![]() TAILANDIA Y ANGKOR: BIENVENIDOS A ASIA ✏️ Blogs de Asia Sudeste
Julio de 2015. 17 días recorriendo Tailandia (Bangkok, Chiang Mai y Krabi) y Angkor en la vecina Camboya, en la que ha sido nuestra primera experiencia asiática.Autor: Marimerpa Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (94 Votos) Índice del Diario: TAILANDIA Y ANGKOR: BIENVENIDOS A ASIA
01: INTRODUCCIÓN, PREPARATIVOS Y PRESUPUESTO
02: VIAJE Y LLEGADA A BANGKOK
03: BANGKOK: DÍA DE TEMPLOS
04: AYUTTHAYA
05: SIEM REAP: BENG MEALEA
06: ANGKOR: CIRCUITO CORTO
07: ANGKOR: CIRCUITO LARGO
08: DE SIEM REAP A CHIANG MAI. PRIMERA TOMA DE CONTACTO
09: CHIANG MAI: TIGER KINGDOM, DOI SUTHEP Y TEMPLOS DE LA CIUDAD
10: CHIANG MAI: WOODY ELEPHANT CAMP
11: CHIANG MAI: DOI INTHANON, EN LO MÁS ALTO DE TAILANDIA
12: CHIANG MAI: CURSO DE COCINA (YO ME LO GUISO, YO ME LO COMO)
13: LLEGADA A AO NANG: SE AVECINA TORMENTA
14: AO NANG: KAYAK EN AO THALANE
15: AO NANG: TIGER CAVE TEMPLE, EMERALD POOL Y HOT SPRING
16: AO NANG: CUATRO ISLAS
17: RELAX EN AO NANG Y TRASLADO A BANGKOK
18: BANGKOK: CHATUCHAK MARKET, WAT TRAIMIT, MBK. FIN DEL VIAJE
19: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
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Etapas 7 a 9, total 19
El día empezó muy temprano para nosotros. Habíamos quedado con Sopheap a las 5 de la mañana para ir a ver el amanecer en Angkor Wat. Como tan temprano no servían desayunos, pedimos en el hotel que nos prepararan un sándwich. A esas horas incluso hacía fresco, con el aire del tuc tuc. Parecía increíble, con el calor que habíamos pasado, y que íbamos a pasar ese día. Había mucha gente en Angkor Wat, pero no tanta como yo me imaginaba. Nos sentamos junto al estanque donde habíamos estado la tarde anterior y, cámara en mano, esperamos a que saliese el sol. Poco a poco el día se fue aclarando sobre el templo, pero no tuvimos un amanecer espectacular. No había ni una sola nube en el cielo, por lo que nos olvidamos de los colores rojizos. Esperamos a que el sol levantara un poco más para hacer unas fotos del templo con la luz del amanecer. Estuvimos casi una hora allí, frente al templo.
¿Merece la pena madrugar para ver el amanecer allí? Sinceramente, yo diría que no. Puedes tener suerte y ver un precioso amanecer. O puede que no haya nubes, o que haya demasiadas nubes, y que no se pueda ver mucho. Eso depende de muchos factores. Pero lo que no te quita nadie es el madrugón y el cansancio, que nosotros estuvimos acusando el resto del día. Una de la cosas positivas de haber madrugado es que pudimos entrar de nuevo a Angkor Wat, que la tarde anterior nos supo a poco y disfrutar del paseo por su interior con menos gente, y con una luz totalmente diferente. Nos volvimos a recrear en los relieves y la decoración, y paseamos tranquilamente, sin preocuparnos de tiempo ni horarios, ni siquiera de fotos. Eso sí, ¡vaya sueño teníamos! Comenzamos la visita a los templos del denominado circuito largo. El primero fue Pre Rup. Este templo fue de los que menos me gustó. Reconozco su importancia, ya que es uno de los más antiguos, pero su estado de conservación no es bueno, y justo después de ver Angkor Wat, pues no nos dijo mucho, la verdad. Después fuimos al templo más alejado del recorrido, el Banteay Srei, conocido con el templo de las mujeres, ya que dicen que en su construcción solo participaron mujeres. Es un templo muy pequeño, pero muy bonito, de los que más me gustó. Y es que tiene una decoración exquisita, unos relieves al más mínimo detalle, para perderse en ellos. Lo malo de este templo es que es muy pequeño y muy visitado. Cuando llegamos había gente, pero pudimos visitar bien el templo. 10 minutos más tarde se llenó tanto que era difícil andar por allí. Cuando salimos contamos 17 autobuses en el aparcamiento. Otra cosa que me gustó del camino a este templo fue la cantidad de niños que vimos, uniformados y en bicicleta, camino del trabajo. Estos son los afortunados, el futuro de Camboya. El resto del día nos encontramos a otros niños en una situación muy diferente, pidiendo y vendiendo souvenirs junto a los templos. De allí fuimos al Banteay Somre. Un templo que destaca por los relieves que hay encima de las puertas. Estuvimos prácticamente solos. Después visitamos Mebon Oriental, el templo gemelo del Pre Rup, que habíamos visto a primera hora de la mañana. Tiene unas estatuas de elefantes bastante bien conservadas, en cada esquina del templo. El