![]() ![]() ¿Y por qué viajas a Irán? ✏️ Blogs de Iran
Viaje de 17 días por el sur de Irán visitando Teherán, Kerman, Yazd, Shiraz, Ahwaz, Isfahan, Kashan y QomAutor: Miguelang031075 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (24 Votos) Índice del Diario: ¿Y por qué viajas a Irán?
01: Organización del viaje a Irán
02: Teherán, visita fugaz a la capital
03: Kerman, viaje accidentado y una visita frustrada
04: Kaluts, visitando los castillos de arena del desierto
05: Bam y Rayen, las ciudadelas de adobe del sur de Irán
06: De Kerman a Yazd pasando por Meymand
07: Yazd, la ciudad de adobe
08: Templos, pueblos y caravansarais alrededor de Yazd
09: Shiraz, capital durante la dinastía Zand
10: Persépolis y necrópolis de Naqsh-e Rostam
11: Shiraz, ciudad de poetas clásicos y jardines
12: Susa, Shushtar y el imperio elamita
13: Isfahan y la plaza Naqsh-e Jahan
14: Isfahan, la mitad del mundo
15: De Isfahan a Kashan, pasando por Natanz y Abyaneh
16: Qom, ciudad santa de Irán
17: Regreso a España, conclusiones y presupuesto
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Etapas 4 a 6, total 17
![]() Kaluts, visitando los castillos de arena del desiertoExcursión de día completo desde Kerman para visitar los Kaluts 8 de octubre. Me levanté temprano porque el guía pasaba por el hotel a buscarme a las 8:30 aproximadamente.
El desayuno, comparado con la cena, me gustó bastante menos. Incluía zumo de naranja (bastante malo, por cierto), café o té, un huevo frito, un kolompeh industrial, yogur blanco y luego pan típico iraní sobre el que se podía untar mantequilla, queso, miel, mermelada de zanahoria y mermelada de cerezas (envasadas). Tomar esto durante 3 días se me hizo muy pesado. Antes de la hora prevista, Ali, el guía de Visit Kalouts, ya estaba esperando. Por delante teníamos un día muy largo en el que el principal punto de interés iba a ser la visita de los Kalouts. Durante la primera parte del recorrido, mientras que íbamos saliendo de Kerman e introduciéndonos cada vez más en un paisaje desértico, Ali me fue contando (en un estupendo inglés) generalidades sobre la provincia de Kerman y sobre él mismo. Hizo alguna parada para que yo pudiese hacer alguna foto del desierto. ![]() La primera parada como tal de la excursión fue en el pueblo de Sirch, poco más que unas cuantas casas en el desierto polvoriento. El lugar de interés de este lugar es un ciprés que se supone que tiene cerca de 1000 años de antigüedad. Las culturas preislámicas consideraban este árbol como símbolo de la vida, libertad y justicia.
![]() Continuamos el camino hasta Shahdad, una pequeña ciudad en la que íbamos a ver un antiguo depósito de agua (ab anbar en persa). Primero vimos el depósito desde fuera, del que asomaba una cúpula. Junto al depósito había unas torres del viento, sistema de ventilación tradicional en Irán para facilitar la circulación del aire dentro de los edificios. Seguidamente entramos al depósito bajando por unas largas y empinadas escaleras. El material de construcción del ab anbar era el sarooj, hecho de arena, arcilla, claras de huevo, lima, etc…, mortero que hacía que fuese impermeable al agua. Las paredes estaban hechas de ladrillos especiales. El guía me demostró la buena acústica del depósito cantando unas canciones típicas.
![]() ![]() ![]() La siguiente parada fue la del parque Nebka, junto a la carretera. Se caracteriza por la existencia de unos arbustos que tienen la pecularidad de que acumulan la arena formándose unos montículos, de forma que contienen el avance del desierto. Estos arbustos producen unas bolitas de azúcar que el guía me dijo que eran recogidas por las mujeres de la zona para usarlas como endulzante del té.
