25 días por los parques nacionales del Oeste de USA: un Road Trip de 10500 kms ✏️ Blogs de USAUn largo viaje realizado en julio del 2013, con salida y llegada en Las Vegas, ciudad en la que nos casamos. Recorriendo ocho estados del Oeste de USA para conocer sus Parques Nacionales más emblemáticos, desde el Grand Canyon a Yellowstone, desde Yosemite a Arches.Autor: Murglys Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (45 Votos)
01: Introducción
02: Viernes 5 de Julio: Santiago de Compostela – Madrid (Barajas)
03: Sábado Día 6 de Julio: Madrid (Barajas) – Dallas - Las Vegas
04: Domingo Día 7 de Julio: Las Vegas (I)
05: Lunes Día 8 de Julio: Las Vegas (II)
06: Martes Día 9 de Julio: Las Vegas (III) – Valley of Fire
07: Miércoles Día 10 de Julio: Las Vegas - Death Valley - Mammoth Lakes
08: Jueves Día 11 de Julio: Mammoth Lakes - Yosemite (I)
09: Viernes Día 12 de Julio: Yosemite (II)
10: Sábado Día 13 de Julio: Yosemite - Sequoia National Park - Barstow
11: Domingo Día 14 de Julio: Barstow - Ruta 66 - Grand Canyon South Rim (I)
12: Lunes Día 15 de Julio: Grand Canyon South Rim (II)
13: Martes Día 16 de Julio: G. C. South Rim - Page - Monument Valley - Mexican Hat
14: Miércoles Día 17 de Julio: Mexican Hat - Lake Powell - Kanab
15: Jueves Día 18 de Julio: Kanab - Cedar Breaks - Bryce Canyon
16: Viernes Día 19 de Julio: Bryce Canyon - Capitol Reef - Goblin Valley - Moab
17: Sábado Día 20 de Julio: Moab - Vernal
18: Domingo Día 21 de Julio: Vernal - Flaming Gorge - Grand Teton N. Park - Jackson
19: Lunes Día 22 de Julio: Jackson - Grand Teton Nat. Park - Yellowstone (I)
20: Martes Día 23 de Julio: Yellowstone (II)
21: Miércoles Día 24 de Julio: Yellowstone (III)
22: Jueves Día 25 de Julio: Yellowstone - Bonneville Salt Flat - Springville
23: Viernes Día 26 de Julio: Springville - The Needles - Monticello
24: Sábado Día 27 de Julio: Monticello-Nat. Bridges-Rutas 95-24-Bryce-Zion-Kanab
25: Domingo Día 28 de Julio: Kanab - Grand Canyon North Rim - Hurricane
26: Lunes Día 29 de Julio: Hurricane - Zion National Park (Springdale) - Las Vegas
27: Martes Día 30 de Julio: Las Vegas - New York - Madrid (Barajas)
28: Resumen final y conclusiones
Total comentarios: 77 Visualizar todos los comentarios
Etapas 4 a 6, total 28
Entre el estado de Nevada y España hay 9 horas de diferencia y, por lo tanto, el inconveniente del jet lag era algo que teníamos más o menos asumido. Como ya apunté en la introducción del diario, ése fue el principal motivo por el que nos habíamos decidido a permanecer tres días en Las Vegas antes de comenzar nuestro largo road trip por los Parques Nacionales del oeste de USA, ya que no nos hacía demasiada gracia la idea de echarnos a la carretera sin haber ajustado mínimamente nuestros biorritmos al nuevo horario.
Pero claro, una cosa es estar de algún modo prevenido ante el previsible desfase en los ciclos del sueño, y otra bien distinta es despertar, terminar de desvelarse del todo después de unos minutos dando vueltas en la cama y, al ir a mirar el reloj, comprobar horrorizado que las agujas marcan… ¡¡las 2 de la mañana!! Por suerte para ella, María seguía durmiendo profundamente, pero yo tenía ya los ojos como platos, así que, procurando hacer el menor ruido posible, me levanté, abrí el ordenador portátil y me conecté a Internet. El wifi iba como un tiro, y gracias a ello pude sobrellevar algo mejor la interminable noche, leyendo la prensa, siguiendo en directo la enésima exhibición de Vettel, consultando los pronósticos del tiempo o echándole un vistazo a las últimas entradas en el foro de Los Viajeros. En torno a las 6, María se fue desperezando y aproveché para darme una merecida ducha. Conectamos el skype e hicimos algunas llamadas a amigos y familiares. Cargamos el equipaje en el coche, y a eso de las 8 abandonamos el hotel en dirección al centro de la ciudad. El horario de check-in en el Stratophere, donde teníamos nuestra habitación reservada, no comenzaba hasta las 3 de la tarde, así que nos quedaba una larga mañana por delante para disfrutar de la zona más filmada y fotografiada de Las Vegas: el Strip Tema musical: "Under the summer stars" (THE ENID) El día había amanecido un tanto tormentoso e incluso, tal y como puede apreciarse en la anterior captura de vídeo, llegaron a caer algunas gotas mientras circulábamos por delante de los primeros hoteles de la zona sur del Boulevard -Mandalay Bay, Luxor, MGM, New York New York…-, pero resultó ser tan solo una falsa alarma, porque poco a poco el cielo se fue abriendo y terminó por lucir el sol durante casi toda la jornada, con el consiguiente bochorno canicular extremo. Dejamos el coche en el amplio self-parking del París y a través de unos ascensores accedimos al interior del edificio. Hay que decir que para ser el primer hotel que visitábamos en Las Vegas no pudimos haber tenido mejor suerte, porque nos gustó muchísimo. Bien es cierto que a lo largo del día íbamos a tener la oportunidad de conocer otros más lujosos -Bellagio, Caesar’s Palace- o más espectaculares –Venetian-, pero el encanto de éste y su inspirada ambientación, recreando un atardecer lluvioso en las hermosas calles y plazas parisinas, no desmerecen en absoluto. Y el casino, con Torre Eiffel incluida, es una maravilla que nadie que visite Las Vegas debería perderse. Tema musical: "Pomp & Circumstance" (CAMEL) En buena parte de los monitores de televisión que había por allí, algunos de ellos realmente gigantescos, estaban emitiendo la final de Wimbledon, así que, al mismo tiempo que nos deleitábamos con la belleza del hotel, yo iba siguiendo por el rabillo del ojo el desarrollo del partido, y de vez en cuando hasta me paraba para paladear los mejores puntos de Murray o Djokovic. Después de haber sacado bastantes fotos, salimos por la puerta principal hacia el Strip. Aún quedaban restos de las nubes matinales de tormenta