![]() ![]() 2400 km por la Costa Oeste ✏️ Blogs de USA
Los Ángeles, Las Vegas, Death Valley, Sequoia, Yosemite, San Francisco, Monterrey, Los Ángeles.Autor: Barbarella Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (29 Votos) Índice del Diario: 2400 km por la Costa Oeste
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Etapas 7 a 9, total 11
Esta era una visita que no nos podíamos perder en nuestro viaje y no nos importó tener que saltarnos otros lugares para poder ver al árbol con más volúmen del mundo. De pequeña en mi casa había un viejo libro de fotos, de esos que regalaban cuando comprabas enciclopedias que se llamaba “Maravillas del Mundo”. Recuerdo pasar horas ojeando ese libro, cuando aún no sé ni siquiera si sabía leer, alucinando con los sitios que salían ¡quien sabe si este libro tiene la culpa de que me guste tanto viajar! Una de las fotos que más me impresionaba era la del General Sherman, un árbol gigante al lado del cual las personas se veían como hormiguitas. Fíjate si el libro era poco riguroso, que anunciaba el árbol como “el más alto del mundo”, y así lo he creído hasta que una charla a sus pies de una ranger del parque me aclaró que no era el más grande, si no el de mayor volúmen, ya que existen árboles aún más altos.
Pero vamos a por el principio de la visita, que me estoy adelantando. Salimos de Death Valley a primera hora de la mañana (desayunando con las provisiones de la nevera) sabiendo que teníamos unas 6 horas hasta llegar a la entrada de Sequoia & King’s Canyon Park. Siguiendo las indicaciones de alguno de los diarios de este foro que me estudié, seguimos la ruta hacia Fresno hasta coger la 180 hacia Grant Grove Village. Parece ser que hay otra entrada por la que te suele llevar google maps, pero es una carretera de montaña con tantas curvas que aunque sean menos kilómetros acabas tardando más. Tal y cómo avanzábamos con el coche, el paisaje iba cambiando poco a poco, primero seguimos un tiempo en parajes desérticos, luego empezaron a aparecer algunos campos de cultivo, bosques, y finalmente, al llegar a la 180, fuimos subiendo y subiendo por las montañas hasta internarnos en el parque. Estas son las vistas en la última parte del viaje: [align=center] ![]() Habíamos parado a comer algo rápido y, turnándonos en la conducción para echar alguna cabezadilla, poco después de las 3 de la tarde llegamos al Kings Canyon Visitor Center y contrastamos la información que traíamos de casa con una ranger mexicana que nos solucionó todas las dudas. Decidimos dedicar esa tarde a la Kings Canyon Scenic Road, que está al norte del parque, justo al lado contrario de nuestro hotel. Es una carretera con unas vistas alucinantes de las montañas y varios miradores donde puedes aparcar sin problemas. Es una carretera de montaña, que implica algunas curvitas y subidas y bajadas, pero en muy buen estado, al menos en esa época del año, ya que parece que en invierno está cerrada. El cambio de temperatura, a pesar de ser mediados de agosto, era notable. No sé a cuantos grados estábamos, pero los pantalones largos y una chaquetilla se hicieron imprescindibles. Y al poco de estar allí también el chubasquero, ya que nos cayó nuestro primer chaparrón. Vistas desde uno de los miradores, algo nublado porque estaba a punto de empezar a llover: ![]() Paramos en el río y las cascadas, donde nos sentamos un rato simplemente a disfrutar de la naturaleza, la tranquilidad y el silencio. ![]() ![]() ![]() En poco más de media hora llegamos al siguiente visitor center, dónde se encuentra una de las cuevas del parque: Boyden Cavern. Llegamos justo para la última visita, que es a las 5:00 de la tarde. Este cartel de la entrada explica muy bien lo que vamos a encontrar allí: ![]() Unas fotos de las formaciones del interior: ![]() ![]() Después ya nos dirigimos a nuestro hotel, poco más de una hora de camino, que estaba justo en la “frontera” entre King’s Canyon y Sequoia Park, cerca del Giant Forest. El hotel era el Stony Creek Lodge, que nos costó 149$ la noche. Un hotel de montaña un poco más viejo que el de Death Valley y con una habitación algo más pequeña, pero en una situación buenísima. Tiene