De Chicago a Las Vegas + Washington DC en solitario ✏️ Blogs de USA

Jueves 17 de septiembre. Hace una mañana estupenda en Monument Valley. Lo deseable hubiera sido hacer el loop o al menos acercarse al Visitor Center, pero Antelope me espera.
Nada más salir ya cambio de estado y entro en Arizona. En teoría debería haber ganado una hora porque Arizona no cambia la hora en verano, pero esta parte del estado se encuentra dentro de la Nación Navajo, que sí cambia la hora, y a la cual realmente ya he entrado cuando atravesé el Río San Juan en Mexican Hat, todavía en Utah. Así que no cambiaré la hora hasta que llegue a Page, que está en Arizona pero no en la Nación Navajo, que sí incluye Antelope Canyon, por lo que al final no es la misma hora en Antelope Canyon que en las oficinas de los tours ubicadas en Page, aunque se rigen por la hora de Page, que es la de Arizona. Pero solo en verano, porque en invierno ambas partes llevan la misma hora, lo mismo que la Reserva hopi, que aunque está dentro de la Nacion Navajo, va por libre y no cambian la hora como en el resto de Arizona, salvo que estés en el pueblo de Jeddito, que sí cambia la hora pese a estar dentro de la Reserva Hopi, que no cambia la hora pese a estar dentro de la Nación Navajo, que sí cambia la hora, pese a estar dentro de Arizona que no la cambia, al contrario que en otras partes de USA que sí la cambian... o era al revés??
El caso es que mientras pensaba todo esto ,casi se me pasa el desvío a la derecha para ir al Navajo National Monument, que ya no sé qué hora tiene ni me importa, la verdad.
He salido un poco tarde del B&B y voy pillado de tiempo, así que la visita es un poco a la carrera. 1.3 millas del Sandal Trail hasta el Mirador Betatakin y vuelta, y de regreso al coche. Menos mal que al ser pronto se aguanta muy bien la temperatura.
Aunque de tiempo voy bien, hay que economizar kilómetros, así que voy a tomar un atajo. Para seguir hacia Page, el trazado normal supone un rodeo, pues desde Navajo NM hay que ir al sur por la 564 para encontrar la carretera 160 que viene de Kayenta, seguir hacia el suroeste hasta el cruce de Page y después volver hacia el norte y noroeste por la 98 hasta Page. En total unos 140km. Por el atajo, son solo 119km.
Mentira, no es por hacer menos kilómetros, es por cruzar por la Indian Route 221. 22,6 kilómetros de pista de tierra donde probar la tracción 4 del coche...



De vuelta a la carretera normal, el paisaje desértico solo se ve interrumpido en el horizonte por las tres chimeneas de la central térmica Navajo Generating Station.



He llegado a tiempo a Page para dirigirme a la oficina de los organizadores del tour por Antelope Canyon, y mientras espero a las once y media, me da tiempo de aprovisionarme algo.
Puntuales como un reloj suizo, los organizadores van distribuyendo a los organizados en las diferentes camionetas. La mía parece que no llega y somos los últimos en partir hacia el cañón.
El calor comienza a apretar un poco pero el aire provocado por la velocidad de la camioneta permite soportarlo bien. Al rato nos salimos de la carretera y comenzamos a circular literalmente por el lecho del río. Los días previos ha habido una crecida y se ha modificado la ruta habitual, por lo que vamos dando bastantes tumbos. Finalmente nos encontramos que el río desaparece entre las rocas. Es el comienzo (bueno realmente el final porque el río sale por donde nosotros entramos y caminaremos río arriba) del tour propiamente dicho.
Al ser el último turno entraremos de últimos. Los organizadores lo tienen muy bien pensado y modulan las visitas de tal forma que cada grupo espera que el anterior se haya ido del espacio siguiente para que no se produzcan aglomeraciones. También ordenan el "trafico" para que cuando se hacen fotos no salga el cañón lleno de gente. Por eso en las fotos parece que estás solo allí, pero todo el mundo está detrás de la cámara.(por suerte)
La guía te va explicando a cada paso un poco acerca del cañón (realmente poco hay que explicar), pero sobre todo lo interesante es que en cada punto te va diciendo explícitamente desde dónde debes sacar la foto, hacia dónde debes enfocar, o cómo debes sacarla. También lanza arena para que el rayo de luz vertical aparezca o te dice dónde debes ponerte y cómo poner las manos para que el rayo de sol caiga justo sobre tus palmas. Incluso ella misma os hacía la foto a cada uno. El caso es no perder un segundo. ciertamente hay mucha gente en estos tours, especialmente si vas en los de mediodía, que son los más solicitados porque en ellos el sol incide con su luz hasta el fondo del cañón.

