![]() ![]() NUEVA ZELANDA. POR LA TIERRA DE LA LARGA NUBE BLANCA ✏️ Blogs de Nueva Zelanda
Viaje de ensueño recorriendo la Isla Norte (5 dias) y la Isla Sur (16 días) de Nueva Zelanda, Aotearoa para los primeros habitantes. Viaje realizado en grupo y en coche alquilado. Del 4 al 28 de Febrero de 2017Autor: Alejandria Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.6 (19 Votos) Índice del Diario: NUEVA ZELANDA. POR LA TIERRA DE LA LARGA NUBE BLANCA
01: Un sueño que parece que se hace realidad
02: Viaje y Llegada a Auckland
03: Waitomo – Hobbiton - Llegada a Rotorua
04: Descubriendo el olor de Rotorua
05: Valle volcánico de Waimangu
06: WAIOTAPU, AREA TERMAL
07: De camino a Tongariro NP: Waiotapu, Aratiatia Rapids, Orakei Korako, Huka Fall
08: Orakei Korako: "El Valle Oculto" de Nueva Zelanda
09: TONGARIRO ALPINE CROSSING - TAC
10: Tongariro NP. Taranaki Falls. Camino a Wellington
11: Estrecho de Cook. Queen Charlotte Drive. Llegada a Motueka
12: Parque Nacional de Abel Tasman
13: Mal comienzo en Abel Tasman NP. Nos vamos a Nelson Lake NP
14: Nelson Lakes N.P. Garganta Buller. Punakaiki. Greymouth
15: De Greymouth a Fox Glacier
16: De Fox Glacier a Wanaka por el desfiladero de Haast
17: Preciosa tarde en Wanaka. Mt. Iron, Diamond Lake, Mirador Lago Wanaka
18: Wanaka. Rob Roy Glacier Track. Queenstown.
19: Queenstown-Glenorchy. Jet Boat.Paradise Valle.Lake Silvan.Dart River
20: Doubtful Sound. Pequeña ruta por Kepler Track.
21: Recorriendo Milford Sound Road, con Key Summit
22: Ruta Lake Marian en Milford Rd. Comienzo crucero nocturno en Milford Wanderer
23: Milford Sound. Recorrido por el fiordo. Camino a los Catlins
24: LOS CATLINS. Noche en Dunedin
25: De Dunedin a Mt. Cook NP. Moeraki, Elephant Rocks, Glaciar Tasman...
26: Mt. Cook: Hooker Valley y Kea Point tracks. Lake Tekapo. Noche en Twizel
27: De Twizel a Península de Banks- Akaroa
28: Akaroa. Christchurch. Vuelo a Auckland y regreso a casa
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Etapas 10 a 12, total 28
La jornada de hoy la comenzamos trasladándonos a Wakapapa Village, la puerta de entrada al parque nacional de Tongariro y donde se encuentra el centro de visitantes.
Es también un pueblo pequeño con opciones de alojamiento y restauración. Buscábamos un lugar donde pudieran arreglar la suela de una zapatilla de un compañero que se había despegado en la ruta de ayer. No lo encontramos por ningún sitio. Finalmente el problema lo pudo arreglar al lado de la gasolinera de dónde veníamos, de National Park. Desde Wakapapa salen muchas rutas de senderismo, de distinta dificultad y duración. Nos habíamos decidido por hacer el Taranaki Falls Track La ruta a la cascada Taranaki es un circuito de 6.45 km. Comienza antes de llegar al centro de visitantes en un lugar que se conoce como Nagauruhoe Place. Está muy bien señalizada y precisamente el nombre anterior no lo vi por ningún sitio. Es una caminata muy agradecida. Cruza pastizales alpinos, bosques de hayas y diferentes paisajes modelados por los volcanes cercanos. El punto de inicio de esta ruta coincide también con uno de los accesos al Tongorario Northern Circuit que luego continúa hacia Lower y Upper Tama Lakes y al refugio Waihohonu. Al ser un circuito se puede comenzar en un sentido u otro. Nosotros lo comenzamos en sentido anti horario porque parecía más fácil, es decir, por la Upper Taranaki Falls. Los primeros tramos del sendero van entre hierbas bajas y matorrales alpinos. Recorrido ya como medio kilómetro del trayecto, se adentra en un bosque de hayas que abandona a los 200 o 300 metros. Esto va a ser frecuente en esta ruta, entrar y salir de algunos bosques. ![]() ![]() ![]() La caminata discurre por algunas pendientes bajas del monte Ruapehu y muchos de los paisajes que