PERÚ CON ADITIVOS: IGUAZÚ E ISLA DE PASCUA ✏️ Blogs de Peru

Como ya expliqué en la primera etapa del diario, optamos en hacer esta parte del viaje contratando una agencia local. Básicamente lo que compartes es el transporte, porque como cada uno escoge su hotel realmente es casi como hacer un privado. Abajo os pongo su web, se llama Peru-tourism. Atienden muy rápido, son muy flexibles en cuanto a propuestas no pre-programadas y quedamos muy contentos con el resultado

Así pues, a las 8 de la mañana nos recogen de la agencia con la que hemos contratado el tour por el valle del Colca y el lago Titicaca, en un microbús compartido. Lo primero que hacen es pararnos en una tienda para que compremos caramelos de coca y hojas de coca para mascar, ya que hoy ya cogemos una altura importante. La verdad es que te asustan un poco con tanta prevención, pero bueno, yo tenía claro que los caramelitos, vale, pero que mascar hojas como un rumiante no iba a ser lo mío.

La carretera va rodeando los volcanes que se ven desde Arequipa y vemos que la cara sur ya no tiene nieve a pesar de la altura (estamos muy cerca del Ecuador).

Hacemos una parada para tomar un mate de coca en Pampa Cañahuas, un sitio que tiene unas formaciones geológicas muy curiosas y una señora tejiendo, de lo más típica.

En el camino pasamos por la Reserva Nacional de Aguada Blanca y Salinas con un paisaje impresionante, totalmente andino y quizá lo más llamativo por lo exótico, los camélidos de los Andes: llamas, alpacas y vicuñas.

Seguimos el viaje por la Patapampa, una planicie a 4.800 metros de altitud y todo el tiempo vemos al fondo las montañas con glaciares en la parte alta. Finalmente llegamos al Mirador de los Andes (4.910 m) desde donde se puede observar la cordillera de Chila con gran cantidad de volcanes como el Mismi (por allí nace el Amazonas), Chucura, Huaracante, y a lo lejos el Ubinas, Misti, Chachani, Ampato, Sabancaya y Hualca Hualca. A pesar de la altitud no tenemos problemas, ni nadie de los que viajan con nosotros, de hecho incluso tenemos fuerzas para hacer una ofrenda a los dioses de los volcanes, colocando tres hojas de coca enterradas en una montañita de piedras.

Desde aquí descendemos a Chivay (3.600 m) por una carretera muy muy empinada, pero que ofrece unas vistas inmejorables del valle, donde comemos en un restaurante con comida típica de la zona. Es la primera vez que comemos alpaca y nos encanta. Como siempre muy rico.

Después nos llevan al hotel para que nos podamos cambiar de ropa ya que después nos vamos a los baños termales de La Calera.

El hotel está perfectamente integrado en el entorno, son casitas independientes, no hay tele, ni armarios, pero está muy bien, aunque nos da la sensación de que vamos a pasar frío, por lo que encendemos la calefacción, que consiste, como en todos los hoteles, en un radiador de aceite de los de toda la vida. Aunque parezca mentira y a pesar de que muchos días la temperatura se acerca a cero grados, resulta suficiente.

Los baños termales de La Calera tienen el agua que nace de los volcanes y que llega a la zona de los baños a 90º C. Allí se va enfriando hasta los 38-40º C en diferentes piscinas. Estaba demasiado caliente, no nos apetecía estar mucho rato y hemos hecho bien porque no es bueno estando a esta altitud. Además, había piscinas diferentes para peruanos y extranjeros. No me gustan este tipo de cosas.

Para compensar al llegar al hotel el agua estaba algo menos que templada. Nos hemos duchado sin decir nada y luego resultó que era el calentador, que se había apagado.

Finalmente cena en restaurante típico con espectáculo de bailes del valle del Colca. La cena regular, la música buena y los bailes interesantes.

Muchas de las mujeres peruanas de esta zona visten de forma cotidiana con el traje típico, especialmente con el sombrerito.

Lo mejor es que cuando estábamos a punto de meternos en la cama llaman a la puerta y nos dan dos bolsas de agua caliente como las de antes, así que las hemos metido en la cama y tan calentitos (fuera había cero grados).

👉 Ver Etapa: VIAJE HASTA EL VALLE DEL COLCA: PATAPAMPA Y CHIVAY ⏫ Volver arriba Compartir:

Nos recogen a las 6 de la mañana porque tenemos que estar alrededor de las 8 en la Cruz del Cóndor, en el cañón del Colca para ver los cóndores, si es que tenemos suerte. El cañón del Colca tiene una profundidad que va desde los 1000 hasta los 4000 m, aunque en la zona por la que hoy nos movemos no se pasa de 1400 m.

Durante el recorrido vamos haciendo paradas en algún pueblito, para ver las terrazas de cultivo pre-incas y el propio cañón, que en el lado opuesto por el que vamos tiene una altura de 1000 m más y detrás están todos los picos de la cordillera de los Andes.

