Nos levantamos sin prisa pero sin pausa. Nos quedan unas horas en este lugar y queremos aprovecharlo. El desayuno es hoy más tranquilo y podemos disfrutar de las frutas, zumos, tostadas, cereales y una deliciosa tortilla con un montón de verduritas y queso.
Nos dirigimos a la casa de bicis de alquiler que cogemos para 3 horas por 180 pesos. Hoy vamos en la dirección opuesta, hacia Punta Mosquito. Para coger el camino que lleva a este paraíso hay que atravesar el pueblo y conocemos una nueva zona, preciosa también. Hace mucho calor y hacemos varias paradas para darnos baños en la playa y refrescarnos. Kilómetros y kilómetros de playa virgen, arena blanca, mar azul en todas sus tonalidades… Nos encanta. Pero lo mejor está aún por llegar.
El hotel “Las nubes” es el punto máximo al que se puede llegar con bici, por lo que la aparcamos y atravesamos el hotel para ir en busca de los bancos de arena que llevan a Punta Mosquito. Atravesamos andando el mar hasta llegar a los bancos de arena y caminamos, rodeadas de mar, pero sobre el agua. No llegamos hasta la punta pues no queremos arriesgarnos con la hora. A las 13:00 nos recogen en el hotel y esta tarde es nuestro vuelo de regreso a España. Nos da mucha pena pero la despedida de Holbox no puede ser más bonita con una mañana tan maravillosa.
A las 12:30 estamos puntuales devolviendo las bicicletas y a las 13:00 estamos en el hotel, donde recogemos las maletas y el taxista nos lleva a tomar el ferry que nos lleva al puerto de Chiquilá. Allí está el taxista que nos lleva al aeropuerto de Cancún en un trayecto de 2 horas. Nuestro vuelo sale puntual a las 20:15. El regreso se nos hace más cortito pues tras la cena, dormimos prácticamente todo el vuelo.
Dormimos y soñamos, sobre los columpios de Holbox, con yacimientos mayas, cenotes mágicos, coatís, iguanas y demás animales de la selva, delfines, flamingos y rayas marinas, murales de Street Art, letras de colores, kilómetros de mar caminando sobre el agua, ese ceviche, esos ricos tacos mexicanos…
Ojalá esos columpios nos hagan soñar más veces. México es mágico.