vemos han sido modelados por erupciones de dicho volcán. Vistas del monte Ruapehu son posibles, siempre y cuando lo permitan las nubes. Como es el caso de hoy, que las nubles nos lo dejan ver a intervalos y no con su estampa completa. El monte Ngauruhoe ni siquiera lo pudimos ver y también es posible verlo en días despejados. ![]() ![]() A casi tres kilómetros del inicio se pasa un puente sobre el arroyo Wairere que se desplaza desde las faldas del monte Ruapeu y a continuación desaparece en el borde de la cascada. A los pocos metros del puente se encuentra el cruce donde el sendero sigue hacia los lagos Tama y girando a la izquierda continúa en el recorrido de Taranaki Falls. ![]() ![]() Hay que bajar los acantilados por los que cae la cascada. Hay una escalera larga a través de un bosque de árboles toatoa que rápidamente nos deja en la base del acantilado con la cascada Taranaki de frente. ![]() ![]() Esta cascada es de unos 20 metros de alta y cae por el borde de un gran flujo de lava del volcán Ruapehu. Un acantilado de roca volcánica que presenta tonalidades rojas, negras y de color crema, dándole un bonito trasfondo a la cascada. Se puede bajar hasta el borde mismo de la cascada y contemplar la piscina verde azulada que forma la caída de agua. ![]() ![]() El sendero continúa por Lower Taranaki Falls Track para volver a Wakapapa, más o menos paralelo al río Wairere. Más adelante el río Wairere comienza a formar una estrecha garganta a través de la roca volcánica y como medio kilómetros después, al cruzar un puente, se puede ver otra cascada de este río, desde su parte superior. ![]() ![]() ![]() Cuando se lleva más o menos 5 km. recorridos hay un cruce con otro camino que lleva al refugio Mangatepopo. Es el camino que vimos ayer al poco de comenzar el track del Tongariro Alpine Crossing. El camino sigue por pastizales alternando con tramos de bosque de helechos hasta el tramo final de prados, similar al del inicio de la ruta, con la vista, cada vez más cercana, del Chateau Tongariro. ![]() ![]() El Chateau Tongariro fue construido en 1929, es una suntuosa mansión con un entorno envidiable. Es uno de los hoteles más románticos de Nueva Zelanda. Estuve mirando las opciones de alojamiento y se nos disparaba de precio. Había leído en algún sitio que suelen hacer ofertas pero estas no llegaron para nosotros. Esta ruta no dura más de dos horas y el camino es fácil, con poco desnivel y un paisaje muy diverso. Con el aliciente añadido de las cascadas Taranaki. Como ya mencioné, desde Wakapapa hay otras opciones de senderismo, con cascadas y sin ellas, pero nosotros nos conformamos con esta ruta y emprendimos el largo camino hacia Wellington. Parándonos en la gasolinera del pueblo de National Park para el arreglo de la zapatilla. Por la SH4 continuamos. Pasamos el desvío al pueblo de Ohakune. Aquí si me hubiera gustado parar ya que desde esta localidad parte la Ohakune Mountain Rd. hasta la estación de esquí de Turoa. Desde esta carretera salen varias rutas de senderismo interesantes y desde la estación de esquí se puede acceder en telesilla hasta las laderas del monte Ruapehu y contemplar sus glaciares de cerca. Pero ello nos hubiera entretenido bastante. Por esta misma carretera seguimos hasta Whanganui, una población histórica situada junto al río del mismo nombre. Parece una ciudad con movimiento y varios edificios antiguos, otros en rehabilitación. Tan sólo paramos para comer. Estábamos buscando un restaurante que aparece en la Lonely y como nos daba igual finalmente entramos en Breakers Bar ya que mirando su carta nos pareció tener buenos menús. Está situado en la esquina de St. Hill y Guyton St. En una de estas calles tiene otra entrada mucho más formal, como estilo de pub, pero es el mismo