Olvidé mencionar que el día después de visitar el Cañón del Sumidero visitamos los llamados Pueblos indígenas. Son Zinacantán y San Juan Chamula. Y el tipismo está asegurado.
El más curioso es San Juan Chamula, que es el que visitamos primero. Se encuentra a 10 kilómetros de San Cristóbal de las Casas. Chamula es un gentilicio utilizado para nombrar a diversas etnias mayas que habitan la sierra de Chiapas: tzotzil, tzeltal, mame, tojolabal, choles. San Juan Chamula es también la cabecera del municipio de Chamula y está ubicado en las zonas más altas de Chiapas, en la localidad se han conservado las culturas y costumbres prehispánicas. Y desde luego sus costumbres no podrían ser más peculiares.
En la entrada del pueblo se levanta una gran cruz maya de color verde. La cruz es prehispánica cosa que sorprendió mucho a los conquistadores. Señala a los cuatro puntos cardinales.

De entrada lo primero que te advierten es que no le hagas fotos a la gente. Unos señores armados con palos van vigilando por si acaso. La ropa que llevan todos es muy curiosa, sobre todo una especie de faldas que llevan las mujeres. Pero los hombres tampoco se quedan atrás.

Lo que nos encontramos es una plaza donde ese día hay mercado. Venden frutas o ropas tradicionales.

Al fondo vemos la iglesia. Para poder visitarla se tiene que pagar una pequeña cantidad y está prohibido hacer fotos. Desde luego el sitio es peculiar y estoy convencida de que quien lo visite no va a olvidarlo fácilmente. Allí dentro no están permitidas las fotos.
La iglesia es un pequeño templo rural de estilo colonial, pintado de blanco con adornos verdes y azules. Hasta ahí todo es normal. Lo curioso lo encuentras al entrar.
En primer lugar, no hay bancos. Para rezar se arrodillan o tiran al suelo. Si es que pueden. Está todo lleno de paja o, como he leído, de rama de pino. Sus creencias dicen que es un árbol sagrado. Para ellos se llega a Dios a través del pino y las velas, que les abren el camino. O les incendian la iglesia porque debemos tener mucho cuidado para no tirar las velas encendidas que están entre nuestros pies y que todo arda. E incluso rezan en maya (aunque no sé si todos). Son muy creyentes.
En San Juan Chamula lo pagano se une con lo cristiano.
Las figuras de los santos tienen espejos. La confesión se lleva a cabo de manera personal frente a uno de los distintos santos y el espejo es para que el creyente se refleje. Todos están alineados en las paredes, con aires indígenas y metidos en vitrinas.

El 24 de junio es fecha muy importante en la localidad pues es el día de san Juan Bautista. Las autoridades portan sus trajes ceremoniales y portan un bastón de mando teóricamente heredado por el mismo san Juan (que no sé si serán los mismos bastones con los que a lo mejor te pegan si haces una foto indebida). El "Kin Tajimoltic" coincide con los cinco días sin nombre del calendario maya. En esta fecha el sincretismo religioso es acentuado, no se permiten mujeres en la celebración, los habitantes creen que hubo una fusión entre san Juan y el ajaw y que éste, "indianizado", se fue a vivir a el cerro Tzontehuitz al oriente del municipio y es desde ahí cuida las almas de los chamulas.
También creen que cuando Jesucristo resucitó se convirtió en el Sol .
También está todo lleno de botellas de refresco. Nos contaron que era para que eructaran porque creen que eso les purifica. Y las botellas son ofrendas. Antiguamente hacían un brebaje, el pox (pronunciado posh), que les producía eructos pero ahora les resulta más cómodo comprar refrescos. El efecto es el mismo.
Pero eso no es todo. Sentados a un lado había una pareja, una niña de unos cuatro años, un bebé, una señora mayor y una gallina. Esperamos. La señora mayor estranguló a la gallina, le tiró por encima una botellas de Seven Up y luego pasó el animal muerto por encima del bebé, una niña, que estaba enferma. Una mezcla más de ritos ancestrales con la religión que trajeron los españoles. De hecho parece que las gallinas degolladas o los huevos son ofrendas habituales.
Zinacantán es otro de esos pueblos indígenas. Según un antropólogo, Robert Lauhgling, esta región también se conocía con el nombre de Ik'al Ojov (Señor Negro), pero el nombre cambió por el de Sots'leb (Lugar de murciélagos) porque se encontraba ahí una cueva de murciélagos que fueron deificados por naturales del lugar. Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta cuánto de histórico tenga este relato que bien podría tratarse de una leyenda.
El nombre "Zinacantán" es de origen náhuatl y tiene el mismo significado.
Aunque los nativos siguen llamando "Sots'leb" al pueblo y municipio, el nombre oficial es Zinacantán, pues los primeros conquistadores españoles venían acompañados de aztecas y tlaxcaltecas que iban traduciendo al nahuátl para españoles los nombres que originalmente estaban en otras lenguas.
En Zinacantán se conservan aún trajes tradicionales para uso cotidiano. Los hombres usan una especie zarape de algodón tejido en telar llamado pok'u'ul. Antiguamente era de color blanco. A partir de los años setentas se alternó el hilo blanco con el rojo, lo cual hacía que de lejos diera la impresión de ser color rosa. En los años noventas se usó completamente rojo. Desde el 2000 se han comenzado a usar colores oscuros como el azul, verde y morado. Junto con el oscurecimiento de los colores se han venido incluyendo motivos florales que comenzaron tejiendo a mano pero que en la actualidad lo hacen con máquina. En las fiestas usan también una camisa tejida a mano color blanca que denominan mokiteil y si se tiene algún cargo también usan un paño llamado pok' alrededor del cuello.