también un camping justo a lado. En el hotel hay restaurante, supermercado y lavandería de las de fichas, que fue genial porque ya empezábamos a necesitar algo de ropa limpia. Si lleváis maletas grandes tener en cuenta que la mayoría de habitaciones están en la primera planta y hay que subir un buen tramo de escaleras sin ascensor. El Stony Creek Lodge: ![]() Recomendación especial para los parques: cuidado con dejar nada de comida o bebida en el coche, ya que es zona de osos. No solo por que un oso os destroce el coche intentando llegar a una bolsa de patatas, si no porque os podéis ganar una multa importante de parte de los rangers. También recomiendan no llevar nada de comida en las mochilas si se hacen excursiones fuera de los puntos turísticos. Hay taquillas de metal en los principales puntos de visita para dejar lo que lleves en el coche a buen recaudo. Nosotros no tuvimos problemas con los osos y solo vimos uno de lejos, pero sí que nos ganamos un aviso de multa por dejar una bebida isotónica y una botella de agua en el coche a la vista. La mañana siguiente lo primero que hicimos fue dirigirnos al Lodgepole Visitors Center, uno de los dos únicos sitios en los que venden las entradas para Crystal Cave. Cómo hay aproximadamente una hora desde el Visitor Center a la cueva, ya te dan el ticket para la próxima visita a la que te de tiempo a llegar. Nos dieron ticket para las 11 y nos fuimos directamente a la cueva. Veréis que este parque no está nada masificado y es fácil encontrar entrada para las pocas actividades que no haces por tu cuenta. La entrada de Crystal Cave y el interior: ![]() ![]() A mí cuando llegué, al ver las indicaciones de la entrada, me entró algo de pánico. No estoy muy en forma y ponía que el camino hacia la entrada de la cueva era “strenuous” y que había que hacerlo en 15 minutos porque tenía que ir todo el grupo junto desde la entrada. Cómo no quería perdérmelo me arriesgué y la verdad es que son muy exagerados. Es un caminito de tierra y escaleras hacia abajo, y puedes seguir el ritmo del guía perfectamente. Lo único quizás acordarte de llevar zapatillas deportivas en vez de sandalias porque si ha llovido un poco puede haber zonas que resbalen. El camino de vuelta sí que supone un esfuerzo mayor porque es cuesta arriba, ¡pero ahora ya no hay tiempo determinado! Así que puedes ir poco a poco y descansando cuando te apetezca. Fuimos a comer prontito al restaurante de Wucksachi Village. Ya nos habíamos adaptado a las horas de la comida en EEUU, dónde la mayoría de los restaurantes, excepto en las grandes ciudades, están cerrando si llegas a la hora normal de la comida española. Y tras la comida, nos dirigimos hacia el Giant Forest, a pasearnos entre las secuoyas y coníferas gigantes que nos hicieron sentir pequeñitos, pequeñitos. ![]() ![]() Hasta llegar a la estrella de la función: el General Sherman. IMPRESIONANTE ![]() ¡La hormiguita que lo mira embobada con la mochila de Decathlon soy yo! Aquí decidimos separarnos un ratillo por que teníamos diferentes preferencias. El deportista del matrimonio repasó las distintas rutas que están bien señaladas partiendo del Giant Forest y se decidió por la más difícil: la ruta a Moro Rock, un peñasco de mil pies de altitud de ascensión desde donde se llega a ver gran parte del parque. La ascensión: ![]() ![]() Y las vistas: ![]() ![]() Yo mientras tanto elegí una ruta más corta y menos empinada que resultó un fantástico paseo de media horita entre los árboles, y volví al General Sherman a tiempo para escuchar la exposición que varias veces al día alguno de los rangers hace sobre el árbol milenario y los esfuerzos por la conservación y el eco-turismo en el parque. Ahí me enteré de que mi admirado general no es el árbol más alto, pero sí el más grande en cuanto a volumen y “cantidad de materia viva”. ![]() Tras el reencuentro con mi media naranja, dimos otro paseito y nos dirigimos ya con el coche al Tunnel Log, un túnel construido atravesando un árbol gigante que se cayó. ![]() En nuestros paseos encontramos túneles parecidos, pero ninguno tan grande como el tunnel log. ![]() Sequoia National Park nos encantó y cubrió todas