establecimiento. Dentro es enorme y tiene varios ambientes. Se come bien y con precios asequibles. Nos quedaban unas tres horas de viaje hasta la capital del país, Wellington. En Wellington nos alojábamos en unos apartamentos, Quest Atrium Serviced Apartments. Lo más cerca que encontré del puerto dado que al día siguiente teníamos que coger el ferry para cambiar de isla. Son apartamentos modernos, bien equipados y cómodos. Una lavadora estupenda que utilizamos para hacer nuestra primera colada en tierras neozelandesas. Tenían aparcamiento pero había que pagar por él, lo cual vimos razonable dado que en las ciudades no suelen abundar los parkings. También te cobraban comisión si pagabas con tarjeta de crédito. Así que les pagamos en efectivo y asunto solucionado. La ciudad de Wellington es otra de las sacrificadas en la selección de visitas de este viaje, igual que Auckland y otras ciudades. Y me hubiera encantado al menos haber visitado el museo Te Papa. Vi que no estaba lejos de nuestro alojamiento pero al comprobar su horario directamente lo descarté porque nosotros llegábamos después a la ciudad. Así que nos tomamos algo cerca del apartamento y antes de retirarnos nos acercamos hasta la zona peatonal pues una compañera tenía interés en ello. En concreto hasta la Cuba Street. Desde el apartamento se tardará como unos 20 minutos andando, o quizá algo menos. Por el camino fuimos viendo algunos bonitos edificios victorianos. La calle Cuba es una calle peatonal y comercial en la que abundan comercios de todo tipo, boutiques, cafés, tiendas vintage, bares, galerías de arte… y pubs que cierran tarde por la noche. Tiene mucho ambiente, desenfadado, bohemio, divertido…. A pesar de ello es una de las zonas más antiguas de Wellington y el propio nombre de la calle se remonta a 1840. Nombrada en honor de uno de los primeros barcos que arrivaron con colonos a Nueva Zelanda. Los edificios art déco, victorianos o eduardianos de esta calle y las aledañas, en sus orígenes hospedaron a constructores y comerciantes y hoy día son los que albergan los distintos tipos de comercios. Por esta cantidad de edificios antiguos la zona fue declarada “área histórica de la ciudad” en 1993. Hasta la década de los 60 la calle Cuba fue la ruta de los tranvías de Wellington. Pero eliminaron los raíles y la parte central de la calle la cerraron al tráfico. Una pena que eliminaran estos raíles. Además de los comercios, por la calle se pueden ver “detalles” que pueden hasta parecer que se encuentran fuera de lugar. Como la escultura rara y futurista encima del cártel de la calle, un paraguas de aluminio en colores, de tamaños gigante, pegado al suelo, y lo más icónico de la misma, la llamada Bucket Fountain o la fuente de las cubetas. Es una fuente de varios pisos de cubetas que se van llenando de agua y la retienen hasta que vuelcan unas encima de las inferiores. Y todo ello con su característico sonido. Lleva allí volcando agua desde 1969. Entramos en un pub de los muchos que hay, el cual tenía un ambiente muy divertido. Actuaba un equipo musical que tocaba estupendamente. Una música rara que nos recordaba en algunos momentos a la música celta, pero que sonaba bien. Unas cervezas y hasta nos echamos un baile ante la insistencia de una chica que invitaba a todos los que estábamos cerca a bailar y no paraba hasta que lo conseguía. Así que fue un acierto que la compañera insistiera en visitar esta zona, por el rato divertido que pasamos y porque tuvimos la oportunidad de conocer algo de Wellington, aunque fuera poquito y de noche. (Estas son fotos de la calle Cuba con luz diurna sacadas de páginas de turismo de la ciudad) ![]() ![]() ![]() Etapas 10 a 12, total 28
Abandonábamos nuestra corta estancia en la Isla Norte, tan sólo 5 días.