siguiente templo que visitamos fue el Ta Som, un templo muy pequeño pero con mucho encanto. Al igual que el Ta Phrom, está integrado en la selva, tiene una puerta en medio de una raíz que es muy curiosa. Justo allí sufrimos a nivel máximo el gusto de las turistas asiáticas por hacerse sesiones interminables de fotos, en todas las posturas posibles. Le contamos al menos 25 disparos, antes de que nos aburriésemos y nos fuésemos sin hacer la foto. Paréntesis para hablar de las diferencias entre las turistas occidentales y las orientales. Nosotras solemos ir con una camiseta de algodón, unos pantalones cortos o ligeros, y sandalias planas y cómodas. Dado que se suda mucho por allí, no nos solemos echar maquillaje. Las orientales van vestidas de punta en blanco, con taconazos y complementos y perfectamente maquilladas, ¡y no sudan! No sé cómo se las arreglan pero siempre tienen el maquillaje perfecto y ni una gota de sudor a pesar de las altas temperaturas y humedad. La penúltima parada fue en el Neak Pean. Es un minúsculo templo en medio de una piscina artificial, al que se llega atravesando una pasarela sobre el agua. Solo que cuando nosotros fuimos no había agua, pero nada de nada, y estaba todo tan seco y ofrecía un aspecto tan desolador que parecía Mordor. Aún así, nos gustó bastante el lugar y el templo. El último templo que visitamos, el Preah Khan, fue de los que más nos gustó. Por su tamaño y su decoración, tuvo que ser impresionante. Se construyó en la época del Bayon, en honor del padre de rey Jayavaram VII, al igual que el Ta Phrom se construyó como homenaje a su madre. Estuvimos prácticamente solos en este inmenso templo, casi laberíntico. Lástima que el cansancio y el madrugón estaban haciendo mella en nosotros, porque nos hubiera gustado recorrerlo con más calma. Terminado el circuito, Sopheap nos preguntó si nos llevaba al hotel o a comer donde el día anterior. Le dijimos que nos llevase a comer, porque el sitio nos había gustado y así tendríamos la oportunidad de volver a ver la Terraza de los Elefantes, la del Rey Leproso y el Bayon. Pedimos de nuevo amok de pescado, además de unos rollitos frescos y una sopa de noodles con verduras. Total con agua 17 dólares. Volvimos al hotel y le pagamos a Sopheap por sus servicios. En total por los 3 días eran 77 dólares, aunque le dejamos una merecida propina. Como estábamos tan cansados por el madrugón, nuestra intención era relajarnos un rato en a piscina y después una siesta. Pero nuestro gozo en un pozo. La piscina estaba cerrada porque estaban haciendo obras en la calle, junto a la piscina. No fue culpa del hotel, pero nos fastidió bastante, ya que ese día la necesitábamos. Cambio de planes, ducha, siesta y un masaje tradicional, allí mismo en el hotel. A la hora convenida vinieron dos masajistas a nuestra habitación y durante una hora patearon y manosearon nuestros cansados músculos. No estuvo mal, aunque no es igual que hacértelo en un local adaptado para el masaje. Nos costó 6 dólares cada uno. Fuimos a recoger nuestra ropa a la lavandería y caminamos hasta el Night Market. Dimos una vuelta y compramos alguna cosilla que consideramos interesante. Allí hay que regatearlo todo y yo no me sentía cómoda con ello. Poco a poco me fui acostumbrando, aunque sigue sin gustarme. Cenamos en el mismo restaurante que la noche anterior, Lok Lak de ternera y ensalada de mango verde, que picaba como el mismísimo infierno, y eso que le dijimos que no lo queríamos picante. Estuvimos hablando con un grupo de chicos canadienses, que viendo el precio de la cerveza, tenían intenciones de quemar la ciudad. Empezamos a brindar con ellos y menos mal que no les seguimos mucho el rollo, porque si no, todavía estamos allí bebiendo cerveza. En la mesa del otro lado había n grupo de Malasia, con los que también entablamos conversación, aunque su plan era bastante más tranquilo que el de los canadienses. Después de la cena nos tomamos un batido de mango en uno de los puestos callejeros que los hacían por 1 dólar. Muy bueno. Y nuestro ya típico helado en The Blue Pumpkin. Volvimos paseando al hotel. GASTOS DEL DÍA (2 PERSONAS) Tuc tuc 3 días: 77$ Comida: 17$ Cena: 11$ Masajes: 12$ Lavandería: 4$ Helado: 2,90$ Batido: 1$ Etapas 7 a 9, total 19
Ese día no teníamos que madrugar, ya que hasta las 10 no habíamos quedado con el tuc tuc del hotel para ir al aeropuerto. Así que hicimos las maletas sin prisa y desayunamos tranquilamente.
