![]() ![]() Quince días en tuktuk por Sri Lanka ✏️ Blogs de Sri Lanka
Quince días a nuestro aire con un tuktuk alquilado.Autor: Ruth200es Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (5 Votos) Índice del Diario: Quince días en tuktuk por Sri Lanka
01: Diario de Sri Lanka, preparativos del viaje y día 1
02: Diario de Sri Lanka, día 2: Negombo
03: Diario de Sri Lanka, día 3: de Negombo a Kandy con clases de cocina
04: Diario de Sri Lanka, día 4: de Kandy a Dambulla
05: Diario de Sri Lanka, día 5: Lion Rock y Pidurangala
06: Diario de Sri Lanka, día 6: Sigiriya, Polonnaruwa y Habarana
07: Diario de Sri Lanka, día 7: de Habarana a Trincomalee
08: Diario de Sri Lanka, día 8: Trincomalee
09: Diario de Sri Lanka, día 9: de Trincomalee a Kandy
10: Diario de Sri Lanka, día 10: de Kandy, Nuwara Eliya y Ella
11: Diario de Sri Lanka, día 11: Ella’s Rock y Puente de los Nueve Arcos
12: Diario de Sri Lanka, día 12: de Ella a Tangalle
13: Diario de Sri Lanka, día 13: Tangalle
14: Diario de Sri Lanka, día 14: de Tangalle a Mirissa
15: Diario de Sri Lanka, día 15: de Mirissa a Galle
16: Diario de Sri Lanka, día 16: de Galle a Colombo
17: Diario de Sri Lanka, día 17: de Colombo a Negombo
18: Diario de Sri Lanka, día 17: vuelta a casa y resumen de gastos
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Etapas 1 a 3, total 18
Decidimos que el destino de nuestras vacaciones de 2018 sería Sri Lanka, la llamada «lágrima de la India», dado que numerosos amigos nuestros habían ido en los últimos años y habían vuelto encantados. Tenía todo lo que Pelayo y yo buscamos:
–seguridad, pues la guerra civil terminó en 2009 y las tareas de desminado habían terminado (aunque unos meses después sufrieron un grave atentado en el que murieron e hirieron a muchas personas). –Multitud de actividades: buceo, parques nacionales llenos de interesantes animales, yacimientos arqueológicos, montaña, selva, playa, etc. –Facilidad de trasladarse: la isla no es muy grande y presenta numerosas posibilidades a la hora de moverse de un punto a otro; tras mucho pensarlo decidimos alquilar un tuktuk, lo que nos dio total libertad de movimientos e independencia. –Buenos precios: según nuestros amigos hace años era aún más barato pero aún así para los españoles sigue siendo muy asequible. Hay gran variabilidad de precios en cuanto a hoteles, por lo que podréis encontrarlos ajustados a vuestro presupuesto. Eso sí, hay que regatear prácticamente todo: en todos los hoteles conseguimos mejor precio que en Booking simplemente presentándonos en recepción y negociando. Nos encantaron las guesthouse, pues es la mejor opción de tener contacto con familias locales y de dejarles un ingreso extra; en todas las que estuvimos se desvivieron por hacernos sentir como en casa, una gran experiencia que recomiendo no dejéis de vivir. –Gastronomía: nos dimos cuenta de que en Sri Lanka hay mucho más que arroz con curry y hemos adoptado varias de las recetas que aprendimos en un curso de cocina que hicimos en Kandy. –Temporada: decidimos visitar la isla en temporada media (fuimos en Octubre) con el fin de encontrarnos poco turismo y mejores precios, a cambio hubo alguna actividad que no pudimos realizar (avistamiento de ballenas, visita al Parque Nacional de Yala, buceo en algunas conocidas zonas de la isla) y nos llovió algún que otro día. –Idioma: la mayoría de la población habla algo de inglés, sobre todo en hoteles, restaurantes y lugares más turísticos; en pueblos pequeños de interior será sin embargo muy difícil comunicarse con ellos. Sin embargo la gente nos pareció el mayor tesoro del país, son extremadamente amables y siempre tienen una sonrisa en la cara, os ayudarán en todo lo que puedan. Por lo tanto el primer paso fue buscar los billetes de avión y, tras mirar muchas combinaciones, la más barata era del 2 al 18 de Octubre, es decir, de martes a Jueves. Tras detectar los billetes que nos interesaban, los vigilé durante semanas y, viendo que el precio no variaba, los compré en www.mytrip.com por 588 Euros/persona, constando de los siguientes vuelos: –Oporto-Madrid Barajas con AirEuropa de 11:25-13:35 (una hora de vuelo, recordad que en Portugal es una hora menos) –Madrid Barajas-Jeddah con Saudi Airlines (Arabia Saudí) de 14:55 a 21:40 (alrededor de cinco horas y media de vuelo) –Jeddah-Colombo con Saudi Airlines de 00:25 a 8:55 (alrededor de cinco horas y media de vuelo) Para la vuelta el recorrido era el mismo, saliendo el día 18 de Colombo a las 21 (con lo que podíamos aprovechar toda la jornada), con el inconveniente que teníamos que pasar en el Aeropuerto de Jeddah siete horas; sin embargo la diferencia de precio era muy grande así que finalmente los compré. Estuve vigilando los billetes aún después de haberlos comprado (pues se me olvidó desactivar la alerta) y vi que durante unos meses se mantuvieron igual pero conforme se fue acercando la fecha acabaron costando más de 700€/persona. Por cierto, consulté la web del Ministerio de Exteriores para ver si Arabia Saudi requería un visado de tránsito pero ponía que sólo si se excedía de 10 horas. Aún así escribí un mail a la Embajada del país en España