Teníamos reservado el pasaje del ferry con Interislander a las 9:00 y debíamos que estar haciendo el check ing una hora antes. Y antes de todo esto pagar el apartamento (la recepción cerrada y queríamos pagar en efectivo…. Toda una odisea divertida) y dejar los coches en el puerto que no sabíamos lo que nos podría demorar. Resultó ser muy fácil. Los coches, alquilados con Thrifty, se aparcaron justo delante de la puerta del edificio de embarque y las llaves en un buzón instalado con tal fin. Para pasar de la Isla Norte a la Isla Sur hay un sistema de ferrys desde Wellington hasta Picton operados por dos compañías, Interislander y Bluebridge. Nosotros escogimos Interislander porque el horario nos venía mejor y aunque es algo más caro que el de Bluebridge, se tarda media hora menos. Con Interislander, si tienes una tarjeta de los Top 10 Holiday Park, te hacen un 10% de descuento. Hay tres bandas de precios, dependiendo de lo cancelables que sean los pasajes. La distancia desde Welington a Picton es de 92 km. que se realizan navegando por el estrecho de Cook. Lleva este nombre en honor a James Cook, el primer comandante europeo que navegó a través del estrecho en 1770. En el estrecho de Cook se unen las aguas del Mar de Tasmania y del océano Pacífico y tienen fama de ser unas de las más peligrosas del mundo. Por el mal clima frecuentemente tormentoso, el viento y los cambios en el agua producidos por las mareas. Una vez abandonada la bahía donde se encuentra Wellington el ferry navega por un tramo más abierto, que es el propio estrecho de Cook, para acercarse a Marlborough Sounds atravesando el Tory Channel que comunica con Queen Charlotte Sound. Tory Channel es también un valle inundado y a la entrada del mismo es donde se encuentra el punto más estrecho de todo el itinerario, tan sólo 25 metros entre la isla Arapawa y el territorio continental. Afortunadamente nosotros disfrutamos de un día soleado, sin viento y con el agua en calma. El barco ofrece bastantes comodidades. Asientos cómodos en las cubiertas acristaladas, wifi, desayuno bufet hasta las 11.00 y opciones de comida rápida en el restaurante, un bar, una cafetería y algunos entretenimientos. Distribuido en varias plantas. Y en todas ellas hay posibilidad de salir a cubierta que es lo más interesante de este viaje si, como nosotros, disfrutas de buen día. ![]() ![]() Porque el paisaje no te deja indiferente, sobre todo atravesando el Tory Channel y el Queen Charlotte Sound. El agua del mar tiene un azul profundo fascinante. Su superficie brilla con infinidad de partículas plateadas, como si hubieran esparcido por encima trocitos de cristal. Y todo ello en contraste con el verde de las colinas y montañas que se elevan en tierra firme y en la isla. La línea costera no es uniforme sino que tiene multitud de entrantes de mar y salientes de tierra, una línea costera muy accidentada, como en todos los Marborough Sounds. ![]() ![]() El viaje no es un simple traslado de una ciudad a otra, es un crucero en sí mismo y de los más bonitos que se pueden hacer. Las tres horas que dura se pasan volando. Hasta con suerte se pueden ver delfines saltando y navegando junto al transbordador. En nuestro viaje los delfines vinieron a saludarnos pero yo no sé donde andaría que me lo perdí. ![]() ![]() Hablando de delfines, hay una leyenda muy bonita respecto a un delfín famoso en esta zona llamado Pelorus Jack. Aunque el trasfondo es una historia real. Entre 1888 y 1912 un delfín al que pusieron de nombre Pelorus Jack se hizo famoso por ir al encuentro y escoltar naves alrededor del Estrecho de Cook. En concreto por la zona cercana al Paso Francés, un canal que usaban los barcos que viajaban entre Wellington y Nelson. Es este un estrecho traicionero en el que naufragaba más de una embarcación y durante el período que duró su voluntariosa escolta ningún barco fue a pique en esta zona tan peligrosa. Se hizo muy famoso e incluso en 1904 lo declararon protegido, mediante una ley, porque alguien había intentado matarlo disparándole desde un barco. Un caso único en la historia. El logo de la compañía Interislander está basado en este delfín, en Pelorus Jack. Picton es la puerta de entrada a los Marlborough Sound y a la Isla Sur de Nueva Zelanda si utilizas los transbordadores desde Wellington. Un pueblo pequeñito al que no le pudimos dedicar ni un minuto más aparte de los trámites de desembarco y recogida de nuevo de los coches de alquiler. Para las oficinas de los rentalcars había una larga cola pero algunos del grupo se habían adelantado mientras el resto esperábamos en la cinta de las maletas. ![]() ![]() Nos esperaba una ruta que aunque no era