y por eso el calor todavía no llegaba a resultar atosigante del todo. Subimos caminando hacia el norte, en dirección al Venetian. Pasamos por delante del Bill’s Gamblin -cerrado desde hace meses y verdaderamente necesitado de una buena reforma, porque su estado semiruinoso llamaba la atención- y entramos al Flamingo con la intención de desayunar en el buffet Paradise Garden, que no es ni mucho menos uno de los más recomendados en el foro, pero el hambre apretaba ya bastante y éste era el que nos caía más a mano. Me imagino que en otros hoteles -Wynn, Cosmopolitan, Caesar’s Palace, etc- el breakfast será sin duda espectacular y se podrán degustar auténticas delicatessen, pero no sé si es que María y yo somos poco exigentes o que quizá el nivel de este buffet del Flamingo haya subido en los últimos tiempos, pero el caso es que a nosotros nos pareció un acierto, porque había un sinfín de platos de notable calidad, tanto fríos, calientes, dulces o salados, y por poco más de treinta dólares -propina aparte- nos pusimos los dos hasta arriba. Acabamos tan llenos que al salir del buffet hicimos el firme propósito de no volver a probar bocado en todo el día. Bueno, o al menos hasta la noche. Por fortuna, teníamos por delante unas cuantas horas para caminar y bajar la comida haciendo un extenso recorrido a través de los principales hoteles del Strip. El sol brillaba ya con fuerza, y los jardines del Flamingo estaban muy bonitos, así que les dedicamos unos minutos. La imagen de los flamencos en el estanque era ciertamente bucólica y no quisimos irnos de allí sin inmortalizar ese momento: Tema musical: "Wait for sleep" (DREAM THEATER) Cerramos el breve paréntesis “medioambiental” y reemprendimos nuestro paseo por el Strip en dirección norte. Dejamos atrás el Quad –antiguo Imperial Palace- y el Harrah’s, dos hoteles en los que no estábamos especialmente interesados, y poco después apareció ante nuestros ojos una de las joyas de la corona en esta ciudad: el majestuoso Venetian. Tema musical: "Eleventh earl of Mar" (GENESIS) Si uno es capaz de abstraerse de la inevitable sensación inicial de estar ante una especie de imponente decorado de cartón piedra, se puede llegar a disfrutar de verdad con esta alucinante reproducción a escala de los más representativos puentes y edificios venecianos. Tema musical: "Gallavant" (THE ENID) Y, desde luego, nada como dejarse engatusar por los esforzados canturreos de los gondoleros para pasar un buen rato en el Grand Canal. Gondoleros del Venetian con sonido ambiente Finalizamos nuestro particular recorrido por el Venetian haciendo una visita a su colosal casino, cuya ambientación –hiperlujosa- nos dejó un tanto abrumados. Al volver a salir al Strip comprobamos con gran disgusto que la temperatura había subido muchísimo y el calor comenzaba a resultar tan sofocante como el del día anterior, así que en cuanto vimos un puesto ambulante de venta de agua fría nos lanzamos como posesos a comprar nuestras primeras dos botellas. Estos puestos pueden ser fácilmente localizados en cualquiera de los puentes peatonales que unen los hoteles a uno y otro lado del Boulevard, y en ellos se pueden adquirir botellas de medio litro por 1 dólar. Conviene no comprar el agua en las tiendas del interior de los hoteles, ya que en este caso su precio se multiplica por tres o cuatro. Y como en verano el trasiego de botellas es continuo –imposible dejar de beber- la diferencia puede llegar a ser importante. Tema musical: "Non Grata" (NON GRATA) El siguiente hotel que visitamos fue el Mirage. Dimos una vuelta por su interior y nos quedamos bastante sorprendidos al encontrarnos el casino casi abarrotado a esas horas de la mañana. Quizá lo que más nos gustó de todo fue la zona de la piscina, en especial sus cascadas artificiales, muy conseguidas. Tema musical: "Humoresque" (THE ENID) Ver a toda aquella gente chapoteando feliz en el agua, a salvo de la achicharrante temperatura ambiente, nos estaba dando cierta envidia, así que no tardamos mucho en abandonar el recinto y dirigirnos hacia otro de los previsibles puntos álgidos del día: el archiconocido Caesar’s Palace, todo un icono de Las Vegas. Sobre este prodigioso e inabarcable resort ya se han escrito tantas cosas y se han dado tantos detalles en el foro que poco podría añadir yo ahora sin resultar repetitivo. El mundo de la Antigua Roma queda aquí reflejado con gran lujo de detalles, ya que la ambientación clásica es magnífica y las reproducciones de algunas de sus obras de arte más conocidas rezuman un gusto exquisito, al igual que las galerías comerciales, repletas de tiendas y boutiques de alto standing. Tema musical: "Fand" (THE ENID) Nos habríamos quedado mucho más tiempo disfrutando de una maravilla de tal envergadura, pero el tiempo comenzaba a apremiar y nos esperaba a continuación otra de las visitas más esperadas de la jornada: el famosísimo Bellagio. Mucho habíamos leído acerca de la elegancia de este hotel, pero una vez allí comprobamos que tantos adjetivos elogiosos no eran ni mucho menos exagerados, porque todo aquello es en verdad impresionante. Además, la decoración se inspira en el hermoso pueblo homónimo situado a orillas del Lago di Como, un lugar en el que habíamos tenido la oportunidad de estar un par de años antes y que nos había encantado, por eso en las instalaciones del Bellagio pudimos recrearnos doblemente con todo lo que estábamos contemplando. Tema musical: "After the ordeal" (GENESIS) Tema musical: "The lovers" (STEVE HACKETT) Detalle del conocidísimo techo de flores de cristal, en el lobby del hotel Jardines. La Decoración del verano 2013 era más sobria que otras anteriores que habíamos visto en internet La fuente de chocolate, muy lograda Una vez disfrutado el trío de ases dentro de la baraja de grandes resorts temáticos en Las Vegas -Venetian, Caesar’s Palace y Bellagio- nos