![]() En poco tiempo llegamos a Shafi-Abad, donde en primer lugar entramos a un antiguo caravanserai. Estas construcciones eran posadas o ventas que las personas que estaban realizando un largo viaje utilizaban para descansar, así como sus animales. Este caravanserai de Shafi-Abad es de la dinastía Qajar, que gobernó desde finales del siglo XVIII hasta 1925. Es como ciudadela rodeada por un muro en el que destacan los torreones, como los existentes a cada lado de la puerta de entrada. En el pasillo de acceso al interior del caravanserai había unas mujeres vendiendo artesanía. Una vez dentro, el espacio era como un gran descampado lleno de matorrales, pero lo que es la estructura se veía muy bien. Subí hasta la primera planta para poder apreciarlo mejor y observar alguna panorámica.
![]() ![]() ![]() El siguiente sitio que vi por este pueblo fue un qanat. Se trata de un antiguo sistema de canalización del agua, con origen en Irán probablemente durante el primer milenio a.c., que se construye perforando un pozo vertical en el terreno hasta que se alcanza un acuífero. Luego se va excavando un canal horizontal con poco desnivel para que el agua vaya descendiendo de forma controlada. Es habitual que el agua acabe en un ab anbar, como el que vi anteriormente en Shahdad. Además, se van perforando adicionalmente diferentes pozos verticales para permitir la ventilación del canal de agua o el acceso a él para realizar labores de mantenimiento.
En el qanat al que accedí pude llegar hasta el canal de agua y caminar por algunos de los pasillos. Está un poco mal para entrar, pero luego es fácil y rápido de recorrer. ![]() Con todo lo anterior finalizaba la primera parte de la excursión y llegaba la hora de comer. Fuimos a una casa cercana en la que me habían concertado el almuerzo (la otra opción es llevarte tu propia comida). Pasé con el guía a una habitación que tenía pinta de ser la de los aperos agrícolas, porque había un tractor y allí nos sentamos a comer sobre una alfombra. Aparte de ponerme morado de té, la comida consistió en ensalada shiraz (la ensalada con trocitos picados de tomate, pimiento, cebolla, etc…) y un plato de pollo guisado en salsa acompañado de arroz. Estaba todo muy bueno, la verdad. ![]() ![]() Como había unas camas, el guía se echó una buena siesta de sobremesa y yo me dediqué a descansar, sin más. Salimos a una hora prudente hacia los Kaluts, el motivo principal de contratar esta excursión. En Irán hay 2 grandes desiertos que se extienden a través de centenares de miles de km cuadrados: el de Kavir (Dasht-e-Kavir) o Gran Desierto Salado, ocupa el centro de la meseta de Irán y va desde los montes Elbruz al norte de Irán hasta el desierto de Lut (Dasht-e Lut); el desierto de Lut o desierto del Vacío, se extiende por el sureste de Irán y es otro gran desierto salado que tiene una extensión de 480 km de largo por 320 km de ancho. Tiene fama de ser uno de los lugares más calurosos del planeta y de hecho de haber registrado la temperatura más cálida. Es en este desierto donde se ubican los Kaluts. ![]() Los Kaluts constituyen un paisaje de colinas y rocas arenosas que se elevan sobre la llanura del desierto y que han sido moldeadas como consecuencia de la erosión producida por el viento. Sin haber estado y salvando las distancias, por momentos me daba la sensación de estar contemplando el Monument Valley iraní.
![]() No paré de hacer todas las fotos que pude desde el coche, pero finalmente nos apartamos de la carretera, no demasiado, por una pista para detenernos en un sitio durante un ratillo para fotografiar estos kaluts. ![]() Lo mejor, además de las rocas que tenía cerca es que estábamos en un punto un poco más alto y se podía observar una gran panorámica de fondo. Eso y que estábamos prácticamente solos, puesto que solo llegó otro coche con 3 ó 4 personas.
![]() ![]() ![]() ![]() Pasada una media hora seguimos adentrándonos en el desierto por la carretera principal hasta que llegamos a un lugar para contemplar el río salado. En esta fecha el cauce estaba completamente seco pero se podía observar la sal. ![]() Cerca se encuentran las “Camel hills”, que forman una curiosa hilera de pequeñas colinas o elevaciones con forma de joroba de camello.