larga en kilómetros sí que era entretenida y lenta. Lenta sobre todo en los primeros 35 km. que van desde Picton a Havelock , es la Queen Charlotte Drive que va bordeando dos de los grandes fiordos de Marlborough, Queen Charlotte y Pelorus Sounds, pasando por algunos miradores señalados y otros muchos con tan solo un ensanche de la carretera. Las curvas, sinuosas y reviradas, se van sucediendo y la velocidad de circulación tiene que ser lenta. Añadiendo las pausas que tanto se agradecen porque las vistas bien lo merecen. Al poco de salir de Picton ya comienza esta carretera escénica con un primer mirador, Queen Charlotte Lookout. Desde el mismo se ve el brazo de este enorme fiordo por el que llegan las embarcaciones hasta Picton, el puerto y la población de Picton. ![]() ![]() La carretera continúa ascendiendo por encima de la Shakespeare Bay y llega a otro mirador llamado Governors Bay . Con vistas de otro gran brazo de Charlotte Sound, la Bahía de Okiwa. Por debajo la bahía que le da nombre y a la cual luego hay que bajar. ![]() ![]() Otras vistas mágicas nos esperan en un mirador sin nombre, sobre la bahía Ngakuta con sus aguas color turquesa que se tornan verdosas hacia la orilla, y se vislumbran de distintos tonos entre las hojas de helecho y la vegetación. ![]() ![]() En la bahía Momorangi hay un gran camping con bastante infraestructura. Y una bonita playa con arena dorada y algunos chinorros. Un largo embarcadero te sugiere que se pueden hacer actividades acuáticas. Con el día tan lindo que tenemos apetece quedarse en la playa, tomar el sol, contemplar los tonos del agua, pasear en barca…. Los más osados, pasear en kayak. No es que esta actividad requiera de gran valentía, es que los kayaks y yo no somos amigos. O mejor aún. Llegar hasta la cercana Anakiwa y comenzar a caminar en el track Queen Charlotte. Este Great Walk es de 70 km. pero se pueden hacer etapas aisladas. Lo tienen todo muy bien organizado con traslados en wáter taxi que incluye transporte de equipaje a la siguiente etapa. Y además de refugios, en toda la ruta hay otros tipos de alojamientos. Se comienza en Ship Cove y finaliza en Anakiwa, o viceversa. ![]() ![]() Pero regresamos a la realidad y a la carretera que vuelve a subir a otra colina. Un gran mirador nos espera, Cullen Point. Un paseo de 10 minutos bordea un promontorio que domina el pueblo de Havelock, los valles circundantes, Kaituna y Pelorus, el estrecho de Pelorus, Mahau y parte de Keneperu Sounds. Otra sinfonía de aguas azules y turquesas que, hacia la cabecera del fiordo, hacia Havelock, va tomando tonalidades amarillentas al mezclarse con la arena de la playa. Hasta un banco de madera han colocado enfrente de tal panorama, para que te puedas sentar y relajar con el paisaje. Hay otro recorrido más panorámico y largo que bordea todo el promontorio en su perímetro pero que lleva una hora el recorrerlo. ![]() ![]() ![]() La carretera baja para llegar a Havelock y entroncarse con la SH6. La ciudad de Havelock es pequeña pero ofrece varias oportunidades de alojamiento y algunos restaurantes y bares. En casi todos se pueden encontrar los carteles anunciando los mejillones verdes. Havelock se ha autoproclamado como “la capital mundial de los mejillones verdes”. Como ya hace rato que nos tomamos el almuerzo temprano en el barco, entramos en uno de estos bares a probar estos vistosos y, para nosotros, raros mejillones. A casi todos nos parecieron muy gustosos. ![]() ![]() ![]() El pueblo de Havelock también es el punto de partida para explorar los fiordos Pelorus y Keneperu, menos conocidos que el Queen Charlotte pero más salvajes y subyugantes. A estos fiordos se puede acceder por carretera pero es mucho más atractivo y cómodo hacerlo en un taxi acuático. Continuamos por la SH6 recorriendo unos 20 km. hasta llegar a la Reserva Escénica de Pelorus Bridge. Paramos en la primera señal que vimos, que es el parking de la zona de Totara Flat de la reserva. El río Pelorus hace un meandro y su agua amansada, pero clara y transparente, presenta un color verde muy bonito. Hay varias personas haciendo actividades en un prado verde y unos pocos en barcas por el río. No vemos ni señales ni indicios del puente colgante que es el que pretendemos ver. ![]() ![]() Vemos un camino a la izquierda del meandro y lo seguimos, es el sendero que se conoce como Totara Path y que no lleva más de 30 minutos hacerlo. Del mismo nos desviamos hasta la orilla del río y seguimos sin ver el puente. ![]() Pelorus Bridge es un pequeño enclave con camping y unos pocos servicios. Fue nombrado Reserva Escénica porque contiene uno de los últimos bosques aluviales de Marlborough. El