![]() ![]() Entre cenotes y columpios, volviendo a soñar ✏️ Blogs de Mexico
Combinado Riviera Maya-Holbox, madre e hija de 11 años. Septiembre 2021.Autor: Tesca Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.8 (22 Votos) Índice del Diario: Entre cenotes y columpios, volviendo a soñar
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Etapas 7 a 9, total 9
Hoy despertamos en un nuevo rinconcito de nuestro querido México, la isla de Holbox. Nos encanta el hotel Mystique. Tenemos incluido el desayuno, que lo ponen en el restaurante del hotel, situado en plena playa. Aunque en la carta hay un montón de cosas, para desayuno, comida y cena, el menú del desayuno del hotel va en una carta aparte y es muy completo: plato de frutas tropicales, zumo, café o leche y un plato a elegir entre tostada con mantequilla/mermelada/miel, pankekes con crema de yogur y frutas o tortilla. Nosotras elegimos las opciones 1 y 2, ambas estupendas. A todo ello le acompaña el idílico lugar y la paz que se respira.
Como hasta las 9:50 no vienen a recogernos para ir al tour, nos quedamos un rato en la piscina del hotel, aprovechando el suave sol de la mañana, solas. Y allí mismo, a las 9:50, nos recoge nuestro taxi-carrito de golf y nos lleva al puerto, donde cogemos el barquito. Allí descubrimos que hemos reservado el tour con Willy´s tours, conocido en el foro. El capitán del barco es majísimo y solo vamos 7 personas, por lo que resulta muy familiar. Las 3 islas que se visitan, en este orden, son: -Isla Pájaros, donde el barco para y se nos da la oportunidad de subir a un observatorio y se puede observar la naturaleza y diferentes especies de aves en su hábitat. -Yalahau. Es un cenote de agua natural donde se puede nadar. La leyenda dice que era el lugar favorito de los piratas por su suministro de agua dulce. El agua está fresquita pero nos damos un baño y después subimos al observatorio para ver la laguna y la vegetación desde arriba. Precioso. -Isla Pasión. Increíblemente bonita, con sus playas deshabitadas y una vegetación abundante. Caminamos sobre los bancos de arena y podemos acercarnos a ver las aves o simplemente disfrutar de kilómetros de naturaleza salvaje. Son las 13:00 cuando regresamos de nuevo a Holbox y nos dirigimos a buscar un local para alquilar bicicletas para esta tarde. Paseamos por el pueblo, disfrutando de cada rinconcito decorado con murales, colores y detalles, hasta que encontramos un local regentado por una familia, que alquila bicicletas. Amablemente nos ofrecen varias para que probemos el tamaño y nos cobran 220 pesos por las dos bicicletas que debemos devolver al finalizar la tarde. Las bicis son monísimas, con su cestita y perfectas para moverse por la isla. Nos dirigimos al hotel y decidimos comer en el restaurante de allí, pues en el desayuno hemos visto que había cosas interesantes en la carta y nos ha gustado. -Fresco: nachos con guacamole y ensalada mexicana, quesadillas de langosta. Tras la estupenda comida cogemos nuestras bicis para recorrer la parte oeste de la isla, hasta Punta Cocos, donde nos gustaría llegar a ver el atardecer. Es una gozada ir en bicicleta por la arena de la playa y junto al mar. Cada rincón es encantador y nos paramos a disfrutarlos y sacar fotos. La parada más larga la hacemos en el “Carolinda beach club”, donde disfrutamos del sueño de mi hija hecho realidad: columpiarse sobre el mar. MARAVILLOSO… Llega un punto, más o menos a la altura del Soho Holbox Boutique hotel, en el que ya no se puede ir en bici al borde del mar sino que hay que dirigirse hacia el interior y continuar el camino hasta Punta Cocos. Enseguida vemos el mural de Frida y tras pedalear un poquito más, llegamos a ese rinconcito de la isla de Holbox que habíamos visto tantas veces en las fotos: la playa de Punta Cocos con su muelle colocado en el lugar perfecto para disfrutar de la puesta de sol. Aparcamos nuestras bicis y nos sentamos a ver el paisaje en los columpios. Otro momento mágico. Continuando hacia el sur hay una zona de palmeras con hamacas, que parece ser que pertenecen a un chiringuito que hay allí, donde venden algunas bebidas. Pero nos tumbamos en ellas y no nos dicen nada. Nos damos un baño y nos relajamos en las hamacas. Parece que las nubes van a estropear el atardecer pero la magia se apodera de nuevo del rinconcito y las nubes hacen que la puesta de sol sea aún más espectacular, al esconderse los colores rojizos entre ellas y dar un halo de misterio a Punta