sentimos satisfechos y dimos por buena la mañana. Todavía nos quedaban por conocer unos cuantos hoteles de la zona sur del Strip y el reloj indicaba que estábamos ya casi a mediodía, así que decidimos aligerar un poco el paso y hacer algo más breves las visitas posteriores. Lo principal estaba visto. Desde el mismo Bellagio accedimos a la estación del monorraíl que une este hotel con el Montecarlo. Su recorrido atraviesa el ultramoderno City Center en donde se levantan un buen puñado de complejos lujosísimos de reciente construcción, como el Aria, el Cosmopolitan, el Vdara, el Mandarín Oriental… Apenas nos detuvimos en el Montecarlo más allá del tiempo que nos llevó cruzar sus instalaciones de un lado a otro. El casino estaba animadísimo, por cierto, casi tanto como el del Mirage. Continuamos nuestra ruta bajo un tórrido calor que íbamos soportando mal que bien a base de ir consumiendo una botella de agua tras otra. Perdimos la cuenta de la cantidad de líquido que llegamos a beber. El New York New York nos gustó bastante, y la montaña rusa le aporta al conjunto un cierto toque de originalidad que no está nada mal. Tema musical: "Su una mosca e sui dolci" (PREMIATA FORNERIA MARCONI) Exterior del hotel Tema musical: "Chelsea monday" (MARILLION) Interior del hotel Cruzamos luego hacia el Excalibur, pero puede decirse que de este hotel sólo conocimos su fachada, ya que únicamente hicimos una pequeña incursión en el lobby antes de volver a salir de inmediato, en dirección a la cercana parada del Mandalay Bay Tram, un monorraíl que une los tres complejos más importantes de esta zona del Strip -Excalibur, Luxor y Mandalay Bay-. Exterior del Excalibur derritiéndose bajo un sol de justicia Tras un rápido trayecto, nos bajamos en el Mandalay Bay. Aquí teníamos previsto subir a la terraza panorámica para ver la ciudad desde ese privilegiado mirador, pero cambiamos de idea sobre la marcha, porque a estas alturas del día ya empezábamos a sentirnos un poco desfallecidos, y además una torre de 350 metros nos estaba esperando en nuestro propio alojamiento. Después de echar un fugaz vistazo a la decoración del hall, regresamos hacia el Luxor caminando por las animadas galerías que conectan ambos hoteles. Y lo cierto es que el Luxor nos sorprendió muy positivamente. Quizá porque nuestras expectativas no fuesen demasiado elevadas, o tal vez porque creyésemos que tras la terna de grandiosos hoteles de inspiración italiana todo lo que viniese a continuación nos iba a saber a poco, el caso es que la ambientación egipcia de este particular edificio piramidal nos tuvo un buen rato embelesados mirando aquí y allá y procurando no perdernos detalle de nada. Sin duda, uno de nuestros hoteles favoritos de todo el Strip. Si alguna vez volvemos –y esperamos hacerlo- nos gustaría alojarnos aquí, aunque bien es verdad que el París tampoco nos desagradaría... Tema musical: "Corcyra" (CITIZEN CAIN) Tema musical: "One for the vine" (GENESIS) Regresamos al Excalibur en el monorraíl y al llegar cruzamos ya directamente por el puente hacia el MGM. El desproporcionado tamaño de este hotel se alió con nuestro dolor de pies para que la visita no se alargara en demasía. Había muchísimo ambiente y en especial los bares estaban muy concurridos. La decoración tan recargada de algunos de ellos llamaba la atención. Nos sentamos un rato en el Rainforest Cafe Sin apenas darnos cuenta, el tiempo se nos había ido echando encima, porque ya eran casi las 4 de la tarde y, como ya expliqué antes, el horario de check-in en el Stratosphere comenzaba a las 3. Y lo peor es que todavía nos quedaba un buen trecho hasta el self parking del París, donde aguardaba nuestro coche, así que nos armamos de valor y comenzamos una larga caminata en dirección norte por la acera de la derecha, justo enfrente al City Center. Apenas había sombras en las que refugiarnos, y no nos quedaba más remedio que entrar de cuando en cuando en alguna de las múltiples tiendas de esa parte del Strip a descansar y aliviar el sofocón a base de pequeños chutes de aire acondicionado. Alcanzamos el Planet Hollywood al borde del desmayo. Nos metimos en el casino y allí tuvimos que hacer un alto obligado para sentarnos y descansar un rato. Los asientos en los que nos apoltronamos eran tan cómodos y la temperatura del recinto tan agradable que, reventados como estábamos, nos costó un mundo volver a levantarnos y continuar adelante. Finalmente sacamos fuerzas de donde ya no las había y casi arrastrándonos conseguimos llegar sanos y salvos al amplísimo aparcamiento del hotel París. Nos derrumbamos en los asientos del coche, arranqué el motor, ajusté el climatizador hasta dejarlo en modo Groenlandia-Norte y conduje de nuevo por el Strip en dirección al Stratosphere. La torre del Stratosphere desde abajo Sin excesiva dificultad encontramos el self parking del hotel, situado en un lateral del edificio, y una vez recogido el equipaje nos encaminamos a la recepción para efectuar el check-in. Basándonos en lo que habíamos leído sobre ello, nos preocupaba un poco que las colas pudiesen llegar a ser inacabables, pero tuvimos suerte y no fue necesario aguardar demasiado tiempo. Nos atendió una empleada nicaragüense y, aunque la mujer era borde hasta decir basta, lo cierto es que el hecho de poder comunicarnos con ella en español facilitó bastante las cosas a la hora de completar el registro sin mayores contratiempos. María se acordó entonces de la recepcionista malencarada de la noche anterior y cuando ya nos íbamos me hizo un comentario un tanto desabrido acerca de los check-in en los hoteles de Las Vegas y, en particular, de la mucha mala leche que hasta el momento le estaban generando. La Strip View Guest Room que nos dieron se encontraba en el piso 20 y tantos, y hasta ella subimos en los vertiginosos ascensores del hotel. La impresión que nos llevamos