y me contestaron pidiéndome mi número de teléfono para llamarme y explicarme. A pesar de que se lo envié nunca volví a saber nada más de ellos. De todos modos, os aconsejo siempre visitar la web de este Ministerio, pues hay información importante de cada país, que os será útil para vuestros viajes aquí tenéis las de Sri Lanka). Además escribí a Air Europa porque en Madrid, a la ida, teníamos sólo una hora entre avión y avión, que además eran de diferentes compañías, por asegurar que no tendríamos que facturar allí las maletas otra vez. Les escribí a través del Messenger del Facebook y me contestaron al rato, diciéndome que no me preocupase, que me facturarían los bultos en Oporto hasta destino a pesar de ser compañías diferentes. Y menos mal que lo hice porque ya veréis como tuvimos problemas con esta cuestión… Una vez comprados los billetes, comencé a recabar información sobre el destino visitando algunas de estas páginas: www.conmochila.com www.viajeropedia.com/ ...en-tuk-tuk randomtrip.es/ ...s-tuk-tuk/ sindestinofijo.com/ ...sri-lanka/ www.juntosviajando.com/ ...sri-lanka/ Los Viajeros La ruta que sigue la mayoría de la gente es una vuelta a la isla en el sentido de las agujas del reloj desde Negombo (que es la ciudad en la que realmente se encuentra el Aeropuerto Internacional, y no en Colombo) y esa era la idea principal pero luego ya veréis que la modificamos ligeramente. El itinerario inicial era: — Negombo-Anuradhapura-Sigiriya-Dambulla-Kandy-Nuwara Eliya-Ella-Tissamaharama-Tangalle-Mirissa-Galle-Negombo. Luego decidimos visitar el norte cambiando a la siguiente ruta: — Nebombo-Kandy-Dambulla-Sigiriya-Anuradhapura-Jaffna-Trincomalee-Polonnaruwa-Kandy-Nuwara Eliya-Ella-Tissamaharama-Tangalle-Mirissa-Galle-Negombo Sin embargo en tuktuk y con sólo 15 noches fue imposible llegar a Jaffna, así que modificamos in situ el recorrido varias veces, siendo éste el definitivo: — Nebombo-Kandy-Dambulla-Sigiriya-Polonnaruwa-Habarana-Trincomalee-Kandy-Nuwara Eliya-Ella-Tangalle-Mirissa-Galle-Colombo-Negombo., lo que significa aproximadamente 1400 kilómetros de ruta Vi en algunos blogs que la gente alquilaba un tuktuk para todo el viaje, lo que daba una libertad total de movimiento, así que se lo planteé a Pelayo, quien accedió rápidamente a conducirlo (os aviso que al haber sido colonia británica conducen por el otro sentido). Empecé a leer opiniones sobre las empresas de alquiler de tutktuks que aparecían en Internet, algunas de ellas: Pick and Go Travels Alma Tours Stanley Tours Sri Lanka Tours Uga Residence Los precios rondaban entre 10-25$ al día, lo cual, tras nuestro viaje, confirmo que es muy caro pues, tras hablar con los locales, a ellos les alquilan los tuktutks por unas 500 rupias al día (menos de 3€) pero claro, hay que pagar el peaje del turista… Al final, tras mucho leer y tras hablar con varias empresas, me decanté por la primera, Pick and Go Travels, pues a pesar de ser cara te hacían una oferta si alquilabas más de una semana y además tenía las mejores críticas (no había problema a la hora de que te devolviesen la fianza, el personal era serio, los tuktuks parecían estar en buen estado, etc). Sin embargo tuvimos muchísimos problemas con el vehículo que ya os contaré más adelante (que, por cierto, al final su alquiler nos costó 300$ menos que el Mustang descapotable que alquilamos el año anterior en USA durante el mismo número de días). Aquí os dejo un resumen de los pros y contras que vimos a la hora de alquilar un tuktuk: VENTAJAS -Es ideal para el calor, pues como va abierto por los lados el aire se agradece -Dispone de un pequeño maletero para dejar los bultos y lo bueno es que la gente no roba nada, sólo hay que tener cuidado con los monos. Nosotros llevamos dos maletas de cabina que cabían justo, además de una mochila de mano que colocábamos entre ellas. -Permite mimetizarse con los locales, pues con el tuktuk nos metimos por todos los caminos que quisimos, calles, parkings sin pagar (pues piensan que eres local), etc -Los conductores de otros tuktuks nos ayudaron mucho, hay un sentimiento total de colaboración entre vehículos de tres ruedas DESVENTAJAS -No suelen estar en buenas condiciones (nosotros tuvimos que ir tres veces al taller durante el viaje y nos cambiaron el tuktuk una vez, aún así el segundo estaba también bastante mal). Cada vez que tuvimos que ir al taller perdimos media jornada, pues había primero que localizar uno por la zona, luego había que llamar a la casa de alquiler por teléfono, explicarles la avería y ellos le contaban en cingalés al dueño del taller lo que pasaba. Al ser turistas suelen encarecer las facturas, que luego nos devolvió la empresa, pero el último día cuando ya no necesitábamos tantas rupias. -No cogen mucha velocidad, de hecho el límite máximo permitido por la Policía para este tipo de vehículos es 40km/h en toda la isla, pero la mayoría puede ir a más -No tienen mucha potencia por lo que en la zona de las montañas si el motor no va bien y vais muy cargados podéis tener problemas. Nosotros declinamos la opción de coger el famoso tren de la zona de montañas (mientras la empresa de alquiler traslada