Lo que tiene de especial este cañón es por un lado sus dimensiones. Es un largo pasillo de apenas un par de metros de anchura y en ocasiones hasta 12 o 15 metros de profundidad. Además, al tratarse del lecho seco de un río, en función de las crecidas el suelo arenoso va cambiando de profundidad, por lo que lo que un día está a un palmo del suelo, a la semana siguiente puede estar enterrado o a dos metros sobre el suelo que pisas. La erosión del agua sobre las rocas ha hecho el resto, y éste es el resultado. Realmente las fotos no hacen justicia a lo impresionante que es en realidad.






No hay palabras para describir la belleza del lugar. Extasiado y embobado me hallo.
De camino de vuelta a Page, caigo en la cuenta de un hecho que se me había pasado totalmente. El hecho de viajar solo por el mundo provoca la consecuente preocupación en casa por mi estado de salud y seguridad, especialmente significativo en la madre que me trajo al mundo, cuya máxima preocupación y primer pensamiento que le viene a la cabeza cuando le digo que voy al quinto pino a ver piedras y pasar calor, es quién irá hasta tan lejos a buscar mi cadáver si me pasa algo. Puro optimismo, vamos. El caso es que para tranquilizar al personal, me prometí a mí mismo y al clan que llamaría todos los días si fuese posible (gracias, Skype), pero que no se preocupasen si un día no puedo porque ya sabemos que esta zona no es abundante en cobertura en ocasiones. Estos días solía llamar por la mañana temprano, nada más levantarme, por culpa del desfase horario.
Fue en este momento de calma tras el tour de Antelope, siendo llevado al pueblo, cuando me dí cuenta de que ayer entre Moab y MV no había llamado, y esta mañana salí del B&B de Oljato sin haberlo hecho tampoco, con lo que han pasado dos días sin noticias mías. "Bueno, son dos días, tampoco es para tanto"

Craso error. Cuando llegué a Page, ya con cobertura con la wifi del Subway, no pararon de entrarme varias llamadas perdidas, mensajes SMS, llamadas de skype, emails, whatsapps y poco menos que una citación del juzgado de primera instancia, de la embajada o una orden federal del FBI por busca y captura.
Ya no pude contestar a ninguno. Otra llamada ya desesperada de casa. Estaba llamando una prima mía que es profesora de inglés por si el teléfono lo cogía algún CSI-Arizona mientras recogía pruebas de mi putrefacto cadáver comido por los buitres bajo el sol del desierto. (aquí hay un poco de creación literaria, pero lo que me dijeron venía siendo lo mismo, a parte de llamarme de todo menos bonito...)
Deshecho el entuerto con la jura solemne de que ya nunca más volveré a pasar un día sin llamar, toca comer algo para seguir la ruta. A pocos kilómetros de Page está Horseshoe Bend, donde vuelvo a encontrarme con mi viejo amigo el Colorado. Hay una caminata desde el aparcamiento hasta el río, que se hace más pesada por las horas centrales del día y el calor aprieta bastante.


Después de esta caminata, me dirijo hacia el sur por la US-89, y el paisaje va cambiando de manera abrupta. Primero subes au na meseta desértica, a más de 1800m, hasta que te encuentras con un valle al que desciendes por un tajo en el terreno. Finalmente, siempre rumbo sur, vuelves a subir a la montaña, y ésta van cambiando de los tonos rojizos del desierto a los oscuros casi negros salpicados de abundante vegetación; sobre todo de pinos. El cambio de terreno obedece a lo que voy a visitar a continuación.



