![]() ![]() MARRUECOS, CASTILLOS DE BARRO ENTRE EL ATLAS Y EL DESIERTO ✏️ Blogs de Marruecos
Viaje de 8 días del 20 al 28 de Febrero de 2018 en el que recorremos Marruecos desde Marrakech hasta Fez. Por el camino cruzamos los Atlas y descubrimos multitud de aldeas, paisajes y el desierto de Merzouga.Autor: Javierherrera86 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (20 Votos) Índice del Diario: MARRUECOS, CASTILLOS DE BARRO ENTRE EL ATLAS Y EL DESIERTO
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Etapas 4 a 6, total 7
Desde casa nos parecía una gran idea adentrarnos en bicicleta en el enorme palmeral que se extiende alrededor de Skoura para ir descubriendo las numerosas kasbas que nos salgan al paso. En esta zona hay tantas de estas construcciones que directamente no planeamos ninguna ruta, la única que tenía claro que quería visitar era la Kasba de Amridil. Como no encontramos ningún lugar para alquilar bicicletas se lo comentamos al dueño de nuestro alojamiento. Él nos mira un poco extrañado, como si nunca nadie se lo hubiera pedido, pero rápidamente nos alquiló su propia bicicleta y la de su mujer. Dejamos las mochilas en el maletero de nuestro coche y nos lanzamos por los senderos de la zona. ![]() ![]() El palmeral se ve espectacular con las montañas nevadas al fondo. Al cabo de media hora aparece a lo lejos la impresionante construcción de Amridil, una auténtica maravilla hecha con barro y paja. ![]() Ha sido una de las visitas que más nos ha gustado. Pagamos 20dh por persona, se puede hacer con guía pero el precio era mucho más elevado. Desde la planta más alta se divisa todo el palmeral, que se hace mucho más denso al otro lado del río. La belleza de las altas torres de Amridil te deja impresionado pese a estar decoradas con motivos geométricos muy sencillos. La visita la hacemos casi en solitario, tan sólo somos un pequeño grupo de 5 españoles y nosotros. ![]() ![]() ![]() Continuamos la ruta por la parte más espesa del palmeral y atravesamos varias aldeas cercanas a Skoura. La gente se sorprende al vernos pasar por sus aldeas, nos saludan y se giran para vernos marchar. Es curioso que en toda la ruta no hemos visto a nadie en bicicleta o andando que no sea un lugareño, pero a nosotros nos ha parecido una gran idea para descubrir la zona. ![]() ![]() La mayoría de las Kasbas que nos vamos encontrando están en ruinas, es una pena que no se puedan conservar y que en unas pocas décadas muchas vayan a desaparecer para siempre. ![]() De vuelta en nuestro alojamiento, antes de marcharnos, nos regalan un perfume de agua de rosas hecho con aceite de argán y nos desean buen viaje. La carretera que conduce hasta la Garganta de Todra está cargada de lugares en los que parar a hacer fotos. Los pueblos son cada vez más bonitos, algunos parecen estar colgando de las rocas. ![]() ![]() Mientras tanto el paisaje a su vez se va volviendo poco a poco más árido. Hacemos una parada para comer en la plaza principal de Kalaat M´Gouna, en la que encontramos bares con precios marroquíes y comida muy rica. Al pasar a la altura de Tinghir no podemos evitar echar el pie a tierra. La vista desde la carretera es de parada obligatoria. Desde la cercana garganta de Todra, que se encuentra ya a muy pocos kilómetros, brota un precioso palmeral. Las ruinas de un inmenso y antiguo ksar construido en barro contrastan con el verde de las hojas de las palmeras, es tan llamativo que me anoté el lugar en el móvil por si mañana tenemos la oportunidad de visitarlo en más profundidad. ![]() ![]() Justo antes de llegar a la Garganta de Todra tenemos nuestro siguiente alojamiento. Está situado en la última aldea antes de la garganta y se trata de una casa muy humilde pero llena de hospitalidad en la que nos reciben con mucho cariño y un té calentito. Ilham nos dice que todavía estamos a tiempo de acercarnos hasta la garganta para ver atardecer, además nos recomienda ir a pie siguiendo el curso del río. ![]() Fue lo mejor que hicimos porque a estas horas los puestos de los vendedores que abarrotan el desfiladero estaban ya cerrados y apenas nos cruzamos con turistas. ![]() De momento nos está encantando el viaje y tenemos la sensación que cada vez va a más. Mañana tenemos por delante uno de los días más esperados, si todo va bien llegaremos a las arenas del desierto de Merzouga. Etapas 4 a 6, total 7