![]() Dimos media vuelta y en un momento dado nos salimos de la carretera principal por el lado opuesto a donde habíamos parado anteriormente y el guía se internó por una pista (por llamarlo de alguna manera) entre kaluts bastante impresionantes por la que íbamos en completa soledad. Pasado un ratillo se detuvo y comenzamos a caminar para subir por una especie de duna desde la que contemplar kaluts espectaculares y la puesta de sol. No debería haber subido por eso de ir con muletas, pero me pudo más la curiosidad y las ganas de ver el paisaje que los posibles problemas físicos. Estuvimos allí arriba alrededor de una hora, contemplando los cambios de colores de las montañas y del desierto mientras que se iba poniendo el sol.
![]() ![]() ![]() ![]() Cuando ya quedaba poquita luz bajamos e iniciamos el regreso en coche, pero paramos de nuevo a los pocos minutos en un lugar en alto, el guía sacó una alfombra y allí que nos sentamos sobre la tierra esperando a que se hiciese completamente de noche y poder observar las estrellas. Para hacer más agradable la espera, sacó otro termo de té y unas kolompehs. Kolompeh es una pasta típica de Kerman que está hecha a base de una mezcla de dátiles picados, nueces, cardamomo y otros condimentos, decorada con pistachos normalmente. Mira que yo no me comeré un dátil en mi vida, pero estas pastas estaban deliciosas.
Pasado un buen rato se empezó a observar un cielo cada vez más estrellado y hasta la Vía Láctea era posible contemplar perfectamente. El guía, con la ayuda de una aplicación móvil, me estuvo enseñando cuáles eran las principales constelaciones y estrellas que se visualizaban. Mis tiempos de cuando estudié 2 años de astronomía en el instituto ya quedaban lejos y no me acordaba. También me intentó ayudar a configurar los tiempos de exposición e ISO de la cámara para sacar fotos del cielo estrellado, aunque finalmente no salieron muy bien (cuando vi las fotos días después) por la suciedad del objetivo. Todas estas últimas horas de la excursión estuvimos en completa soledad, lo que fue un completo lujo. Después ya sí que empezamos el regreso de verdad a Kerman, donde llegamos alrededor de las 9 de la noche, así que la excursión duró 12 horas aproximadamente. No sé si la excursión del hotel Akhavan sería mejor o peor, si se adentraría en sitios aún más remotos del desierto, pero me compensó los 20-25€ de más por llevar a un guía que hablara inglés y me explicara las cosas que íbamos viendo, cosa que probablemente no hubiese ocurrido de la otra manera. Me fui derecho a cenar al comedor del hotel, donde esta vez la cena, un poco más improvisada que la de la noche anterior, consistió en un kebab de pollo con arroz y una tortita rellena de verduras. Para la excursión del día siguiente a Bam y Rayen acordé con el dueño del hotel que comenzara sobre las 7:30, si no recuerdo mal. Por lo demás, se acabó el día y me retiré a dormir. ![]() Etapas 4 a 6, total 17
9 de octubre. La excursión empezó a la hora estimada y nos dirigimos hacia Bam, en el sudeste de la provincia de Kermán. Teníamos por delante un recorrido de 200 km a través del deiserto, acompañado por un conductor que no hablaba ni una palabra de inglés. No sé por qué antes de hacer esta excursión tenía la impresión de que la carretera para ir hasta Bam sería un camino de cabras, pero estaba totalmente equivocado y era muy buena, tipo autovía con varios carriles en cada sentido.
