Una semana por Georgia. Mestia y Kutaisi ✏️ Blogs de Georgia7 días recorriendo las montañas de Svaneti y la ciudad e KutaisiAutor: Carloscr80 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (3 Votos) Índice del Diario: Una semana por Georgia. Mestia y Kutaisi
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Etapas 1 a 3, total 8
Tras una semana en bicicleta por Alemania, recorriendo la frontera germano-polaca (Ruta Oder-Neisse),
volamos desde Berlín hasta Kutaisi, tercera ciudad de Georgi tras Tbilisi y Batumi. Por qué elegimos esta ruta? Los impresionantes paisajes y montañas del Svaneti y la existencia de un interesante trek que unía Mestia con Ushguli (plan que finalmente deshechamos como contaré a continuación), la exótica gastronomía y lo desconocido del país nos atraía desde hacia tiempo. Este año decidicimos ir, aprovechando que había vuelo directo desde Berlín y que habíamos estado de ruta ciclista por Alemania durante la semana anterior. Fecha Agosto 2017 Lo que más nos gustó Los impresionantes paisajes de Svaneti tanto en los alrededores de Mestia como en el inolvidable Ushguli. La variada, exótica y sabrosa gastronomía georgiana, especialmente los kachapuri! Y lo que menos El calor en agosto, aunque poco se puede hacer. El comportamiento suicida en la carretera, por parte, principalmente de taxistas y conductores de marshrutkas. Imagenes relacionadas Etapas 1 a 3, total 8
Nuestro vuelo, teóricamente, despegaba desde Berlín Schoenefeld a las 8.45 a.m., sin embargo, sobre las 5 a.m recibimos un SMS anunciándonos un retraso de 2 horas, con lo cual, por un lado, pudimos desayunar y llegar al aeropuerto tranquilamente, pero por otro, nos descoloca los planes de traslado a Mestia una vez aterrizamos en Kutaisi.
Tras un vuelo de 4 horas con Wizzair, llegamos a Kutaisi sobre las 4 de la tarde. La idea era pasar por el control de pasaportes y una vez en el hall del aeropuerto buscar algún transporte compartido hasta Mestia. Sin embargo, al aterrizar nos encontramos con un aeropuerto moderno, pero muy pequeño, sin stands para taxis oficiales, con sólo un cajero y prácticamente sin tiendas. Nada más salir de la terminal, una multitud de taxistas se abalanzan a la caza del turista. Nosotros intentamos localizar a algún otro turista que se dirigiera a Mestia, pero no tuvimos éxito, así que, finalmente, acordamos, tras mucha negociación, 200GEL (unos 70 euros) por los dos. Nada más subir al taxi, comienza el choque cultural. Ni rastro de cinturones de seguridad en el coche, ni para el conductor ni mucho menos para los pasajeros, conducción psicopática y adelantamientos suicidas y todo ello ante la atenta mirada de las numerosas vacas que pueblan las cercanías y, en ocasiones, los carriles de las carreteras georgianas. Sin embargo, el primer plato fuerte aparece unos 10 minutos despúes de subir al taxi, cuando nuestro hiperactivo y con cara de pícaro conductor nos acerca a una gasolinera y nos empieza a hacer gestos cada vez más elocuentes (no hablaba ni una palabra de inglés salvo MONEY!!!) de que teníamos que pagarle la gasolina, ante lo cuál, nosotros, también de una forma cada vez más elocuente, le decimos que no, que habíamos cerrado el precio antes de salir y que si seguía así queríamos volver al aeropuerto de inmediato (la otra alternativa que barajamos era llamar a la policía, pero supusimos que sería peor el remedio que la enfermedad) Finalmente, se acercaron varios empleados de la gasolinera, y, en un primer momento, nos pareció la encerrona perfecta y que nos iban a desplumar y repartirse el escaso botín entre todos, pero, finalmente, nos explicaron que la supuesta costumbre era que el pasajero pagase la gasolina y luego se descontaba del precio final. Una vez serenados los ánimos y con el depósito lleno, retomamos la marcha y, como muestra de desagravio a sus clientes latinos, nuestro piloto de carreras desenpolva de la guantera el CD con los clásicos italianos de ayer y de hoy y, a todo volumen, nos da una muestra de su virtuosismo al volante, no parando de encender cigarrillos, beber cocacolas, contestar al móvil o toquetear la radio mientras continua con su rally por carreteras georgianas. Tras dos horas llegamos a Zugdidi, al pie de las montañas, donde, sorprendentemente, paramos y el conductor nos comunica (no recuerdo cómo) que cambiariamos de chófer. Dos detalles nos tranquilizan inicialmente, el nuevo tipo es unos 30 años mayor que el anterior al igual que su coche, un Mercedes destartalado de los 70 que supusimos “tiraría” menos. Después de comprar unos Kachapuris (sabrosos panes rellenos de queso) para el camino, emprendemos la marcha como nos esperabamos, a un ritmo más tranquilo aunque sin faltar algún adelantamiento suicida y múltiples excursiones por el carril contrario. Nada más iniciar las primeras rampas que nos llevarían hasta Mestia, comenzamos a apreciar la belleza natural del lugar, la ruta empieza dejando a la izquierda el Rio Patara Enguri con sus aguas color turquesa y va adentrándose en la frondosa vegetación característica de la región de Svaneti. Por desgracia, a eso de las 20h, comenzó a anochecer y no pudimos disfrutar de las vistas. Finalmente, tras cuatro horas de viaje desde Zugdidi (136km.) y agotados por el viaje, llegamos a Mestia. La primera impresión de Mestia (2,000 habitantes) nos resulta sorprendente, contrastando con la absoluta calma nocturna del camino, el pueblo se encuentra bastante animado, con numerosos restaurantes destinados a los turistas. Nos alojamos en Guesthouse Edelweiss (70GEL, 24 euros habitación doble con desayuno) es una casa familiar que alquila habitaciones a modo de hotel, siendo éste el modelo predominante en la pequeña ciudad. La habitación es limpia y se nota que se ha construido recientemente, los dueños son amables, hablando el cabeza de familia un inglés bastante aceptable. Esa noche nos compramos un par de cervezas en la pequeña tienda del pueblo y cenamos lo que quedaba de Kachapuri. Etapas 1 a 3, total 8
Nuestra plan de viaje inicial consistía en hacer la ruta de senderismo más popular de la región de Svaneti, que partiendo de Mestia y, tras cuatro etapas, conduce hasta Ushguli, considerado el asentamiento a mayor altitud de Europa (2100m). A primera hora, después de desayunar junto con toda la familia de los propietarios de la guesthouse, nos acercamos a la oficina de turismo para hacernos con un mapa de la región. Ya desde primera hora, nos percatamos del calor que, a pesar de la altitud, asola la región en esta época del año.
Nos ponemos en marcha y salimos de Mestia. Por el camino apreciamos el entorno natural en el que nos encontramos, rodeados de montañas de más de 4500 metros, con sus cumbres nevadas y a los pies frondosos bosques, así como las espectaculares torres de vigilancia de origen medieval, seña de identidad de la región. Partimos desde la plaza principal y abandonamos Mestia dejando el caudaloso río y el pequeño aeropuerto a la izquierda, con el imponente Mt. Ushba (4710m) de fondo, y vamos ascendiendo dentro del bosque. Tras una hora de subida, llegamos a una pradera ante la cual se nos abre el espectacular valle de Svaneti, dominado por el Mt. Tetnuldi (4858m). Desde lo alto del valle divisamos los colosos caucásicos de fondo y las diferentes aldeas con sus características torres de piedra. En este punto, decidimos parar a hacer un descanso debido a las altas temperaturas y al esfuerzo de la subida. Aquí nos encontramos con otros turistas, principalmente israelíes, ya que este es un destino de primer nivel para los viajes de aventura del país hebreo. Retomamos el camino por el interior del valle atravesando los pequeños y desiertos pueblecitos bajo un sol de justicia. Finalmente llegamos a Zabeshi a media tarde, exhaustos por el calor de este último tramo que, aunque es en bajada, no cuenta con apenas sombra. A la entrada del pueblo, una señora nos ofrece alojamiento en su casa por 60 GEL (unos 20 euros, con desayuno y cena). Es una casona de campo, en la que la dueña alquila dos habitaciones. La habitación está en la planta superior, es grande, pero está un tanto descuidada en cuanto a la limpieza, sobre todo en las sábanas y en las mantas, el baño se comparta en la planta baja. Dormimos un rato la siesta y tomamos una cerveza que nos ofrece la dueña del lugar, y nos replanteamos los días siguientes, ya que en la última etapa del día lo habíamos pasado realmente mal por el calor, que no iba a amainar en las jornadas siguientes, además, la ruta se complicaba en las siguientes jornadas al tener que superar desniveles superiores. Decidimos que estando de vacaciones no merecía la pena sufrir y que al día siguiente desharíamos lo andado, volveríamos a Mestia y tendríamos un viaje un poco menos activo de lo esperado. La señora, aunque no hablaba una palabra de inglés se muestra hospitalaria y muy simpática, nos ofrece unas cervezas y nos prepara una sabrosa y abundante cena incluyendo embutido, ensalada, kachapuri….. El desayuno del día siguiente consiste en las cuantiosas sobras de esta cena. Etapas 1 a 3, total 8
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