Estambul en 6 días con niño ✏️ Blogs de Turquia

Como el tiempo seguía amenazando lluvia, decidimos ir de compras este día y dejar el siguiente para las visitas turísticas puesto que la previsión era que al día siguiente saliera el sol. Cogimos el tranvía T1 hasta la estación de tren y nos fuimos andando al Bazar de las Especias.
Nos dirigimos a encontrar la tienda recomendada por Angemi en el foro de Compras, Çamoluk Dikmen Giyim. Y siguiendo las indicaciones y con la tarjeta de la tienda dimos con ella. Hay que entrar por la tienda de la esquina de Çiçen Pazan con Sabuncu Hani y subir a la primera planta. Local primero de la derecha. Polos de Boss, Lacoste y Tommy (110 TL); pantalones vaqueros de diversas marcas; cortavientos jack wolfskin, north face, Columbia (250 TL); plumas (280TL). Compramos unos polos y un vaquero, nos hizo algo de descuento. Pero no es un sitio de regateo.
En realidad todas estas tiendas tienen un puesto en la calle Çiçen Pazan y si buscan algo que no tienen allí te acompañan a las tiendas. Compramos un chándal de niño en otro puesto y antes de ir a la tienda te dejan claro que el precio en fijo para no darse el paseo en balde. Luego se puede regatear siempre algo. En algún puesto había cortavientos de niños por 200 TL. El precio es identificativo de la calidad del producto. En esta calle la calidad era buena y el precio no era barato.
Nos dimos un paseo por el bazar de las especias y las calles de alrededor.
Es increíble el trasiego de personas que hay. Luego fuimos en dirección al Gran Bazar por la calle Matmupasa, en esta zona había ropa de todo tipo.
Comimos en el Ilistra Café, un sitio de Kebab.
En la entrada al Gran Bazar desde la calle Matmupasa encontramos el mejor cambio de todo el viaje: por cada € daban 6,55 TL. Recorrimos todo el Gran Bazar, encontrando algún patio muy bonito entre sus calles. Allí puedes comprar de todo, regalitos, ropa, pendientes...
Tras el día agotador de compras paramos a tomar un gofre y un tiramisú en el T-Café. Continuamos visitando la Cisterna de Teodosio. Muy chula, es muy pequeña pero está en perfecto estado. Además es gratuita.
Para cerrar el día entramos en la mezquita bajando la calle. Al pasar nos llamó la atención la parrilla del Ortaklar Kebap Lahmacun y decimos volver a la hora de la cena. Las pizzas turcas (pide) están muy buenas. Hacen la masa allí mismo. La parrilla tiene todo tipo de carnes. Comer 3 personas sale por menos de 60 TL. Te invitan a té siempre.

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Amanece más despejado el día, vamos a Eyüp. Decidimos probar el bus desde el hotel, línea BN1, te lleva rápidamente a Eminönü. Hay que bajarse en la zona de los ferry, porque luego resulta que da la vuelta y te deja en la otra acera. Cruzamos por el subterráneo y vamos a la zona de parada de los autobuses. Empezamos a buscar la parada del 99 y finalmente damos con ella. Hay mucha cola, subimos y cuando empiezo a pasar la tarjeta nos faltan unos céntimos para el último billete. No hay máquinas en la parada y no puedo dejar a la mitad de la familia dentro del bus, como no hay conductor vamos para dentro. Finalmente el bus se llena hasta parecer sardinas en lata. La gente entra por todas las puertas en las paradas y desde el fondo del bus dan sus carnet a la gente que los va pasando hasta picar el billete. Sus pases vuelven una vez picados. Y nosotros con un billete de menos picado
Nos bajamos en Eyüp y visitamos la mezquita.
Nos pareció muy inquietante que en los puestos de alrededor, en dos de ellos se vendieran replicas talladas en madera de AKs. Vaya regalo para un niño que va de visita a la mezquita
Fuimos a coger el teleférico para subir al mirador del Café y estaba cerrado por mantenimiento. Como nuestro hijo estaba bastante cansado, renunciamos a subir las escaleras a través del cementerio. Nos fuimos a la parada del bus para ir a Chora, pero no había máquinas para recargar. Decidimos utilizar la App Bitaksi para ir en taxi. Vino en seguida y probamos los taxi de Estambul. Los conductores no hablan nada de inglés y no conocen las calles menos céntricas. El taxista no daba con la entrada a Chora y cuando vimos que estábamos cerca le dijimos que nos parase. Puso el importe (11,29 TL) en la App y desde el móvil le aceptamos el cobro. Decir que el conductor iba fumando, pero por lo menos nos preguntó si podía acabárselo.
Chora también estaba de reformas, solo se puede visitar la nave central. Pero creo que merece la pena ver esos mosaicos. Eso si, la visita no dura mucho.
Tras la visita comimos en Asitane, restaurante de lujo que no nos convenció. Hemos comido mucho mejor es sitios poco lujosos de Estambul. Comida para 3 a 225TL. Totalmente prescindible.
Fuimos a la parada del bus pero tampoco había máquina, así que llamamos otro taxi. En este caso el taxista no tenía claro donde queríamos ir, mientras conducía con una mano, con la otra buscaba el destino en el móvil. Finalmente masculló algo y dije Süleymaniye Mosque, a lo cual dijo algo parecido a Süleymaniye Camii, a lo cual asentí. Decidiendo que íbamos en dirección contraria e hizo un giro de 180º en una avenida de 4 carriles. Finalmente nos dejó en una de las calles de alrededor, porque no daba con la entrada tampoco (16,50 TL).
Eran las 16:20 y en 10 minutos cerraban para el culto. Entramos rápidamente para ver el interior, que es digno de ver.
Cuando iba a empezar el rezo, nos salimos a realizar fotos al exterior. Hay buenas vistas del Bósforo.
Fuimos andando hasta la calle Çadircilar, que discurre paralela al Gran Bazar y donde hay ropa a precios más baratos y por supuesto de menor calidad. Había cortavientos a 200 TL pero no tenían nada que ver con los de la tienda del Bazar Egipcio. Para niños había a 150 TL, que se podían regatear.
Luego tranvía hasta Sultanahmet y a descansar al hotel. Para la última cena en Estambul repetimos en el Otaklar Kebab, que estaba lleno.

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En la recepción del hotel nos recomendaron salir 5h antes de nuestro vuelo, así que desayunamos a las 7:30 y nos fuimos a coger el bus en Sultanahmet de las 8:10. Me confié que hubiese máquina para recargar allí, pero resultó que no había. Me tuve que dar una carrera a la parada del tranvía para recargar la tarjeta, el del autobús no me dijo que me esperara y no metió las maletas hasta que llegué corriendo. Este autobús era más antiguo y no funcionaba ni el AA ni los cargadores para móvil.
A esas horas no había atasco hacia el aeropuerto y podíamos haber tardado 45 minutos, pero el bus rozó a un coche en la autovía y ni siquiera se enteró el conductor. Cuando llegamos al control policial del aeropuerto, allí estaba el coche con la policía. Total que nos tuvieron retenidos 30 minutos hasta que realizaron el atestado.
Los dos controles de seguridad y el de pasaportes los pasamos en poco tiempo. El cambio en el aeropuerto era bastante malo, un euro por cada 7,30 liras. Con la App del aeropuerto, además de 1 hora gratis de wifi, te facilita la información de la puerta de embarque desde primera hora. En cambio en el aeropuerto te la ponen unas horas antes. El viaje de vuelta fue más rápido todavía.

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