El interés de visitar Bam era ir a la antigua ciudadela de adobe de Arg-e Bam, cuya historia se dice que se remonta a hace más de 2000 años, si bien parece que la mayoría de los edificios construidos en la ciudadela lo fueron durante la dinastía safávida, o sea desde principios del siglo XVI hasta principios del siglo XVIII, antes de que la ciudad fuese abandonada en gran medida como consecuencia de la invasión de Afganistán. La ciudadela sería de nuevo habitada y abandonada posteriormente tras otras invasiones. Hasta aquí todo perfecto, de no ser porque un terremoto de 6.2 grados en la escala de Richter acaecido en 2003, redujo a escombros la gran mayoría de la ciudadela y en la ciudad nueva de Bam no solo eso, sino que causó la muerte de más del 60% de la población. Al año siguiente, la ciudadela de Bam fue incluida en la lista de lugares patrimonio de la Unesco, recibiendo fondos para iniciar su construcción. En este contexto iba a realizar la visita, sin saber qué me iba a encontrar 15 años después y tras haber leído comentarios a favor de ver Bam y comentarios en contra según los cuales era mejor ir a Rayen. La entrada a la ciudadela de Bam cuesta 200000 IRR. Según se entra por la calle principal se observa al fondo en alto el castillo, que conserva muy buen aspecto. Todo a lo largo de esta calle está reconstruido en adobe y visualmente es bonito, pero hay algo que falla y es que las construcciones tienen aspecto de ser nuevas. ![]() ![]() Me encontré incluso con trabajadores que estaban haciendo tareas de carpintería en algunas casas. Comentándolo con algunos compañeros del foro en el momento en el que estaba allí, me decían que parecía una ciudad hecha de piezas de Lego. Han puesto incluso bancos para sentarse y junto a algunos de los edificios han colocado letreros que explican lo que representaban, o sea un poco en plan museo. No obstante, en cuanto me salía de la calle principal ya se podía ver facilmente la cantidad de trabajo de reconstrucción que queda por hacer. Había casi más trabajadores que visitantes en la ciudadela. Algunos estaban realizando obras en la muralla.
![]() La parte más bonita de la ciudad era en la que se contemplaba el castillo y a él me dirigí para subir. La edificación es espectacular con el trabajo que están haciendo. Luego por dentro no hay mucho que ver, salvo ir ascendiendo por los senderos que llevan a la parte más alta. La panorámica de la ciudadela de Bam y de los palmerales es magnífica, eso sí.
![]() ![]() A pesar de todo, creo que vale la pena ir a Bam y sigue siendo un lugar muy tranquilo, porque con muy pocas personas me crucé a lo largo de la hora y 45 minutos en la que estuve.
Iniciamos el retorno hacia Kermán para realizar el resto de paradas, puesto que Bam era el lugar más alejado durante este día. El siguiente sitio fue un lugar llamado “Painted mountains”, pero como otras personas que han hecho esta excursión organizada por el hotel Akhavan, opino que es relleno. El tiempo que se tarda en llegar desde la carretera principal y lo que luego se ve realmente, creo que no lo justifica mucho. Paramos unos 15 minutos para tomar un té y hacer algunos fotos. Aunque se aprecia una diferencia de colorido en la montaña, no es algo que sea espectacular como en el caso del Cerro de los 7 Colores en Purmamarca (noroeste de Argentina). Realmente, variación de colores como la que vi me pareció que existe en muchísimos lugares. ![]() Deshicimos el camino que nos llevó a esta parada y nos dirigimos a Rayen, la otra gran ciudadela de adobe del sur de Irán con una historia de más de 1000 años. A diferencia de Bam, Rayen no fue afectada por este terremoto de 2003. Pese al deterioro que pueda haber sufrido por el abandono (se supone que estuvo habitada hasta hace 150 años) y por otros desastres naturales, se encuentra en bastante buen estado y pese a las necesarias rehabilitaciones a las que esté siendo sometida, se encuentra en un estado bastante original. Siendo claro, no tiene ese aspecto de nueva y cartón piedra que pueda tener Bam.
![]() La ciudadela es más pequeña que la de Bam y aproximadamente en una hora se puede recorrer. Si en Bam encontré poca gente, en Rayen menos todavía.
![]() ![]() Durante una hora estuve dando vueltas pasando entre todas las habitaciones y recovecos que pude, completamente a mi aire. Una auténtica gozada. En el centro de la ciudadela se encuentra el castillo como tal, a cuya parte superior parece que se puede subir por unas escaleras, aunque yo no lo hice. Por dentro, quizás es lo que menos me gustó de Rayen. La decoración es muy simple y ver en las paredes saliendo los tubos de las instalaciones le resta encanto.