el tuktuik al destino) por varias razones que os explicaré más adelante, y lo hicimos en tuktuk; sólo puedo decir que fue un trayecto estupendo. -Si llueve puedes bajar las capotas plásticas y el de atrás no se moja pero el conductor sí, pues hay que dejar un hueco para poder ver los espejos retrovisores. Si la capota tiene agujeros, como nos pasó a nosotros con el segundo tuktuk, entonces todos los ocupantes se mojarán con las goteras… -Hace mucho ruido por lo que puede llegar a ser insufrible circular durante muchas horas con él, de hecho recomendamos trayectos de 3-4 horas como máximo. -Tienen unas luces muy tenues por lo que obliga a que el conductor tenga que ir por la noche muy concentrado, pues hay numerosas bicis sin luz, perros y vacas que se cruzan en la carretera (podéis tener algún que otro susto), además del peligro que conlleva que los demás vehículos no os vean bien -El tráfico en las ciudades es infernal por lo que si no se sigue una conducción agresiva será imposible salir de los cruces, rotondas, aparcamientos, etc. Adelantan por cualquier sitio; tanto el vehículo que va a ser adelantado como los que vienen de frente se separan sin problema hacia los arcenes (es habitual dar un toque de bocina antes de adelantar para avisar, ya veréis qué ruidosas son las ciudades por culpa de esta costumbre) -Además del Permiso Internacional de Conducción (se saca en la Dirección General de Tráfico pidiendo cita previa y pagando 10€ de tasas, sólo necesitáis presentar vuestro carnet y una foto, con validez para sólo un año) hay que sacar un permiso srilankés para conducir vehículos de tres ruedas llamado AAC (Certificado de la Asociación de Automovilistas de Colombo). Yo me puse en contacto con ellos vía email y me respondieron enseguida, diciéndome que el certificado valía 22$ y que no se podía tramitar on line, sólo en persona en las oficinas de Colombo. Una vez sabido este extremo, hablé con la empresa de alquiler para que nos lo tramitase, a cambio de 45$, para no perder un día en ir y venir a Colombo (además de evitar la burocracia, colas y problemas de comprensión). Como era carete y no teníamos previsto que yo condujese el tuktuk sólo se lo sacó Pelayo (les envié por mail escaner de su pasaporte y su Permiso Internacional de Conducción). Durante las dos semanas que pasamos en Sri Lanka la Policía nos paró NUEVE veces y pidió todo tipo de documentación, incluido el AAC, por lo que os recomiendo sacarlo para evitar posteriores multas. Nunca en diez años de viajes juntos nos habían parado tantas veces y además tuvimos que darles la primera mordida de nuestra vida… Hemos llegado a la conclusión (dados los problemas que tuvimos con el tuktuk y sus desventajas) que, si volviésemos a Sri Lanka, alquilaríamos un coche pequeño en vez del tuktuk. Además si no tenéis valor y un estilo agresivo de conducción NO os recomiendo en absoluto el tutktuk (facilita el asunto si sabéis conducir motos de marchas). Si al final os decantáis por alquilarlo, debéis de revisar absolutamente TODO antes de salir de la casa de alquiler: motor, cambio de marchas, capota y plásticos anexos, batería, luces, etc, de hecho yo se lo avisaría previamente vía email. Siempre te dan una clase previa de conducción, pero en nuestro caso fue con otro tuktutk distinto al que nos entregaron, con la excusa de lo estaban limpiando y todavía estaba mojado. Exigid que la clase previa sea en el tuktutk que os vais a llevar para ver si tiene algún problema y si es el caso, que os lo cambien o lo lleven al taller antes de entregarlo. Otra opción, que quizás es más acertada, es reservar el tuktuk a un particular, pues como lo utiliza él probablemente esté en mejores condiciones que los de una empresa de alquiler. Os puedo dejar un contacto de una chica encantadora llamada Asha que regenta una guesthouse en Negombo llamada Leisure Villa (nosotros nos alojamos allí) y que además tiene algún tuktuk de alquiler (tlf +94773346809, podéis hablar con ella por WhatsApp en inglés). Si el tuktuk os diese fallos al final vais a tener que ir igualmente a un taller, sea de empresa o de particular, lo único que tenéis que negociar es que os paguen el importe de la factura a la vuelta. Más adelante os contaré las peripecias con el tuktuk y cómo fue gestionándolo Rocky, el dueño de Pick and Go Travels. Bueno, pues dicho esto, negocié con Rocky un tuktuk para 16 días a través del Messenger de Facebook por 300$+70$ de seguro+45$ para tramitar el permiso srilankés de conducción=415$. Además dejamos 150€ de fianza que nos devolvieron el último día sin problema. Un mes antes sacamos el ETA on line, pagando 35$/persona (tenía una duración de 30 días de estancia en el país). Al parecer se puede sacar en frontera pero perderéis más tiempo en la cola. Pinchando aquí accederéis a la web oficial del país para tramitar dicho permiso, además hay la opción de hacer el trámite en español. Nosotros recibimos primero un email de confirmación, unos minutos después de darle a «enviar» y al día siguiente, más o menos, nos mandaron el definitivo. Llevé ambas autorizaciones definitivas impresas pero el Policía de la frontera