El día comenzó desayunando en la terraza de nuestra humilde casa rural mientras los rayos de la mañana iluminaban el tremendo muro de piedra de las paredes de Todra. Los pajarillos cantaban en el huerto que se extiende bajo la terraza y que llega hasta la orilla del río. La anciana que nos sirve el desayuno nos hace saber, mediante gestos, que el zumo de naranja que nos acaba de traer proviene del naranjo que tenemos a escasos 10 metros, ¡como para no estar bueno! Nos hemos levantado temprano, así que tenemos tiempo para hacer alguna parada antes de llegar al desierto. Ayer me quedé con las ganas de perderme por el palmeral que rebosa vida en torno a la ciudad de Tinghir, mi idea es intentar cruzarlo y llegar a los restos de un antiguo Ksar que se ven al otro lado del palmeral. ![]() Tengo que reconocer que cruzar el palmeral y encontrar el camino que conducía al ksar fue un poco complicado, y nos desorientamos varias veces, pero al final lo conseguimos y llegamos hasta las ruinas. Allí sólo estábamos nosotros. ![]() ![]() ![]() Me está sorprendiendo mucho la cantidad de sitios por los que estamos pasando en los que merece la pena pararse y dedicarles un día completo. Hay tantos que la mayoría de ellos no parecen ser ni conocidos por el turismo, esto me encanta. Tras esta visita, que no entraba en los planes del día, definitivamente nos pusimos rumbo al desierto de Merzouga. Sorprendentemente llegamos hasta el Riad sin perdernos, aquí dejaremos aparcado el coche mientras estemos en el campamento. En la casa nos recibe Yousef, seguramente el tío más loco y divertido de todo el desierto, se sienta con nosotros a tomarse un té y unas pastas para darnos la bienvenida. Mientras nos enseña cómo hacer un turbante bereber con nuestros propios pañuelos y nos va explicando las actividades que realizaremos a lo largo del día, el número de personas que seremos en el campamento y muchos más detalles. El paisaje es de esos que te hacen empequeñecer. Pronto subimos a lomos de los camellos y marchamos al campamento. ![]() ![]() Apenas sopla una leve brisa y notas cómo el polvo acaricia las crestas de las dunas creando efectos parecidos a los del agua al caer por una cascada. ![]() Una vez llegamos al campamento nos subimos a una de las dunas más altas y nos sobrecogemos con la panorámica, sólo vemos montañas de arena hasta el infinito. ![]() ![]() Estuvimos caminando a nuestro antojo hasta el atardecer mientras el resto del grupo fue llegando poco a poco hasta el campamento. En total éramos 9 personas para esa noche. ![]() ![]() La cena en el desierto fue de las más abundantes de todas las que disfrutamos en Marruecos. Posteriormente Yousef y sus hermanos prepararon una hoguera y comenzaron la fiesta. El tío es un showman, animó a todo el grupo durante la noche, estuvimos bailando, cantando, tocando instrumentos y lo pasamos muy bien. Tuvimos momentos muy divertidos. Antes de llegar al desierto no quería hacerme grandes expectativas, temía que fuera uno de esos sitios a los que siempre has querido ir y que cuando llegas resulta no ser para tanto. Pero el desierto de Merzouga sinceramente me atrapó desde que comencé a ver esas montañas de arena en el horizonte de la carretera, ahí ya supe que no me iba a defraudar. ![]() Me quedo con la sensación de sentir cómo pasa el tiempo entre tus manos cuando coges un puñado de arena del Sahara y dejas que se te escurra entre los dedos mientras vas viendo como las sombras de las dunas se van alargando poco a poco con la caída del sol. Etapas 4 a 6, total 7
Para hoy tenemos previstas muchas horas de carretera por delante, tenemos que llegar hasta Fez, por lo que nos tomamos la ruta con tranquilidad. Nuestra idea es ir parando en sitios que nos resulten interesantes para estirar las piernas y poco más. El día comienza bien temprano contemplando el amanecer sentados sobre una de las grandes dunas. Nos tomamos un té rápido y montamos de nuevo en los camellos en dirección a nuestro Riad en el que nos está esperando un gran desayuno. ![]() Venir hasta el desierto ha sido lo mejor de todo el viaje. En Desert Berber Fire-Camp nos han tratado muy bien, hemos compartido muy buenos momentos con Yousef y su familia y han organizado todo perfecto, os lo recomendamos a todos. Sobre las 9 de la mañana nos ponemos en marcha. ![]() La carretera es preciosa, al cabo de un rato comenzamos a introducirnos en el Valle del Ziz. Este valle cuenta con un larguísimo palmeral que va acompañando al río a lo largo de muchos kilómetros. ![]() A medio camino, tras comenzar a cruzar montañas con mucha nieve, llegamos a Midelt. ![]() Hacemos una parada y comemos muy bien y muy barato en uno de los bares que hay junto al borde de la carretera principal que cruza el pueblo. Por el camino nos encontramos con el Parque Nacional de D´Iffrane, en el que se supone que hay monos salvajes. Hoy con tanta nieve parece que no están muy activos, aunque tampoco tuvimos mucho tiempo para encontrarlos porque cuando llevábamos 5 minutos caminando comenzó a llover. ![]() Retrocedimos rápidamente hasta el coche y en menos de diez minutos estábamos metidos en una densa niebla en la que no se veía absolutamente nada. Quedamos con los chicos de Trocadero en el hotel Ibis que está justo al lado de la estación de trenes de Fez. Todo fue perfecto con la compañía, incluso nos acercaron