al llegar arriba fue estupenda, porque la habitación era muy amplia, cómoda y, sobre todo, con unas vistas de escándalo que abarcaban toda la franja norte del Strip, incluyendo los hoteles Circus Circus, Encore, Trump, Río, Treasure Island y Mirage. Tema musical: "Watcher of the skies" (GENESIS) Vistas desde la habitación Tema musical: "The ancient" (YES) El Sky Jump visto desde la habitación Después de abrir las maletas, colocamos la ropa en los armarios y nos dimos una relajante y refrescante ducha que nos dejó ya muy recuperados del palizón de casi 10 horas con el que habíamos “inaugurado” el viaje. Así que en torno a las 7 y media de la tarde volvimos a coger el coche y nos dirigimos al Downtown. Aparcamos en el Self Parking del hotel Golden Nugget. Creíamos que era gratis, pero una vez allí vimos unos letreros de considerable tamaño que indicaban que el precio era de 2 $. Tardamos un buen rato en localizar alguna plaza libre porque el aparcamiento, de cinco o seis plantas, estaba prácticamente lleno y tuvimos que subir y bajar unas cuantas veces por las rampas hasta dar con un hueco vacío. El casino del hotel es de tamaño más bien reducido, y no tardamos en atravesarlo. Al salir por el lado opuesto nos encontramos de golpe en mitad del Freemont Experience, cuya pantalla gigante de 1400 pies –la más grande del mundo, por lo visto- constituye sin duda el principal reclamo de esta parte de la ciudad. El gentío no era para nada agobiante y en diferentes lugares estratégicos de la abovedada calle habían dispuesto un par de escenarios sobre los que varias bandas de calidad manifiestamente mejorable se esforzaban por entretener al personal. O al menos por no espantarlo demasiado. De pronto, se hizo el silencio y de la kilométrica pantalla de arriba comenzaron a salir ráfagas de luz, destellos extraños y una especie de rugido aullante… o aullido rugiente… no sé. La cosa fue tal que así: Freemont Experience con sonido ambiente …Y, bueno, los amantes de Bon Jovi ya me sabrán disculpar, pero he de reconocer humildemente que aguantamos apenas unos diez minutillos antes de escapar de allí por pies. De camino al parking, ya en plena noche, nos detuvimos un instante a contemplar, asombrados, la prolongada sucesión de helicópteros que sobrevolaban la ciudad en una interminable fila de luces de colores. Menudo negocio que tienen montado en Las Vegas con los turistas, madre mía… si no lo veo, no lo creo. Cuando llegamos de nuevo al Stratosphere seguíamos sin tener apetito, y ya a estas alturas del día parecía quedar claro que el pantagruélico atracón del buffet del desayuno en el Flamingo había provocado verdaderos estragos en las paredes de nuestros estómagos . De tal modo que en el Starbucks nos tomamos un descafeinado y una infusión, acompañados ambos de tres o cuatro pastelitos minúsculos, y sin más demora nos retiramos a la habitación a dormir. Nos lo habíamos merecido con creces. .
.
Etapas 4 a 6, total 28
María durmió como un bebé y yo también conseguí al fin descansar medianamente bien, después de varias noches “semitoledanas”. En cualquier caso, el jet lag aún seguía dando sus últimos coletazos y nos despertó a las 5 y pico, ya con el sol sobresaliendo por encima de las montañas situadas al este de la ciudad.
En unas pocas horas íbamos a celebrar nuestra boda, ahí es nada, así que nos pusimos lo más guapos que pudimos y a eso de las 7 y media bajamos al parking a por el Hyundai para dirigirnos otra vez hacia el Downtown. Nuestros planes pasaban, de entrada, por la recogida de la Licencia Matrimonial en las oficinas del Condado de Clark -muy próximas al Freemont Experience, donde habíamos estado la noche anterior-, y después queríamos ir a desayunar al afamado buffet del Golden Nugget antes de acercarnos a la Chapel de A Las Vegas donde teníamos reservada la ceremonia a las 10 y cuarto. Cuando planificábamos en casa esta jornada del viaje, siempre terminábamos haciendo la misma chanza: “ya que nos vamos a casar, hagámoslo con el estómago bien lleno, ¿eh?, no vaya a ser que en mitad de la boda nos dé una pájara, un desfallecimiento o algo” La intención que teníamos era, pues, la de volver a dejar el coche en el aparcamiento del Golden Nugget. Pero poco antes de llegar allí encontré otro, llamado Douglas Parking, justo una manzana más cerca del Clark County, por lo que cambié de idea sobre la marcha y me metí en éste. Fue una mala decisión, como comprobaríamos algo más tarde. Habíamos reservado por internet la cita -a las 8 de la mañana- para recoger la licencia matrimonial sin tener que esperar colas en las oficinas del Condado de Clark, pero la verdad es que este trámite previo nos lo podríamos haber ahorrado, porque la afluencia de público a esas horas era ridícula. Cinco personas contadas. Cubrimos con calma el papeleo fijándonos bien en que todos los nombres estuviesen correctamente escritos, pues en caso contrario sería necesario corregirlos con posterioridad y el asunto se complicaba mucho. Abonamos los 60 $ de rigor, y salimos del edificio administrativo con el documento en nuestro poder… ¡y mucho apetito, que llevábamos casi 24 horas sin probar apenas bocado! En la guía Trotamundos habíamos leído una crítica muy positiva referida al desayuno-buffet del hotel Golden Nugget, así que nos apetecía valorarlo por nosotros mismos. Mereció la pena. El nivel general de los platos en éste quizá esté algo por debajo de los del breakfast del Flamingo, -no demasiado-, pero es que cuesta poco más de la mitad -tan solo 11 $ por persona-, y por eso, en relación calidad-precio, nos quedamos sin duda con el buffet del Golden Nugget. Recomendable al 100%. Procuramos que el atracón no llegase a los extremos del día anterior y para ello tuvimos que controlarnos bastante. Abandonamos el local muy satisfechos -en todos los sentidos- y nos encaminamos hacia el Douglas Parking