Poco hay que contar del viaje en avión. Hicimos escala en Bangkok (Don Muang) y ambos vuelos salieron puntuales. El tránsito fue fácil, solo tuvimos que seguir las indicaciones de "Viajeros en tránsito nacional" y allí mismo nos hicieron el control del pasaporte de entrada a Tailandia. Aprovechamos para comprar algo de comer en un 7 eleven. Este tipo de tiendas están muy bien montadas y son muy útiles. Tienen todo tipo de comida y te la calientan en el momento. En el aeropuerto de Chiang Mai cogimos un taxi oficial para que nos llevase a la ciudad. Hay un puestecillo donde te dan un ticket con el precio marcado (150 baht) para dárselo al taxista. Nos llevó sin problema a nuestro alojamiento, el Top Garden Guest House, aunque tuvimos que enseñarle la dirección, ya que no la tenía clara. Allí nos estaban esperando Victor y Thunya, la pareja que regenta la Guest House. Él es holandés y ella tailandesa. Nos dieron las llaves y nos enseñaron nuestra habitación, que era igual que en las fotos. Dejamos las maletas, nos dimos una ducha y salimos dispuestos a empezar a conocer Chiang Mai, la denominada "Rosa del Norte". Víctor nos dio un plano y nos explicó donde estaban los principales templos, mercados y sitios para comer. Era un poco tarde para entrar a templos, ya que cierran a las 6. Decidimos dar un paseo por el centro, donde pudimos ver alguno de los templos importantes por fuera, como el Wat Chiang Man, el templo más antiguo de la ciudad. De allí fuimos hasta la puerta norte de la muralla, ya que nos había comentado Victor que por la tarde se animaba bastante y había puestos de comida (también en la puerta sur). Comimos algo por allí y rodeamos la muralla hasta llegar a la zona de nuestra Guest House. Allí está el mercado de Sompet, que vende sobre todo comida, y que a esas horas estaba cerrado. Pero justo enfrente, en la misma calle, hay algunos restaurantes y puestos que tenían cosas con muy buena pinta. Comimos unos rollitos fritos, grandes y muy buenos, a 10 baht cada uno. Así, con el picoteo, nos dimos por cenados, ya solo nos faltaba el postre. Entramos en otro sitio a comer mango con sticky rice. Delicioso, y además nos gustó el restaurante, por lo que decidimos volver otro día. Desde allí, cruzamos un pequeño puente y enseguida llegamos al Top Garden. Decir que esta Guest House está muy bien situada, fuera de la muralla pero muy cerca, solo hay que cruzar el puente, y se entra en la ciudad antigua. Se puede ir andando a casi todos los sitios. En cuanto a Chiang Mai, nos estaba gustando mucho, una ciudad amable y más abordable que Bangkok. Hay tráfico, hay caos, pero en mucha menor medida. Además, muy bonita, en todas las calles encontrabas templos que ni siquiera venían en los mapas. Habíamos quedado para tomar algo con las foreras Rosoll y Salmantina30 y sus familias, que se alojaban también en el Top Garden, aunque para ellos era su última noche allí. A Rosoll la habíamos conocido en el aeropuerto, ya que viajamos en el mismo vuelo, pero a Salmantina30 no la conocíamos. Tomamos unos batidos y unas cervezas en un pequeño restaurante que hay frente a la guest house, The Cat House, mientras contábamos experiencias y lo que nos quedaba de viaje. Pasamos un rato muy agradable. Nos recogimos temprano, ya que ellos madrugaban la mañana siguiente. GASTOS DEL DÍA (2 PERSONAS) Comida: 130 baht Taxi aeropuerto: 150 baht Cena en puestos y cerveza: 220 baht Batido y cerveza: 110 baht Etapas 7 a 9, total 19
El primer día completo en Chiang Mai lo dedicamos a hacer una serie de visitas por nuestra cuenta. Hablamos con Victor y nos reservó un taxi para ir al Tiger Kingdom y al Doi Suthep. Nos costó 700 baht. Es posible que regateando en la calle lo hubiésemos sacado algo más barato, pero preferimos no complicarnos.
