reponerme, cenar y dar un paseo antes de volver a la cama. Mañana es el último día completo de hacer el vago en el hotel. Etapas 13 a 15, total 17
El día amanece bien para mí después de la mala experiencia del día anterior.
Vamos a la playa, la piscina… exprimimos el día al máximo y disfrutamos de la brisa y las vistas en la terraza de la habitación en las horas de más calor . Últimos momentos en la playa del hotel A la tarde salimos de la piscina para tomar unas cervezas a los gritos de los camareros: Happy Hour! Despidiéndonos de la piscina Volvemos a la habitación para darnos una ducha y cenamos por última vez en el Sawasdee y cuando estamos tan cansados que no podemos más nos metemos por última vez en esa cama.La noche siguiente estaríamos de nuevo en Bangkok. Restaurante Sawasdee [img] ![]() Etapas 13 a 15, total 17
Nos levantamos y disfrutamos por última vez del maravilloso desayuno con vistas al mar. Aún tenemos tiempo, pues hemos quedado con Sopa a las 14.00 para ir al aeropuerto. Tomamos el sol disfrutando de las lecturas, que ya llegan a su fin. Nos bañamos en la piscina, sacamos fotos de cada rincón… como si con ello pudiéramos llevarnos un trocito de paraíso y conseguir volver a sentirnos allí en los momentos de más estrés en la vuelta al trabajo.
Adiós, paraíso! A la llegada de Sopa ya tenemos todo listo para regresar a la jungla, esta vez la de asfalto. Unas horas después aterrizamos en Bangkok, donde nos recibe Bom, que nos cuenta algunos entresijos de la vida tailandesa que aún desconocemos. De nuevo llegando a la jungla de asfalto En el hotel tenemos que esperar un rato para hacer el check in (no sé qué pasa en este hotel que las dos veces que hemos estado han tardado tanto en darnos la habitación). Nos alojan en la parte antigua del edificio y nos dan una habitación con vistas a un patio bastante tétrico. No nos parece razonable teniendo en cuenta lo que nos ha costado y comparándolo con nuestra anterior estancia, así que bajamos a recepción y les decimos que no estamos nada contentos con la habitación que nos han dado. Finalmente conseguimos convencerles y nos realojan en la parte nueva que, aunque no es como la del inicio del viaje sí se ajusta más a lo esperado. Damos una propina a la recepcionista y llamamos a la guía del primer día para contratar un masaje como el de la primera vez. En un momento estamos tumbados en la cama recibiendo un maravilloso masaje que nos deja como nuevos. Esta vez no puedo dormirme porque Armando, que tiene muchísimas cosquilla,s no para de reírse. Cuando las masajistas terminan su trabajo nos empiezan a explicar algo que no entendemos, pues entre que apenas saben inglés y el acento no nos enteramos de nada. Según lo que Armando entendió, nos hacían proposiciones indecentes. Yo no lo creo, pero la verdad es que no conseguí entender una palabra de lo que decían, más que “other room” “big” y “doctor”. Armando acompaña a las masajistas al lobby mientras yo me doy una ducha. Cuando vuelve le cedo el cuarto de baño y nos preparamos para salir a Patpong, que ya lo echábamos de menos. Nos damos un paseo y vamos a cenar al Nius on Silom, un restaurante italiano con jazz en directo.Cenamos muy tranquilos, unos platos de pasta buenísimos y acompañados de buena música, totalmente recomendable. Después subimos al restaurante Sirocco, en el hotel Lebua, para tomar una copa en el skybar. Apenas podemos disfrutar de las vistas porque hay tantísima gente que no podemos ni movernos. Como era de esperar, es muy caro: 470 bahts cada mojito. Las vistas desde el restaurante Sirocco, en el hotel Lebua De vuelta al hotel paramos en una tienda de trajes a medida, abierta a pesar de ser casi medianoche, y es que está casi en el meollo de Patpong. Entre una cosa y otra, que si necesito, que si mira qué tela, acabamos negociando y encargando seis camisas y una corbata para Armando y un vestido para mí. Los tendríamos listos para el día siguiente a la hora de comer. Hecha la compra del día continuamos paseando por Patpong, y parando a comer unos pinchitos de pollo y cerdo en un puesto de comida callejera (qué ricos!!). No tardamos mucho en regresar al hotel, ya que nos hemos quedado tan relajados después del masaje que tenemos ganas de dormir. Etapas 13 a 15, total 17
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