México en pandemia ✏️ Blogs de Mexico24 días por varios estados de México, por nuestra cuenta y en plena pandemia.Autor: Wanderlustig Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (11 Votos) Índice del Diario: México en pandemia
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Hola a todxs,
Regresados de nuestro largo viaje por México (23 noches más otras dos de vuelos desde España), os informo del mismo. Con todos los datos y consejos que he leído en “Los Viajeros”, lo menos que puedo hacer es aportar a la web mis humildes comentarios, por si pueden ser de interés para alguien. El viaje estaba planificado para hacerlo en Semana Santa de 2020 (éramos 4 pax) pero, por razones obvias, tuvimos que ir aplazándolo en varias ocasiones (verano 2020, Fiesta de los Muertos 2020, Navidad 2020, Semana Santa 2021…), habiéndonos decidido a intentarlo ahora (aunque no fuera la mejor época: calor, huracanes, temporada alta…) porque ni Iberia ni Volaris, ni algunos hoteles que estaban pagados, nos daban más aplazamientos. Aun así, hemos perdido unos 600€ de algún que otro hotel que cerró y varios vuelos internos con Interjet, que quebró y que nadie se hace cargo de sus deudas. Vaya por delante que nos decidimos a viajar porque México estableció en su día un “semáforo” de colores (rojo, naranja, amarillo y verde) para calificar los contagios COVID en cada estado, siendo obligatorio el uso de mascarillas en todos los espacios cerrados y por la calle también en todos, excepto si estaban en color verde, pero siempre que se pudiera mantener la “sana distancia” de 1,5 a 2 m entre personas. A eso hay que sumar que en cada tienda, supermercado, almacén, museo, iglesia, restaurante, bar, estación, aeropuerto… siempre hay una persona en la entrada para medir la temperatura individual, poner gel en las manos y controlar que pisas las alfombrillas desinfectantes. Nosotros hemos visitado Campeche, Yucatán, Guanajuato y Puebla (en amarillo, si bien Yucatán pasó a naranja mientras estuvimos) y Quintana Roo y México (en naranja, aunque el estado de México –no la ciudad- pasó a rojo estando nosotros allí). Sumemos a ello que mientras España andaba por los 700 contagiados por cada cien mil habitantes (julio 2021), México no llegaba a 70 (igual fecha, si bien en agosto superó los 100). Y también que, desde junio, los dos ya estábamos completamente vacunados (la otra pareja, al final no ha querido viajar). Puedo parecer exagerado, pero para nosotros era y sigue siendo muy importante no arriesgarnos ni un minuto en lugares donde es factible el contagio, pues somos del criterio que si lo pillas, es muy probable que no haya una segunda oportunidad. Y en tal sentido está archidemostrado que la barrera física de las mascarillas y la distancia son la mejor prevención contra el COVID. Anticiparos que ha sido un viaje algo diferente, absolutamente marcado por el COVID, pero al final agradable y sobre todo, bastante seguro. Imagenes relacionadas Etapas 1 a 3, total 17
27JUL.- Vuelo IB6409 MAD-MEX. El vuelo iba lleno y salió puntual (íbamos en turista; 614€ pax). En el asiento 30J (nosotros llevábamos 30K y 30L) una chica joven muy prudente y buena compañera. Todo el mundo con mascarilla y filtros HEPA funcionando.