Las mujeres usan una blusa tejida a mano y bordada a máquina con motivos florales. Para cubrirse del frío se ponen su moxib o moxibal que ha venido variando sus colores del mismo modo que el pok'u'ul que es la prenda masculina equivalente. La falda es de color oscuro y suele llevar algunos motivos florales discretos bordados a mano o a máquina.
La elaboración de tejidos es lo que más caracteriza a este pueblo y de hecho es lo que vamos a visitar. Tienen telas muy coloridas y con muchas flores.
Es un clásico vestir a las mujeres (o a las que se prestan, como fue mi caso) con el traje tradicional y si va una pareja suelen ponerles la ropa de los novios. El traje de novia, con tantas y tantas capas de tela, es asfixiante.
Por lo que veo, otro clásico de esta visita es ir a una casa para ver como una señora hace tortillas de manera tradicional.

En Chiapas existe una gran diversidad de etnias y grupos indígenas. De hecho, es el segundo estado después de Oaxaca con más comunidad indígenas. Tradicionalmente ha habido zoques, mayas, lacandones, choles y tzeltales. Según el Censo de Población y Vivienda 2010 había 1.209 hablantes de la lengua maya-lacandón, 318 más que en 2005.
Y tampoco suele ser una zona muy visitada por los turistas. Aunque cada vez las visitas van a más, lo alejado de la capital o de la Riviera maya hacen que muchos no la tengan en cuenta en sus recorridos. Yo creo que es un error. Chiapas tiene grandísimos atractivos que vale la pena conocer. Antes de la conquista, por estas tierras pasaron importantes culturas, entre ellas la olmeca, la maya y la chiapaneca. Por ello, posee varios sitios arqueológicos de ruinas mayas e importantes atractivos turísticos como la zona arqueológica de Palenque, Yaxchilán, Bonampak, Chinkultic y Toniná. Solo por eso ya vale la pena la visita.
Como punto negativo, que es presuntamente una zona peligrosa. El 1 de enero de 1994 un grupo armado, autodenominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional y, según decían, de naturaleza Indígena, ocupó varias cabeceras municipales ya que ese día entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Cuestionaban de esta manera al sistema político mexicano sobre sus promesas y procesos de modernidad. Su objetivo era el derrocamiento del presidente elegido y el establecimiento de una democracia participativa. Tras la represión militar que recibió, se decidió emprender una actividad política, manteniendo un carácter de izquierda radical. Su mando es nombrado Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General (CCRI-CG) del EZLN.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional hasta 2006 fue una organización militar. Ahora se considera un movimiento político. La figura más conocida internacionalmente es el Subcomandante Galeano, antes Subcomandante Insurgente Marcos. Es el nombre de guerra que utiliza Rafael Sebastián Guillén Vicente, uno de los principales ideólogos del EZLN. Siempre va cubierto con un pasamontañas.
Ese grupo es muy admirado entre los pueblos indígenas y cuando recorres Chiapas no es raro ver murales en colegios donde se representa a los niños acercándose amigablemente a un guerrillero. Es más, muchas mujeres venden figuritas de trapo hechas por ellas de esos guerrilleros. Son un souvenir muy tradicional de la zona. De hecho, yo tengo un Subcomandantes Marcos y una Comandante Ramona con un bebé en brazos.