a recoger nuestro vehículo. Y al meter el ticket en la caja automática de Self-Pay, nos llevamos la sorpresa: 10 $ por menos de 2 horas… ¡Carallo con el señor Douglas! Lo cierto es que la culpa fue mía, por no haber reparado en los carteles indicadores de los precios antes de entrar al aparcamiento. Pudo haber sido porque en esta ocasión esos carteles eran de menor tamaño, o por ir un poco despistado… o quizá por las dos cosas juntas. En cualquier caso, cuando subimos de nuevo al coche ya se nos había olvidado por completo el “crujío”, puesto que los dos teníamos cosas más importantes en las que pensar. - Hala, venga, hora de casarnos, vamos pallá, -le dije a María para rebajar un poco la tensión del momento-. - Oye, si ves que tal, lo dejamos, ¿eh?, -me contestó ella, antes de soltar una sonora carcajada de las suyas-. Y punto final a la tensión del momento. Al llegar a la capilla, nos esperaba un ministro mexicano -de Leon de Guanajuato, según nos explicó- y otra joven empleada de A Las Vegas Wedding Chapel que ejerció de testigo de boda. Esta chica era bastante simpática, y se cachondeaba un poco de la sencillez de la ceremonia diciéndonos, con un puntito de sorna, que a ver si volvíamos allí para celebrar nuestra renovación de votos pero ya en un plan menos austero, contratando a Elvis y demás… Y nosotros le seguimos la guasa, por supuesto: - Sísí, descuida, que eso haremos… no tengas la más mínima duda de ello. Todo salió conforme a lo previsto. Un acto muy sobrio, tranquilo, y de corta duración, como deseábamos. Nos pusimos de acuerdo con el ministro para que por la tarde nos acercase a nuestro hotel las dos copias del certificado de matrimonio que estaban incluidas en el servicio express que habíamos estipulado. Unas cuantas fotos, y regresamos al Stratosphere con una sonrisa en la boca. Después de tanto cansancio acumulado, ya nos estábamos mereciendo un paréntesis de verdadero relax y por eso, al llegar a la habitación, decidimos que nada mejor que inaugurar nuestro recién estrenado matrimonio dándonos un buen bañito en la piscina del recinto del hotel. Echamos mano de las chanclas y los bañadores y allá nos fuimos. El calor a estas alturas de la mañana era ya exagerado y, por lo tanto, no hay palabras para describir el rato maravilloso que pudimos disfrutar dentro del agua, con el mirador de la torre y el X-Scream allá arriba, unos 300 metros por encima de nosotros. Nos dio mucha pereza abandonar la piscina, pero tras un par de horas largas disfrutando en el agua, terminamos por subir de nuevo a la habitación para darnos una ducha y arreglarnos sin demasiada parsimonia, ya que a las 4 habíamos quedado en el Starbucks de abajo con el ministro mexicano. Nos trajo las dos copias del certificado de matrimonio, charlamos durante más de media hora -se le veía interesadísimo por la situación económica española- y un poco antes de las 5 nos despedimos de él, subimos los certificados a la habitación y regresamos al lobby del hotel, a comprar los tickets para los Thrill Rides. El hecho de estar alojados en el Stratosphere nos daba derecho al acceso gratuito a la torre y, además, si queríamos adquirir las entradas para subir a las impactantes atracciones de arriba nos aplicaban un estimable descuento. Como teníamos previsto ir varias veces al mirador -para ver Las Vegas desde allí en diferentes momentos del día- y ambos pensábamos montar en los Thrill Rides, estas dos ventajas incluidas en el resort fee eran otro motivo adicional por el que habíamos elegido este hotel. Lo que pasa es que algo debió de cruzársele a María por la cabeza en el último instante, ya que justo antes de ponernos a la cola me miró con cara de circunstancias y me dijo que acababa de caer en la cuenta de que su afán por experimentar nuevas sensaciones no daba para tanto, y que casi mejor que los tickets me los comprara para mí solo… Y eso hice. Nos pusimos a continuación en la cola de acceso a los ascensores que suben a lo alto de la torre. Al llegar al control fui el involuntario co-protagonista de un gag humorístico, porque el tipo de seguridad me pedía que hiciera nosequé con el recipiente que te dan para que dejes en su interior tus objetos personales cuando pasas el escáner y yo le miraba y le preguntaba “what?, what?” Tras lo cual él me volvía a recitar la misma retahíla de palabros extraños, y así tres o cuatro veces, hasta que al final creo que me dejó por imposible y me hizo un gesto resignado para que siguiera adelante. Ni que decir tiene que María se tronchaba literalmente viendo la escenita desde un segundo plano. El ascensor sube de modo vertiginoso y, como no podía ser de otra manera, al llegar arriba los oídos acusaron la diferencia de presión y notamos algo de dolor, por eso nos vimos en la obligación de dedicarle un minutito o dos a bostezar, tragar saliva y demás remedios de andar por casa. Una vez recuperados del trance otorrínico (?), accedimos sin perder un solo instante al observatorio interior. La sensación al ver Las Vegas y sus alrededores desde todo lo alto es sencillamente apabullante, ya que el mirador acristalado permite la visión hacia abajo, y a 300 metros del suelo, aquello impone un poco. Tema musical: "Only because of you" (ROGER HODGSON) Tema musical: "Morning sun" (HAPPY THE MAN) Después de pasar un largo rato recorriendo la sala circular interior y gozando de las formidables vistas -la cámara de vídeo y la fotográfica echaban humo-, salimos un momento a la terraza exterior. Si se la compara con la otra, resulta un tanto decepcionante. Para empezar, el espantoso calor canicular en el mirador de fuera no se soporta nada bien, y además la visión panorámica es aquí bastante menos espectacular, porque una estructura metálica ciertamente antiestética -y me imagino que también antisuicidios- obstruye la mayor parte del borde externo de la terraza e