ni siquiera las miró, a lo mejor le figuraba en el ordenador que ya la teníamos tramitada… En cuanto a las vacunas, en principio no hay ninguna obligatoria, pero son recomendables las de la hepatitis, tétanos y fiebre tifoidea. Os recomiendo pedir cita en Sanidad Exterior con bastante antelación al viaje, pues siempre hay muchas colas, sobre todo en verano; allí os aconsejarán según vuestro destino de viaje. Unas semanas antes de nuestra llegada a Sri Lanka reservé habitación para la primera noche en Negombo, ciudad donde realmente se encuentra el Aeropuerto Internacional. No sabíamos si íbamos a dormir allí o arrancar en cuanto nos diesen el tuktuk pero al menos así teníamos un sitio en donde ducharnos y dejar las maletas, tras aterrizar a las 9 de la mañana y después de llevar 20 horas de viaje. Una amiga nuestra se había alojado en Leisure Villa, en Negombo, y le había gustado así que reservé un cuarto doble con baño a través de Booking por 25€. Fue un error hacerlo así, es mejor hablar con el alojamiento directamente en el contacto que os dí más arriba, pues os cobrará mucho menos. Por lo tanto íbamos totalmente libres de parar y dormir donde quisiésemos: cuando decidíamos no continuar con el trayecto miraba en Booking qué hoteles había por la zona con buena puntuación y acudíamos a la recepción a negociar un precio más bajo que lo que figuraba en esta web, cosa que conseguimos en todos los alojamientos excepto en uno. Una semana antes de viajar reservé una plaza cubierta de aparcamiento en el Aeropuerto de Oporto del 2 al 19 de Octubre (18 días), pagando 108€. Un par de días antes de volar contraté el seguro de viajes de IATI, que nos salió 107€/persona. Podéis conseguir un 5% de descuento si entráis desde alguna de las webs que os puse más arriba (por ejemplo aquí). Con respecto a la medicación que llevamos: paracetamol, ibuprofeno, antibióticos de amplio espectro, salvacolina (yo tuve que usarla varios días), antihistamínicos, afterbite, etc. Los antimosquitos del propio país son muy buenos así que no los llevamos de España y los compramos allí directamente. Compramos dos, uno en crema con olor a clavo y más adelante otro de spray con olor a rosas, muy baratos, eficaces y menos densos que los de España. Ellos suelen usar el de rosas, sin embargo a Pelayo, como tiene la piel más sensible, le iba mejor el de clavo. Además llevamos chubasquero de plástico, una mochila plegable de 10 litros del Decathlon (que me vino bien para las caminatas), frontales para la noche, gafas de buceo con snorkel, prismáticos, un candado para las maletas (cuando las metíamos en el tuktuk las candábamos). En cuanto a ropa, algún pantalón largo para entrar en los templos y volar con Saudi Airlines (le pusieron problemas a Pelayo por ir en pantalón corto por la rodilla), chanclas, tenis para las caminatas, un pareo que nos vino bien para los templos, viento, frío, etc., calcetines para los templos budistas (pues hay que entrar descalzo), etc. Una vez explicados todos los preparativos paso a relataros el diario de nuestro viaje de 15 noches por Sri Lanka en Octubre de 2018 con el fin de que os sea de ayuda, en caso de que esteis pensando en visitar este maravilloso país asiático. Al final del diario os dejaré el enlace a mi web de viajes, por si queréis ver fotos. MARTES 2 DE OCTUBRE 2018 Nos levantamos ea las 8, desayunamos y arrancamos en dirección al Aeropuerto de Oporto por la autopista, pagando 8,85€ de peaje. Una vez allí dejamos el coche en el Parking Low Cost cubierto que yo había reservado una semana antes por 108€. Hay que imprimir el papel de reserva con el código QR que hace que se levante la barrera cuando llegas a la puerta del parking. Hay cinco minutos a pie desde el parking hasta la entrada a la Terminal. Una vez en el aeropuerto filmamos las maletas con film que habíamos comprado en el super y nos pusimos a la cola de los mostradores de Air Europa, que era bien larga y además avanzaba muy lentamente. Cuando por fin fue nuestro turno nos dijeron que no podíamos facturar las maletas hasta Colombo, sino que sólo hasta Madrid, pues el programa no le daba otra opción. Le dijjimos que sólo teníamos una hora de cambio en Barajas yque era imposible. Además le enseñé el mensaje que me habían escfrito a través del Messenger diciendo que no habría problema, que nos facturarían las maletas hasta destino directamente desde Oporto. Tras varias llamadas y gestiones por parte de la chica del mostrador, que la verdad fue muy amable, por fin facturaron las maletas hasta Colombo y, como ya era muy tarde, nos dijo que nos dirigiésemos rápidamente a la puerta de embarque que allí nos darían los demás billetes (Madrid-Jeddah y Jeddah-Colombo). Empezaba bien el viaje… Así que con la duda de si las maletas llegarían a Colombo, corrimos hasta la puerta de embarque en donde efectivamente nos dieron las tarjetas para los posteriores vuelos de Saudi Airlines. El primer vuelo, Oporto-Madrid, duró una larga hora. Una vez en Barajas tuvimos que darnos prisa para buscar la puerta, que estaba en la otra esquina del aeropuerto. Finalmente llegamos con algo de tiempo que aprovechamos