puente que cruza el río Pelorus es considerado como histórico y por eso la zona recibe ese nombre. En la misma reserva se unen el río Rai y el río Pelorus continuando su recorrido con el nombre de Pelorus. El meandro que vimos pertenece al curso posterior a la unión de ambos ríos. El puente colgante, al que finalmente no fuimos, se encuentra caminando por el sendero Circle Walk, cuyo inicio está una vez pasado el puente histórico. El puente colgante cruza el río Rai y desde el mismo hay unas bonitas vistas de la unión de los dos ríos. En el río Pelorus se grabaron unas escenas de la 2ª entrega de El Hobbit, la de los enanos flotando en barriles. Experiencia similar ofrecen en el camping, solo que los barriles han sido sustituidos por kayaks. ![]() Esta fue nuestra última parada hasta nuestro alojamiento de hoy que lo tenemos en Motueka. Continuando por la SH6 nos vamos acercando a la Bahía de Tasmania la cual se va bordeando hasta nuestro destino. Pasamos la ciudad de Nelson y luego en Richmond seguimos por la SH60. Aunque la zona de viñedos más conocida de la Isla Sur es Blenheim, por esta zona también se pueden ver varios campos de viñedos y alguna que otra bodega. En Motueka nos alojamos en el Motueka Garden Motel. Con zonas ajardinadas como indica su nombre y una zona de picnic y barbacoa que utilizamos para, después de una compra en el Coutdown, hacernos unos riquísimos filetes de ternera. Con la de vacas y ovejas que hay por todos sitios esperábamos que la carne de vacuno y cordero tuviera un precio razonable. Solamente en este supermercado y en esta población la encontramos a un precio razonable, que no barato. Etapas 10 a 12, total 28
Abel Tasman Nacional Park es un parque costero que comprende el extremo norte de un macizo de montañas de mármol y piedra caliza que se extiende desde el vecino Kahurangi NP. Tiene una ruta interior, pero la más popular es la ruta costera. Es, quizá, la Great Walk más hermosa del país, la Abel Tasman Coast Track.
Son 51 kilómetros que comienzan cerca de Marahau y finalizan en Totaranui y cuyas etapas se pueden dividir a conveniencia de los caminantes, dependiendo de los refugios y los puntos de embarque de los wáter taxi. Es, de las 9 Grandes Rutas de Nueva Zelanda, la más accesible para realizar una etapa de un día gracias al transporte en los wáter taxi. Caminatas que van entre mares revueltos, arenas doradas, bosques costeros y alguna que otra sorpresa. El sendero se encuentra perfectamente señalado, con indicaciones constantes de direcciones y distancias. Lo más que hay que tener en cuenta son las mareas ya que la ruta discurre por playas estrechas con mareas caprichosas. Los cambios de mareas son los más amplios del país, de hasta 6 metros. Y, por supuesto, el horario de los botes. Las rutas se pueden combinar con expediciones en kayak, si se dispone de tiempo y se está dispuesto a pagar su coste. Hay una amplia oferta de ello en las diferentes empresas turísticas. Llegó la hora y allí había bastante gente congregada que nos reparten en varias lanchas. Estamos en tierra firme y nos subimos ya en los botes. Es la primera vez en mi vida que me subo a un barco en tierra firme. Allí no hay embarcaderos porque con tanta marea no sabrían dónde ponerlos. Un tractor con remolque al que se engancha el bote es el encargado de transportarlo y adentrarlo en el mar. Todo el proceso es muy divertido, por lo extraño que nos resulta. ![]() Una vez en el agua, el bote se desengancha del tractor y comienza a navegar de forma autónoma. Pero parece que vamos en dirección contraria, como si retrocediéramos. La lancha navega con velocidad alterna y se dirige hacia la costa. Es que nos van a enseñar la formación rocosa conocida como Split Apple Rock. Hemos retrocedido porque la misma se encuentra a 50 metros de la costa entre Kaiteriteri y Marahau. Es una roca de granito que tiene la forma de una manzana partida por la mitad. La marea está alta y el bote se puede aproximar bastante. Cuando la marea está baja es hasta posible llegar a la roca desde la costa, caminando y vadeando alguna corriente. El corte de la “manzana” es totalmente liso y hecho de forma natural. No se sabe ni cómo ni cuándo. Lo que ha dado lugar a varias explicaciones esotéricas e incluso mitológicas. ![]() La lancha da la vuelta y sigue navegando de forma rápida hasta la proximidad de la costa de la isla Adele delante de la cual navega lentamente. La costa de esta isla presenta muchas oquedades y acumulación de rocas que utilizan las focas para remojarse y luego solazarse sobre las mismas bajo los rayos del sol. La isla es también el hogar, además de focas, de pingüinos y varias clases