![]() ![]() ¿Islandia? ¿Eso qué es, un pueblo? ✏️ Blogs de Islandia
Crónica de la escapada a Islandia en Semana Santa 2009Autor: P.k.u. Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.5 (13 Votos) Índice del Diario: ¿Islandia? ¿Eso qué es, un pueblo?
01: 1. Previa
02: 2. Primera parte. 4 de abril, Día de autos
03: 3. Segunda parte. 5 de abril. Safari aeroportuario.
04: 4. Tercera parte. 5 de abril. De camino a Islandia, dejando atrás Stansted
05: 5. Cuarta parte. 6 de abril. Excursión
06: 6. Quinta parte. Empeora el tiempo, mejora el panorama
07: 7. Sexta parte. 7 de abril. ¡En marcha!
08: 8. Séptima parte. 8 de abril. Hella-Höfn
09: 9. Octava parte. 9 de abril. Höfn-Reykjahlíð
10: 10. Novena parte. 10 de abril. Reykjahlíð-Akureyri
11: 11. Décima Parte. 11 de abril. Tira millas.
12: 12. Decimoprimera parte. 12 de abril. De vuelta a la capi.
13: 13. Decimosegunda parte. Cosas que pasan…
14: 14. Decimotercera parte. 13 de abril. A saldar deudas.
15: 15. Decimocuarta parte. En Reykiavik.
16: 16. Decimoquinta parte. 14 de abril. Acabando…
17: 17. Decimosexta parte. 15 de abril. Sjáumst fljótlega!
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Etapas 4 a 6, total 17
El trayecto ha resultado rápido y cómodo. Ha sido una gozada andar sin prisas. Observamos el mostrador que nos corresponde para facturar, y horreur, un montón de críos. Escolares de dos centros, de viaje de estudios a Islandia. Nos adjudican los asientos 25E y 25F después de preguntarnos si queremos pasillo o ventanilla. Pasamos Seguridad sin grandes problemas, y aunque me he soltado las botas al ver descalzarse a la gente, no ha sido necesario quitármelas. Nos corresponde la puerta 3, y para ello hay que tomar el trenecillo. Una vez visto el percal, a desayunar. Había una mesa libre en un bar, hemos dejado las cosas en ella y nos hemos acercado a la barra a ver que hay. Al final han caído un hot dog y un sándwich de beicon acompañados de una cerveza y un café con leche que no debía estar muy bueno. 11,15 libras. No problem, pues nos queda pasta. A las 11:30 pasadas nos dirigimos a la zona de embarque. Coger el trenecillo, nos bajamos en la primera parada y hacia la puerta 3. Previamente, hemos hecho acopio de bebida y nos damos una vuelta por el baño. Nos apalancamos en la sala de espera y comenzamos nuestro particular Festival del Humor con la videocámara, un jevi lector y el doble de Cristóbal Colón. Los escolares han aparecido todos a la vez y han entrado los primeros. Como nos ha correspondido la fila 25, hemos tenido que atravesar todo el avión entre chiquillos. En el asiento libre contiguo se ha sentado un gay con pintas de humorista, que al ver que en la fila de atrás había sitio, se ha pasado allá con su pareja. Menos mal. Así queda espacio para estirar las piernas. Por más que lo he intentado, ha sido difícil dormir. La chavalería desde el momento que se han podido soltar el cinturón de seguridad ha estado dando el coñazo durante todo el vuelo…¡¡y son tres horas!! Menos mal que ha salido puntual al menos. A las 12:45 ha despegado. Se nos ha hecho un tanto largo el vuelo, a mí al menos sí, y he notado dolor en la espalda. En una que he abierto el ojo, he cazado a un chaval mirándome…al final, hemos empezado a ver Islandia desde el avión. No parece que haya demasiada nieve, en la costa al menos no. Tampoco se ve verde. *** Imagen borrada de Tinypic *** El vuelo ha llegado con 20 minutos de adelanto. Las vistas alrededor bastante inhóspitas, tierra yerma. Como dije antes, nada de hierba, todo volcánico. El aspecto del edificio de la Terminal no está nada mal, es moderno y pequeño. Como hemos guardado las mochilas en los compartimentos correspondientes a otras filas, hemos tenido que esperar a que desalojaran los chiquillos para poder cogerlas, pero como no hay prisa, esperamos sentados. Al final, tomamos lo nuestro y afuera. El diseño interior de la Terminal bastante majo, suelo de madera, estructura de piedra…Iraitz se ha dado una vuelta por el reservado y hemos sido los últimos en pasar el