nuestras expectativas. Y dejó el listón tan alto que nuestro próximo parque, Yosemite, acabó decepcionándonos un poco. Me quedaron un par de cosas en el tintero por si en alguna ocasión tengo oportunidad de volver: - Una ruta a caballo por el parque, que se hacen desde Cedar Grove en Kings Canyon o Horse Corral en Sequoia. - Una charla nocturna con los rangers en las hogueras que hacen varias veces a la semana en algunos de los visitor centers. La página oficial de los parque nacionales tiene toda la información de las cosas que hacer, aunque un poco desorganizada, horarios, precios y mapas detallados. King’s Canyon / Sequoia es una visita que vale hacer por cuenta propia, así que toda esta información, así como resolver dudas en cualquier visitor center, es de mucha ayuda.[/align] Etapas 7 a 9, total 11
Ya habíamos pasado el ecuador de nuestro viaje ¡qué rápido pasa el tiempo cuando te lo estás pasando bien! Esa mañana teníamos sólo 3 horitas hasta nuestro próximo destino ¡nada comparado con los últimos desplazamientos! Así que desayunamos tranquilamente (aunque el desayuno del hotel dejaba bastante que desear) y salimos hacia Yosemite.
A la entrada del parque monumental atasco que ya nos hizo pensar que este parque no era tan tranquilo como el que acabábamos de dejar. A parte del atasco en la barrera dónde compras el ticket de entrada, vimos que se alargaba porque la carretera estaba en obras. Fue la tónica general del parque, la mitad de las carreteras estaban en obras y dejaban sólo un carril durante kilómetros, que para atravesar tuvimos que esperar algunas veces más de media hora totalmente parados. Primero fuimos directos al hotel, ya que como teníamos tan poco tiempo en Yosemite queríamos ver si lo planificábamos por nuestra cuenta con el coche o hacíamos alguna visita organizada. Lo había mirado mucho desde casa y tenía apuntados los puntos de interés (Yosemite Falls, Half Dome, El Capitan, Tunnel View…) Pero no dejan de ser miradores, montañas, ríos... y me parecía difícil encontrar todo por nuestra cuenta, sobre todo teniendo en cuenta los atascos que habíamos visto. Había leído que había rutas en una especie de “trenecito” que en 2 horas te paseaban por los puntos más importantes. Preguntamos en recepción y nos dijeron que los tours había que contratarlos con antelación y ellos mismos nos hicieron el favor de llamar y ver si había algo disponible. Había un hueco para dos a las 4:30, así que nos decidimos por esta opción (25$ por persona). Si vais justos de tiempo recomiendo reservarlo desde casa porque se llenan en seguida. No hay reserva online, pero en la página de actividades del parque hay un teléfono para reservas. El hotel que habíamos reservado era el Wawona Hotel que era el único dentro del parque en el que quedaban habitaciones. Cuando llegamos alucinamos con el sitio. Era como una enorme mansión tipo “Lo que el viento se llevo”, un gran edificio victoriano con sus porches blancos. La lástima era que el edificio necesita definitivamente una reforma. Y sobre todo una sorpresa que nos llevamos por la tarde cuando por fin entramos en la habitación… a pesar de que al hacer la reserva te dejaba elegir (con diferente precio) entre habitación con o sin baño y que yo reservé con baño, nos dijeron que en el hotel no había ninguna habitación así, que el baño era comunitario en todos los casos. Volvimos a nuestra época de estudiantes en albergues, teniendo que ir en mitad de la noche en pijama por los pasillos para llegar al baño. Nos lo tomamos con buen humor y total ¡sólo iba a ser una noche! Y lo peor, 166$ por la habitación, lo que indica también la masificación de Yosemite. Saben que lo van a llenar, así que suben los precios sin problemas. [align=center]El Wawona Hotel ![]() Como aún no estaba la habitación lista nos fuimos con todo en el coche hasta el Yosemite Lodge on the Falls, zona central de esa parte del parque desde donde salen todas las actividades. Además de soportar otros dos atascos (increíble vivir algo así en medio de la montaña), a partir de aquí tuvimos un par de encontronazos con la policía. Primero por exceso de velocidad. El límite de velocidad del parque