Una cena más simple de lo normal (ensaladita, pollo con guarnición, dulce y bebida) y un desayuno escueto, pero suficiente (bocadillo, café-te, leche, zumo y un dulce). Para evitar estar sin mascarillas mientras comíamos, nos llevamos también 2 pantallas faciales, y comíamos por debajo de éstas (con cierta dificultad, por supuesto, pero sintiéndonos más seguros). No nos fiábamos un pelo y evitábamos todo lo que podíamos un posible contagio en tan reducido espacio. Entretenimientos justos (pocos juegos) pero la pantalla bien y los auriculares gratis, limpieza aceptable, personal atento y embarque ordenado por filas. Más de 11 horas de vuelo en un A350 (para personas no altas, con espacio suficiente) y sueño relativamente cómodo (para evitar zonas altamente contagiosas no fuimos al baño en todo el vuelo). 28JUL.- Desembarque normal. Llegamos a las 4 y pico de la madrugada a la T1 de CDMX (bastante gastada, larguísimos pasillos y no demasiado limpia). Llevábamos nuestros certificados de vacunación españoles y los QR “vuela seguro.com” mexicanos. Pasamos sin problemas la lenta Inmigración, donde hay que entregar el documento de entrada que ya llevábamos preparado (consejo: pegadlo con cinta adhesiva en la última página del pasaporte para que no se pierda, porque hay que devolverlo al salir; si no lo llevas, en el avión te entregan un ejemplar para rellenar a mano). Teníamos que cambiar a la T2 para ir con Aeroméxico hasta Campeche, ciudad por donde comenzaríamos nuestro viaje, vuelo incluido en el billete largo con Iberia. Tenemos por costumbre dejar las capitales de los países para el final y así tener margen de días por si hay cambios de vuelos, etc. En una de las muchas oficinas/bancos que hay en la T1, cambiamos pesos (MXN) a 23,80 por euro (muy buen cambio). Buscamos el Aerotren para ir a la T2 y nos equivocamos, pues es lentísimo (solo hay uno para unas 40 personas cada 20 minutos) con colas de espera de media hora y abarrotados. Hubiera sido mejor utilizar el traslado en bus. La T2 estaba saturada de gente y no era nada cómoda para esperar. El vuelo AM2440 MEX-CPE de Aeroméxico bien (un pequeño Embraer 170 de 2 asientos por lado, puntual y limpio). Buen vuelo. El aeropuerto de Campeche es pequeño pero hay de todo. Taxi (200 MXN, precio fijo). Importante: si vais con equipaje como nosotros (2 maletas grandes, pues estaríamos 23 noches y en dos climas muy diferentes) hay que elegir un coche con “cajuela” grande, ya que allí un Micra o un Spark también son taxis, y siempre es preferible cerrar el precio al subir, ya que los que llevan taxímetro (que son los menos) pueden resultar mucho más caros con los atascos o rodeos, y tardamos 10’ hasta el hotel en el centro. Todos los hoteles "nuevos" (es decir, excepto los que ya estaban pagados desde el año pasado) han sido de 3 y 4 estrellas teóricas, muy céntricos y los hemos reservado con Booking o en la web del hotel, con anulación gratis y con descuentos, y más de uno sin desayuno, por tema COVID. En todo el país, hay carteles como éste que informan acerca de las medidas a adoptar en caso de terremotos, incendios o huracanes. Auténtica política de prevención que se complementa con refugios y "puntos de reunión" en casi todos los pueblos y ciudades. El “H177” es un 4* (34€) a dos calles de la Catedral, bastante nuevo (habitación tipo Luxe, con frigobar, cama extragrande, aire acondicionado y ventilador de techo, pues en Yucatán hace un