RUTA 61 (De Chicago a New Orleans) ✏️ Blogs de USA

Este viaje es un roadtrip que cualquier amante de la música debería hacer una vez en la vida. Es un viaje a las raíces, al pasado, a la historia de la música y de los derechos civiles.

Iré poniendo banda sonora al diario, para empezar dadle al play aquí (Bob Dylan ha quitado todos sus vídeos de Youtube, pero esta versión se acerca bastante a la original):




- Pillamos los billetes con American Airlines, de Barcelona a Chicago (escala en NY) y de New Orleans a Barcelona (escala en Miami). Cada persona nos salió por 570 euros. ida i vuelta

- Repaso de los pasaportes, documentación y permiso de circulación, una vez todo en regla aprovecho para coger el permiso internacional de conducir que tenía aún en vigor del último viaje a Indonesia, aunque no es necesario para USA, nunca está de más.

- Solicitud del ESTA, se hace en un momento en su web y en seguida tienes respuesta, unos 14 dólares por persona.

- Reserva de coche con AVIS, alquilamos un Nissan Altima, súper cómodo para hacer los 2.783,682km que nos esperaban, con un seguro a todo riesgo para ir mas tranquilas y con GPS, al final nos salió todo por unos 1.200 euros para 13 días. (La tasa "one way" incluida, unos 400 dólares)

- Ya sólo quedaba reservar algún hotel y volar hacia el Blues!

- El gasto TOTAL por persona (vuelos, hoteles, coche, comidas, compras, visitas...) fue de 2.500 euros.



La ruta finalmente quedó así:

Dia 1 BCN - Chicago

Dia 2 Chicago

Dia3 Chicago-Joliet-Pontiac-St Louis por ruta 66

Dia 4 St Louis-Nashville

Dia 5 Nashville

Dia 6 Nashville-Ethridge (Amish town)- Jackson-Memphis

Dia 7 Memphis

Dia 8 Memphis - Graceland- Clarcksdale

Dia 9 Clarcksdale – Indianola- Natchez (por Natchez Trace)

Dia 10 Natchez-Baton Rouge-Breaux Bridge

Dia 11 Breaux Bridge, visita a Lake Martin

Dia 12 Breaux Bridge -St. Martinville-New Iberia- South Vacherie- Plantaciones-Nova Orleans

Dia 13 Nova Orleans

Dia 14 Nova Orleans-BCN

Dia 15 Llegada a BCN

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Para leer este capítulo mejor dadle al play



Llegamos de noche al aeropuerto, nos tiramos media hora haciendo cola en una oficina de AVIS que resultó no ser la correcta (esa era para Preferent Customers) así que nos fuimos a la cola de la gente normal, nos tiramos una hora más. Horroroso.

Finalmente nos dan el coche, bueno, te dan las llaves, y tu te vas a buscar el coche al aparcamiento, pues en nuestro presunto coche había un hombre dentro que también tenia las llaves...vuelve a la oficina, cambio de coche, prueba el GPS, no va. Vuelta a la oficina, cambio de cable, no va. Cambio de GPS, al fin, parece que todo está bien!

Y ahora...¿cómo funciona esto? yo llevo una furgoneta antigua y en mi vida he cogido un coche con más botones que el del volumen de la radio. y este coche no tiene ni llave. Nadie nos ayudó, así que me hice un "autocursillo" para saber como funcionaba ese coche ya que me tengo que meter de lleno en Chicago y en plena noche. En menos de media hora ya estábamos en marcha!

Nos alojamos las dos noches en el Chicago Getaway Hostel, por unos 50 euros por noche en una habitación privada, con baño compartido. En el mismo albergue nos recomendaron un aparcamiento cerca para dejar el coche esos dos días ya que la idea es patearnos la Ciudad. Era el aparcamiento de un hospital.

Ese día, después de las horas de vuelo y del periplo con el coche, sólo tuvimos fuerzas para ir a comprar tabaco y dormir.

