Bretaña y Normandía en autocaravana ✏️ Blogs de Francia

Lunes 7 de agosto

Por la mañana nos levantamos, desayunamos y otra vez kilómetros hasta llegar a Rochefort-en-Terre. 242 km. Este día tenía mas sitios marcados en el mapa, pero preferimos ir directamente aquí y dejar pendientes Vannes, Carnac, Pont Aven y Locronan. Y fue una buena decisión para poder visitar y descansar tranquilamente.
Llegamos a primera hora de la tarde. Aparcamos en un parking gratuito que hay a las afueras.
Rochefort-en-Terre es un precioso pueblo medieval muy bien conservado, lleno de tiendas de artesanos y de comida. Con algún artista callejero del que disfrutamos de su música y un montón de flores por todas partes, tantas, que el pueblo olía a flores!!!







Después de la visita de la tarde, teníamos previsto irnos, pero una vez allí pensamos que no nos apetecía nada volver a la carretera a hacer kilómetros, que además allí había un camping, el Au Gre des Vents, y decimos quedarnos y eliminar de un plumazo el resto de cosas de ese día. Pero es lo que tiene la autocaravana, haces lo que te apetece!!
Antes de ir al camping, desde el aparcamiento mismo, fuimos a ver un pequeño lago que hay al lado del pueblo.


Nos dirigimos al camping, había sitio (uffff!!) ya que lo necesitábamos para poder darnos una buena ducha y conectarnos a la red eléctrica para cargar móviles y todo lo cargable. Era un camping pequeño y muy agradable, con piscina semicubierta y parcelas de césped. 31€.

No era la nuestra, pero es que menudo pepinaco

La niña tenía ganas de piscina, además conoció a dos gemelas catalanas también y estubo jugando con ellas un buen rato.
Para cenar volvimos al pueblo y en la plaza Du Puits menudas creps nos comimos, deliciosas!!!!


Y pasear por allí sin apenas gente, con esas luces…. Increíble!




Volvimos a la autocaravana a dormir. Esa noche nos llovió un poco y cada noche lo repitió, pero siempre era una lluvia muuuy fina.

---

Martes 8 de agosto

Este día hicimos en total unos 155 km.
Por la mañana nos dirigimos a Dinan primero. Nos costó encontrar aparcamiento, pero al final dimos con una zona para autocaravanas que está al lado del puerto (si puerto), y accedes al pueblo por unas empinadas escaleras pero que se hacen bien y rápido.


El símbolo de Bretaña





Estuvimos paseando, sin visitar nada en concreto, disfrutando de la arquitectura, las calles y las tiendecitas. Comimos en la calle, comprando bocadillos y croques monsieurs en una deliciosa pastelería y cuando ya tuvimos suficiente, volvimos a la autocaravana y pusimos rumbo a Saint Maló.
Por cierto, aquí os presento a nuestra guía de esos días que, cariñosamente, bautizamos como Tontorrona jajaja


Llegamos a Saint Maló y, después de dar varias vueltas, aparcamos un poco lejos de la ciudad amurallada, en zona azul, pero que rápidamente llegabas andando. Es lo que tiene también la autocaravana, no poder acceder a la mayoría de parkings cercanos a los sitios, como lo harías con el coche.
Primero entramos en un barco corsario atracado en el puerto y que se podía visitar. Curioso y ameno para la niña.




Después ya nos dirigimos a la ciudad amurallada. También preciosa, pero demasiada gente para mi gusto. Lo mas bonito para mi, fue la zona de la playa, había marea baja y pudimos llegar donde había la fortificación. Fue nuestro primer encuentro con la marea y nos entusiasmó.




Después de compartir un delicioso gofre de Nutella y comprar algún imán para la colección, seguimos hasta nuestro siguiente destino, Cancale, un pueblecito de costa con un montón de restaurantes cuya especialidad era el marisco y las ostras.
Aquí pernoctamos enmedio de un campo con otras autocaravanas.

Veis un triangulito en el centro de la foto, en la linea del horizonte? Es Mont Saint Michel!!


Después de una duchita, bajamos al puerto, dimos un paseo y fuímos a un restaurante a cenar. Un menú de unos 14 euros creo, que te incluía 6 ostras. No las había probado nunca y bueno…. Prefiero unos buenos berberechos jeje.

---

Miércoles 9 de agosto.

Hoy volvemos a modificar la ruta. Lo que tenía que ser una vuelta pasando por Vitré y Fougères, se quedó en destino directo Mont-Saint-Michel. 49 km.
Allí tenía claro que quería ir al camping, así ya estábamos en la zona de la Caserne, donde enfrente mismo te pasaban las navettes / buses que te dejaban cerca de la abadía.
Encontramos sitio, un tranquilo camping con gran parcela de césped. Después de llenar/vaciar aguas y vaciar “poti”, nos instalamos. 30'94€


Y directos al monte! Era uno de los puntos de interés principal del viaje. Subimos a la navette y cuando llegamos había marea baja, bajísima! El mar se veía como una línea en el horizonte, y se veían puntos que eran gente caminando a lo lejos.


Entramos y empezamos a ascender las callejuelas, repletas de gente.


Era hora de comer y entramos en una especie de restaurante/pastelería a comer unos bocadillos mas malos que buenos, pero bueno, es lo que había. Luego ya nos dirigimos a la abadía para hacer la visita. Es enorme!! Cuantas salas y cuantos niveles. Recomiendo coger la audioguía (3 euros) que así al menos te vas enterando de donde estás y lo que estás viendo. Desde arriba hay unas vistas impresionantes.




Después de la visita bajamos a la playa y dimos la vuelta al monte.

---