calor y una humedad del demonio). Planta baja y ventana a la calle (a veces es mejor ventana “hacia dentro”, en función del posible ruido exterior), buen baño y buena ducha. Nos dejaron entrar a las doce y estaba bastante limpio. Pequeña piscina (“alberca” como dicen allí) pero siempre llena de gente). Sin desayuno (por el COVID), pero la calle de al lado, la 59, está cortada al tráfico porque hay multitud de bares y cafés donde desayunar al aire libre un buen chocolate mexicano. Nada más llegar dejar el hotel entramos a la primera tienda OXXO que vimos (están por todas partes) para comprar una SIM mejicana de OXXO-CEL con duración para 30 días, que tiene cobertura en todo el país y que permite hacer llamadas ilimitadas dentro de México (también a USA y Canadá) más 9 GB de datos (sobraron más de la mitad) que instalamos en un viejo Motorola (el roaming de Movistar, Vodafone o similares se come 3€ y pico por minuto, tanto para llamar a España como para recibir…) que funcionó de maravilla y nos permitió dar este número temporal en hoteles, etc…, y todo por tan solo 220 pesos (unos 9€). No voy a detenerme en comentar los puntos de interés de las ciudades o lugares, pues para eso otros comentaristas dais excelentes detalles, pero si diré que fue un acierto empezar por Campeche (250.000 habitantes), pues todo el mundo llevaba mascarilla, tanto en la calle como, por supuesto, en interiores (¡Perfecto! para nuestra tranquilidad). El tema COVID lo cumplen al 95% en todo el país, excepto en Cancún y Tulúm, por los miles de guiris y en CDMX (donde si cumple el 50%) pues están más relajados. Eso nos daba mucha tranquilidad y no como en España, donde el desmadre es absoluto, como si ya no hubiera pandemia (hemos estado mucho más seguros en México que si nos hubiéramos quedado en España). Desayunábamos fuerte para aguantar hasta las 4 de la tarde, a fin de llegar a los restaurantes cuando ya se habían ido los de las comidas y aún no había llegado los de las cenas. Eso nos garantizaba estar solos (o casi) sin tener mesas cerca y ocupadas con gente sin mascarilla. Si el restaurante estaba lleno o no tenía mesas marcadas con “x” para no ser ocupadas, nos íbamos a otro. Decir que, después de un fortísimo chaparrón de una hora que nos pilló por el Malecón y Monumento a Saínz de Baranda, nos acercamos hasta el Restaurante "Aduana Vasconcelos", de muy buen nivel y con mesas separadas, donde probamos nuestra primera comida yucateca, por cierto magnífica, muy bien preparada y mejor atendida por meseros y jefe de sala, quien nos enseñó luego todo el edificio, ricamente decorado y con rincones singulares (unos 1000 MXN la factura). Luego nos fuimos a ver el Museo de Arquitectura Maya (Baluarte de la Soledad), donde entre otras joyas, está la impresionante y excelentemente conservada Máscara de Calakmul. Seguimos recorriendo la ciudad y al final del día volvimos, cansados por tantas horas de vuelo, al hotel. Comentar que por las noches picábamos algo de cena o tomábamos frutas en el hotel (muy buenas y baratas en todos los mercados), una vez duchados y sin estar pendientes de “cubrebocas” ni distancias. Imagenes relacionadas Etapas 1 a 3, total 17
29JUL.- Tras seguir viendo la ciudad, a las dos de la tarde nos fuimos a la estación de autobuses (taxi: 70 MXN) donde uno de la compañía ADO (un Volvo nuevo, cómodo, a medio ocupar y todos con mascarillas) nos llevó en menos de 3 horas (6,5€ pax) hasta Mérida.