A la mañana siguiente, ya con las pilas cargadas, salimos del hostel dispuestas a andar. El alojamiento está a unos 4 km de la Magnificent Mile, calle de entrada al centro y donde se encuentra la Torre Hancock, una de nuestras primeras paradas. Estos 4 km se hacen en la mayor parte por el Lincoln Park, donde hay lagos, ocas, ardillas y vistas al lago Michigan.



Llegando al centro des del parque, Chicago tiene un skyline espectacular! El edificio con las dos antenas es la torre Hancock, hablaré de ella más adelante.


La Magnificent Mile es una avenida ancha y sin mucho tráfico, llena de tiendas carísimas. Pero tiene un par de lugares muy interesantes.
El primero de ellos es la Fourth Presbyterian Church, una pequeña iglesia rodeada de rascacielos en la que alojan a personas sin techo. Después de pasear por la Magnificent Mile el contraste es brutal, el mensaje es claro: esta es la realidad. Entrar al claustro también tiene su gracia ya que entre columnas góticas se ve surgir la Hancock (una de las torres más altas de la ciudad).


La torre Hancock es otra parada obligatoria en la Magnificent Mile, se encuentra justo delante de la iglesia, mide 344 metros, pero nosotras la dejamos para la noche. ¡¡Y qué gran decisión tomamos!!

Al final de la avenida te encuentras con el río, una imagen preciosa, y al otro lado el Loop. Aquí ya se puede escuchar el ruido metálico de los railes del tren elevado.



Tras un paseo por el Loop llegas a la Torre Willis (442 m), el edificio más alto de los Estados Unidos, nosotras nunca hemos subido a un rascacielos, así que vamos al skydeck! Si no recuerdo mal eran unos 20 dólares por persona, valen la pena.





Es mediodía y ya hay hambre, nos acercamos hasta Jackson Blvd, dónde empieza la histórica Ruta 66, allí está el Lou Mitchell's, uno de los primeros restaurantes en servir comida a los viajeros que hacían esta ruta. Vemos el menú, vemos que no es ninguna turistada, y nos quedamos!



Era nuestra primera vez en USA y desconocíamos el tamaño de las raciones, así que pedimos un plato de tortilla para cada una. Nos trajeron dos tortillas que parecían para 10 personas cada una, y además con un montón de acompañamientos, y pagamos unos 30 dólares en total por ello.

Para digerir tal ración de comida volvimos por el Loop hasta la Buckingham Fountain, y paseamos por el parque hasta el Millenium Park.




A estas horas llevamos ya unos cuantos quilómetros andados, así que después de dar otra vuelta por el Loop imaginando que estamos en Gotham City, paseando por debajo del tren elevado, cogemos un taxi para ir hasta el Navy Pier a tomar una cerveza y ver la puesta de sol tras los rascacielos



La noria y las atracciones estaban cerradas, aunque a nosotras no nos llamaba la atención el parque, vale la pena llegar hasta allí ya que la puesta de sol des del lago Michigan es imprescindible. Además, está la tienda restaurante Bubba Gump

Una vez puesto el sol, había llegado la hora de subir a la torre Hancock, llegamos tras un agradable paseo por la orilla del lago, dónde la gente sale a correr, en bici o a pasear al perro. Se respiraba muy buen ambiente, aunque hay que vigilar que no se te lleve por delante algún runner.

Subir a la torre son 20 dólares más por persona, pero para mi, fueron los dólares mejor gastados de ese día. Nos meten en el ascensor, solas, y llegamos a la planta 94. SOLAS. Miro por la primera cristalera que me encuentro enfrente, y todo negro, pienso, vaya...está cerrado! Pues no, era el lado del lago, claro. Pero en cuanto giré la vista a mi derecha vi esto:


Y ya no me pude despegar del cristal.