Desayunamos en The Cat House, ya que el Top Garden no sirve comida, y fue un desayuno de lujo, ¡qué bueno! Unas tostadas francesas con miel y una tortilla con pollo y verdura. Junto con dos tés, 230 baht. A las 9 pasó a recogernos el taxista y nos llevó al Tiger Kingdom. Tardamos unos 45 minutos en llegar. Mi marido había jurado y perjurado que él no se entraba con los tigres grandes. Pero cuando llegamos allí y vimos los diferentes de entradas, fue él mismo quien sugirió comprar el pack de grandes y pequeños (no bebés). Nos costó 840 baht cada uno. Se pueden comprar entradas individuales para cada tamaño de tigre, siendo la más cara la de los bebés. O comprar una serie de paquetes que tienen establecidos, que te suponen algo de ahorro. Pues nada, para adentro. Primero a la jaula de los grandes. Nos leímos las recomendaciones, que ya más o menos conocíamos: no hacer ruidos fuertes, no acercarse por delante, hacer caso al cuidador,… Dejamos todas nuestras cosas fuera menos la cámara y entramos en la jaula, ¡qué nervios! El cuidador nos llevó donde estaba uno de los tigres, de nombre Buey. ¡Era enorme! Nos sentamos con él, en la parte de atrás, le acariciamos la barriga, mientras el cuidador nos hacía fotos. Nos dijo que nos echáramos sobre él y le abrazáramos, era impresionante sentir su respiración. El tigre estaba despierto pero un poco amodorrado, pero aun así su respiración era muy rápida. En la jaula había otros tres tigres, algunos andando por allí y otros medio dormidos. Estos tigres, los grandes, tienen 2 años. Nos acercamos a todos, aunque el más grande fue el primero con el que estuvimos. Algunos tenían arañazos en la piel, y el cuidador nos dijo que era porque a veces se pelean entre sí. Estuvimos unos 15 minutos en la jaula. Salimos, nos lavamos las manos, y a la jaula de los pequeños. Tienen 8 meses, pero ya eran bastante grandes. Estos eran más juguetones. Les tienen una piscina, donde ellos suelen jugar. Y los cuidadores les sacaban unas ramas con hojas, que a ellos les gustaba perseguir. Eran como gatitos chicos, pero de mayor tamaño. Pero no hay que olvidar que son tigres, aunque hayan nacido en cautividad tienen sus instintos intactos. Estando en la jaula pasó un niño por el pasillo exterior y a uno de los tigres se le erizó todo el pelo, y se puso como en postura de cazar. El cuidador nos explicó que para ellos los niños son presa. Por ello no dejan entrar a los menores de 15 años en las jaulas, salvo en la de los bebés, y a la de los grandes solo pueden entrar los mayores de 18 años. Después paseamos y vimos el resto de tigres desde fuera. Tenían 3 tigres recién nacidos, con apenas 15 días, dos de los amarillos y un albino. Solo se podían ver a través de un cristal, y eran una monada, daban ganas de meterlos en el bolso. También había un león y un tigre albino, que era enorme. Fue una experiencia interesante, y muy impresionante tocar y acariciar a estos animales. Reconozco que esta actividad me ha despertado sentimientos encontrados. Por un lado, sé que estos animales estarían mejor en libertad y en su hábitat natural. Pero por otro, veo que están bien cuidados y supone una oportunidad de estar tan cerca de estos animales y aprender un poco más sobre ellos. ¿Lo volvería a hacer? Probablemente no. A pesar de lo bonito que parece, creo que hay muchas lagunas en el planteamiento del lugar. Cuando acabamos con los tigres nos fuimos a Doi Suthep, el templo más importante de Chiang Mai y del norte de Tailandia. Está a 18 km de la ciudad, situado sobre la montaña del mismo nombre, a 1073 metros de altitud. Dice la leyenda que un elefante fue enviado para llevar una reliquia y escoger el lugar en el que se construiría el templo. Después de dar tres vueltas sobre sí mismo, murió en el lugar dónde hoy se encuentra el templo. Así fue como se eligió el emplazamiento del mismo. Para llegar al templo hay que subir 309 escalones, aunque esto se puede evitar utilizando el funicular. Sin embargo, es una subida cómoda y unas escaleras muy bonitas, así que recomiendo