![]() ![]() ![]() Serían ya entre las 2 y las 3 de la tarde y el conductor me llevó a comer a un restaurante. Pepsi y kebab de pollo, un total de 320000 IRR. Baratísimo. Al conductor no lo vi pagar, así que no sé si le pagaría yo la comida o por llevarme a este restaurante ya lo tendría incluido.
Desde Rayen nos fuimos acercando a Kermán hasta parar en los alrededores de Mahan, donde había previstas 2 visitas: una a un típico jardín persa y otra a un mausoleo en la propia ciudad de Mahan. Los jardines persas son Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (o al menos varios de ellos) y se caracterizan por varios elementos en común: la existencia de cipreses, un palacete y el agua, que normalmente suele fluir por pequeños canales y estanques. La entrada al jardín Bagh-e Shahzde cuesta 200000 IRR. En este jardín hay 2 palacetes que están conectados por una hilera de estanques en terraza por los que el agua va fluyendo de uno a otro cayendo en pequeñas cascadas. A los lados de estos estanques los cipreses completan el paisaje. Vi bastantes familias y parejas haciéndose fotos en este lugar. No me extraña. Está bien cuidado y es agradable. ![]() ![]() ![]() ![]() La última parada en la excursión fue en el mausoleo dedicado al poeta y derviche Shah Ne’matollah Vali, muerto en 1431. Desde el exterior destacan las cúpulas del mausoleo. En el interior, un jardín con bastantes plantas y un estanque, ocupa el patio alrededor del cual se distribuyen las dependencias. Entré en la sala donde se encuentra el féretro del poeta y había unas cuantas personas rezando. En las salas adyacentes destaca la decoración con las alfombras, paredes blancas con estuco y azulejos de color azulado. La entrada al mausoleo cuesta 200000 IRR, pero de eso me enteré al salir del recinto por otra puerta diferente.
![]() ![]() ![]() ![]() Llegamos al hotel Akhavan alrededor de las 6 de la tarde. Pregunté si a esa hora merecía la pena ir al bazar del centro de la ciudad y me dijeron que era demasiado tarde. En definitiva, que me quedé sin ver nada en la ciudad de Kermán, fuese más o menos interesante.
Esa noche en la cena tenía de nuevo varios platos, como kebab de pollo, unas tortitas rellenas de verduras (quizás espinacas o algo similar), una sopa o crema de verduras y por último 2 guisos de carne (uno con pollo y el otro creo que con cordero). De bebida se me ocurrió probar la cerveza sin alcohol iraní. Me supo demasiado gaseosa, como si estuviese bebiendo sidra. Cuando subí del restaurante tenían en recepción unas pastas que resultaron ser kolompeh. ¡Qué buenas!. El dueño del hotel se ofreció a encargarme una caja antes de que me fuese al día siguiente a Yazd, pero al final entre una cosa y otra esa noche se hizo tarde y ya no fue posible. No sé si hubiese sido buena idea ir 2 semanas tirando de una caja de pastas hasta Madrid. ![]() ![]() ![]() ![]() Etapas 4 a 6, total 17
![]() De Kerman a Yazd pasando por MeymandViaje de Kerman a Yazd realizando paradas en Meymand, el caranvanserai de Zeinodin y el jardín Pahlavanpour. Al día siguiente, 10 de octubre, llegaba el momento de despedirse de Kermán para ir a Yazd. Había acordado el trayecto en el hotel por un total de 40€, realizando varias paradas.