Antes de llegar al mirador de la Cruz del Cóndor nos bajamos para hacer una pequeña caminata de media hora hasta el mirador. Eran las 8 de la mañana y hacía bastante frío. La verdad es que merece la pena, porque se ve con detalle la inmensa caída hacia el fondo del cañón y las plantas con muchas flores, la mayoría endémicas del valle.

La altura es importante, así que había que ir despacio, pero de repente, a lo lejos, justo donde está la cruz del mirador, empezamos a ver cóndores volando. Como teníamos tanta psicosis con que no se ven apenas cóndores, que hay que tener mucha suerte, empezamos a renegar de por qué habíamos caminado y no llegado con el coche, que ya estaríamos en el mirador viendo cóndores, etc. El caso es que empezamos a correr, con el consiguiente ahogo (cualquier esfuerzo a esa altura se nota, aunque no tengas ningún síntoma de mal de altura). Para nada, porque lo que veíamos no eran cóndores y además, una vez que nos sentamos tranquilamente pudimos ver varios cóndores volando prácticamente por encima de nuestras cabezas y posados a pocos metros de nosotros.

Son enormes, sobrevuelan por encima de tu cabeza bastante bajo y resulta tremendamente relajante el verlos planear con sus inmensas alas. Aunque os digan que si hay que ir a primera hora, o más tarde, o que se ven solo con suerte, no hagáis caso: hay muchos y es muy probable verlos en esta zona.

Este es quizá uno de los días más bonitos de los que llevamos en Perú, no sólo por lo cóndores, sino por el espectacular paisaje. De vuelta vemos tumbas pre-incas en las altas paredes de las montañas, a las que tuvimos que llegar por una carretera sin asfaltar. En cuanto a esto de las culturas preincaicas, el tremendo desarrollo de los incas ha conseguido que fuera del Perú nadie sepa nada o casi nada de los pobladores del país que vivieron antes de ellos. Sin embargo, se desarrollaron grandes civilizaciones, muy antiguas, algunas tan famosas como las de Nazca y otras no tanto como Paracas, Chachapoyas, Mochica, etc.

Una vez de nuevo en Chivay hemos comido y resulta que había una fiesta en el pueblo. No acabamos de entender muy bien, porque por más que preguntamos nos decían que era el día de la policía, de hecho, un policía estuvo dando un discurso al más puro estilo político, pero aquello parecía algo más tradicional.

Después hemos cogido un “combi”, que es como llaman aquí a los taxis colectivos, que sale una vez que se han llenado todos los asientos. Por un sol nos ha llevado a Yanque, el pueblo más cercano a Chivay en este lado del cañón, para visitar el sitio arqueológico de Uyo Uyo, una ciudad precolombina con una historia sangrienta, a donde sólo se puede llegar caminado unos 45 minutos. Se sale de la plaza del pueblo y se baja hasta la mitad de la altura del cañón (aquí no tiene 1000 m), se cruza por un puente colgado y se vuelve a subir hasta una altura mayor. Un buen paseo a unos 3600 m. Durante el camino nos encontramos con el director de las excavaciones arqueológicas y nos cuenta la historia de la ciudad, e incluso, una vez allí, nos acompaña y nos explica cómo se ha llevado a cabo la reconstrucción (qué suerte hemos tenido). De hecho se ha abierto al público en noviembre de 2013. Si tenéis ocasión acercaros, merece la pena.

De vuelta al Yanque actual vimos unas “colcas” o almacenes construidos en las laderas de la montaña, perfectamente camufladas e inaccesibles para evitar que se los robaran. También la iglesia en la plaza del pueblo.

La vuelta en el combi acompañados de mineros y hasta arriba la verdad, pero bien, mezclándonos con la gente, que es de lo que se trata. Hemos cenado en el mismo sitio que el día anterior, pero esta vez sin ver el espectáculo de baile. Otra vez bolsita de agua caliente y a dormir.

👉 Ver Etapa: EL VALLE DEL COLCA ⏫ Volver arriba Compartir:

Este es un día de transición ya que nuestro autobús salía a las 13:30 horas para llevarnos a Puno. Por la mañana, descanso y visita al mercado, donde hemos comido una comida buenísima en un puesto y hemos descubierto el pan de maíz, dulce y exquisito, que se hace dentro de una hoja de platanero.

El viaje dura unas seis horas y se deshace parte del camino que hicimos para venir desde Arequipa. No es pesado porque se hacen paradas turísticas, especialmente bonita la de Las Lagunillas.

La compañía de autobús con la que hicimos este recorrido fue [url=http://]4M[/url] y el billete lo compramos a través de la agencia con la que hicimos la ruta por el Colca.

Se pasa por Juliaca, que es una ciudad bastante grande y finalmente se llega a Puno (3800 m) y al final del viaje vimos una espectacular luna llena. Estamos en el hotel Eco Inn donde tienen una pequeña cerca con alpacas, una de ellas suri, que son muy difíciles de ver en el campo, tienen como rastas, y aquí se pueden ver con todo detalle. Como llegamos tarde cenamos en la cafetería del hotel.

👉 Ver Etapa: DE CHIVAY A PUNO ⏫ Volver arriba Compartir: