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16 días en las AntípodasAutor: Govynd Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (12 Votos) Índice del Diario: Maravillosa Nueva Zelanda
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Etapas 4 a 6, total 17
Nos levantamos muy temprano con un precioso amanecer en el Lago Tekapo, esperándonos un larguísimo día por delante, ya que queríamos ir al Parque Nacional de Mt Cook y además recorrer la etapa más larga por carretera hasta Te Anau.
![]() Estabamos un poco desanimados por el tiempo, ya que había nubes y niebla, lo que es más, la dueña del B&B nos dijo que si a la altura del Lago Pukaki había niebla no merecía la pena acercarse al Parque Nacional. El Mt Cook, la montaña más alta de Nueva Zelanda y lugar de entrenamiento de Edmund Hillary, en Maori se llama Aoraki (perforador de nubes), ya que siempre está rodeado de un manto nubes. Por lo que con todos estos precedentes no estabamos muy animados y a nuestra llegada a Pukaki los peores auguiros se cumplían y una densa niebla apenas permitía ver el propio lago. Aquí tomamos una decisión importante, ir hasta Mt Cook y arriesgarnos a no ver nada, con en la posterior panzada de kilómetros que teníamos por delante. Pero sólo llevábamos dos días en Nueva Zelanda y no ibámos a permitir que un poco de mal tiempo nos echara para atrás. El paisaje que podíamos apreciar a través de la niebla era cada vez más alpino y vislumbrabamos lo que podía ser altas cubres sobre grandes llanuras aluviales llenas de enormes cantos rodados. Pero cuando llegamos al pueblo de Mt Cook se produjo un pequeño milagro y por sopresa tras una nube apareció un cumbre cubierta de hielo azul. Esto nos animó definitivamente a realizar el segundo track del viaje " El Hooker Valley Track", y puedo decir que ha sido una de las experiencias más espectaculares de mi vida. El sendero trascurre por un valle encajado entre altísimas montañas, cubierto de vegetación alpina, y recorrido por arroyos turbulentos de aguas glaciares, blancas como la leche. Para recorrer el track es necesario cruzar varios puentes colgantes y bordear varios lagos de pequeños glaciares. Estos glaciares no son de hielo blanco ni azul, si no que son negros por los numerosos sedimentos depositados sobre ellos. ![]() ![]() ![]() ![]() Finalmente y tras unos pocos kilómetros el sendero desemboca en un lago glaciar algo mayor, el Hooker, y de fondo grandioso, esperándonos, el Mt Cook, con una vista desprovista de nubes. ![]() ![]() Estuvimos un rato a la orilla del lago observando los pedazos de hielo, hasta que nos animamos a regresar al coche. Desde el Mt Cook a Te Anau hay más de 400 km que se hacen bastante largos por carreteras que recorren valles y suben varios puertos. En el camino hicimos varias paradas pero la más significativa fue la garganta del río Kawarau, ya que es aquí donde Peter Jackson situó el río Anduin y los pilares de los Reyes pero además es el lugar desde el que se inventó el puenting o bungy. Esta fue nuestra primera aproximación al Kawarau Brigde, ¿Nos atreveríamos con un Salto de Fe?. ![]() ![]() A ultima hora de la tarde llegamos a Te Anau donde pasaríamos dos noches. Por cierto cenamos maravillosamente en THE FAT DUCK, Salchichas de cordero con menta, y venado, acompañado de estupenda cerveza. Los restaurantes son todos bastante informales en la formas, sin mantel y con servilletas de papel, pero los platos están fenomenalmente presentados y es fácil que un plato principal de carne (incluido cordero o filetones de ternera) valga entre 10 y 18 euros. Pero siempre acompañado por risotto, pasta, patatas o pure y verdura o ensalada. En Rotorua pedí cerdo teriyaky y debajo venía con una ración del doble de risotto de lo que te ponen en España. La bebida sin embargo no es tan barata, es difícil tomar una copa de vino por menos de 4 euros y las botellas no suelen bajar de 25 euros (ya esto parece poco pero yo esto acostumbrada a mis copitas por no más de dos euros o dos euros y medio). La cerveza también es un poquito más cara y no es facil tomar un tercio o una jarrita por menos de cuatro euros. Pero es verdad que tiene innumerables cervezas de grifo por todos el pais, incluyendo variedades de larger, ale, negra o pilsner producidas en cada región. Etapas 4 a 6, total 17
Caía una suave lluvia en Te Anau cuando nos levantamos, que se convirtió en chuzos de punta durante nuestro camino a Milford Sound. Es bien conocido que en Nueva Zelanda llueve bastante, pero concretamente en Fiordland y West Coast llueven hasta 7000 mm, cuando por ejemplo en el centro de España suelen llover entre 400 y 500 mm (salvo este año claro que vamos a salir nadando).
Apesar de la lluvia el camino era precioso, montañas que nacían desde le mismo borde de la carretera, escarpadas pero cubiertas de numerosos árboles. La imagén del borde del bosque entre la niebla y la lluvia era sin duda la de Fangorn. La última zona antes de llegar al Milford Sound recordaba sin embargo a Noruega sobre todo a la bajada por Dalsnibba al fiordo Geiranger. Llegamos a Milford con el tiempo en nuestra contra, continuaba la lluvia y todo esta cubierto de una niebla alta que impedía comtemplar el fiordo. Allí tomamos nuestro barco para realizar un crucero de dos horas y media con la compañía Real Journey. Poco a poco, a la vez que zarpámos del puerto las nubes se fueron desaciendo en jirones sobre las montañas, permiténdonos ver uno de los espectáculos naturales más hermosos que creo que he visto. ![]() ![]() Grandes paredes de piedra, altísimas cascasdas, densos bósques cuyos árboles llegan a tocar el agua oscura, focas tomando el sol sobre las piedras y delfines que juguetean con la espuma del barco. Y finalmente el mar... ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Parece que Rudyard Kipling se refirió al Milford Sound como la octava maravilla del mundo. ![]() Eso sí, no hay que olvidarse que en toda la costa oeste de Nueva Zelanda abundan los mosquitos (sandflies en concreto), que pican como demonios. Jorge los sufrió excepcionalmente durante toda la semana que estuvimos en esta zona, desde Te Anau hasta Kaiteriteri. Una vez amarramos en el puerto de nuevo cogimos el coche dirección Te Anau, pero hicimos una breve parada en The Chasm donde vimos unas piedras espectacularmente oradadas por el agua, y posteriormente paramos en The Divide para hacer otro track "La Key Summit", que es una parte de una de la grandes rutas de Nueva Zelanda ( la Routeburn Track). Consiste en subir un pico desde el que las vistas son impresionantes. La subida es dura porque es larga, pero nos resultó menos extenuante que alguno de los repechos del Mt John. El camino comienza subiendo por un bosque lluvioso denso y verde, lleno de helechos, donde los arboles crecen y mueren, generando espacios luminosos y otros mucho más oscuros con un caracterísitco olor a humedad y podredumbre. Pero a mitad de la subida los arboles dan paso a una vegetación alpina más baja que permite ver un paisaje abrumador: montañas que te envuelven en cada dirección cuyos valles ocultan caudalosos arroyos bajo los innumerables árboles. Otro espectáculo asombroso en Nueva Zelanda, y estábamos empezando a perder la cuenta después de solo cuatro días. ![]() ![]() ![]() ![]() En la cima hay unas "piscinas glaciares" y un recorrido por la flora alpina, y aquí se produjo nuestro primer encuentro con el Dydimo, pero este es un tema tan interesante que creo que merece la pena dedicar un a entrada a los invasores de Nueva Zelanda. Entre la subida y la bajada no son más de 7 kilómetros pero un poco duros, no obstante nos compensó notablemente el esfuerzo. Tras bajar regresamos a Te Anau, donde tras un vino blanco Riesling en el bar del hotel (Distinction Te Anau) nos fuimos a dormir, exhaustos pero conmocionados por la belleza del país en el que nos encontrábamos. ![]() Ruta en coche 117 km sólo ida ( Te Anau - Milford Sound) ![]() Etapas 4 a 6, total 17
El día 19 teníamos por delante una ruta en coche desde Te Anau a Wanaka, con parada obligada en Queenstown. Si bien fue un día menos espectacular en cuanto a paisajes que los anteriores, nos enfrentábamos a un gran reto ...el KAWARAU.
Cuando nos planteamos ir a Nueva Zelanda no pensábamos, ni mucho menos, en tirarnos por un puente. Pero un día surgió la idea y ya no podíamos echarnos atrás sin parecer cobardes: que si el puenting se inventó en Nueva Zelanda, que si fue en un puente sobre el precioso Kawarau, que si allí se rodó parte del Señor de los Anillos. Por eso llegamos a Queenstown con tres objetivos: una breve parada para un segundo desayuno en la capital mundial del deporte de aventura, conseguir usar WIFI gratis y pedir cita para el Salto. Queenstown es una ciudad agradable entorno al lago Wakatipu, hay mucha gente joven en cafes y terrazas, muchos de ellos mochileros, y proliferan también un montón de oficinas que venden las actividades más extrañas: lanchas rápidas por cañones, tirarse desde casi cualquier alto atado de una cuerda, bajar una ladera dentro de una pelota de plástico etc. Nosotros nos dirijimos al CAFE PATAGONIA, recomendado en la Lonely y con WIFI gratis. Allí Jorge decidió pedir como segundo desayuno unas milhojas rellenas de chocolate y caramelo. Nuestro futuro estaba decidido...fuimos a la oficina de AJ Hackett Bungy para realizar el booking. El río Kawarau tiene una bonita garganta muy cercana a Queenstown donde se localizaron algunas escenas del Señor de los anillos, y cuenta con varios puentes, desde uno de los cuales un señor muy gracioso inventó el BUNGY ( o puenting en España). En Nueva Zelanda hay sitios mucho más altos desde los que tirarse, algunos tan emblemáticos como el Kawarau (por ejemplo el Sky Tower), pero nosotros estabamos decididos, era el momento y el lugar. ![]() ![]() ![]() ![]() Tras llegar a la base de operaciones de AJ Hackett Bungy en el Kawarau, nos pesaron y nos apuntaron la medida en la mano ( ¿Para identificar nuestros cuerpos cuando los recogieran del río?). ![]() La cosa estaba decidida, yo saltaría primero mientras Jorge tomaba unas imágenes desde la barrera. Sinceramente yo prefería saltar cuanto antes y no esperar mi turno mordiéndome las uñas. Nunca he tenido mucho miedo a las alturas y siempre me ha gustado tirarme al mar desde varios metros de altura, por lo cual no pensaba que el puenting fuera a costarme demasiado.Me ataron las piernas y dando saltitos me colocaron en el borde de una plancha de madera, pero era yo la que debía tirarse al vacío. Este es el momento culminante, el ser o no ser, saltar o no saltar...y como ya había pagado el pastizal que vale el bungy, y yo soy un poco pesetera, me tiré. La caída y el movimiento pendular es divertidísimo, breve pero divertido, pero el saltar fuera de la plataforma es dificilísimo, cuando estas al borde del abismo. UN SALTO DE FE (fe en que los guys de las cuerdas han hecho esto miles de veces y no la van a cagar justo ahora). Yo no me mojé porque así se lo pedí a los chicarrones que controlaban el salto. Hay que señalar que se tira muchísima gente, pero que aún es mayor la cantidad de personas que paran en el Kawarau única y exclusivamente para ver caer a los más intrépidos. Jorge si que metió todo el cuerpo en el agua, y su salto fue muy aclamado por el público que había en el río, aunque no se puede apreciar en el vídeo dadas mis escasas dotes como cámara. ![]() Tras este subidón de adrenalina continuamos camino hacia Wanaka, pero decidimos parar primero en Arrowtown, un antiguo pueblo minero muy turístico. Allí comimos unos estupendos pasteles de Venado y Pollo en Arrowtown Bakery. Wanaka está al borde de otro impresionante lago y es también un buen punto de partida para visitar al Parque Nacional del Mt Aspiring y parece que en invierno es un importante centro de esquí. ![]() Ruta Te Anau -Wanaka 227 km. ![]() Etapas 4 a 6, total 17
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