para echar un ojo en el duty free en busca de una batería externa para teléfono móvil, pues cuando estamos de vacaciones usamos muchísimo Google Maps y la cámara de fotos, lo que hace que las baterías no duren nada. Compramos una de la marca XTORM por 70€ con dos USB y cuatro cargas que la verdad nos dio muy buen resultado. Al poco embarcamos con destino al aeropuerto de Jeddah, en Arabia Saudí. El avión era muy nuevo e iba bastante vacío; las azafatas iban todas con velo, por cierto. Nada más sentarnos pusieron un rezo en las pantallas en árabe, con subtítulos en inglés, pidiéndole a Alá que el vuelo no tuviese incidencias; la voz del señor era como de ultratumba, lo que daba un poco de miedito… En cuanto a las opciones de entretenimiento, había muchos vídeos de rezos, documentales sobre el mundo árabe, películas de Hollywood, Bollywood y pocos títulos europeos (o en español, ni siquiera los subtítulos). En cuanto empezamos a ver una película nos dimos cuenta de que pixelaban el escote y las piernas a las actrices que iban ligeras de ropa… El vuelo duró unas 6 horas y la verdad es que se me hicieron largas. Nos pusieron de comer una Ensalada de gambas (que como se veían bastante crudas no pude comer dada mi alergia) y Arroz con pollo al curry. De postre una tarta de chocolate bien contundente. Una vez que aterrizamos, nos esperaba en la puerta de la terminal un hombre vestido de blanco hasta los pies con un pañuelo de cuadros en la cabeza, que amablemente encauzó a los que íbamos de tránsito en una cola que había en un lateral. Rápidamente nos sellaron el pasaporte y pasamos a una sala grande en la que nos separaron por sexos para posteriormente pasar el control de seguridad. Los hombres continuaban por la sala grande, dejando las pertenencias en el escaner y pasando el control de seguridad de personas. Las mujeres nos desviaban por un lateral en el que nos pasaban un detector por todo el cuerpo y luego nos cacheaban una a una. Una vez pasado el control entramos en el duty free donde se podía comprar un montón de artículos excepto alcohol, que no había. Eso sí, ¡¡en su lugar había cubos gigantes de Tang!!! Y los juguetes para niños tampoco tenían desperdicio… Esta zona de espera para los viajeros en tránsito no era muy grande, la verdad, y sólo disponía de una tienda de muffins, dos cafeterías , un kiosko, un local de bocadillos y la zona de rezo. En el local de bocadillos, de Tim Horton, cogimos un shawarma y un burrito con chile, bebidas y patatas fritas (que son de bolsa, no como las de aquí), pagando 20€ (con tarjeta). Se me ocurrió ir al baño y aquello parecía una pocilga: lleno de agua hasta arriba, no había papel, no sé porqué pero era imposible que las señoras hiciesen cola así que se te metían por delante continuamente, se levantaban los refajos y se lavaban los pies en las piletas, mostrando las piernas femeninas más peludas que he visto en mi vida. Finalmente embarcamos en el siguiente vuelo, con destino al Aeropuerto Internacional de Colombo. En este caso el avión era un poco más viejo pero el rezo previo y el pixelado posterior de películas fueron igual que en el anterior caso. El vuelo duró otras seis horas, dándonos más arroz para comer, aunque en este caso con ternera y patatas. Al llegar a Sri Lanka pasamos el control de inmigración bastante rápido, en donde nos sellaron los pasaportes. Para ello yo llevaba el ETA, al que no le hicieron mucho caso, y rellenamos unos papeles a mayores, que cogimos en unos mostradores, con nuestros datos y la dirección del primer hotel que llevábamos reservado. Esperamos por las maletas un buen rato pero finalmente salieron por la cinta, qué alegría. Eran las 9 de la mañana del día 3 de Octubre así que tras veinte horas de viaje y cuatro países habíamos llegado finalmente a Sri Lanka. Etapas 1 a 3, total 18
MIÉRCOLES 3 DE OCTUBRE 2018
Una vez que salimos de la zona aire, llegamos al vestíbulo del aeropuerto, en donde se encuentran las casas de cambio. Cambiamos allí un poco de dinero, de euros a rupias (1 euro=189’9 rupias cuando el cambio estaba a 195) y después nos acercamos a las tiendas de telefonía. Había varias pero sólo en DIALOG había cola así que finalmente nos decantamos por AIRTEL, que era la única que conocíamos. Nos atendió un chico joven que hablaba inglés muy bien y en pocos minutos ya teníamos funcionando las tarjetas SIM srilankesas en nuestros teléfonos. Como íbamos a usar Google Maps durante muchas horas cogimos dos SIMs con 20 Gigas de datos cada una, pagando 3400 rupias/tarjeta (17’5€), una ganga. Los gigas fueron más que suficientes pero sí que tengo que decir que en algunos sitios nos quedábamos sin cobertura. Nos enteramos después de que la mejor compañía del país era Dialog, por eso había cola en el stand… Así que os recomiendo que esperéis un poco y cojáis la SIM de esta compañía. Yo había negociado con el Hotel que nos viniesen a buscar al aeropuerto a cambio de 13$ así que buscamos el cartel con mi nombre y así fue, allí había un hombre esperando por nosotros. Resulta que no era un conductor del hotel, sino un taxista que había sido contratado por el alojamiento. Se trataba