control de pasaportes. El señor nos recibe con un “halo”, y al ver los pasaportes “hola”… Salimos tranquilos pues. No hay mucho movimiento en el aeropuerto. Al pasar la zona de recogida de equipajes, nos han hecho pasar las mochilas por el escáner. Todo OK. Voucher en mano, hemos ido al mostrador de Flybus y nos lo han canjeado por un billete para dos para Reykiavik, 3400 IKR (21€) los dos. A los 45 minutos de llegar cualquier vuelo, sale un bus hacia la capital. La señora de ventanilla muy rancia por cierto. Salimos por fin a la calle, y notamos el fresco. El cielo no tiene mala pinta, pero el viento está fresquito. Dejamos las mochilas en los compartimentos inferiores, le decimos al coger que vamos al BSI, y nos subimos al bus. No ha subido mucha gente, la verdad. Abandonamos el aeropuerto, y tomamos la carretera hacia la capital. Deben ser unos 50 kilómetros, recorridos bastante rápido. Se me hizo corto al menos. *** Imagen borrada de Tinypic *** El paisaje, lo dicho, yermo; ni árboles ni verde. A los 45 minutos de partir hemos entrado en el BSI (estación central de buses de Reykiavik). Desde aquí, se ve la torre de la catedral, cubierta de andamios; está en obras, por desgracia. En la misma estación, una señora muy agradable nos ha vendido dos billetes para mañana, para la excursión del Golden Circle; 9800 IKR cada. Mismo precio si te pasan a recoger por el hotel, por lo que mañana nos pasarán a buscar a las 8:30. *** Imagen borrada de Tinypic *** Estación de buses BSI El Golden Circle lo forman tres de las atracciones más importantes de los alrededores de Reykiavik: Las cataratas Gullfoss, Geysir y el parque Þingvellir. Una vez solucionado el tema de la excursión, hemos emprendido camino hacia el hotel. Desde BSI tomamos a la derecha, y la primera perpendicular a la izquierda hacia el mar. Llegamos a la calle Laugavegur, calle comercial de Reykiavik, y giramos a la derecha. En un momento estábamos en el hotel Phoenix. Comentar que reservé dos noches por anticipado, habitación doble con baño y desayuno por 180€. El hombre de recepción parece un poco peculiar. Aunque habla muy rápido en inglés, le pillamos bastante bien. Pago con la Visa, y el hombre me saca un papel para que declare que me comprometo a pagar una muta de 500$ si alguien fuma en la habitación. No problem. El hombre nos acompaña hasta nuestra habitación e insiste en llevarle la mochila a Iraitz. Y se la lleva. Después hemos podido saber porqué: Al ser su mochila más voluminosa que la mía, la estrechez de la escalera en el giro hace que la figura decorativa del descansillo corra grave peligro. Qué cosas. Nos ponemos cómodos, picamos algo, y a la calle. El tinto que tienen en el mini-bar de la habitación es un rioja, y cobran un huevo. Es muy significativo el repugnante olor que se extiende al abrir los grifos. El olor es debido al sulfuro, y es normal en este país. El señor nos ha dado un plano de la ciudad, con el que nos hemos movido muy bien, aunque la verdad, la ciudad no tiene como para perderse. Bajamos por Laugavegur, después giramos a la derecha, y bajamos por la calle anterior hacia el mar. Pega bastante viento, y aunque hay bastante más tráfico del que me imaginaba, está todo muy tranquilo. *** Imagen borrada de Tinypic *** Reykiavik es la capital y la ciudad más grande de Islandia. La capital más septentrional del mundo. Tiene alrededor de 120.000 habitantes, pero con su área metropolitana casi llega a los 200.000. Iraitz ha definido con una palabra Reykiavik: Rara. Y estoy de acuerdo. Llegamos a la altura de una especie de escultura que recuerda al armazón de un barco vikingo. La escultura se llama “barco del sol”, y el autor es Jon Gunnar Arnarson. Desde la escultura hay unas vistas magníficas. Poco a poco nos hemos adentrado en la ciudad y los edificios son cada vez más curiosos. El ambiente fresco y un tanto soso. *** Imagen borrada de Tinypic *** El "barco del sol". Encontramos una gran librería, y nos adentramos en ella. Aquí, las librerías se mantienen abiertas hasta bastante más tarde que los comercios normales. Después de un buen rato, nos vamos a la calle sin comprar nada. Cuando hemos llegado al lago Tjörnin, han empezado a caer unas gotas, nada grave. Hemos rodeado el edificio apedreado del parlamento, la iglesia adyacente…por lo visto estábamos en la zona vieja. Debido a la lluvia y el hambre, nos metimos en Tabasco, restaurante mejicano (otra vez picante, es que no aprendemos). Muy bueno todo. 8450 IKR (52,35€). Fuera mientras, llueve. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Salimos de cenar hasta el gorro de Santana, y enfilamos hacia Laugavegur. Topamos un súper en el camino y aprovechamos para comprar dentífrico, galletas y bebida para la excursión de mañana. Enfrente del súper, otra maxi-librería. Se me hace llamativo el gran número de libros en inglés que hay, y la inversión que hacen en traducción en un país de 300.000 habitantes. Ya podían aprender algunos. Comentar, que en Islandia utilizan la Corona Islandesa (IKR), y que durante el viaje, el cambio ha oscilado entre 160/170 IKR x €, casi como la peseta. Anochece tarde, a las 21h aun hay luz, y en esta época, el día se va alargando 5 minutos al día. Aunque lloviznaba al salir del restaurante, es bastante llevadero. Encontramos Laugavegur y en ella el bar “11” que llevaba apuntado en el cuaderno. Cerrado. No ha pasado igual con el “Dillon”. Subimos las escaleras, vamos directos a la barra y le hemos pedido dos birras al camarero de “rostro alegre”. 1500 IKR las dos pintas. Poca luz dentro del bar; nos alumbran velitas que el agradable mesonero se ha encargado de poner. En la mesa de enfrente un pedazo de jevi con pantalones de camuflaje y una chavala, en la de detrás, tres tíos de cháchara, y en la esquina un veterano borrachín con 5 o 6 vasos vacíos encima de la mesa. La verdad que pensé que era un bar jevi, y aunque el camarero llevaba largas greñas, y entre la clientela los había similares, sonaba el pelma de Dylan a volumen bajísimo. ¿Queriendo dormir a la clientela? El borrachín del corner ha tenido la mejor idea del día y ha decidido irse. Hemos vigilado como bajaba las escaleras y, aunque dudamos por un instante, ha bajado sano y salvo. Poco a poco se ha ido espantando la clientela, y nosotros, que veníamos de un largo día, nos hemos dado el piro a las 22h. Dicho y hecho. Tocamos el timbre del hotel, y nos abre el mismo señor que nos ha recibido. Le decimos que nos llame mañana a las 7:30. Tras pasar por el baño, a escribir un ratito. Iraitz hace rato que se ha dormido, y yo voy de camino, escribiendo incoherencias debido al sueño. Curioso, hemos encontrado la luz de la habitación encendida, las camas arregladas, y un bombón de menta en cada almohada… Etapas 4 a 6, total 17
Tal y como convenimos la víspera, a las 7:30 en punto, nos despierta el teléfono. Para mí que es siempre el mismo señor que nos ha atendido hasta ahora. No parece que trabaje nadie más aquí. Tras el paso por la ducha, ¡qué olor!, bajamos a desayunar. Estaba todo el comedor vacío excepto una mesa, ocupada por un señor con coleta. Lo dicho, aunque las otras cuatro mesas estaban vacías, teníamos preparada la nuestra con sus tapetes, cubiertos, vasos y tazas…por lo tanto, nos sentamos y Él, el Único, nos pregunta si tomaremos café o té, y va a la cocina a por ello. Encima de la mesa, en un soporte con clip teníamos un papelito, en cuyo anverso venía la previsión meteorológica del día, y el reverso, un pequeño texto sobre Reykiavik. Curioso. Reykiavik significa “bahía humeante”, y fue fundada por Ingólfur Arnarson en el 874. Según cuenta la leyenda, cuando se acercaba a la isla, lanzó al agua el mástil de la embarcación y allá donde fuera éste a parar construiría su asentamiento. Se dice que Ingólfur fue el primer colono de Islandia, aunque antes que él, el vikingo sueco Garðar Svavarsson pasó seis meses en la zona en la que hoy se encuentra Húsavik, debido a que una tormenta lo llevó hasta allá. De todas formas, transcurrido el invierno, Svavarsson volvió a su casa. Teniendo en cuenta que pasarían a las 