![]() ![]() 6 DÍAS EN ALSACIA Y SELVA NEGRA ✏️ Blogs de Alemania
Un recorrido de 6 días por dos grandes desconocidas de Europa: Alsacia y Selva Negra.
1.200 kilómetros de paisajes preciosos, pueblos encantadores, buena comida y cerveza barata, ¿se puede pedir más?Autor: MaxDD Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (5 Votos) Índice del Diario: 6 DÍAS EN ALSACIA Y SELVA NEGRA
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Etapas 1 a 3, total 8
Todos los años caen uno o dos viajes mínimo, pero normalmente los hacemos en pareja. En Abril estuvimos de luna de miel en Singapur y Tailandia, y para éste verano no nos apetecía irnos muy lejos, así que se nos ocurrió que, ya que no hacíamos un viaje con mis padres y mi hermana desde que nos fuimos a Londres en el verano de 2007, éste año sería una buena oportunidad de hacer un viaje en familia, y como mis padres no son muy de cruzar el charco… buscamos vuelos por Europa para finales de Agosto, que es cuando teníamos las vacaciones, y encontramos unos relativamente baratos a Basilea con Easyjet.
En 2013 nosotros ya habíamos estado en Suiza, así que pensamos que sería un buen plan dedicarle unos días a la Alsacia y a la Selva Negra, dos grandes desconocidas de Europa. Una vez comprados los vuelos (más abajo haré un resumen de gastos), lo siguiente fue empaparme el foro para ir poniendo chinchetas en el mapa e ir pensando por dónde buscar una casita donde hacer campamento base. El año pasado en Suiza dormíamos cada noche en un lugar diferente, pero al viajar en familia, pensé que lo mejor era buscar un pueblecito céntrico e ir haciendo diferentes excursiones desde allí, así no era tan enreoso. Tras buscar y preguntar mucho, nos decidimos por un apartamento para 5 en Durbach. Se trata de éste: http://www.ferienwohnungen-rau-durbach.com/ferienwohnung-schlossblick.html Es la planta baja de una casa de 3 plantas, perfectamente equipada. Más adelante os la detallaré. Ya sólo quedaba el coche, para ello, contratamos un Skoda Octavia Estate en Alamo, via ealquilerdecoches. Al ser 5, queríamos un coche amplio, cómodo, y donde no tuviéramos problemas para trasladar las maletas del aeropuerto a la casa y viceversa. La ruta la planeé siguiendo los sabios consejos del foro, es por eso que hacer este diario es una forma de devolver el favor y así ayudar a otros, igual que otros diarios me han ayudado a mi. La ruta final fue: DÍA 1 – 26 Agosto: MADRID – BASILEA – DURBACH DÍA 2 – 27 Agosto: CASTILLO DE HAUT-KOENIGSBOURG – RIQUEWIHR – EGUISHEIM – COLMAR DÍA 3 – 28 Agosto: SCHILTACH – HORNBERG – TRIBERG – FREIBURG DÍA 4 – 29 Agosto: ESTRASBURGO DÍA 5 – 30 Agosto: HEIDELBERG – SPEYER – GENGENBACH DÍA 6 – 31 Agosto: DURBACH – BASILEA – MADRID Respecto al precio del viaje, os indico lo que nos ha costado cada cosa: Vuelos Madrid – Basilea – Madrid (easyjet): 109,18 € por persona. Coche alquiler: 309,03 € en total, por tanto 61,80 € por persona. Apartamento para 5 en Durbach: 362,50€ en total, por tanto 72,50 € por persona. Sumando los 3 importes: vuelos + casa + coche hacen un total de 243,48 €. Los gastos allí han sido de 225€ por persona, incluyendo comidas, gasolina y entradas a sitios. Por tanto, el coste total del viaje ha sido de 470€ aproximadamente, y podemos decir que no nos hemos cortado en nada a la hora de comer, etc. Una vez hecha la introducción, ¡que empiece la fiesta! Etapas 1 a 3, total 8