es de 35 m/h, pero cuando pasas por delante de zonas hoteleras baja a 25 m/h. Justo delante del hotel había una cuesta abajo y el no vimos la señal, así que un coche de policía se nos puso detrás con las luces encendidas y diciéndonos que nos fuésemos al arcén. ¡Son tal cual los habéis visto en las pelis y la tele! Un ranger vino a la ventanilla y, sin quitarse las gafas de sol, nos preguntó muy serio: ¿Saben ustedes porque les he parado? ¡A mi casi se me escapa la risa! El hombre comprobó todos los papeles y el carné de conducir de mi marido (llamando a central y todo) y por suerte se apiadó de nuestra pinta de guiris y nos dejó seguir con un “aviso” en vez de una multa. Al llegar a Yosemite Lodge dejamos el coche en el gran aparcamiento y allí nos ganamos el segundo aviso de la policía, ya que al no haber dejado las cosas en el hotel no nos dimos cuenta de que dejamos una bebida isotónica en el reposavasos del coche. A la vuelta teníamos en el parabrisas el correspondiente aviso diciendo lo mismo que el de la velocidad, al próximo tendríamos multa. En Yosemite llevan al extremo la seguridad con los osos (aunque no son frecuentes los ataques) y estas son las recomendaciones que te dan: ![]() Bueno, el caso es que teníamos unas cuatro horas hasta nuestro tour. Vimos que alquilaban bicis y pensamos que sería una buena forma de dar un paseo por la zona. Te dan un mapa con varias rutas y el tiempo que tardas en cada una para que te puedas planificar. Nos dedicamos a pasear tranquilamente sin preocuparnos por los sitios en los que pasábamos, ya que luego en el tour ya nos situarían diciéndonos que era cada cosa. Durante el paseo encontramos este laguito. ![]() ![]() Hacía buen tiempo pero yo creo que no tanto como para bañarse, aunque había un montón de gente en el agua, sobretodo con barquitas. Al lado del lago había un merendero donde me entretuve observando a una ardilla que parecía buscar sobras de comida entre las brasas de la parrilla. ![]() ![]() Y un cervatillo que se nos acercó curioso: ![]() También encontramos esta iglesia tan mona en medio del bosque ![]() De vuelta al lodge y una vez dejadas las bicis, fuimos a comer a un masificado buffet que había allí mismo. Comida simplemente para salir del paso y llenar la tripa. Trozos de pizzas, hamburguesas, perritos,… nada especialmente bueno, pero tampoco había otras opciones. A las 3:30 hicimos la cola para coger el ticket de las reservas y nuestra audioguía en castellano. Al final la utilizamos poco porque la simpática guía que nos toco era mucho más interesante que la grabación. Subimos al tren y empezamos a recorrer el parque con explicaciones de cada lugar y alguna parada para hacer bien las fotos. Los principales atractivos por los que pasamos: Half Dome
![]() El Capitán
![]() Yosemite Falls (con bastante caudal para ser agosto)
![]() Vistas desde Tunnel View
![]() Cenamos en el mismo Visitors Center, pero no en el buffet, si no en el restaurante más "formal". Normalito y algo caro, pero mucho mejor que el buffet del mediodía. Y de vuelta al hotel nos volvieron a parar por cortes de tráfico y estuvimos haciendo cola unos 45 minutos, en una carretera casi sin tráfico en medio de la naturaleza. El problema es que tenían que cerrar un carril y en vez de ir dando paso poco a poco, lo que hacían era dejar media hora de paso para cada dirección. Yo creo que el tema del tráfico fue fundamental para que no nos quedara muy buen recuerdo del parque. De hecho, la mañana siguiente teníamos previsto seguir en Yosemite y salir para San Francisco después de comer, pero al final nos fuimos después del desayuno. En el desayuno, que era un buffet bastante extenso, vivimos un momento divertido cuando subieron la bandera como cada día en el hotel, mientras sonaba el himno americano y la mayoría de turistas internos se levantaron con la mano en el corazón cantando en voz en grito "O say, can you see, by the dawn's early light". ¡Menos mal que nosotros no tenemos letra! [/align] Etapas 7 a 9, total 11
Después de la experiencia auténtica del desayuno y tras pasar otro atasco a la salida de Yosemite, en cuatro horitas y algo nos plantamos en San Francisco.
La primera impresión fue… ¡qué frío! ![]() Llegamos a nuestro hotel, muy cerquita de Union Square. La situación era inmejorable y el hotel está muy bien. Y a destacar la atención en recepción, con personal de lo más agradable. Era el King George Hotel, de la calle Mason. Encima, nada caro para lo que habíamos encontrado hasta ahora, unos 120$ la noche. El coche lo dejamos en el parking de enfrente y ya no lo cogimos hasta el último día. Creo que costaba unos 20$ al día. Nos abrigamos todo lo bien que podíamos, dimos un breve repaso al mapa de San Francisco, y bajamos a comprar nuestro Munipass para los próximos días al kiosco de Market St. con Powell St. Pase para tres días, 20$. Pudiendo subir en todos los tranvías y autobuses incluido el tranvía histórico. [align=center] ![]() ![]() Ya que estábamos en Market con Powell, aprovechamos para echarle un vistazo al tranvía antiguo que sale de allí mismo. ![]() Luego subimos hasta Chinatown y dimos una vuelta por el barrio buscando las calles Grant y Stockton, que había leído por el foro que era la calle más auténtica. ![]() ![]() Y andando, andando, casi sin dar nos cuenta, nos encontramos en uno de los puntos que nos habíamos apuntado para visitar: la librería City Lights en Columbus Avenue. Era el punto de referencia para escritores del movimiento Beatnick, que se reunían en el café Vesuvio (justo al lado de la librería) para escribir y debatir entre ellos. La calle que separa los dos establecimientos se llama precisamente Kerouak Street. Hicimos unas compritas en la librería y seguimos con el paseo. ![]() ![]() ![]() Cogimos el tranvía y nos fuimos a otro punto que nos interesaba visitar: Misiones. Andamos bastante porque nos equivocamos de parada, pero al final conseguimos encontrar el barrio y alguno de los enormes murales que adornan los edificios. ![]() ![]() El barrio no es demasiado animado (al menos un jueves de agosto por la tarde) pero hay taquerías de lo más auténtico por si pasáis a la hora de comer o cenar. Se empezaba a hacer de noche y habíamos decidido cenar en Castro, así que nos acercamos andando al barrio símbolo de la lucha gay, que no está demasiado lejos. El cambio fue brutal, porque Castro sí que estaba lleno de gente que empezaba la noche cenando en los múltiples restaurantes, tomando algo, o asistiendo a alguna de las muchas opciones culturales. Nos recorrimos gran parte de la calle Castro, donde te da la bienvenida una enorme bandera multicolor, muy cerca de dónde se encuentra el concurrido local en honor a Harvey Milk, abanderado de la lucha homosexual. ![]() ![]() Acabamos la noche cenando muy bien en un japonés de la misma calle y fuimos a descansar nuestros agotados pies al hotel. La mañana siguiente teníamos pensado dedicarla al Golden Gate. Habíamos comprado en el mismo hotel un billete especial para los autobuses turísticos que van a Sausalito. Además podíamos usarlo el resto del día y al día siguiente subiendo a cualquiera de las líneas de los buses turísticos, esos que van descubiertos. Cómo había una parada cerca de Lombart Street, decidimos empezar por esta famosa calle antes de ir a por el bus. Es la famosa calle empinada y con curvas, decorada con bonitos parterres de flores. La vista desde abajo: ![]() Y desde arriba: ![]() Desde ahí fuimos hacia los muelles a coger el bus descubierto para un primer cruce del puente. Hacía un frío horrible y sabíamos que la niebla nos iba a negar las mejores vistas, pero solo nos quedaba un día y las previsiones del tiempo decían que incluso empeoraría. Decidimos cruzarlo con el bus, hacer una breve parada en Sausalito y cogerlo de vuelta…. Solo para parar en la entrada y volver a cruzarlo andando! ![]() De vuelta al frío empezamos nuestra caminata que al menos ayudaba a entrar en calor y además podíamos