impide casi por completo la observación de la ciudad con una perspectiva más o menos vertical. Por contra, esta terraza sí es el lugar indicado para contemplar desde cerca los tres Thrill Rides en plena actividad y escuchar los aterrorizados gritos de alguno de los atrevidos usuarios. Durante veinte o treinta minutos me entretuve grabándolo todo. Primero me interesé por el espeluznante X-Scream, en el que un vehículo se desliza por una plataforma móvil en dirección al vacío y frena en el último momento: X-Scream con sonido ambiente Muy cerca del X-Scream se encuentra el Big Shot, que con sus 329 metros es la atracción que alcanza una mayor altura en todo el mundo. No diferiría gran cosa de las caídas libres de cualquier parque temático europeo si no fuese por su particular emplazamiento, en plena cúspide de la construcción más alta de Nevada. Big Shot con sonido ambiente Y al otro lado de la torre está el Insanity, la segunda atracción más alta del mundo, en la que una estructura circular mantiene colgadas en el aire a diez personas antes de ponerse a girar a 40 millas por hora. Tema musical: "Xanadu" (RUSH) Hasta el año 2005 la oferta de atracciones de la torre Stratosphere incluía una montaña rusa llamada High Roller. ¡Quién la hubiera pillado! Fue desmantelada a finales de aquel año, pero todavía quedan en youtube algunos vídeos muy ilustrativos sobre su escalofriante recorrido. He aquí uno de ellos: High Roller con sonido ambiente Y después de ver cómo la gente se divertía, -o no-, pensé que ya había llegado el momento de tomar el toro por los cuernos y lanzarme a vivir yo mismo la experiencia. Quise estrenarme con el Insanity, pero cuando llevaba un buen rato esperando en la cola -al sol-, nos avisaron de que la atracción se cerraba temporalmente a causa de una revisión rutinaria. Buen comienzo. Un poco contrariado me dirigí al X-Scream, a ver si en esta ocasión había más suerte… ¡Y vaya si la hubo! Me tocó en el segundo asiento de adelante, y puedo asegurar que en ese preciso momento en el que de pronto ves aparecer el abismo delante de tus propias narices, la descarga de adrenalina es de las que hacen época. Uaaahh. A continuación me encaminé al Big Shot. María me esperaba abajo, grabando con la cámara. No estuvo mal, aunque creo que esta atracción impresiona un poco menos que las otras dos. En cualquier caso, merece igualmente la pena, por supuesto. Cuando por fin reabrieron el Insanity, estuve atento para ponerme de los primeros en la cola. Y creo que fue el thrill ride que más me gustó de los tres, porque aquí permaneces colgado a 300 metros de altura durante varios minutos, y te da tiempo a disfrutar muchísimo con la sensación tan fuerte que provoca la contemplación de las avenidas repletas de coches y los edificios de la ciudad justo debajo de ti. El resto de la tarde lo empleamos en recorrer los entresijos de la parte alta de la torre. Nos tomamos algo en el agradable lounge, le echamos un vistazo al restaurante giratorio - recordando nuestro añorado Piz Gloria, en los Alpes Suizos- y dimos por finalizada nuestra visita con una última vuelta completa por los 360 grados de la sala panorámica interior. Tras ello, bajamos a la habitación a darnos una nueva ducha, que después de haber pasado tanto calor era lo que más nos apetecía. Con los últimos rayos de sol del día, volvimos a salir. Imposible estar en Las Vegas y no acercarse al centro de la ciudad para ver las luces del Strip nocturno, así que hacia allá nos dirigimos. Todavía cerca del hotel, nos detuvimos brevemente en uno de esos supermercados en los que se puede encontrar de todo, tan típicos allí, con la intención de empezar a abastecernos para el road trip propiamente dicho, de cuyo arranque ya sólo nos separaban algo más de 24 horas. Compramos una nevera de porexpan con el tamaño justo para poder encajarla detrás de los asientos delanteros del coche, un generoso pack de botellas de agua, zumos de frutas y alguna cosilla más en plan aperitivo. Aparcamos de nuevo en el self parking del París, porque el día anterior nos había resultado la mar de cómodo y su situación era inmejorable, así que no tenía sentido complicarse la vida buscando otro. Atravesamos el hotel igual de maravillados que la primera vez, y al salir del lobby hacia el Strip ya se había hecho de noche, lo cual nos permitió disfrutar desde el primer instante con la archiconocida iluminación de los principales edificios del Boulevard luciendo en todo su esplendor. Una imagen en verdad inolvidable. Tema musical: "Timeless" (ROUSSEAU) Tema musical: "Wurensh" (IQ) Cruzamos al otro lado del Strip y nos acercamos al gran estanque para contemplar en vivo y en directo el famosísimo espectáculo de las fuentes del Bellagio. Buscamos un hueco entre el gentío y nos quedamos a ver cómo el agua danzaba al ritmo de dos canciones: “Big Spender”, perteneciente al musical Sweet Charity -dirigido por Bob Fosse en los años 60- y, diez minutos después, un ñoño-bodrio empalagoso hasta la náusea llamado “God bless the USA”, de un tal Lee Greenwood. Fuentes del Bellagio con sonido ambiente (I) Fuentes del Bellagio con sonido ambiente (II) Nos hubiese encantado finalizar la jornada con un prolongado paseo a lo largo de la zona más animada del Strip, desde el Venetian al Planet Hollywood, pero la noche era tremendamente calurosa y los excesos físicos del día anterior empezaban a pasarnos factura. Con cada nuevo paso que intentábamos dar, un creciente cansancio se iba apoderando más y más de nosotros, así que pronto nos dimos cuenta de que no quedaba más remedio que decir “basta por hoy”. A las diez o diez y pico agitamos nuestra particular bandera blanca y nos batimos en honrosa retirada hacia el Stratosphere. Ya en la habitación, apenas nos dio tiempo a cenar un par de pequeños sandwiches antes de meternos en la cama. Necesitábamos descansar. .
.