Al ser México un país enorme pero sin trenes, las estaciones de autobuses son muy buenas, bien organizadas, más o menos limpias y con todo muy bien indicado (en ciudades grandes puede haber más de una estación). Todos los billetes los compré en las web de ADO y Primera Plus con dos meses de antelación, eligiendo siempre los asientos 3 y 4 (la primera fila a la derecha del conductor) y, por hacerlo con anticipación, con algunos descuentos (pagas con tarjeta y te mandan en el momento los billetes con su QR). En las estaciones de autobuses, en grandes almacenes y en muchos puntos de la calle, hay baños (normalmente limpios y operativos porque están atendidos por empleados) a los que accedes por un torno con una monedita de 5 pesos (solo en los aeropuertos son de libre acceso; importante: llevad siempre monedas de este valor). Controles COVID al subir al bus (desinfección de equipajes que, como en toda Sudamérica, son colocados en bodega por un operario que te da un tique, que tendrás que entregar para retirar el equipaje a la llegada). TEMA PROPINAS: En México los salarios son muy bajos. Un camarero cobra 120 MXN diarios (unos 5€) y solo por los días que trabaja (no hay contratos ni Seguridad Social) con jornadas de 10 o más horas, y por tanto, las propinas, si son buenas, pueden complementar esos sueldos tan bajos. Un taxista, si el taxi es suyo (el coche no pasaría una ITV ni con soborno) puede ganar 8.000/10.000 pesos (400€) trabajando 12-14 horas los 7 días de la semana. El 80% del país es pobre o muy pobre. Un 2-3% son “Casta Divina”, es decir, muy ricos (pero mucho) con villas aisladas y protegidas, coches europeos y guardaespaldas por todos lados, especialmente todos los políticos y los dueños de factorías o directores de grandes hoteles extranjeros (la mitad españoles) y el 10-15% restante son clase media (profesores, médicos, abogados, ingenieros, militares…) pero realmente, de bajo nivel, es decir con sueldos de 600€ una enfermera, 900€ un médico o un oficial del ejército, 1000€ un catedrático de universidad… Nosotros dábamos entre un 10 y 15% de propina, incluso aunque el servicio no hubiera sido especialmente bueno, y ello nos generaba un agobio continuo porque cuando cambias euros te dan billetes “grandes” (de 500 y de 200 MXN, que son unos 20 y 8€), y es muy difícil disponer de monedas o de billetes de 20 MXN (casi 1€) o 50 (2€) que suelen ser las propinas más comunes (también puedes dar monedas de 10 MXN, que son casi 50 céntimos de euro, por ejemplo una por cada maleta cuando te las llevan a la habitación). Al final, hemos gastado unos 7.000 MXN en propinas, es decir, unos 300€ (23 noches de hotel, algunos restaurantes más, numerosos taxis, si contratas algún guía turístico, etc…). En los hoteles, además de propina al botones, suele haber un sobre en la habitación para que le dejes algún billetito a la camarera de piso, y además, si te han dejado entrar antes de la hora o salir más tarde, o te han guardado el equipaje una vez hecho el check-out, pues ya sabes… más propinas en recepción. Tomadlo como un gasto más del viaje y, salvo el tema del cambio (nunca llevarás suficientes monedas grandes o billetes pequeños…), no os preocupéis demasiado por ello. En Mérida estuvimos esa tarde-noche (al día siguiente tomábamos el coche de alquiler) y luego, otras dos, para ver la ciudad tranquilamente. Reservamos en el hotel “María José”, otro 3* bueno (32€) a 4 calles de la Catedral, bastante nuevo, con habitaciones amplias y en planta baja, como pequeños apartamentos y sin tabiques con otras habitaciones, cama extragrande, sofá, aire y ventilador, buena ducha y con una limpieza muy aceptable, sueño tranquilo, piscina, aparcamiento gratuito (solo caben media docena) y desayuno incluido en un comedor con una docena de mesas operativas, suficientemente separadas entre ellas (a unos 2 m), donde podías elegir entre desayuno mexicano (chilaquiles, tacos, etc…) o continental, siempre servido en mesa por camareros (más propinas…). Mérida es una ciudad de 1 millón de habitantes que merece mucho la pena por sus edificios, comercios, paseos, jardines y museos (aunque algunos, como en otras ciudades, estaban cerrados por el COVID). En todas los pueblos y ciudades que visitamos, siempre encontrábamos imágenes como ésta, incluso en pleno centro. Es relativamente común que haya basuras tiradas en el suelo sin más sin que a nadie parezca importarle (Campeche y Puebla fueron las ciudades más limpias). Era muy frecuente encontrar por la calle puestos de comida (fijos o móviles), normalmente muy económicos, pero no siempre con las mínimas medidas higiénicas y también carritos ambulantes, donde comprar un tentempié, tabaco o agua. . Imagenes relacionadas Etapas 1 a 3, total 17
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