de un chaval joven muy simpático con el que fuimos charlando hasta Leisure Villa. Una vez allí nos recibió Asha, la dueña de la casa, quien pagó al taxista (al día siguiente incluyó el cargo en la factura). Asha nos dio una botella de agua y nos enseñó la habitación, que daba al patio, con un pequeño jardín. El cuarto era amplio, sencillo y limpio, con baño y dos camas. Había sólo una pastilla de jabón, lo es que es bastante habitual en las guesthouse (por si queréis llevar algo de champú y acondicionador o comprarlo en un supermercado de allí). Comimos los últimos bocadillos que llevábamos en el jardín de la casa, nos duchamos y salimos caminando a pie hasta la oficina de Pick and Go Travels, pues no estaba muy lejos de allí. Por el camino nos encontramos a Rocky, que iba en una enorme y moderna furgoneta, quien paró a saludarnos. Nos dijo que él tenía que salir pero que había gente para atendernos. Al llegar a la oficina resultó ser la casa de Rocky, una enorme edificación de varias plantas, con una oficina al aire libre debajo del porche de la casa. Se ve que le va bien el negocio… Nos atendió un chico muy seco llamado Damnika, quien nos cobró 361€ por el alquiler de 15 días, seguro y gastos por el AAC de Pelayo. Además le dimos 150€ de fianza que nos devolvieron a la vuelta. Le dimos todo en euros porque así el último día nos devolverían la finanza en euros y no en rupias. Eso sí, tuvimos que darle hasta el último euro, menos mal que llevábamos monedas… Nos avisó que si teníamos alguna avería podíamos llevar el tuktuk a un taller y nos devolverían el importe de la factura al devolverlo el último día. Nos entregó la documentación del tuktuk y el carnet de Pelayo para después llevarnos a dar una vuelta con uno de los tuktuks de la empresa, con el fin de mostrarnos cómo funcionaba. Nos dijo que el nuestro lo habían lavado y estaba secándose todavía. Pelayo cogió el funcionamiento enseguida, pues está muy habituado a llevar moto, así que volvimos al poco para la oficina. Una vez allí nos entregó ya el definitivo y nos guió hasta una gasolinera (él iba delante en moto) en donde llenamos el depósito por 960 rupias/5€. Nos dijo que lo podíamos devolver, por tanto, sin el depósito lleno. Nuestro tuktuk era de color rojo y en ese momento nos dio la impresión de que estaba bien, sin embargo no fue así. Había otros en la oficina de color verde que nos dio la impresión de que estaban en mejores condiciones. Fuimos a dar una vuelta por el centro de la ciudad, Main Road, para que Pelayo se habituase al tuktuk pero no sé si fue la mejor idea, pues el tráfico era infernal. Vimos un supermercado COOP así que paramos a comprar factor solar, antimosquitos a base de clavo y una botella de agua, pagando 1335 rupias/7€. Preferimos entrar en una tienda con precios a la vista que regatear, pues tampoco sabíamos todavía el precio de las cosas. Buscamos una casa de cambio que nos había recomendado una amiga, Jewel Lanka, en el número 188 de Main Street, al lado de unos canales de agua. Allí me dieron 196’5 rupias por cada euro (cuando el cambio estaba a 195) así que es la primera vez que me dan más dinero que el cambio del día… No volvimos a ver un cambio mejor a lo largo del viaje así que os recomiendo cambiar en Negombo la mayor parte del dinero que llevéis en efectivo. Pelayo prefirió quedarse esa tarde en Negombo en vez de arrancar para otra localidad así que nos dirigimos al Mercado de pescado. Una vez allí no tuvimos el valor de entrar debido al fuerte olor, sólo pasamos por fuera. En los alrededores había grandes superficies cubiertas con telas sobre las secaban pescado al sol. Por cierto, nos paró el primer Policía por el camino, solicitándonos los papeles del tuktuk y toda la documentación de Pelayo (Permiso Internacional y AAC incluido). Una vez que vio todo nos dejó marchar pero primero nos hizo un movimiento de cabeza que nos hizo confundir; resulta que el sí en Sri Lanka se hace balanceando la cabeza hacia los lados (como girándola alrededor de la nariz), gesto parecido a nuestro no, por lo que nos costó acostumbrarnos los primeros días. Continuamos por la carretera que va paralela a la playa en busca de algún sitio para comer. Nos decidimos por uno llamado Fish and Chips, pues lo recomendaban en uno de loas webs que había leído. A pesar del nombre, sirven comida local, sobre todo productos del mar. Los restaurantes que hay por esta zona, turística por estar en la playa, son un poco más caros pero aún así para los europeos están muy bien de precio. Nos recibieron amablemente, aparcando el tuktuk justo en la puerta del local. Tras ver la carta pedimos lo siguiente: -Combinado de pescados y mariscos para dos Para beber pedimos tres cervezas grandes Lion y dos cafés de pota (en realidad trajeron la tetera y nos sobró un montón), pagando 4867 rupias/25 euros. Luego nos dirigimos a la playa, en donde nos cobraron 50/0’25€ rupias por aparcar el tuktuk. Había muchos locales por la zona paseando, charlando, bañándose, disfrutando de la caída del sol, etc. Comprobamos que el agua estaba estupenda de temperatura, pues metimos los pies; eso sí, vino una ola y nos empapó