Etapas 4 a 6, total 28
Itinerario del día: A: Las Vegas B: Valley Of Fire Dormimos pocas horas, pero el sueño fue profundo y reparador. Teníamos previsto comenzar la jornada celebrando nuestro bautismo de fuego, nunca mejor dicho, en las carreteras americanas: un aperitivo de apenas 55 millas -casi 90 kilómetros- para acercarnos a conocer Valley of Fire, uno de los parques naturales más próximos a Las Vegas. Por eso nos sentimos muy aliviados después de comprobar que cuando saltamos de la cama, a eso de las 5 y media, nos encontrábamos ya bastante recuperados de la fatiga extrema de la noche anterior. Utilizamos por vez primera las máquinas de hielo del hotel, y bajamos al coche a llenar la nevera con dos o tres bolsas repletas de cubitos y muchas botellas de agua. El día se presumía achicharrante y convenía ir preparados para hacerle frente al calor del desierto. Un desayuno frugal a base de café con leche y minibollería en el Starbucks del lobby y, tras programar el GPS, comenzamos nuestra ruta. Nos habíamos dado prisa en salir para estar en Valley of Fire lo más temprano posible y tener así la oportunidad de realizar algún trek antes de que la temperatura fuese ya excesiva. A las 8 llegamos a la entrada Oeste, y allí un ranger muy amable nos explicó cuál era el procedimiento a seguir para abonar el importe de la entrada: coger uno de los sobres que tienen a disposición de los visitantes, apuntar en él los datos personales y los del vehículo, meter 10$ en su interior, cerrarlo y llevarse la solapa a modo de resguardo. El pase anual America The Beautiful no es válido aquí, ya que éste no es un parque nacional, sino estatal. Nos hicimos con un mapa-folleto, y entramos. Lo que más nos interesaba era el llamado Firewave, del que habíamos leído que venía a ser una especie de “sucedáneo” del fantástico The Wave (Coyote Buttes North), un lugar alucinante al que sólo se puede acceder teniendo suerte en el sorteo previo de los pases diarios. De hecho, las formaciones rocosas de ambos parajes guardan una cierta similitud, como bien puede comprobarse en las siguientes fotografías: The Wave Firewave Y nosotros, en efecto, habíamos participado meses antes en la lotería online para visitar The Wave en julio pero, como era previsible, no nos había tocado, ya que durante el verano la demanda de plazas suele ser siempre muy alta y el número de autorizaciones diarias concedidas muy pequeño. No nos quedaba más opción que la de conformarnos con esta alternativa compensatoria, así que lo primero que hicimos una vez que nos adentramos en Valley of Fire fue atravesar el parque casi por completo y dejar el coche en el aparcamiento más cercano al punto donde se inicia el trail que conduce al Firewave. Es importante señalar, por cierto, que en el mapa que entregan a la entrada no aparece este sendero. Para llegar a él hay que tomar el desvío que sale hacia el norte desde la zona del Visitor Center, conducir en dirección a White Domes y detenerse a la izquierda de la carretera en el antepenúltimo parking. Justo al otro lado de la misma está el letrero que indica el comienzo del trail. Sin perder un solo segundo nos pusimos a caminar, porque cada vez iba haciendo más y más calor, y temíamos que las altas temperaturas convirtiesen la milla de distancia hasta el Firewave en una eternidad. Además, tan solo encontramos alguna sombra en el primer tramo del recorrido, ya que después la senda transcurre por terreno pedregoso y a pleno sol. Ni que decir tiene que para completar este trek en verano se hace imprescindible beber mucho líquido y llevar bien cubierta la cabeza. Intentamos mantener en todo momento un ritmo no muy elevado, pero a pesar de ello acabamos el paseo acalorados al máximo y sudando lo que no está en los escritos. ¡Y eso que aún no eran ni las 9 de la mañana! María sacó entonces su vena sardónica y dejó caer una de esas perlas suyas que tanta gracia me hacen siempre: - ¿Saben aquél que diu que en el desierto el calor es muy seco y se suda menos…? En cualquier caso, la recompensa final compensó con creces el esfuerzo realizado, puesto que aquello es sencillamente magnífico. Tema musical: "Duchess" (GENESIS) Servidora pasando calorcillo en el Firewave Nos quedó, sin embargo, la sensación de que no habíamos elegido la mejor hora para disfrutar en plenitud del colorido del Firewave, ya que la intensidad de la luz solar provocaba que el tono general del paisaje quedase un tanto difuminado. Baste comparar la fotografía tomada por nosotros a primera hora de la mañana con la siguiente imagen vespertina del mismo lugar, obtenida de Internet: Firewave por la mañana Firewave por la tarde De regreso al coche, le dimos caña al aire acondicionado y seguimos hacia el norte en dirección a las White Domes. Al llegar al aparcamiento en el que finaliza la carretera, le dije a María que a pesar del calor me iba a acercar al punto donde arranca el trail circular para intentar hacer el primer tramo del mismo. Su respuesta no se hizo esperar: - Ah, vale, bueno… pero no apagues el aire, ¿eh?… tú vete yendo y luego ya, si eso, yo ya, yo… Y me fui solo, claro. La pobre se había portado como una campeona en el trek anterior, pero las altas temperaturas la habían dejado casi derrotada, así que no podía pedirle nada más. Además, el bochorno seguía yendo en aumento y el aire tan caliente empezaba a hacerse insoportable de verdad. Avanzar penosamente por el terreno arenoso exigía un esfuerzo supremo y a cada rato me paraba a beber un sorbo de agua por miedo a la deshidratación, de tal modo que tan solo llegué hasta el punto donde se inicia la bajada más pronunciada del sendero. Si descendía hasta el fondo del cañón, luego tendría que volver a desandar el camino, y el reto de remontar aquella cuesta en tales condiciones de calor extremo se me antojaba del todo imposible. Y como no soy muy de plantearme quimeras, me di la vuelta y retorné al coche con María. Tema musical: "Choosing a farmer (I)" (THE LENS) Una vez de nuevo al volante, ya por fin a salvo del infierno exterior, me convencí definitivamente de que Valley of Fire no nos iba a dar la oportunidad de conocerlo como a nosotros nos hubiese gustado. A estas alturas de la mañana ya nos había quedado bastante clarito que el mes de julio no es el más apropiado para visitar este parque. No tenía sentido siquiera pensar en realizar ningún otro trek, por pequeño que éste fuese. Por eso decidimos que regresaríamos hacia la salida del parque recorriendo sus distintos puntos emblemáticos sin apartarnos demasiado de los miradores cercanos a los parkings. La primera parada la hicimos en Silica Dome - Fire Canyon. Un sitio bastante bonito, con pequeñas montañitas de tonos marrones o rojizos y el cañón al fondo. Yo me bajé y caminé algunas decenas de metros para grabar varias tomas de vídeo, pero María permaneció en el interior del vehículo, bien fresquita. Tema musical: "Nocturne" (ANTHONY