Cocos. Sobre las 19:00, antes de que se esconda el sol en su totalidad regresamos al pueblo de Holbox, pues las bicis no tienen luz y no es conveniente que se haga de noche. Hemos quedado en devolver las bicis sobre las 19:30 y así lo hacemos. De la casita de alquiler de bicis vamos a pasear por el pueblo y disfrutarlo con más calma. El ambiente es precioso, con sus marquesinas de tacos mexicanos, tiendas de artesanía y pequeños restaurantes, bares y heladerías, todos decorados acorde con la isla, mezclando madera y colores, y siempre algún columpio… Vamos al chiringuito de Willy´s Tours a reservar la excursión para mañana a Cabo Catoche. Este tour es de día completo e incluye comida, por lo que es más caro, pero César nos dice que parece que el mar estará bien y merecerá la pena. El tour sale a 1150 pesos cada una, pagamos un anticipo de 300 pesos y nos indican que nos recogerán en el hotel a las 7:50 de la mañana. Hoy no tenemos mucha hambre pues hemos comido tarde, pero queremos acostarnos pronto, así que decidimos buscar una frutería y cenar en el hotel. Vamos a una casa de cambio a cambiar monedas y nos recomiendan una frutería donde compramos una piña y un mango que degustamos en la terraza del hotel. Qué fruta tan sabrosa… Qué día tan bonito… Cuántas maravillas para los sentidos… Mañana más. A dormir. Etapas 7 a 9, total 9
Hoy tenemos que madrugar un poco más pero nos levantamos con energía y muchas ganas de conocer esa parte nueva de la isla, no accesible a pie. Como ya conocemos cómo funciona el desayuno, pensamos hacerlo más rápido, sin embargo no es así. Hoy el servicio va muy lento y nos ponemos un poco nerviosas pues van a venir a recogernos y aún no nos han traído el desayuno. Finalmente solo podemos tomarnos el zumo y la fruta en la mesa, y pedimos que nos pongan el resto en una cajita. El taxi nos recoge puntual y nos lleva a la playa central de Holbox, donde se encuentra el muelle decorado con murales y las barquitas. Nos recibe Charlie, nuestro capitán del barco para el día de hoy y mientras esperamos al resto de compañeros de viaje, tomamos nuestro desayuno, en el barquito, junto al mar…
Somos 6 personas únicamente en el tour de hoy: una pareja de California, otra de Colombia y nosotras, acompañadas de Charlie y su compañero, que será el guía del tour. El primer trayecto es largo pues se trata de adentrarnos en el mar para intentar pescar el pescado que después comeremos. Cuando llegamos a la zona de pesca, nos dan el material para intentar pescar, avisándonos de que no siempre es posible conseguirlo. Y así es, a pesar de varios intentos, no conseguimos pescar ni un pececito. Suerte que, como saben que esto puede suceder, llevan pescado de ayer preparado y nos aseguran que no nos quedaremos sin comer. De la zona pesquera nos dirigimos al manglar de Santa Paula, donde el barco para y nos bajamos a pasear sobre el agua, junto a mantas rayas y lo más emocionante: vemos un grupo de flamingos enorme a lo lejos. Nos vamos acercando sobre el banco de arena acompañados del guía, pues él sabe hasta dónde podemos llegar para verlos. Nos explica que no es conveniente acercarse mucho para no asustarlos, pero los vemos allí mismo, en su hábitat natural. ¡Qué maravilla! Mientras disfrutamos del paisaje, el capitán se queda en el barco haciéndonos la comida y cuando nos montamos, nos dirigimos al Cabo Catoche. Este lugar está ubicado precisamente donde termina el Golfo de México y comienza el Mar Caribe. Allí hay un faro y un pequeño chiringuito con mesitas donde nos sentamos a degustar el delicioso ceviche que nos ha preparado el capitán, acompañado de totopos. Está realmente delicioso y nos encanta tomarlo en plena naturaleza, sobre la fina arena blanca y la buena compañía de nuestros compañeros de barco, que son encantadores. Después, un bañito en el mar azul y ¡cómo no!, el lugar nos da la oportunidad de columpiarnos sobre la arena. Solo falta la guinda del tour: hacer snorkel y poder nadar con algunos peces que hay en la zona. Nos encanta bucear con peces de todos los colores y tenemos la oportunidad de ver algunas mantas rayas. Pero esta no es la última guinda, sino el momento en el que Charlie ve la posibilidad de avistar delfines y nos acerca con su barco a la zona en la que se encuentran. ¡Y los vemos! Los delfines pasean y saltan alrededor del barco, allí mismo, junto a nosotros. Maravilloso haber podido terminar el tour de esta manera. Son las 14:30 cuando llegamos a la playa de