8:30 a recogernos, y que ya eran las 8:10, desayunamos poco. Un poco de jamón de York con queso, zumo y té. Iraitz en cambio pan tostado con mantequilla y azúcar acompañando al café con leche. El inefable se extrañó que tomáramos tan poco y nosotros le dijimos que teníamos prisa porque teníamos excursión. Nos preguntó qué excursión, y nosotros que “Golden Circle”. Se hizo el tonto y cuando le enseñamos el folleto nos dice que esa compañía no era buena y entonces saca él otro folleto, de Iceland Excursions (ie), y nos dice entre risas, que es mejor. Le decimos que para la próxima y salimos a la calle. Son las 8:30 pero no viene nadie por nosotros hasta casi menos cuarto. Estando en la calle esperando, sale el hombre a mirar y le decimos “it´s a bad company” y risas generalizadas. Al fin viene un microbús que en cinco minutos nos deja en BSI. Tras un paso fugaz por los baños, salimos a la zona de buses. Entre un montón de microbuses había un autobús grande con el cartel “Golden Circle” y nos hemos subido a él. Nos sentamos por detrás y a las 9:05 nos ponemos en marcha. Hacía muy buen tiempo al principio, pero en estos sitios ya se sabe, que con el viento, el tiempo puede cambiar en cualquier instante. La señora guía, encargada de darnos la chapa por el micro hablaba inglés despacio pero aun y todo se nos ha hecho casi imposible entenderle nada por la extraña forma de pronunciar que tenía. La primera parada de la excursión ha sido en la central geotérmica de Hellisheiði. Está bastante cerca de Reykiavik. Al bajarnos del bus hemos sentido bien los envites del viento. Fresco. Nada más entrar, la gente se ha ido sentando en unas anchas escaleras, por lo que hemos subido casi hasta arriba y hemos hecho lo propio. Nos han proyectado unas diapositivas y el responsable de turno nos ha contado un poco de qué va el tema; en inglés, un tanto complicado de entender por el empleo de términos técnicos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Después, arriba, ha empezado a hacer lo mismo con una pantalla táctil estilo Minority Report. Aparte, había otra pantalla en la que se reflejaban los terremotos de los últimos años. Apretabas el botón, y se sentía la vibración y se oía el ruido del elegido. Había también un sismógrafo que, si saltabas con fuerza, lo reflejaba en el gráfico. Al final, un vídeo de 5 minutos nos describía más o menos lo mismo que el responsable nos había explicado al principio: las placas tectónicas, la actividad volcánica, la geotermia y ese tipo de cosas. El agua subterránea está muy caliente por causa de la actividad volcánica, y aprovechándose de ello, estas centrales combinadas, producen electricidad y agua caliente. El agua caliente se envía directamente a los hogares, y se utiliza también para calefacción; la electricidad, en cambio, se produce con el vapor de ese agua caliente. Salimos de allí, y atravesando la localidad de Selfoss, nos llevan directamente a ver las cascadas de Gullfoss. Etapas 4 a 6, total 17
Llegamos a Gullfoss a las 11:30. Vemos que hay un Visitor Centre con su tienda y restaurante, y unos 4x4 con ruedas enormes. Ha empezado a llover, no muy fuerte, pero si persistentemente, y si a esto le añadimos el viento, el panorama se está poniendo bastante feo. La verdad que nos han dejado muy poco tiempo para ver las cascadas, unos 40 minutos. Lo primero, nos hemos asomado al mirador cercano al parking para echar un vistazo, tirar unas fotos y filmar unos planos; de ahí, para abajo. Lo primero que me ha venido a la mente cuando hemos comenzado a bajar, es que cualquier persona con movilidad reducida lo iba a pasar realmente mal; veremos si para el futuro lo tienen en cuenta. *** Imagen borrada de Tinypic *** Gullfoss se encuentra en el cañón formado por el río Hvítá. Es muy espectacular, pues en dos caídas de 11 y 21 metros respectivamente, el río da la sensación de que desaparece bajo la tierra. En su día, intentaron usar la potencialidad de esta cascada en la generación de energía eléctrica. Felizmente, la falta de fondos hizo que no se realizara. Se dice que Sigríður Tómasdóttir tuvo un papel capital a la hora de salvar la cascada, pues amenazó con arrojarse a ella si construían planta alguna. Aunque el dato no está confirmado, una escultura recuerda la figura de esta mujer. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Una vez abajo, no ha habido arco iris; la verdad que el tiempo no acompaña, lo que si parece es que el agua tiene que estar bien fresquita…Alcanzamos la roca situada justo al lado de la caída, nos calamos bien, y tras 4 o 5 minutos, para arriba otra vez. Ya que tenemos que salir a las 12:20, por lo menos tomaremos algo caliente; si puede ser. Entramos en el restaurante/cafetería/tienda y pedimos sendos chocolates calentitos con un par de muffins de esos. Muy bueno todo. De todas formas, ha tenido que ser rapidito. *** Imagen borrada de Tinypic *** De vuelta en el bus, hemos tenido que seguir escuchando las “explicaciones” de la guía, o sea, nada de cabezaditas. De todas formas, hemos llegado bastante rápido a Geysir. Geysir se encuentra en el valle Haukadalur muy cerca de Gullfoss. No eran las 13 horas cuando hemos entrado en el aparcamiento, y la tipa ya nos estaba diciendo que el bus saldría a las 14 horas, comidos si así lo deseábamos. Geysir da nombre a los géiseres; fuentes termales. Aguas subterráneas que hierven y que a consecuencia de la presión ejercida por el vapor salen al exterior en grandes y altos chorros de vez en cuando. Existen dos grandes géiseres en la zona, Geysir, que lleva un tiempo inactivo, pero que llegaba a lanzar el agua hirviendo a 60 metros de altura, y Strokkur, que si bien no lanza tan alto, 20 metros, si es más regular, pues erupciona cada 5 o 6 minutos. *** Imagen borrada de Tinypic *** Hemos oído hablar en euskara…unas chicas vizcaínas con sus padres. Al oírnos a nosotros también se han sorprendido. Hemos charlado un poco y hemos seguido cada uno a lo nuestro. En ese momento, mientras observábamos el chorro, se nos ha acercado una chica madrileña solitaria que viene en la misma excursión que nosotros. Hasta ahora iba con otra mujer, española también, pero ha decidido venir con nosotros. Sabia decisión, ¡con lo majos que somos! Después de ver el chorrazo por última vez, nos hemos dirigido a comer. Se agradece estar en un sitio seco y calentito, pues la lluvia y el viento me han calado los pantalones cosa fina. Hemos ocupado una mesa, que he guardado mientras Iraitz y María (así se llama la chica) han ido a por algo de comer. Iraitz ha traído hamburguesas, papas y cervezas. Creo que han sido 2800 IKR. Mientras meneábamos el bigote, hemos conversado los tres, y María nos ha contado que vino el 3 a casa de una amiga en Reykiavik, y se va el 8. También nos ha contado que ayer estuvo en el Blue Lagoon, y que está muy bien aunque te deja el cabello un poco mal. Al final, por comer nos hemos perdido la proyección, pero es que todo no se puede con tan poco tiempo. De todas formas hemos salido con retraso, pues unos orientales si que han visto la proyección, han comido… Esta vez, el trayecto ha sido más largo. El bus nos ha llevado desde Geysir hasta Þingvellir. Casi todo el camino lo hemos hecho dormidos, además, el speech de la señora guía no resultaba nada atractivo como para mantenerse despierto. Finalmente, hemos visto cómo nos adentrábamos en el parque y la mujer ha explicado, a su manera, el tema de las placas tectónicas. El bus nos ha dejado al lado del Visitor Centre y nuevamente nos han dejado una miseria; media hora para volver al autobús. No nos ha dado tiempo para casi ná. Ni para leer los paneles explicativos, ver los lugares…sólo echar unas pocas fotos y vuelta. Hemos dado la vuelta los tres por el camino “entre placas”, tomamos un par de fotos en el puentecillo (¿un lado Europa y el otro América?) y nos hemos tenido que ir sin ver siquiera el Parlamento. *** Imagen borrada de Tinypic *** *** Imagen borrada de Tinypic *** Esta zona es muy importante para los islandeses; aquí se estableció el primer parlamento del mundo, el Alþingi, en el 