ir parando a hacer nuestras fotos. ![]() ![]() ![]() ![]() Y los curiosos carteles a lo largo de todo el puente que pretenden evitar los suicidios: ![]() Llegamos helados hasta Golden Gate Ford Point, justo al final del puente, y allí cogimos otra vez el autobús hasta Sausalito bajo este sol abrasador: ![]() Sausalito es un pueblo de casitas encantadoras donde se nota que hay dinero. ¡No me extraña que la gente adinerada de San Francisco busque una casita allí para poder disfrutar del sol a solo unos minutos de la ciudad! ![]() ![]() Una vez allí buscamos corriendo (se nos estaba pasando la hora de comer) la hamburguesería más recomendada del foro ![]() La famosa hamburguesería del toldo verde: ![]() Y nuestra amiga gaviota con San Francisco al fondo: ![]() Como ya estábamos algo cansados de autobús, decidimos coger el ferry de vuelta para admirar la bahía desde el mar. Vista de Sausalito ![]() El Golden Gate que seguía con niebla ![]() Y la bahía desde el mar: ![]() Ya que llegamos al embarcadero, decidimos dedicar la sobremesa a la zona de los muelles. Primero a ver a los “hiperactivos ![]() ![]() Y luego dimos una vuelta por las múltiples tiendas del muelle, que como había salido un poco el sol estaba bastante animado. ![]() ![]() Para comer paramos en el Fisherman Wharf, en uno de los puestos que sirven el famoso Clam Chowder, una crema espesa con patata, almejas y no sé que más. La tomamos en el típico pan de hogaza dónde se sirve la sopa dentro. ![]() La verdad es que no nos gustó mucho, y esa fue la excusa perfecta para dirigirnos directos a otra de las recomendaciones del foro: la heladería Ghirardelli. El edificio se ve desde el Fisherman Wharf, porque es una fábrica inmensa de chocolates y helados enorme en la plaza de su mismo nombre. Tienen un par de tiendas dónde comprar mil chocolates y galletas distintas, algún puesto de helados para llevar y una heladería gigante. Como no somos naaaaaada golosos… ![]() El edificio y la cola de la heladería: ![]() ![]() Y algunas de las delicias que ofrecen: ![]() Fuimos a descansar un rato al hotel (ya eran muchos días y las calles de San Francisco cansan bastante) y dedicamos el resto de la tarde simplemente a callejear y disfrutar de la ciudad sin rumbo fijo. Para cenar, y una vez más siguiendo las recomendaciones del foro, volvimos a Chinatown y a House of Nanking (919 Kearny Street). Es un restaurante chino tradicional (nada que ver con los woks que abundan por aquí) con mesas abarrotadas y muy juntas, pero que se compensan con una comida buenísima. Nada lujoso pero entendimos el por qué de su fama y no nos importó hacer unos 40 minutos de cola a la entrada para poder cenar. Teníamos bastantes reservas de alimento después del helado de Ghirardelli ![]() ![]() A la salida nos dimos cuenta que estaba justo enfrente el Café Zoetrope, cuyo propietario es el director de cine Francis Ford Coppola. Por si os apetece tomar algo después de comer. Nosotros estábamos muy cansados y nos fuimos directos a la cama. Y llegó nuestro último día en esta maravillosa ciudad. Teníamos un montón de planes, así que desayunamos en un fantástico café que habíamos descubierto en la esquina del hotel y nos fuimos para Union Square. Aún nos valía el pase de los buses turísticos que habíamos comprado para Sausalito, así que cogimos uno que iba directo al Golden Gate Park en vez de ir en tranvía. Cómo llegamos un poco antes de la salida del bus, aprovechamos para hacer algunas fotos de la plaza (estaba ocupada en medio por un gran entoldado que acogía una muestra de gastronomía) y de las curiosas esculturas de corazones que se encuentran en cada esquina. ![]() El parque es enorme, pero nos centramos en el Japanese Tea Garden, un impresionante jardín construido para la exposición internacional de 1894. Pasamos