La verdad es que el paisaje ha cambiado por completo, y ahora además de mucho mas verde y fresco, es totalmente volcánico. Si, en medio de Arizona hay una parte que está sembrada de volcanes y coladas de lava, en una visión que podría parecerse más a las Islas Canarias que al oeste americano. es el Wupatki sunset Crater Volcano National Monument. En realidad son dos monumentos unidos por una carretera de 56km. A la entrada del parque me dicen que solo puedo circular hasta la puesta de sol por lo que no me dará tiempo de ver los dos, pero yo me centraré solo en el Sunset Crater.



El Sunset Crater es un cono volcánico producido por una erupción sobre el año 1050 aprox, cuyas consecuencias son visibles hoy en día, como la ladera totalmente desnuda de vegetación y la colada de lava que asome a la superficie entre árboles centenarios. Desde lo alto de estas colinas se puede divisar a lo lejos el rojizo desierto que contrasta con la tierra negra volcánica de esta zona.
Desde Page podría haber cruzado por Grand Canyon para dirigirme a Valle sin tener que dar este rodeo de bajar hasta Flagstaff y volver a subir hacia Valle. Pero como la parte oriental del GC la voy a ver en un par de días cuando salga hacia Kanab, preferí venir por aquí y de paso ver algo nuevo. En los anteriores viajes a USA estuve en zonas volcánicas (Yellowstone, Lassen Peak Crater Lake, Mt St Helens...)y en éste no iba a ser menos.

Atardecer camino de Valle.

Poco más hay que contar del día de hoy, salvo que duermo en Valle a la espera de visitar el Gran Cañón mañana. Pero no quiero terminar la etapa sin comentar algo acerca del alojamiento de las dos próximas noches en Valle.
Como muchos habréis comprobado, la zona de GC es complicada a la hora de reservar alojamiento. Yo, a pesar de haberlo hecho en febrero para viajar en septiembre, he tenido no pocos problemas para encontrar algo decente. En Grand Canyon village y Tusayan no quedaba nada, o lo que quedaba era prohibitivo. Y esta gente lo sabe porque si no puedes dormir allí, tienes que irte muy muy lejos. Flagstaff, Williams, Cameron o Tuba City son ciudades que quedan a 100 o 130km de GC y lo saben.
Al final me quedé en Valle, en el Grand Canyon Inn & Motel y a un precio nada barato, pues por dos noches pagué casi 170€, lo cual es mucha pasta cuando viajas solo. Pero aún siendo mucho dinero, lo daría por bien empleado por poderme alojar a media hora en coche del GC. Pero lo que me encontré no me gustó.
Para empezar, aunque el hotel es grande con varios edificios anexos, lo que no te dicen es que tu habitación está a quinientos metros de la recepción al otro lado de la carretera, en un edificio que claramente era un hotel de la competencia que debieron comprar cuando cerró (o directamente se lo apropiaron, vete a saber). Un edificio de planta baja con pasillo-corredor exterior al que abren las habitaciones. Habitaciones de madera con una cama encajonada entre dos paredes a la que hay que entrar por los pies, una ducha que no cerraba del todo bien y con el agua caliente estropeada, una televisión con un par de canales y otra media docena con mala señal, y una habitación sin teléfono por lo que para cualquier cosa con recepción tienes que coger el coche. ni un microondas, ni una neverita para guardar tus cosas... una cutrez suprema por la que encima pagué casi 200$.
En resumen, con mucha diferencia la peor relación calidad-precio que me he encontrado.
Ya el colmo cuando, tras coger el coche para ir a recepción a protestar por la ducha y quedarme a cenar en el único restaurante de la zona (como no, el del hotel), el camarero al ver que era yo solo, cuando le pedí mesa para cenar me sugirió "amablemente" que a lo mejor me podría sentir más cómodo si me iba al bar a cenar en la barra. (vamos que no tenía ganas de ocupar una mesa de cuatro conmigo solo).

Afortunadamente, tras la cena (que tardó bastante por cierto) me topé en el bar con dos chicas de Madrid que también se disponían a cenar (no sé si por sugerencia del camarero) y con las que compartí un rato agradable tomando unas cervezas. Gracias, chicas.

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Viernes 18 de septiembre y hoy toca en exclusiva el Gran Cañón del Colorado.