Al estar sólo dos noches y debido al cansancio, no pudimos disfrutar nada de la vida nocturna de Chicago, como tampoco ir a algunos lugares como al antiguo edificio dónde se encontraba el estudio de grabación, Chess Records, pero a parte de que ya no existe, quedaba lejos y nos hubiera supuesto sacrificar demasiado.
En estos estudios saltaron a la fama gente como Muddy Waters, Chuck Berry, Howlin' Wolf y Etta James para citar los más conocidos. Fueron algunos de los muchos que venían del sur, de trabajar en plantaciones del Mississippi o de Louisiana, que llegaron a Chicago buscando una vida mejor, un trabajo, o cómo estos, poder vivir de la música. Y Chess Records dio una oportunidad a esta gente, cuando ser afroamericano aún era sinónimo de inferioridad y esclavitud.

Recomiendo ver "Cadillac Records" de Darnell Martin (2009) antes de viajar a Chicago. Y después también.

Así que cierro este capítulo con "I'm Ready" de MuddyWaters, grabada en 1954 en Chess Records.

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Para leer esta segunda etapa, dadle al play aquí:



Después del desayuno vamos al aparcamiento a recoger el coche y salimos de Chicago, bien temprano ya que tenemos bastantes horas de carretera hoy. Pero no importa, ya que vamos a recorrer la histórica ruta 66!!!

Este es el tramo que hicimos:


Hacemos el primer tramo por autovía hasta pasado Joliet, y llegamos al Launching Pad Drive-In, no se si es porque era muy temprano o es que estaba cerrado para siempre, pero parecía muy abandonado.


Así que seguimos hasta el Polk A Dot Drive In, aquí si que paramos para tomar una pepsi y unas patatas. El sitio es genial, todo muy ambientado en la ruta 66, con sus jukebox en cada mesa para escoger canción (aunque fuimos incapaces de hacer funcionar la nuestra), la señora que lo regenta super amable, nos preguntó de dónde éramos y nos hizo firmar el libro de visitas y nos regaló dos llaveros de la Ruta66.



Es el lugar perfecto para empezar a ambientarse.




A partir de aquí sólo hay que ir siguiendo las indicaciones de la "Historic Route 66" que vas encontrando para no perderte ni un rincón de esta carretera.

Pasamos por un montón de pueblos, dónde no había nadie, es mas, todo el recorrido lo hicimos prácticamente solas, cosa que lo hace aún más auténtico.

Pongo unas cuantas fotos de la ruta pero soy incapaz de situar cada foto en el mapa.








Paramos a comer en un bar en medio de la nada, cuando empezó a llover. Así que viendo que se estaba poniendo malo el día y que ya llevábamos un montón de horas en la carretera, decidimos hacer el último tramo por autovía hasta St Louis (aún así estuvimos un total de 10 horas en la carretera!!)

Entrando a St Louis llovía de manera exagerada, así que nuestro primer contacto con el río Mississippi fue así:


Llegamos ya de noche a la casa que habíamos alquilado a través de AirBnB, se trataba de un sótano super bien arreglado con acceso directo des de la calle, así que totalmente independiente de la casa principal.

Esta era la casa (a la mañana siguiente):


Nos instalamos y salimos a la calle, ha dejado de llover, así que nos vamos hasta el Delmar Boulevard dónde hay bares y el paseo de la fama. Vamos en busca de Chuck Berry!! Así que el objetivo es el Blueberry Hill, local dónde solía actuar, además, su estrella en el paseo de la fama está justo enfrente, no hay que buscar mucho.



En el BlueBerry daban un concierto esa noche, así que sin ni saber quién tocaba pagamos la entrada y hacia adentro! Teníamos ya muchas ganas de música en directo, que en parte, para esto habíamos venido.

Resultó que esa noche actuaba Roger Clyne, líder de la banda "Roger Clyne and the Peacemakers", nosotras no lo conocíamos, pero al parecer el resto del público si, la gente enloquecía con cada canción, así que el ambiente fue insuperable.

Aquí un tema del grupo:



La verdad es que fue un conciertazo.

Después de un buen concierto dimos una corta visita por sus calles en busca de algún sitio para cenar, pero resulta que aún somos novatillas y no sabíamos que en este país a las 22 ya está todo cerrado. Así que no nos queda otra que irnos a la cama sin cenar. Mañana ya haremos un buen desayuno pensamos...(que no fue así...)

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