un buen rato entre estanques con carpas, pagodas, puentes de madera y plantas japonesas. La entrada creo que eran unos 5$ por persona y hay una bonita casa de té si quieres probarlo en ese entorno. ![]() ![]() A la salida nos fuimos andando (es un buen trozo) hasta el barrio de Haight Ashbury, que se considera el barrio “hippie” con un montón de tiendas de ropa modernas y de segunda mano. Me encantó la tienda de Betty Page y cayeron algunos regalitos. ![]() Después seguimos andando hasta Alamo Square, para ver las famosas “Painted Ladies” , una fila de preciosas casas victorianas que salían en la cabecera de la serie de televisión Padres Forzosos. ![]() La dirección exacta es 710–720 Steiner Street, por si no queréis dar la vuelta completa a la plaza como nos tocó a nosotros. Esa es una zona en la que no encontramos tranvía y, como teníamos hora para nuestra excursión nocturna a Alcatraz, decidimos coger un taxi. No es nada fácil coger un taxi por la calle en San Francisco (mejor siempre pedirlo desde algún hotel o restaurante o buscar una parada habilitada), y cuando ya estábamos desesperados nos paró un cochazo para ofrecernos llevarnos a donde quisiéramos. Vimos claramente que era un taxi pirata, pero negociamos con él un precio más que razonable para llevarnos al muelle y la desesperación y el cansancio nos hizo aceptarlo ![]() Contratamos la visita con Alcatraz Cruises, el night tour que sale a las 6:10, 33$ por persona. Salen del Pier 33. Reservamos desde casa porque se suelen llenar bastante rápido. Te dejan hacerla dos meses antes. Primer consejo ¡ropa de mucho abrigo! A pesar de las capas de ropa, los gorros y los pañuelos a modo de bufanda, pasamos un frío horrible. Nos subimos al barco y poco a poco la isla fue tomando forma ante nosotros. ![]() ![]() A la llegada nos dieron las indicaciones para la visita y un folleto (había varios idiomas incluyendo español). Una vez entras en el edificio principal te dan una audioguía que es de las mejores que nunca he oído, tanto por la narración como por la ambientación. La audioguía es la que te va guiando por las estancias explicándote dónde estás en cada momento así como recreando el espacio sonoro de los años en que la cárcel estaba abierta e incluyendo declaraciones de antiguos presos. Es difícil transmitir las sensaciones que te da esta visita, así que os invito a experimentarlo por vosotros mismos si tenéis oportunidad y añado algunas fotos para ambientar. La sala de las duchas, justo a la entrada: ![]() Una de las celdas: ![]() Las galerías ![]() Una celda que conserva las pinturas que dejó el preso que la ocupaba: ![]() Al regreso a los muelles volvimos al Pier 39, ya que el día anterior le habíamos echado el ojo al restaurante Crab House, donde la especialidad, como su nombre indica, es el cangrejo. Nos comimos el cangrejo más delicioso que he probado nunca, con una salsita para chuparse los dedos. La foto del manjar: ![]() Después de otro sueño reparador, nos preparamos con mucha pena para abandonar la ciudad. Antes, y aprovechando que ya cogimos el coche, no podíamos dejar de bajar por la calle Lombard y sus curvas, que ya habíamos visitado a pie. Se hacen auténticas colas para bajar, pero como era prontito por la mañana, no tuvimos problema. Lo que no sé es cómo los vecinos que tienen el parking en la calle soportan esas colas cada vez que tienen que entrar y salir de casa. También fuimos al mirador de Twin Peaks, dónde se puede disfrutar de una vista de toda la ciudad… ¡si la niebla te lo permite! A nosotros nos había acompañado durante todo el viaje y hoy no iba a ser menos, como se puede apreciar en la foto: ![]() Y desde estas vistas dijimos ¡hasta la próxima San Francisco![/align] Etapas 7 a 9, total 11
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