los pantalones (las playas en general tienen mucha pendiente y la arena se hunde muchísimo por lo que las olas suben rápidamente y a veces es difícil escapar). En la zona había varios puestos de comida, una piscina para niños, etc., por lo que se ve que es un sitio de ocio para los locales. Se nos acercó un chico que vendía pulseras y como era muy simpático al final le compramos un par de pulseras para nosotros y un collar para Olaya, la hija de Pelayo, hecho con un diente de tiburón que según él lo había encontrado en la playa (200 rupias/1€). Empezó a lloviznar así que volvimos para el hotel, dejando aparcado el tuktuk en el callejón lateral del alojamiento, con las capotas bajadas para que no entrase el agua. Una vez en el cuarto nos tumbamos en la cama y nos quedamos sopas sin querer, durmiendo intermitentemente hasta las 7AM del día siguiente, así que ya no salimos ni siquiera a cenar. Etapas 1 a 3, total 18
JUEVES 4 OCTUBRE 2018
Estuvo lloviendo sin parar toda la noche pero misteriosamente la mañana apareció soleada. Nos despertamos sobre las 8 y desayunamos en el cuarto la comida que nos había sobrado del viaje. Nos despedimos de Asha, quien nos invitó a unos riquísimos coconut roti con salsa picante (elaborada a base de cebolla, chile, lima y sal) antes de marchar. Pinchando aquí podréis ver la opinión que escribí sobre Leisure Villa en Tripadvisor. Metimos las dos maletas de cabina en la parte trasera, que encajaron perfectamente, y arrancamos en dirección a Kandy. El viaje nos llevó casi cuatro horas, parando solamente a comer por el camino, en una localidad llamada Paragahadeniya. Entramos en un local que nos tuvo buen pinta, Rifky Hotel, con el fin de probar los típicos snacks fritos del país así que pedimos cuatro diferentes rellenos de curry, huevo, patatas, etc., pero todos muy ricos. Pagamos por la comida y una botella de agua 300 rupias/1’5€. Además aprovechamos para coger en una tienda que había enfrente un par de paquetes de galletas y una chocolatina, pero no recuerdo el precio; estaban buenas, sobre todo las de coco. El tuktuk ya empezó a dar los primeros problemas, pues escupía las marchas y frenaba más de una rueda que de otra por lo que se cruzaba en la carretera cada vez que Pelayo pisaba el freno. De camino a Kandy reservé unas clases de cocina con la empresa Kandy Cooking Classes: primero les escribí un mail desde España para pedirles información: –Clases de cocina por 25$/persona: arroz, 7 vegetales, curry de pollo o pescado, coconut sambol, papadam, un postre y una cerveza, además del traslado desde el hotel al lugar donde se imparten las clases. La comida es de 10:30-14 horas y la cena de 17:30-21 horas, a escoger una de las dos. –Visita al mercado y clases de cocina por 35$/persona: además de los platos anteriores y el traslado desde el hotel, se acompaña previamente al chef a hacer la compra en el Mercado Municipal de Kandy. La comida es de 9:30-14 horas y la cena de 16-21 horas, a escoger una de las dos. Contraté con ellos la segunda opción pero, como teníamos nuestro propio tuktutk nos lo dejaron en 32$/persona; así que quedé con el cocinero a las 16 horas en la puerta principal del Mercado de Kandy. Asha nos había reservado una habitación en un hotel de Kandy que ella conocía llamado Vino Villa, haciéndonos además un descuento por ir de su parte (de 40 a 30$, con desayuno incluido/26€) así que al llegar a la ciudad (por cierto, con un tráfico infernal) fuimos directos al alojamiento. Resulta que estuvimos solos durante nuestra estancia así que el trato recibido fue exquisito. La habitación era amplia, con un bonito balcón, y baño privado. En cuanto llegamos nos ofrecieron un té que tomamos en la terraza. Tras dejar las maletas en el hotel nos dirigimos al centro de Kandy bordeando el bonito lago en el que se encuentra el famoso Templo del Diente. Dejamos el tuktuk en el aparcamiento que hay delante del Mercado, que al parecer es de pago, según el rato que esté el vehículo (hay unos señores que controlan) y dimos una vuelta por las bulliciosas calles del centro. Entramos en Odel, conocida marca de ropa local de estilo occidental y moderno, en donde Pelayo compró un gorro y yo dos camisetas valiéndome de una oferta 2×1 (pagamos por las tres prendas 3045 rupias/15’5€). Esta tienda está dentro de un centro comercial con muchas tiendas, cafeterías, terrazas, etc. Una vez fuera del centro comercial callejeamos por los alrededores en busca de una tienda de sarees, pues yo quería llevarme uno. Entramos en una llamada Saree Kingdom y me probaron varios. Cogí uno más bien discreto que se componía de falda larga, camiseta corta y tela, que me enseñaron a colocar (después de regatear me lo dejaron por 6000 rupias/30€, que seguro que es carísimo). De allí nos dirigimos al Mercado Municipal, por donde dimos muchas vueltas viendo los puestos de pescado, verduras, harinas, frutas, etc. Es un sitio interesante si os gusta la gastronomía. Aprovechamos para comprar un mango, que estaba bien bueno. Por cierto, en la puerta principal se pueden observar las diferencias entre los tres idiomas que se hablan en Sri Lanka: inglés, cingalés