Primero hice el check-out del hotel y me sorprendió que tuviese que pagar un total de 10€ por las 3 cenas. De acuerdo que es una cantidad insignificante, pero me hubiese gustado que de antemano me dijeran que la cena no estaba incluida en el precio y la tenía que pagar. Hubiese cenado en el hotel de igual manera. El conductor creo que me recogió en torno a las 8 de la mañana. Era el mismo con el que había hecho el día anterior la excursión a Bam y Rayen. Estuvimos como 3 horas en carretera antes de llegar a Meymand, durante las cuales lo más relevante, aparte del consabido paisaje desértico, fue nuestro paso cerca de una central térmica u otro tipo de industria que emitía por las chimeneas una densa nube de humo que tenía aspecto de ser contaminante a más no poder. Hasta el conductor estaba sorprendido y le hizo una foto. Según la información que pude leer sobre Meymand en el propio lugar, el paisaje cultural de este lugar es un área de 12 km cuadrados, situados al noreste de la ciudad de Shahr-e Babak y al noroeste de Kermán. Es el resultado de la interacción entre los seres humanos y la naturaleza, demostrando el uso sostenible de los recursos. ![]() ![]() Este paisaje consta de 3 escenarios diferentes que son utilizados por los habitantes de Maymand durante el año:
- Migración a Sar-e Aghol: la gente se beneficia de los pastos y llanuras existentes para el ganado alrededor de Meymand durante los 4 primeros meses del año. - Migración a Abadi: para utilizar productos de granjas y jardines en los siguientes 4 meses del año. - Migración al pueblo troglodita de Meymand: es lo que visité realmente. Su historia se remonta a hace 2000-3000 años, durante el período aqueménida. Consta de unas 400 unidades residenciales excavadas en la roca, con un total de unas 2500 habitaciones. En los últimos 4 meses del año, aparte de refugiarse del frío en estas viviendas, los habitantes del pueblo se dedican a la realización de artesanía. ![]() ![]() Estuve curioseando un rato por el pueblo e incluso un viejecillo me invitó a entrar a una de las casas que era un templo del fuego, eso sí, previo pago. Otros lugares de interés eran una mezquita y unos baños antiguos, pero esos ya no los vi.
![]() ![]() ![]() [align=justify]Continuamos el viaje en dirección a Yazd parando al cabo de una hora y pico de viaje en el caravanserai de Zein-o-din. Es uno de los más importantes o reconocidos de Irán porque se encontraba en la Ruta de la Seda. Su construcción se remonta ni más ni menos que al siglo XVI. Hoy en día funciona como un albergue pero su ubicación actual no me motiva demasiado para dormir ahí, pese a ser un edificio histórico. Está al lado de la autovía que va a Yazd, en una orilla del desierto, pero que parece un descampado con tierra, piedras y matorrales. Yo no le vi encanto. Es uno de los dos caravanserais en los que las torres son circulares. En el interior, alrededor de un patio circular con un pequeño jardín, se distribuyen las habitaciones y también está la sala del comedor, que esa sí que me impresionó por la arquitectura y por todas las alfombras. Allí me tomé un té. No hubiese sido mal lugar para almorzar, aunque el lugar estaba lleno de moscas, para ser sincero. La visita al caravanserai cuesta 100000 IRR. ![]() ![]() ![]() Para variar paramos a comer en un restaurante de carretera. Me imagino que el correspondiente kebab. Ni me acuerdo. La cuenta fue de 390000 IRR, por lo que me imagino que al conductor le pagué el almuerzo como el día anterior.
Encontrar el jardín histórico de Pahlavan Pour, en la localidad de Mehriz, no fue tarea fácil. El conductor tuvo que preguntar a unas cuantas personas porque daba vueltas por la zona pero no lo llegaba a localizar. No debe ser un lugar especialmente visitado. La entrada cuesta 200000 IRR. No se trata del jardín que más me gustó en Irán precisamente y visité unos cuantos. A pesar de haber los correspondientes canales de agua me dio la impresión de que las plantas y el terreno estaban bastante secos. La visita del jardín se puede complementar con la de un museo que alberga diferentes tipos de piezas, como cerámica. Está en la lista de jardines Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. ![]() ![]() ![]() Alrededor de las 5 de la tarde llegamos a Yazd y me despedí del conductor junto al hotel Fazeli. La ubicación de este hotel es fantástica, porque se encuentra en los límites de la ciudad antigua de adobe. A solo un par de minutos está el mausoleo de Sayyed Roknaddin y a un par de minutos más la mezquita Masjed-e Jameh o mezquita del Viernes.