La ruta en coche es de lo más sencillo: De Valle a Grand Canyon Visitor Center. Aparcar en el inmenso aparcamiento y listo. Tanto tiempo esperando este momento y se va a producir. Me acerco al borde, y mi viejo amigo el Colorado me muestra al fin su obra maestra.


Vista del Gran Cañón desde el South Rim. Mather Point.

446 kilómetros de largo, hasta 29km de ancho y 1600m de profundidad ante nuestros ojos. En días claros, y este lo es bastante, se puede ver el horizonte a más de 100km de distancia. La mañana está fresca, el cielo despejado. Así que me dispongo a hacer el Rim Trail, que discurre por el borde del precipicio, en dirección oeste. Apenas son las nueve de la mañana y me espera una buena caminata.

Mather Point.

En menos de diez minutos llego a Yavapai Point. Puede parecer que siempre es la misma imagen del cañón, que todo se repite. Pero siempre hay matices, una vista diferente, un risco, un cañón transversal...

Yavapai Point.

Continúo por el borde hasta Bright Angel Point, y un poco más adelante comienza la ruta hacia Hermits Rest. Como está cerrada al tráfico y solo se puede ir en bus, lo cojo hasta el primer mirador. Es un trayecto corto desde Village transfer y Trailview Overlook. A partir de aquí seguiré a pie por el Rim Trail.
El camino es algo dificultoso porque tiene continuos desniveles, firme no muy seguro y hay bastante gente haciéndolo a pesar de la temprana hora. Seguramente por aquí estará pasando gente desde las siete de la mañana o incluso antes.
Avanzo con paso firme pero sin agobios, mientras voy viendo los diferentes miradores: Maricopa Point, Powell Point... El siguiente en importancia es Hopi Point.


Hopi Point.

Los miradores se suceden uno tras otro, aunque en realidad no hace falta un mirador. El paisaje es espectacular en cualquier punto del Trail. Pero especialmente en The Abyss, donde se puede hacer uno la idea de la profundidad que alcanza el cañón.


The Abyss.

De manera incansable continúo recorriendo el Rim Trail hasta que llego a Pima Point. He recorrido unos cuantos kilómetros y el sol aprieta. Pasa de mediodía y me estoy dando cuenta de que, al caminar siempre hacia el oeste, se me está cociendo la parte izquierda de la cara y el brazo izquierdo, las que quedaron siempre al sur...


Me hubiera gustado llegar a pie hasta Hermits Rest, pero tengo poco tiempo y quiero visitar otras zonas. Además el hambre comienza a apretar. Desde Pima regreso al Village en el autobús de la línea roja. Tras una breve comida (que incluía sandwich de ensalada de huevo...) :roll:, vuelvo al coche para ir a los miradores de la zona este. Según voy avanzando y veo algún punto interesante me paro y me acerco al borde para contemplar las vistas.
En el primer sitio, me veo sorprendido por algo que no contaba y apenas había oído hablar. Es la Duck-on-a-rock. He aquí la foto del porqué de ese nombre.


Mi segundo intento es en Grandview Point, pero el aparcamiento está a tope, por lo que debo continuar al siguiente. Y así como quien no quiere la cosa, llego hasta el último, Desert View, en el que han construido una torre más falsa que un billete de tres euros para regocijo de los visitantes.



El día ha sido completito y quiero hacer la compra en Tusayan antes de volver al "hotel". Mañana de nuevo en ruta.

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Sábado 19 de septiembre. Hoy el día se presenta tranquilo y sin prisas pero con bastantes kilómetros a la vista.
Lo mejor de este día es que abandono por fin el tugurio este donde me he metido, obviamente sin desayuno incluido no vaya a ser que se arruinen por servir algo. Para colmo de males, al no haber ni siquiera una nevera donde poner provisiones, y a pesar de haber comprado hielo en la gasolinera y ponerlo en la papelera a modo de nevera improvisada; el mal ya estaba hecho y la garrafita de leche que había comprado para surtir mis colacaos matutinos se había convertido en una garrafita de yoghurt hiperfermentado en el que yo creo que ya había vida inteligente hasta el punto de haber alcanzado sino la era espacial, al menos el Renacimiento. Y digo garrafita porque era el recipiente más pequeño que venden en estos puñeteros hipermercados en donde todo está al por mayor: si quieres leche, cuatro litros, si quieres mortadela, kilo y cuarto, si quieres lonchas de queso, sesenta y cuatro. Cuando viaja uno sólo hace que te salga la mortadela por las orejas.
Así que desayuno lo que haya quedado por ahí y me dispongo a partir rumbo norte de nuevo para, una vez más entrar en el parque de Grand Canyon. Después iré hacia el este para bordear el parque, y de paso a ver si esta mañana puedo entrar en los miradores que ayer me fue imposible.