El vuelo salió de Madrid a la hora prevista, y aterrizamos en el EuroAirport de Basilea a las 18:45. Éste aeropuerto es muy peculiar, porque es compartido por 3 países. De hecho, cuando atraviesas la puerta de embarque, puedes elegir el país por el que quieres salir. En nuestro caso lo hicimos por la parte suiza porque misteriosamente era donde más barato nos salía alquilar el coche, cuando lo normal es que sea más barato por la zona francesa…
Así que salimos por Suiza y fuimos raudos y veloces a coger nuestro coche a la ventanilla de Alamo. Nos dieron justo el coche que habíamos reservado, un Skoda Octavia Estate negro, con 10.000 km, que estaba como nuevo. Lo único malo que era gasolina, pero bueno, las autopistas alemanas dan fé de que el coche no andaba corto de motor jejeje. Montamos el GPS y... ¡rumbo a Durbach! Alemania nos había recibido con una fina lluvia, así que no le pudimos pisar mucho al coche, pero a cambio de eso, a mitad de camino salió el sol durante unos minutos, y pudimos contemplar atónitos el mejor arcoiris que hemos visto nunca. De hecho no fue sólo uno, sino dos. Arcoiris de suelo a suelo haciendo una parábola perfecta y con los colores brillantes y claros. Un momento para el recuerdo. Llamamos a los dueños de la casa poco antes de llegar a Durbach, tal y como habíamos acordado, y allí nos estaban esperando. Nuestra anfitriona nos enseñó la casa y era tal y como pudimos comprobar en las fotografías que vimos por internet: 2 habitaciones de matrimonio con baño incorporado, una de ellas incluía también una cama de 90 y una cuna. Cocina totalmente equipada, salón bastante grande y un porche con jardin muy bonito, con unas vistas fantásticas del castillo y los viñedos aledaños. Por menos de 15 euros por persona y noche, ¡no podíamos pedir más! La única pega es que la calefacción no calentaba todo lo que debería, aunque al ser pleno agosto no lo sufrimos mucho. Y que el wifi no llegaba a las habitaciones jajaja. Había que abastecer la casa para poder desayunar en condiciones los días siguientes, así que le preguntamos a la casera si habría algún supermercado abierto a esas horas, porque eran ya casi las 21:00 y estábamos en Alemania… Nos dijo que cerca de Offenburg había un supermercado abierto hasta las 22:00, y que además habría sitios donde poder cenar a esas horas tan tardías para el horario normal europeo. Metimos la dirección en el GPS y en 10-15 minutos estábamos buscando el supermercado. Nos costó bastante pero acabamos dando con él. Acostumbrados a los precios de los supermercados suizos del año pasado, los supermercados alemanes nos parecieron gloria bendita jajaja. Como os podéis imaginar, en el supermercado a esas horas de un martes no había nadie, sólo 5 españoles gritando como locos jajajaja. Cuando salimos, sólo quedaba abierto el Burger King que había por allí cerca, así que no nos quedó más remedio que cenar allí. Montamos un poco el show para pedir porque no hablaban inglés y nuestro alemán es un poco lamentable, pero conseguimos hacernos entender con mucha dificultad. Con la barriga llena y el maletero lleno de comida, volvimos a la casa a descansar que al día siguiente empezaba lo bueno. Atravesamos por primera vez Durbach de noche y nos pareció un pueblo muy bonito e idílico. Casas de entramado de madera decoradas con flores de mil colores. Un riachuelo que atraviesa el pueblo… todo muy bonito, aunque nada comparado con los pueblos que veríamos los días siguientes… Etapas 1 a 3, total 8
A las 8 de la mañana suena el despertador y nos ponemos en marcha sobre las 9:15. El día amanece bastante feo, pero consultamos el tiempo y parece que a eso de la hora de comer clarea un poco, así que habrá que aguantar la lluvia estoicamente toda la mañana.