de aves. Los pingüinos no los vimos pero más adelante avistamos algunos cormoranes y otras aves marinas. ![]() ![]() ![]() ![]() La navegación continua cerca de la costa y se van viendo pasar las distintas bahías, Anchorage, Torrent , las más pequeñas como Boundary, Frechman…. ![]() ![]() La bahía Sandfly tiene una preciosa playa dorada que en este momento se encuentra rodeada por el mar de frente y por su parte interior y en un lateral por el agua del Falls River que desemboca en esta bahía. Las aguas del Falls River en esta desembocadura presentan una tonalidad prodigiosa de color verde. Muchos kayak se encuentran navegando por esta zona. Por arriba se divisa un puente colgante que luego pasaremos. Hasta allí se introduce la lancha lentamente. ![]() ![]() ![]() ![]() Pasando la Medlands Beach, llegamos a nuestro punto de desembarco en Bark Bay. Aquí tampoco hay embarcadero…, ni tractor que remolque la lancha. Para bajarse del bote hay que echar pie a tierra, bueno…, pie al agua. Un alma samaritana pretende llevarme a cuestas hasta la orilla…., pero no es cuestión de deslomar a nadie cuando nos quedan tantos días de viaje. Solo necesito una mano amiga que me impulse un gran salto y no tener que meter las botas en el agua. Aunque lo más fácil hubiera sido quitarse las botas, arremangarse el pantalón… y listo. En Bark Bay hay un refugio del DOC y zona de acampada con servicios de teléfono, agua potable y toilets. El enclave se encuentra muy animado con gente que va y viene, que preparan su excursión en kayak, en barquitas… Al igual que la cercana Medlands Beach, la cual oteamos desde el sendero cuando el mismo comienza su lenta subida hasta las colinas que se alzan por encima de la playa. ![]() ![]() Todo el sendero se encuentra bien mantenido. Hay unas cuantas subidas con desniveles de 100 o 200 m. y luego sus correspondientes bajadas para llegar a otra bahía. Lo único que hay llano es atravesar alguna de estas bahías. Mientras sube y baja, el camino va entre bosque variado y muy tupido. Algún claro de vez en cuando viene muy bien para echar una miradita al mar, el litoral rocoso o la correspondiente bahía que haya cercana. Cuando esto ocurre la postal es perfecta. El dorado de la arena contractando con el azul del mar mezclado con tonos verdes cerca de la orilla, y la amalgama de verdes de la vegetación del bosque. ![]() ![]() ![]() Una de estas fotos, verdadera postal para poner como fondo de pantalla, por ejemplo, es la que inspiró hace ya tiempo este viaje a Nueva Zelanda. La vi por casualidad y no paré hasta averiguar a qué lugar correspondía. Cuando la tuve localizada me dije que algún día lo contemplaría en directo. Y ese día había llegado. La realidad supera con creces cualquier foto por muy bonita que haya salido. ![]() ![]() Pasando entre estos bosques descubrimos por casualidad los verdaderos helechos que son el símbolo del país, el helecho plateado, “silver fern” o “ponga” en maorí. Su envés es efectivamente de tonos plateados frente al verde de ambas caras de otros tipos de helechos. También es el símbolo de los “All Blacks”. ![]() A la bahía de Sandfly se puede bajar por un camino revirado más que empinado, pero como ya la hemos visitado cuando la lancha penetró en ella, seguimos para adelante cruzando el puente colgante. No es nuestro primer puente que se balancea. A mí siempre me dan mucho respeto. Si tienes algo de vértigo se pasa mal al principio. Luego te vas acostumbrando. Es cuestión de mirar de frente y seguir adelante sin ni siquiera echar una miradita para abajo. A lo largo de nuestro viaje perdimos la cuenta de la cantidad de puentes de este estilo que pasamos. Y estábamos quejándonos el día anterior porque no habíamos pasado por el Pelorus Swinging Bridge. ![]() La vista panorámica de Torrent Bay desde el camino es de las mejores del recorrido. Esa lengua de arena dorada curvándose frente al mar, enmarcada entre verde vegetación!!!!. Dependiendo de la marea, el mar penetra al fondo de la bahía, rodeando una colina repleta de flora. Promontorio rocoso que separa esta bahía de la de Anchorage. En esta nuestra primera mirada sobre esta bahía, la marea había bajado bastante pero aún no había llegado a su punto más bajo. También desde este punto alto se puede apreciar que hay varias viviendas. ![]() ![]() ![]() Cuando bajamos hasta la bahía pudimos comprobar que efectivamente en la misma hay una veintena de viviendas, todas de propiedad privada. El Parque Nacional Abel Tasman se formó en 1942 pero estas viviendas ya estaban allí desde la década de los años 20 y por ello se respetó esta propiedad privada. Son casas de veraneo que no tienen acceso por