y tamil. Preguntando a la población, al parecer, el más hablado es el cingalés; el tamil, sin embargo, no está muy extendido a excepción de la zona norte de la isla. Son totalmente diferentes, pues el tamil viene del sur de la India. A las 16 horas nos colocamos en la puerta principal, en donde al poco rato se nos acercó un chico que dijo ser el cocinero. A continuación llegó un colaborador suyo conduciendo un tuktuk en el que traía a dos personas más que también se habían anotado a las clases de cocina: Josh, de Reino Unido, y Annabel, de Alemania (eran amigos, venían juntos, pues viven en UK). El chef nos llevó por los pasillos para comprar verduras pero tampoco se paró mucho a explicar, sólo si le preguntábamos algo entonces nos daba información (difícil de entender además por el ruido de fondo que había). Creo que esta parte, por tanto, la podéis obviar (basta con que lleguéis un poco antes y os deis un paseo por el Mercado como hicimos nosotros). Tras la compra cogimos los dos tuktuks y seguimos al cocinero, que iba en moto. Se pusieron a conducir como locos, no sé muy bien con qué sentido, haciendo maniobras muy peligrosas sin ninguna necesidad… Pelayo los siguió sin problema, gracias a su gran experiencia al volante, pero yo los hubiera perdido al minuto de salir del Mercado. Las clases de cocina fueron en la casa del cocinero, ayudado por dos de sus hermanas. Para llegar de allí tuvimos que salir de Kandy y meternos por caminos que yo pensé que el tuktuk no iba a poder subir por las cuestas pero finalmente llegamos. La cocina era muy rudimentaria, con una parte tradicional de ladrillo, y otra «más moderna» con gas y eléctrica. Pasamos toda la tarde una agradable velada con las hermanas y el cocinero, que prepararon infinidad de platos. El cocinero nos explicó primero los ingredientes y las especias que iban a utilizar. Es una pena que las hermanas no hablen inglés, pues eran un encanto, aún así nos reímos mucho con ellas. Nuestra actividad fue pelar y picar verdura, pero a partir de ahí poco más hicimos, pues se encargaron de los fuegos las hermanas así que si queréis algo muy activo quizás éste no es el lugar (tendréis que buscar otra opción que ofrezca puestos individualizados, similar al curso que hicimos de cocina en Tailandia). Tras tres horas, más o menos, presentaron todos los platos: chicken curry, remolacha, okra frita, berenjena con chutney de mango, curry de calabacín, dhal (curry de lentejas naranjas), calabaza, coconut sambol (hecho a mano con un invento casero para rallar el coco), papadam (tortas que frieron), arroz blanco. Mientras estábamos en la cocina nos sirvieron la cerveza por persona que nos habían prometido. Muchos de los platos típicos se cocinan de un modo similar, con leche de coco y especias variadas, originando currys muy sabrosos donde sólo cambia el ingrediente principal (que, por otra parte, está tan camuflado por los demás ingredientes, que a veces es difícil de identificar). Nos servimos todo lo que quisimos para cenar pero fue imposible acabarlo. Mientras cenábamos animadamente los cuatro en el porche de la casa, viendo caer la lluvia, las hermanas prepararon un postre típico (una especie de filloas rellenas de azúcar y especias como cardamomo, clavo y canela). Cuando nos cansamos marchamos de allí, no sin antes hacernos fotos y pagar la cuenta (nos cobraron al final 33$/persona y además una cerveza a mayores que bebió Pelayo durante la cena por la que nos cobraron 400 rupias, pues el agua y el té iban incluidos, siendo el total 11554 rupias/60€). El precio me pareció elevado para el país, pero por lo que he visto en Internet, es más o menos lo que suelen pedir a los turistas. Lo bueno es que ese dinero es un ingreso extra que va directamente a las familias locales…Por cierto, el cocinero nos prometió que nos enviaría las recetas pero no lo hizo. Días después se lo recordé por WhatsApp y sí que me envió un archivo con varias de las recetas que hicimos: coconut sambol, dhal curry, chicken curry, fish curry y jack curry. La vuelta en tuktuk lloviendo y de noche por los caminos fue de quitar el hipo, además el otro conductor iba delante, muchas veces entorpeciendo a Pelayo en las cuestarronas, haciéndonos frenar en medio de ellas. Además tuvo que ir aguantando fuertemente las marchas para que no saltasen. Finalmente llegamos sanos y salvos a la zona del hotel pero no lo encontrábamos, pues no está bien señalado en Google Maps y no había ni una luz. Gracias a la buena orientación de Pelayo al final, tras callejear por el barrio, lo encontramos. Ya nos esperaban en la puerta con un paraguas para que no nos mojásemos… Si es que son un derroche de amabilidad. He de decir que habíamos leído críticas negativas en Tripadvisor sobre este hotel en cuanto a que los perros del vecino ladraban mucho y molestaban por la noche, sin embargo no oímos nada, no sé si porque no ladraron o porque caímos como un cesto. Por cierto, para los interesados en las recetas, las podréis consultar en mi web, cuyo enlace os dejaré en la última entrada del diario. Etapas 1 a 3, total 18
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