Nuestro primer destino es el castillo de Haut-Koenigsbourg. Tardamos aproximadamente 1h15m en llegar desde el apartamento. Por el camino vamos pasando algunos pueblos alsacianos que ya dejan entrever lo que los hace destacar: casas de colores de entramado de madera con flores por todos lados. La mañana sigue lluviosa aunque por momentos escampa un poco, pero en cuanto subimos la carretera sinuosa que sube al castillo, nos envuelve la niebla, pero no nos molesta porque le da al lugar un ambiente más sobrecogedor aún. Llegamos al castillo aproximadamente a las 10:30. Tenía entendido que cuanto antes llegaras mejor, pero creo que la mejor hora para ir es a media mañana, porque cuando llegas la policía te obliga a aparcar los últimos, y tienes que hacer el resto de la subida andando. Sin embargo, si llegas más tarde, puedes aparcar en los huecos que vayan dejando los coches que se van. La entrada al castillo son 8 euros, y bien que los vale. El castillo domina el valle del Rin desde sus 750 metros de altitud. Es uno de los pocos castillos de la Alsacia que no se encuentra en ruinas gracias a la restauración realizada entre 1901 y 1908. Desde el castillo se tiene una vista muy buena de la campiña y los pueblos vecinos, aunque con el día que hace no podemos disfrutarla mucho. Tardamos en visitar el castillo 1h aproximadamente. Entrada al castillo Vista desde uno de los torreones Los alrededores del castillo Cuando volvemos al coche, la lluvia está apretando. Nuestro siguente destino es Riquewihr. Tardamos muy poco en llegar porque los pueblos están muy muy cerquita unos de otros. El paisaje es un mar de viñedos, uno tras otro hasta que se te pierde la vista. Llegamos al pueblo y aparcamos en uno de los parkings exteriores de zona azul que hay a las afueras. Pagamos 2h aunque tardamos bastante menos en verlo, porque el pueblo es una calle y poco más. La calle principal Eso sí, la calle es preciosa, aunque nos da la sensación de que han convertido el pueblo en una feria en la que lo único que hay es tiendas de souvenirs y restaurantes. El resto de pueblos que vimos nos parecieron más auténticos, la verdad. Una calle más alejada del centro Supongo que también influirá el hecho de que estaba lloviendo y casi no podías levantar la vista. Son las 13:00 y hay que ir pensando en comer, que como te descuides cierran las cocinas y te quedas sin comer. Riquewihr es tan turístico que los precios de los restaurantes son prohibitivos, así que decidimos poner rumbo a nuestro siguiente destino, Eguisheim, e intentar comer allí o por el camino. Vamos parando en varios restaurantes pero ninguno nos convence especialmente, y se nos va echando la hora encima, así que al final acabamos comiendo en un Buffalo Grill, una cadena muy parecida al Foster Hollywood. Comida típica alsaciana, como podéis imaginar jajajaja. El caso es que fue barato y estaba todo muy rico, así que ninguna queja jeje. Mientras comiamos, el cielo empezó a clarear, ¡y ya no llovió en lo que restó de día! Después de comer llegamos a Eguisheim. Elegí este pueblo como complemento a Riquewihr, ya que tenía entendido que el resto de pueblos que tenía apuntados (Kayserberg y Ribeauvillé) eran más parecidos entre sí. Sin embargo, Eguisheim es especial, sencillamente por la estructura de sus calles. El pueblo es completamente circular, de modo que sus calles van formando anillos concentricos alrededor del castillo. Aparcamos gratis a las afueras de la ciudad vieja, y nos acercamos a la oficina de turismo a coger un mapa. En el mapa había una ruta recomendada por el pueblo, así que la seguimos al pie de la letra. El pueblo nos pareció sencillamente precioso. Eguisheim Nos pareció muchísimo más auténtico que Riquewihr. Aunque el estilo de las calles y de las casas era muy similar, éste pueblo parecía tener vida de verdad, gente que cuando se va el sol vive realmente en esas casas tan bonitas y tan bien decoradas. Casas decoradas con flores Una casa-bodega estrechita estrechita jeje El pueblo parecía estar en fiestas, porque cuando llegamos a la plaza central donde están el castillo y la iglesia, parecían estar montando un escenario. Lástima no haber ido por la tarde jejeje. Al castillo no conseguimos entrar porque no encontramos la puerta… pero a la iglesia sí. Tenía una pequeña placa en honor de Bruno de Eguisheim-Dagsbourg, quien en 1009 había sido elegido papa, con el nombre de Leon IX. Entre eso, y que el castillo es del año 720, os podéis imaginar que el pueblo tiene bastante