carretera ni tienen electricidad. Sí que cuentan con suministro de agua que seguramente tendrá su origen en un par de arroyos que desaguan en la bahía, el corto arroyo Torrent y el Tregidga. Es bastante grande esta bahía, tiene unas cuantas preciosas calas y bastante extensión de playa de arena dorada, así como alguna que otra pequeña isla. Cuenta con un par de baños en cabina que son mantenidos correctamente. Fuimos testigos de su limpieza por una chica joven que transportaba en su mochila los bártulos de tal menester. En todo el viaje no dejé de sorprenderme al encontrar baños en los sitios más recónditos y lejanos, todos bien mantenidos, normalmente limpios y con provisión de papel. ![]() ![]() ![]() Con la vista perdida en este mar de la Bahía de Tasmania, sobre la blanda arena dorada y con el gorjeo de las aves marinas, nos tomamos nuestro picnic como si fuera el mejor de los festines. La pleamar de esta zona había tenido lugar a las 11:27. De haberse podido cumplir nuestro horario previsto para hoy nos hubiéramos encontrado la bahía de Torrent cubierta de agua y no podríamos haberla atravesado. Siendo necesario, para llegar a la bahía de Anchorage, adentrarse en el bosque y seguir el sendero marcado para los casos de marea alta. 4 kilómetros más de vuelta y con la posibilidad de desviarse a Cleopatras Pool, otros 40 minutos más, ida y vuelta, sin contar el tiempo de baño, si ese es el caso. El agua aún no se había retirado del todo, faltaban más de dos horas para la bajamar, pero ya era posible cruzar el estuario mojándose los pies y atravesando algunos embalsamientos de agua y más de uno de los “riachuelos” que las aguas formaban en su retirada. Cruzando de esta forma el recorrido hasta la siguiente bahía no llegaba al kilómetro. Así que después de todo, en este sentido, nos había beneficiado nuestro percance mañanero. Como esto no era lo previsto no había traído conmigo mis escarpines de neopreno para el agua. Tuve que descalzarme como todo el mundo. Pero mis pies son un poco especiales, no puedo caminar descalza. La arena fundida con el agua parecía lodo y estaba blandita, aún así las pasé canutas para recorrer este trayecto. Sobre todo cuando iba pisando la gran cantidad de conchas que intentaban hundirse bajo nuestro peso, las pobres protestaban de la única forma que saben, arañando y pinchando con la superficie áspera de su concha. La bahía de Anchorage es otra de estas preciosas playas de arenas doradas. El agua en su retirada ha dejado al descubierto más superficie de arena dorada y alguna embarcación encallada. También formaciones rocosas curiosas que se han ido modelando con el golpeteo de las olas y otras rocas que se encuentran cubiertas de mejillones firmemente agarrados. Mejillones que suponen un festín para los pájaros ostreros de pico rojo que tienen una habilidad pasmosa para abrir los mejillones con este pico en corto espacio de tiempo. ![]() ![]() ![]() En esta bahía hay otro refugio para albergar a los que realizan la Abel Tasman Coast Track completa o con pernoctación de alguna noche. Es el más grande de todos. También hay un barco amarrado de forma permanente, el Aquapackers. Es un catamarán convertido en original alojamiento para mochileros. Y un gran camping cercano a la orilla y junto a la parte más vistosa de la arboleda. Mucha gente se mueve por esta bahía. Generalmente es donde recogen a los senderistas, los que hacen kayaks, los que acampan… y los que, como nosotros, hemos hecho un tramo de esta gran ruta. ![]() ![]() A las cinco venían a recogernos. Teníamos un poquito de tiempo para disfrutar de esta hermosa playa. Cada uno en lo que quiso. Unos cuantos se bañaron, otros nos dedicamos a pasear, tomar el sol… y contemplar la bonita forma que adquiere la bahía, el ir y venir de la gente, como el pájaro de pico rojo se pone las botas de mejillones ….. El regreso de nuestra excursión de hoy lo hicimos en una lancha privada. Comprendimos el porqué nos decían antes que no había disponibilidad. La lancha de transporte regular de recogida a esta hora (parece que la última del día) estaba más que completa. En Marahau nos vino a recoger un tractor con remolque metido hasta la línea de agua, encima del cual se colocó la lancha y montados dentro recorrimos la amplia franja de arena y luego la carretera hasta el lugar de partida en la mañana. La bahía presenta un aspecto distinto del de la mañana. Ahora la marea ha retirado gran cantidad de agua dejando una amplia franja de playa. Los restos del agua sobre la arena hacen de espejos que reflejan las nubes. Realmente bonito. ![]() Etapas 10 a 12, total 28
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