El hotel es nuevo pero imita la arquitectura de una casa tradicional. Las habitaciones están alrededor de un patio y la mía en concreto era la más cercana a la recepción, lo cual no fue un problema durante los 3 días que estuve en Yazd. Ningún ruido me llegó a molestar lo suficiente como para incomodarme. Me sorprendió que la habitación fuese triple. De espacio estaba suficientemente bien. Sin holguras pero sin incomodidad para moverse. Eso sí, la cama en la que dormí tenía el colchón más duro que una piedra. El suelo de la habitación era de madera, cubierto por una bonita alfombra. Había un frigorífico en el que dejaban botellas de agua cada día. Si estar junto a la recepción no fue molesto, el frigorífico todo lo contrario. Era muy ruidoso y me dificultó dormir bien. También había en la habitación un espejo, un escritorio, sobre el que dejaron una caja de pañuelos y tuvieron la consideración de poner también un ejemplar del Corán para rezar. En lo que respecta a la televisión, solo había canales en farsi, por lo que no me molesté en volverla a encender. Había disponible un par de zapatillas para la habitación y unas sandalias para el cuarto de baño. En éste, la ducha no estaba separada del resto, por lo que el suelo se inundaba. ![]() ![]() ![]() Como ya casi se hacía de noche, me dispuse rápidamente a explorar los alrededores del hotel, como aperitivo del día siguiente.
![]() Muy cerca del hotel se encuentra el mausoleo de Sayyed Roknaddin. Construido hace 700 años, destaca por su gran cúpula de azulejos azules que es visible desde muchos puntos de la ciudad. A esa hora de la tarde estaba entrando mucha gente a rezar al mausoleo. Me acerqué a una mujer a preguntarle si iba por el camino correcto para llegar hasta la Mezquita del Viernes, pero me miró con cara de susto y aceleró el paso para entrar en el mausoleo.
![]() ![]() Un par de minutos después llegué a la calle Masjed Jameh, que comunica la Torre del Reloj con la Mezquita del Viernes. Había bastante ambiente, con muchas tiendas abiertas (sobre todo de souvenirs), gente paseando y comprando, cafés, bazares. Lo que quería visitar sí o sí esa tarde era la mezquita, pero antes me di una vuelta por el bazar Sarrafha. Estaba lleno de tiendas con buena pinta y objetos diciendo “cómprame, cómprame” y de buena gana me hubiese llevado unas cuantas cosas, pero al final me contuve, tanto que me terminé yendo de esta ciudad sin adquirir nada.
![]() La mezquita impresiona antes de entrar a ella, por el iwán, que es un gran porche con un arco y un espacio rectangular abovedado y con muros en tres de sus lados. Sobre el iwán hay dos minaretes. La mezquita, construida en el siglo XV por Sayyed Roknaddin, destaca por el colorido de sus azulejos y mosaicos así como por las inscripciones religiosas. Una de las salas del edificio está dedicada a museo. La entrada completa cuesta 90000 IRR.
![]() ![]() ![]() ![]() Una vez concluidas las visitas que tenía previstas esta tarde, me fui a cenar al restaurante Marco Polo Rooftop. Se encuentra en el hotel Orient, a un par de minutos de la Mezquita del Viernes. El restaurante se encuentra en una terraza descubierta de la azotea del hotel, desde la cual se puede contemplar la mezquita iluminada y diversas cúpulas, como la del mausoleo.
![]() ![]() ![]() Probé varios platos que resultaron estar muy buenos:
- Shuli: es una sopa de verduras que lleva principalmente remolacha, lentejas, judías verdes y cebolla. - Fesenjan e Morgh: es un estofado de pollo con salsa de nueces y granada acompañado de arroz. Este plato tiene un sabor dulce. - Dulces de Yazd ![]() ![]() ![]() Con la bebida, la cuenta ascendió a un total de 540000 IRR, o unos 3’6€ al cambio que tenía. Se paga en la oficina que hay a la entrada del hotel.
Un restaurante recomendable en el que tenía claro que iba a repetir. www.tripadvisor.es/ ...vince.html Finalizada la cena, me quedé unos minutos viendo el patio y luego ya me marché a mi hotel, que al día siguiente iba a comenzar temprano la visita de Yazd. Etapas 4 a 6, total 17
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