PHILLIPS) En la zona de Rainbow Vista apenas nos detuvimos un par de minutos para dejar constancia fotográfica y videográfica de la zona. Desde aquí se puede apreciar una panorámica bastante multicolor, sobre todo si miramos en dirección norte. Tema musical: "Stagnation" (GENESIS) Siguiendo hacia el Visitor Center, el siguiente punto de interés era el Mouse’s Tank. Se trata de una especie de estanque natural que se fue originando en una gran roca a la que se accede a través de un estrecho desfiladero. Este recóndito lugar, en el que abundan los petroglifos prehistóricos, toma su nombre de un indio llamado Paiute Sur, (“Pequeño Ratón”), que por lo visto se escondió en los alrededores a finales del siglo XIX, tras ser acusado de varios delitos de sangre. Llegué a asomarme un poco al trail de tan solo media milla, pero el efecto horno de aquel accidentado paraje impidió cualquier tentativa de paseo. No corría ni la más leve brisa. Yo calculo que los 50 grados no andarían muy lejos en semejante caldera. Conduje luego hacia la zona Este del parque, dejando el Visitor Center a la izquierda y las Seven Sisters a la derecha, y llegamos hasta la curiosísima formación rocosa denominada Elephant Rock. El infernal calor solo nos permitió contemplar el perfil “menos bueno” del animal petrificado: Tema musical: "Out of the roundabout" (PREMIATA FORNERIA MARCONI) Ver el elefante desde el mirador más conocido significaba tener que caminar una milla en subida, y tal cosa era inviable en un día así de tórrido. Estas dos fotografías obtenidas en Internet permiten hacernos una idea de lo que nos perdimos: Dimos la vuelta de nuevo hacia la entrada Oeste por la que habíamos accedido al parque a primera hora. Nos fijamos algo mejor en las Seven Sisters, una simpática familia de rocas con diversidad de formas y tamaños: Tema musical: "Beached" (AREKNAMES) Tomamos el desvío circular que recorre los contornos de Atlatl Rock y Arch Rock. Atlatl Rock es otro de los lugares más conocidos de Valley of Fire. Su nombre procede de unos dispositivos que los antiguos indios acoplaban a sus armas para poder lanzarlas por el aire. Las grandes moles rocosas de esta zona están repletas de petroglifos alusivos a estos instrumentos utilizados en la caza. Y a continuación llegamos al Arch Rock. Se trataba del primer arco natural que veíamos en nuestro viaje, aunque ya nos imaginábamos que después de éste vendrían muchos más. Es más bien pequeñín, pero no deja de tener su encanto: Tema musical: "Se fossi cosa" (PREMIATA FORNERIA MARCONI) Aquí aproveché para sacar una toma en la que aparece el flamante Hyundai Accent, al que ya le empezábamos a coger cierto cariño: Nuestro coche Nuestro recorrido por el parque estaba ya tocando a su fin, pero todavía nos quedaba por conocer un sitio realmente destacable: Beehives, -las Colmenas-, unas sorprendentes formaciones estratificadas de arenisca que se pueden observar en detalle desde un mirador de fácil acceso, muy próximo a la carretera principal. Tema musical: "Further away" (IQ) Casi a mediodía, decidimos marcharnos y regresar a Las Vegas. La visita a Valley of Fire es recomendable, qué duda cabe, pero conviene asumir que hacerla en verano supone correr el riesgo de tener que prescindir de buena parte de los paseos por los trails del parque, ya que el calor puede llegar a ser inhumano e incluso potencialmente peligroso. Además, si volviese allí, intentaría hacerlo a última hora de la tarde, porque tengo la impresión de que ése es el mejor momento para disfrutar al 100% con el colorido de estas formaciones rocosas. El contraste entre unas y otras fotos del Firewave es un buen ejemplo de ello. Llegamos a Las Vegas en torno a las 2 de la tarde, y nos dirigimos directamente hacia el gran Outlet del sur de la ciudad. La gazuza era importante, así que la prioridad no era sino buscar un sitio que nos gustase para comer. Dado que ambos somos bastante aficionados a la cocina turca, ésa fue nuestra elección: kebabs y ensaladas en un local llamado Pita's, si mal no recuerdo. Y nos equivocamos de pleno. De hecho, ésta sería, quizá, la peor comida de todo el viaje. Muy, muy flojita. María tenía la intención de hacer unas compras, con lo que, después de tomarnos un café y una infusión, la acompañé en su garbeo por las tiendas del centro comercial y a media tarde retornamos a nuestro hotel. Ya en la habitación, acordamos tomarnos un par de horitas de merecido asueto. Ella se echó una siesta y yo me conecté a internet para ponerme un poco al día. Más tarde, dejamos listas las maletas para salir al día siguiente a primera hora y cuando el sol se ocultó, a eso de las 8, volvimos a subir a lo alto de la torre para ver desde allí las luces de la ciudad y las aparatosas columnas de humo procedentes del incendio del Mount Charleston, que le había conferido al cielo de Las Vegas un intenso y llamativo tono anaranjado. Tema musical: "Il mercante" (CONSORZIO ACQUA POTABILE) Tema musical: "Halloween (I)" (PULSAR) Estuvimos un buen rato gozando de las maravillosas vistas hasta que llegó el momento en el que tocó despedirse de un mirador tan excepcional como aquél y bajar de nuevo al lobby, a comprarnos unas fichas del casino para llevárnoslas de recuerdo y cenar algo. Entramos en un mexicano y todo lo que pedimos estaba estupendo, con lo cual pudimos de algún modo quitarnos la espinita de la decepción que nos habíamos llevado a mediodía en el restaurante turco. Eran más de las 10 cuando subimos a la habitación. Nos convenía descansar lo mejor posible, porque a la mañana siguiente, bien tempranito, comenzaba el viaje “de verdad”. .
.
Etapas 4 a 6, total 28
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 4.8 (45 Votos)
Últimos comentarios al diario 25 días por los parques nacionales del Oeste de USA: un Road Trip de 10500 kms
Total comentarios: 77 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados Costa oeste de Estados Unidos: 25 días en ruta por el far west
Road-trip por libre visitando los Parques del Oeste de USA, Las...
⭐ Puntos 4.89 (72 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 302
Costa este de EEUU: 3250 millas de Boston a los Cayos de Florida
Un mes en coche desde el norte al sur de la Costa Este de los...
⭐ Puntos 4.81 (27 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 285
(Guía) 3 SEMANAS MÁGICAS EN ORLANDO:WALT DISNEY WORLD/UNIVERSAL STUDIOS FLORIDA
Compartimos con todos vosotros los momentos...
⭐ Puntos 4.74 (43 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 246
RUTA 66 Y COSTA OESTE USA
Un recorrido por la calle principal de América + Costa Oeste EEUU + Parques Nacionales de Utah
⭐ Puntos 4.77 (22 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 168
El pueblo de al lado (Jersey City - Nueva York)
Alguien me dijo una vez: Nueva York se puede visitar muchas veces, pero solo hay...
⭐ Puntos 4.58 (19 Votos) 👁️ Visitas mes actual: 164
Galería de Fotos
|