hasta la puerta de la medina en la que se encontraba nuestro Riad. Aquí comenzó una experiencia un tanto desagradable pero que quiero contaros para evitar que os suceda lo mismo. Cuando se lee tantas veces en muchos sitios que no es recomendable caminar de noche por los callejones de la medina de Fez por algo será. Tenemos reservadas dos noches en Darelqdima, un Riad que lleva poco tiempo abierto y sólo tiene 3 referencias en booking (todas 10). Según Agoda, Booking y la propia web del Riad, éste se encuentra situado justo tras cruzar la puerta de la medina en la que nos acabamos de bajar. Llegamos al lugar cargados con nuestras mochilas, pero nuestro alojamiento no aparecía por ningún sitio. Miramos por las dos calles más cercanas y ni rastro. Llamamos al número de teléfono que aparece en la reserva y la persona que responde al teléfono nos pregunta que en qué Riad tenemos hecha la reserva. Me suena un poco rara su pregunta dado que estoy llamando al propio Riad, le digo que estamos justo en la entrada a la medina que se encuentra junto al Riad y que por favor mande a alguien que venga a por nosotros, acto seguido nos cuelgan el teléfono. Sigo llamando al número pero ya nunca más nos volvieron a responder. Mientras todo esto ocurre hay un chico con malas pintas que no para de incordiarnos diciendo que él sabe donde se encuentra nuestro Riad. Como no tenemos otra opción decidimos ir tras él, aunque no nos inspira ninguna confianza. Tras caminar 3 o 4 minutos por varios callejones, con la intención de desorientarnos, termina por llevarnos a casa de un colega suyo y nos dice que es nuestro Riad. Lo miro a la cara y le digo que si de verdad se piensa que soy tonto. Lo dejamos allí plantado y, por suerte, conseguimos recordar el camino de vuelta hasta la entrada a la medina de la que veníamos, mientras él nos va siguiendo. Llegando a la puerta de la medina otro chico nos "intenta ayudar", éste parece tener mejores intenciones pero al final terminó haciendo exactamente lo mismo. Por un momento sí que llegamos a estar un poco asustados porque terminamos casi rodeados por 4 o 5 personas con malas pintas que no parecían tener muy buenas intenciones. Por suerte supimos mantener la calma y conseguimos salir de la zona sin que ocurriese nada. Nos librarnos del prenda que supuestamente nos quería ayudar gracias a que justo en la puerta de la medina por la que hemos entrado habíamos observado que había un gran hotel, nuestro objetivo era refugiarnos allí e intentar que alguien nos ayudara de verdad. Los chicos de recepción del Hotel Palais de Faraj se portaron de manera increíble con nosotros. Nos vieron llegar un poco nerviosos por todo lo ocurrido, nos tranquilizaron y nos ayudaron en todo lo posible e intentaron contactar con nuestro Riad, pero a ellos tampoco les cogieron el teléfono. Yo lo único que tenía claro es que no iba a volver a salir andando por esa puerta para enfrentarme de nuevo con semejantes personajes por ahí sueltos. Por suerte en el Palais de Faraj tenían un par de habitaciones libres, el único problema era el precio, un cinco estrellas no entraba en nuestros planes. El director comercial del hotel, que estuvo con nosotros calmándonos desde el principio, me pidió que le acompañase para ver la habitación, la cual parecía un palacio. Le expliqué un poco nuestra situación y que esto no entraba en nuestros planes pero dada la amabilidad con la que nos están tratando y que nos están sacando de una situación complicada, estábamos dispuesto a hacer un esfuerzo y le comenté hasta dónde podíamos llegar. Él hizo una rebaja importante sobre el precio de la habitación y finalmente aceptamos encantados aunque se nos fuese un poco el presupuesto. Me parece de justicia darle las gracias al Palais Faraj y a todos los que nos atendieron porque nos sacaron de un aprieto importante e hicieron todo lo posible por ayudarnos en todo momento. Resumiendo, NO os recomiendo que caminéis de noche por los callejones de la medina. Una vez los comerciantes cierran sus tiendas, las calles se quedan solitarias y la medina de Fez se transforma por completo. Sobre todo no debéis hacerlo si vais cargados con vuestro equipaje, ya que te vuelves más indefenso, llamas más la atención y estos maleantes se dan cuenta que acabas de llegar a una ciudad que no conoces y que encima es un laberinto. Suelen esperar a los turistas en sitios claves, como las puertas de acceso a la medina o los callejones cercanos a las calles principales. Por supuesto no recomiendo a nadie el Riad que reservé en booking, algo me huele raro en torno a Darelqdima, sinceramente pienso que no existe y en caso de hacerlo el trato recibido ha sido pésimo, ya que me colgaron, dejaron de coger el teléfono y nos dejaron tirados de noche en plena calle. Etapas 4 a 6, total 7
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