Holbox. Vemos mucho ambiente a esta hora y en la zona central de la isla. Pasamos por el puesto de César para contarle lo bien que nos ha ido la excursión y charlamos un rato con él. Nos queda la opción de ir esta noche a ver la bioluminiscencia, un fenómeno particular y único en la isla que ocurre cuando los organismos como peces, medusas o crustáceos sueltan una energía de luz para hacer una reacción química. La mejor época para verlo es de mayo a septiembre, por lo que estamos en fecha; lo único que hay que buscar el momento de mayor oscuridad, cuando se ha escondido el sol pero no se ve la luna. Nuestra primera idea era vivir esta experiencia por nuestra cuenta pero vemos lo complicado que es al no disponer de medio de transporte ni un guía que sepa los mejores sitios para ver este fenómeno. Pero nos lo vamos a pensar. Continuamos hacia nuestro hotel por el camino de la playa, disfrutando nuevamente de cada detalle que colorea esta isla. En el hotel nos relajamos un ratito en la piscina y cuando se acerca el atardecer, subimos a asearnos y dejar las maletas preparadas pues mañana a mediodía es nuestra partida. Hoy no tenemos bicis para llegar hasta Punta Cocos pero salimos andando por la playa en esa dirección, acercándonos cada vez más a un cielo en tonos rojizos que nos deja encandiladas. Llegamos hasta los columpios del “Beach club Carolinda” y nos quedamos viendo el anaranjado atardecer. Sin palabras. Son las siete de la tarde y aún queda hora y media para ir a la bioluminiscencia, por lo que decidimos que no iremos y le escribimos un WhatsApp a Cesar para comunicárselo. La bioluminiscencia queda pendiente para nuestro próximo viaje a Holbox; ya tenemos una excusa para volver. Optamos entonces por ir al centro del pueblo y buscamos la pizzería Roots, donde vamos a degustar la famosa pizza de langosta. El lugar es encantador, al aire libre, con música en directo y mesas situadas entre vegetación y con murales en la pared del fondo. Es allí donde nos sentamos y pedimos la famosa pizza y un agua de piña: 640 pesos. La pizza excelente y enorme, por lo que nos guardan unos trocitos en una cajita para mañana. Damos el último paseo nocturno por el pueblo y nos vamos a dormir. La verdad que cada día supera al anterior. Nos ha enganchado esta islita. Etapas 7 a 9, total 9
Nos levantamos sin prisa pero sin pausa. Nos quedan unas horas en este lugar y queremos aprovecharlo. El desayuno es hoy más tranquilo y podemos disfrutar de las frutas, zumos, tostadas, cereales y una deliciosa tortilla con un montón de verduritas y queso.
Nos dirigimos a la casa de bicis de alquiler que cogemos para 3 horas por 180 pesos. Hoy vamos en la dirección opuesta, hacia Punta Mosquito. Para coger el camino que lleva a este paraíso hay que atravesar el pueblo y conocemos una nueva zona, preciosa también. Hace mucho calor y hacemos varias paradas para darnos baños en la playa y refrescarnos. Kilómetros y kilómetros de playa virgen, arena blanca, mar azul en todas sus tonalidades… Nos encanta. Pero lo mejor está aún por llegar. El hotel “Las nubes” es el punto máximo al que se puede llegar con bici, por lo que la aparcamos y atravesamos el hotel para ir en busca de los bancos de arena que llevan a Punta Mosquito. Atravesamos andando el mar hasta llegar a los bancos de arena y caminamos, rodeadas de mar, pero sobre el agua. No llegamos hasta la punta pues no queremos arriesgarnos con la hora. A las 13:00 nos recogen en el hotel y esta tarde es nuestro vuelo de regreso a España. Nos da mucha pena pero la despedida de Holbox no puede ser más bonita con una mañana tan maravillosa. A las 12:30 estamos puntuales devolviendo las bicicletas y a las 13:00 estamos en el hotel, donde recogemos las maletas y el taxista nos lleva a tomar el ferry que nos lleva al puerto de Chiquilá. Allí está el taxista que nos lleva al aeropuerto de Cancún en un trayecto de 2 horas. Nuestro vuelo sale puntual a las 20:15. El regreso se nos hace más cortito pues tras la cena, dormimos prácticamente todo el vuelo. Dormimos y soñamos, sobre los columpios de Holbox, con yacimientos mayas, cenotes mágicos, coatís, iguanas y demás animales de la selva, delfines, flamingos y rayas marinas, murales de Street Art, letras de colores, kilómetros de mar caminando sobre el agua, ese ceviche, esos ricos tacos mexicanos… Ojalá esos columpios nos hagan soñar más veces. México es mágico. Etapas 7 a 9, total 9
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