Esta vez ha habido suerte y puedo disfrutar de las vistas de Grandview Point.


Grandview Point.

Con calma, disfrutando de la carretera, voy pasando por varios miradores; aunque sin detenerme mucho en ellos para tomar un último vistazo a esta maravilla natural del Gran Cañón. uno suele pensar, cuando le hablan del Gran Cañón, en un paisaje totalmente desértico, sin apenas vegetación, en una zona de altitud mas bien baja y con temperaturas extremas. Sin embargo, me he encontrado con que está ubicado en una montaña, a más de 2000 o 2500m de altitud, con una temperatura de 24ºC, y rodeado de inmensos bosques de pinos (bajos esos sí, no son las secuoias de Yosemite) que más parece un paisaje mediterráneo. no en vano rodeando al GC está el Kaibab National Forest.
A medida que me muevo hacia el este, saliendo ya de los límites del parque, la carretera va tomando un camino en descenso hacia tierras mucho más áridas, donde el verde va tornándose en ocre y rojizo, mientras la temperatura sube de manera clara. Es el Painted Desert.



Tras llegar a Cameron, sigo ahora rumbo norte, hacia Marble Canyon por la US-89. Es el primer punto río arriba que permite cruzar el Colorado. Es el llamado Navajo Bridge (aquí con los nombres se matan a pensar...)

Navajo Bridge es un puente metálico de un solo arco que fue construido en 1929 para cruzar el Río Colorado. Este puente y el de Glen Canyon, a las afueras de Page, son los únicos pasos sobre el río en casi mil kilómetros; porque aguas abajo está el Gran Cañón, y aguas arriba el "Lago" Powell.
Debido a las limitaciones de peso en los camiones, en 1995 se construyó un segundo puente, de estética similar al original, que permite el paso de vehículos pesados. El original ha quedado como atracción turística y se puede pasear sobre él para contemplar el Río Colorado 140 metros más abajo.


Navajo Bridges. El original a la izquierda, y vista desde éste.

Una vez cruzado el Colorado (por cierto me despido de él, ya que no volveré a verlo en este viaje) la carretera 89a gira al suroeste para discurrir entre el río y los Vermilion cliffs y su característico tono rojizo. Debido a las inundaciones de los días pasados (mientras cruzaba yo Colorado hacia Moab) han provocado varios desprendimientos, y la crecida de arroyos ha cubierto de barro algunos puntos de la carretera. En algún punto he tenido que parar por las obras o ir más despacio de lo deseado. poco a poco la carretera va ascendiendo de nuevo al Kaibab National Forest y el paisaje vuelve a hacerse más boscoso y fresco. El punto culminante es Jacob Lake, cruce donde se puede tomar dirección sur hacia el North Rim de GC. Me gustaría ir a esta parte de GC, pero he hecho cuentas y la distancia a recorrer es tan grande que no me anima mucho tener que dar la vuelta después. Quedará para otra ocasión.