930, y aquí se declaró la independencia de Dinamarca en 1944. El Alþingi se reunía anualmente. En esas reuniones, el Lögmaður o hablante de leyes recitaba las leyes y decidía las disputas. También se juzgaba y castigaba a los delincuentes. En Drekkingarhylur (piscina de los ahogamientos) se ejecutaba a las mujeres que contravenían la ley. Hermoso paraje, pero el tiempo, malo. Þingvellir se encuentra bastante cerca de la capital por lo que el regreso ha sido bastante rápido. El autobús ha ido dejando a la gente en sus hoteles, por lo que a las 17:15 nos encontrábamos en la esquina de Laugavegur con Snorrabraut, tres cuartos de hora antes del horario previsto. Tantas prisas para esto. Al bajar nos despedimos de María. Un placer. Vamos directos al hotel, y nos abre la puerta “el ínclito”, como no. Aprovechando que Iraitz está en la ducha, empiezo a anotar los pasadizos del día. Nos adecentamos, y a pasear bajo la lluvia. Hemos bajado por Laugavegur hasta la tienda de souvenirs Viking, y girando a la izquierda, subimos hacia la andamiada Hallgrimskirkja. Son las 18:30 y no anda nadie por la calle, y está todo cerrado, excepto las librerías. Lluvia. *** Imagen borrada de Tinypic *** Laugavegur Llegamos a la catedral, y miramos los paneles que se encuentran en el exterior. Comenzó su construcción en 1945, y se finalizó en 1986. Hoy, abril de 2009, la torre se encuentra en obras, sólo la torre. *** Imagen borrada de Tinypic *** Hallgrimskirkja y Leif Eriksson Bajamos por otra calle hacia el centro, compramos un par de chorradillas y a la calle otra vez. Volvemos a la zona donde ayer me quedé sin batería (Parlamento) y acabo lo que dejé ayer pendiente. Buscamos un italiano, y al final, en la misma Laugavegur, nos metemos en “Italia” a cenar. Macarrones “alla Newyorkesa” (con tomate y albóndigas) y spaghettis bolognesa de primero; una pizza en dos platos, cerveza y helado, 10100 IKR. Eso sí, muy buen servicio, sitio más que agradable y muy buena comida. Salimos de allí, y de paseo, hasta el hotel. Hemos pensado preguntar lo del coche en el propio hotel; he visto que hay folletos de la casa Átak. Llamamos a la puerta, y nos abre Él, y directamente le preguntamos sobre el alquiler del coche. Le digo que antes de venir he estado haciendo un seguimiento a través de la web de tráfico y las web-cam y que no he querido alquilar un coche hasta saber si podemos tener problemas de nieve en las carreteras. El responde que no hay problema, que la Ring Road no se cierra nunca, y que claro que hay carreteras cerradas, pero no como para evitar dar la vuelta a la isla. Nos pregunta qué tipo de coche y para cuantos días lo queremos y ha ido directamente a mirar en Internet. Nos dice que el coche pequeño 8 días sale a unos 425€, y que si estamos interesados, él nos hará las gestiones mañana por la mañana y cuando desayunemos nos informará. Le pregunto si es necesario suscribir algún seguro complementario, pues había leído que conviene hacer uno extra por el peligro que suponen las piedras de las zonas no asfaltadas, y me dice que no hace falta, que con el estándar ya vale. Pues eso. Le preguntamos también por el Blue Lagoon, y nos dice que es un invento para turistas, que por no ser, no es ni natural, y que es caro (unos 20€). Le damos las gracias por todo y le decimos que nos llame a las 8 de la mañana, y nos retiramos a nuestros aposentos… …Aposentos que hemos encontrado con la luz encendida, la camiseta de Iraitz doblada perfectamente sobre la cama y otros dos bombones de menta en las almohadas. Aparte de todo ello, también había una nota que decía: “Each footstep from home is the road back to home. Elves wisdom. We at Hotel Phoenix wish you pleasant dreams and a wonderful tomorrow. Thank you for staying with us and have a good night”. Flipante. Aunque sea un poco tarde ya, voy a escribir lo que el día nos ha dejado. El colofón desde luego es para alucinar. Iraitz está roncando, menos mal, ¡así me mantengo despierto! Etapas 4 a 6, total 17
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