historia. La plaza del castillo Dimos una última vuelta por el pueblo antes de dirigirnos a Colmar, donde pasaríamos el resto de la tarde. Tenía apuntado aparcar en un parking cerca de la Catedral, pero no dimos con la entrada porque el GPS me llevaba por una calle peatonal, así que acabamos aparcando en el parking Rapp, que está igualmente bien situado, justo al lado de los Campos de Marte. El único inconveniente es que el parking cierra a las 21:00, por lo que como no estés avispado lo cierran y no veas tú la gracia de quedarte sin coche a 100km del apartamento jajaja. Salimos a la calle, y tras orientarnos pusimos rumbo hasta el centro. Pasamos por la Rue des Têtes, con la casa famosa de las cabezas, hasta que llegamos a la Place des Martyrs de la Rèsistance. Había muy buen ambiente, el tiempo empezaba a acompañar y las terrazas estaban llenas, así que nos sentamos en una de las terrazas de la plaza a tomar un café. Terraza donde nos sentamos a tomar un café Una vez repuestas las fuerzas, empezamos el recorrido recomendado en la oficina de turismo. No hace falta que os acerquéis personalmente, yo lo pedí por internet y me lo mandaron a casa. Lo primero fue acercarnos a la catedral, para posteriormente ir bajando hasta donde comienza el barrio de los curtidores. Alrededores de la Catedral Para cuando llegamos aquí, el sol ya estaba en todo lo alto, lo cual, bajo mi punto de vista, se convierte en algo imprescindible en una zona como esta en la que todo está decorado con flores de mil colores. No sólo las casas, sino los puentes, las farolas y absolutamente todo lo que sea susceptible de ser decorado… a veces resulta incluso motivo de risa, porque hemos visto casas literalmente comidas por las flores, hasta el punto de que dudamos que los dueños sean capaces de ver algo a través de las ventanas. Colmar se recorre sin mucha prisa en un par de horas. Apenas sin darte cuenta llegas hasta la Petite Venice. En todas las ciudades con canales siempre hay un intelectual que decide compararlas con Venecia, que si la Venecia del Norte, que si Venecia del Sur. En Colmar es Petite Venice, muy original… Petite Venice La zona es bien bonita, casas de colores bordeando pequeños canales donde abundan las terrazas de restaurantes con pinta de ser bastante caros, y en donde no planeamos cenar, porque ya hemos decidido que para celebrar nuestro primer día en Francia, nos vamos a dar un homenaje en una crepería. Restaurantes en los canales En uno de los puentes hay media docena de pintores dibujando la estampa. Lo bueno de ésta ciudad, es que a pesar de ser tremendamente turistica, aún no está muy masificada. Pintores en la Petite Venice De este modo, de la Petite Venice vamos subiendo otra vez hacia el centro, dirección al ayuntamiento, donde paramos a descansar un poco, ya que aún era pronto para irnos a cenar. La verdad es que Colmar nos ha llevado menos tiempo del que pensábamos, y queríamos quedarnos allí hasta que anocheciera para verla iluminada, así que decidimos buscar ya una crepería en la que matar el tiempo. Nos decidimos por una a la que le habíamos echado el ojo en la Rue des Tanners, que se llama Creperie des Tanners. Tienen terraza pero decidimos entrar dentro porque seguro que fuera en cuanto se vaya el sol hace fresquete. Ni que decir tiene que nos ponemos las botas. Cada uno de nosotros se pide un crepe salado, y luego un par de crepes dulces para compartir entre todos. Cuando salimos de la creperia nos cuesta echar el paso. Somos unos gordos ansiosos jajaja Pero eso sí, ¡los crepes estaban cojonudos! Ya es de noche, así que volvemos al parking a sacar el coche y lo aparcamos cerca de la Petite Venise. Pensábamos que de noche la ciudad sería incluso más bonita, pero desafortunadamente está tristemente iluminada. Las calles son muy bonitas, pero no se vé un pimiento…quizás no merece la pena hacer hora hasta que anochezca para verla iluminada. Lo mejor es el ambiente que hay en la Place de l’Alcienne Douane, nos ha encantado tanto de día como de noche. Volvemos paseando hasta el coche y salimos de nuevo rumbo a Durbach. Por el camino tenía pensado darles una sorpresilla a mis acompañantes con la famosa Estatua de la Libertad de la salida norte, pero el GPS nos saca por otro lado, así que se quedan sin sorpresa jajaja. En 1h15m estamos de vuelta en el apartamento. Mañana conoceremos parte de la Selva Negra, así que... ¡toca irse prontito a la cama! Etapas 1 a 3, total 8
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