Después de subir, toca bajar de nuevo a las ardientes arenas del desierto, hasta que cruzo de nuevo otra frontera. Vuelvo a Utah, la Utah de mis amores.
En Kanab me aprovisiono un poco y sigo hacia el norte para buscar el siguiente destino de hoy, el Coral Pink Sand Dunes State Park. El nombre lo dice todo: Es un parque (obvio) , en este caso estatal, (toca pagar entrada) en el que hay unas "Dunas" de "Arena" de color "Rosa Coral"

La carretera de acceso no es muy allá (ver la última foto de las cuatro de antes) pero como no tiene tráfico apenas se lleva bien. Tras entrar pasando por caja (8$) descubro unas instalaciones muy básicas, pero bien cuidadas, con los omnipresentes pero utilísimos aseos, una zona para hacer barbacoas (como no), amplio parking y zona de campamento.
El parque es lo que es, un pequeño valle encajado entre dos colinas, en el cual el viento queda metido en una especie de embudo que le hace ganar fuerza para arrancar arena de las rocas, al final del valle, el viento pierde fuerza y va acumulando esa arena en forma de dunas de un bonito color "rosa coral"


Aprovecho las instalaciones para comer de manera abundante para aprovechar las provisiones que corren el riesgo de producir un cólico nefrítico o algo peor. El merendero tiene una cubierta que permite estar al aire libre sin sufrir los rigores del sol, que hoy se ha levantado con ganas, pues pica como nunca. Sorprende ver el uso que los americanos le dan a sus parques para todo tipo de actividades. Pero lo más sorprendente de éste es que puedes corretear por las dunas en Quad...
Eso sí, según las normas del parque, "está prohibido eliminar, alterar o destruir caulquier planta, animal o mineral, el vandalismo está prohibido y tampoco está permitida la descarga de armas de fuego, incluso dispositivos capaces de lanzar proyectiles..."
¿pero qué tipo de gente visita este parque??

No sé si por la abundante comida, la ligera brisa y que aparqué el coche en la única sombra del aparcamiento, que me apetece echar una cabezadita; así que voy a poner en práctica nuestra más tipical spanish siesta.

Tras el merecido descanso ,salgo del parque por el norte. Es pronto para irme al alojamiento (que explicaré después) y tarde para ver algo de Zion o ya no digamos de Bryce. Pero dedicaré un rato a explorar el terreno sin un destino fijo. Pruebo con los pueblos que hay entre Zion y Bryce, pero pronto me doy cuenta de que no tienen gran cosa que ver, así que vuelvo hacia Kanab.
Tras entrar al pueblo (porque es un pueblo con todas las letras) lo primero es aprovisionar el depósito del coche y de paso cae un heladito fresco para mí. No quiero que me pase lo mismo que anteriores ocasiones cuando mi alojamiento es una casa particular, en las que se me hacía de noche intentando encontrar la casa. Además la de hoy está a las afueras de Kanab, casi en el límite con Arizona (si lo sé no cambio la hora.). así que al atardecer me dirijo a la vivienda. Es una casa enooorme, muy americana. me recibe mi anfitriona, una chica utaheña muy maja que lo primero que me anuncia es que dentro de casa mejor descalzo. Menos mal que el suelo es todo de madera.
Si la casa por fuera parecía enorme, por dentro lo es aún más. Es inmensa. el salón solo es más grande que mi casa, y al lado tiene un comedor que podrían comer veintisiete y al lado una cocina en la que se puede bailar un tango. Cómo será de grande si en el vestíbulo de entrada hay una mesa de billar...
Me lo enseña todo y subimos a la planta primera, donde hay como seis o siete habitaciones también inmensas, con cama extra-mega-kingsize. Desde el ventanal del salón (de doble altura por supuesto) tiene una vista de la parcela acorde con la casa. Tanto que dice que al final de la finca es una hora menos, que limita con Arizona, vamos...
Le pregunto si los anfitriones viven en esta casa y me contesta que sí, que viven en el sótano y alquilan todas las habitaciones de la casa o la casa completa (salvo el sótano claro). a mi pregunta de cómo tienen una casa tan enorme, la respuesta fue clara y breve: era tan barata que nos la pudimos permitir. ... americanos...
Anochece. Vuelvo un momento al pueblo a por más provisiones para mañana y regreso a la casa para cenar. Hay más inquilinos; una pareja joven alemana, un matrimonio de mediana edad de Virginia o Maryland o por ahí, y creo que algún coreano o japonés o chino. no lo sé porque no los hemos visto pero sabíamos que estaban en la casa. Eran "Los Otros"

De nuevo, lo mejor de estos alojamientos es la conversación que puedes tener con los inquilinos y otros huéspedes. un trato más personal y cercano.

A dormir. Mañana toca Bryce y Cedars.

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