subir andando a no ser que lo impida algún problema físico. Una vez arriba pagamos la entrada (30 baht), nos descalzamos y entramos al recinto principal del templo. Lo más impresionante es un chedi dorado, que refleja la luz del sol, causando un efecto bonito, aunque deslumbrante. También hay muchas imágenes de Buda, por supuesto. En una de las pequeñas capillas que se encuentran en los laterales había un monje rezando, que cuando nos vio entrar nos dijo que nos acercásemos. Nos preguntó de dónde éramos y empezó a echarnos agua bendita, entonando un cántico en el que repetía "¡Buena suerte, buena salud, buena prosperidad!". Y así, sin esperarlo, nos bendijo un monje budista en Doi Suthep. Una de las cosas que más me gustó del templo fueron las campanas. Por todo el recinto hay campanas, de todos los tamaños. Las más pequeñas sonaban cuando soplaba el viento, y su sonido transmitía una sensación de paz. Después me fijé y vi estas pequeñas campanas en muchos sitios de Tailandia, pero en Doi Suthep, debido a su altura, había bastante viento y sonaban mucho. Las vistas desde alli son muy bonitas, se ve gran parte de la provincia de Chiang Mai. Lástima que había nubes y bruma y no se distinguía bien el paisaje. A la hora convenida con nuestro taxista bajamos para ir de nuevo a Chiang Mai. En uno de los puestos que hay junto a la entrada compramos una salchicha muy rica, por dentro tenía fideos, y una salsa muy rica. Nos sirvió para matar el gusanillo, ya que queríamos comer en la ciudad. Le dijimos la taxista que nos parase junto al Wat Phra Singh, ya que por la tarde teníamos intención de visitar alguno de los templos más céntricos. Fuimos a comer a un restaurante cercano que recomendaban en la Lonely Planet, el Heuan Phen. Nos costó un poco encontrarlo, pero mereció la pena. Pedimos khao soi de carne y de pescado. El khao soi es una especie de sopa con fideos fritos, típica del norte de Tailandia. Nos gustó mucho, y el restaurante recomendable. Tiene aire acondicionado y las mesas y sillas son de madera tallada. Los dos khao soi, un plato de pollo frito y dos cervezas shinga, 320 baht. Tras la comida, visitamos el Wat Phra Singh, el templo más venerado de la ciudad. Después fuimos a otro de los templos importantes, el Wat Chedi Luang. Dentro había una ceremonia donde había decenas de monjes entonando una letanía que parecía hipnótica. Junto a este templo hay uno pequeñito, donde ponía expresamente “Women are not permited”. Era el Sao Inthakin o el Pilar de la Ciudad. Me dio mucha rabia, porque era muy bonito, según pude ver en las fotos que le hizo mi marido. En el mismo recinto del Wat Chedi Luang está el Wat Phan Tao, un templo de madera de teca, y otro muy bonito del que desconozco el nombre. Más adelante vimos otro pequeño templo muy fotogénico, el Wat Inthakhin Sadue Muang. De camino a la guest house paramos en el mercado de Somphet. Aunque los puestos de pescado ya estaban cerrados, los de verduras y especias aún estaban abiertos y aprovechamos para dar una vuelta y comprar algunas especias y frutas secas. Por cierto, el mango deshidratado está espectacular. Descansamos un rato y salimos a cenar y a comprar el desayuno del día siguiente en un 7 eleven. Nos recogían a las 7:30 para ir al campamento de elefantes, por lo que no nos daría tiempo a desayunar. Cenamos en el pequeño restaurante donde la noche anterior habíamos comido el mango con sticky rice. Pedimos un pad thai y un guiso de carne con calabaza, acompañados por una cerveza chang. Allí al lado había un puesto donde hacían los mejores batidos que probamos en el viaje. Esa noche nos lo hicieron de mango y coco con yogurt. Estaba increíble, nos hicimos asiduos de esos batidos las siguientes noches que pasamos en Chiang Mai. GASTOS DEL DÍA (2 PERSONAS) Desayuno: 230 baht Taxi: 700 baht Entrada Tiger Kingdom: 1680 baht Entrada Doi Suthep: 60 baht Comida: 380 baht Entrada Wat Phra Sing: 20 baht Cena: 220 baht Batido: 60 baht 7 eleven: 100 baht Etapas 7 a 9, total 19
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