USA De Washington a San Francisco ✏️ Blogs de USA

Todo iba bien hasta que se torció.
Y se torció en New York. Después de un vuelo tranquilo, aterrizamos con casi una hora de adelanto sobre el horario previsto y mucho viento. Control de pasaportes y aduana sin problemas si exceptuamos el terrible olor a pinreles al pasar por el scaner (ya no recordaba que en USA hay que descalzarse y pasar el calzado por los rayos X, que para nada neutralizan a las bacterias causantes del hedor).
El embarque a Washington digno de república bananera: varios embarques simultáneos por la misma gate con el consiguinte follón, paseo por la pista pues alguien se equivocó de pasillo y nos envió a una salida que no se correspondía con nuestro avión.... todo con sonrisas y buen humor.
El verdadero problema comenzó cuando el cielo ennegreció, el viento aumento de intensidad, colapsó el tráfico aéreo y, en resumidas cuentas, nos encerró casi 4 horas drentro del avión en medio de la pista sin poder despegar. Descargó la tormenta, amainó el viento y por fin pudimos salir hacia Washington, donde llegamos cerca de las 9 cuando deberíamos hacerlo a las 5. Al menos el vuelo, en un jet pequeño (40 plazas), a baja altura, nos permitió unas vistas magníficas de la ciudad de New York, New Jersey, Maryland y las bahías de Delaware y de Chesapeake al atardecer. También el piloto estuvo muy cordial deshaciendose en explicaciones y visitando personalmente la cabina a comentar la jugada con cada pasajero. Muy bueno el zumo de tomate que nos ofrecieron.
Tarde perdida, directos al hotel y mañana habrá que madrugar e ir a más velocidad.

Aeropuerto de Dulles, WDC.
Para llegar a la ciudad del modo más barato, coger bus 5A (3,10 $ importe exacto) en el andén 2E a la salida del aeropuerto hasta la parada Rosslyn (30 min.) que es también una estación de metro.

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Típico recorrido por la ciudad con nuestra cicerone Ariadna: Casa Blanca, National Mall, amplísima zona verde donde se encuentran todos los “memorials” imaginables a los que tan aficionados son los americanos, un montón de edificios gubernamentales, museos de todo tipo (de gratís, eso sí), limitado en sus extremos por el Lincoln Memorial y el Capitolio, para mí lo mejor del conjunto junto con el impresionante monolito del Washington Monument. También destacaría la preciosa Biblioteca del Capitolio, conjunto de hermosas salas con techos muy chulos y la espectacular biblioteca propiamente dicha.


Como dentro de 3 días es 4 de julio, fiesta nacinal de los USA, los preparativos del evento limitaban el acceso a algunos lugares y las vallas, carpas y escenarios afeaban los jardines.


Comida en Chinatown, VAPIANO, italiano muy agradable con pinta de caro que resultó baratísimo: comimos 3 por 32 $ aunque se les pasó cobrar la cerveza que calculo serían 10 $ más. No reclamamos.
Por la tarde visita a Arlington Cemetery. Precioso cementerio y con unas vistas panorámicas a la ciudad. Merece mucho la pena a pesar del tremendo calor húmedo que nos hizo sudar de lo lindo.



Es obvio que a los Yankees les mola jugar a la guerra y que tienen medio país jalonado de monumentos recordando a sus héroes y sus caídos. Este es el memorial a los caídos en la guerra de Korea:


Al atardecer paseo por Georgetown, la parte más antigua de la ciudad. Agradable y muy british.
Noche en tren a Boston pasando por New York. 8 horas en un tren cómodo pero muy muy frio. Se pasan un montón con el aire acondicionado y hay que abrigarse contundentemente.

Resumen: Ciudad agradable y armónica sin los altos rascacielos propios de la mayoría de ciudades americanas, prescindible si no hay mucho tiempo pero buen complemento para visitar un día desde New York.

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Después de una noche en la nevera por railes de Amtrak (la Renfe americana), Boston nos recibe con una mañana desagradable, frio, lluvia y una niebla que no permite ver la parte alta de los edificios. Un recibimiento similar tuve en New York unos años atrás y también me llamó la atención. En una ciudad con altos edificios las brumas crean una imagen muy peculiar, pues parece que los rascacielos sujetan el techo de nubes.

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Para mí, al viajar, no hay cosa mejor que no tener expectativas, dejar que los lugares te sorprendan. Y Boston nos sorprendió. Es como New York en pequeño pero más coquetón, con más historia en sus esquinas.

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Después del chaparrón matinal durante el cual aprovechamos para comer (ensaladas y sandwiches 19 $ en Prudential Center), invertimos la tarde en visitar los verdísimos parques de Boston Public Garden y Boston Common, con laguitos, sus ardillitas, patos, pajaritos,... muy bucólico.

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En el Boston Common comienza el famoso Freedom Trail, paseo por los puntos históricos de la ciudad. Muy cómodo lo de ir siguiendo una ruta señalizada con una línea de ladrillo rojo en la calzada aunque a veces te sientes un poco jilipollas. En fin, 4 largos kms de paseo por la parte central de Boston que rematan en el barrio de Charlestown en un monolito de 300 escalones con buenas vistas a la ciudad, después de cruzar el Charles River por un antiguo puente de hierro con pinta de caerse de un momento a otro. Como la niebla anulaba prácticamente la visión, decidimos volver al día siguiente si mejoraba el tiempo. Este coqueto barrio de Charlestown, con sus casitas de madera de diversos colores, se parece a cualquier ciudad de la Europa nórdica. Con el frío y la niebla, nos recordó mucho a Reikjavik.

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Volvimos al hotel atravesando el antiguo barrio de Beacon, preciosas casas de ladrillo rojo (como todo lo antiguo de Boston) en las que seguro vive gente de pelas.

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Luego, en un parque a orillas del Charles River, vimos los preparativos de un gran concierto que se celebrará el 4 de julio y ya, en nuestro barrio, descubrimos la ambientada Newbury St., curiosa y agradable calle residencial transformada en comercial al ocupar cada casa una tienda. Las grandes cadenas comerciales y pequeños negocios del lugar echaron a los vecinos para instalarse en sus casas.

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Llegamos al hotel bastante hechos polvo por el largo paseo y, sobre todo, por la ajetreada noche anterior. Del hotel podemos decir que está espléndidamente situado en la céntrica zona de Back Bay, en una señorial casa de ladrillo, como todas las de la zona, con cocina americana en la habitación. Dados los altos precios de los hoteles en Boston, no las teníamos todas con nosotros sobre la calidad del elegido.

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