![]() ![]() Mi Aventura Estambulita! ✏️ Blogs de Turquia
Viaje de 5 días por Estambul; Septiembre de 2011.Autor: MangelofPuppets Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (2 Votos) Índice del Diario: Mi Aventura Estambulita!
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Etapas 1 a 3, total 5
Emprendimos el vuelo a Estambul el 22 de Septiembre a las 11.20 am, fue una muy buena hora para viajar ya que no tuvimos que madrugar demasiado, y además habíamos hecho previamente el check in online con Iberia. Fueron 4 agradables horas de vuelo; llegamos alrededor de las 15.30 pm (16.30 hora Turca).
Al llegar al aeropuerto, nos recogió un transfer que habíamos contratado al reservar el hotel, y nos estaban esperando puntualmente con el nombre de mi cuñado escrito en una mezcla española-turca, que igual pudimos reconocer. El traslado al hotel se realizó en más o menos media hora; y el pago se realizó en el hotel. Nos quedamos en el hotel Arden City, en el barrio de Sultanhamet. Excelente ubicación, muy cerca de la Mezquita Azul, la basílica Santa Sofía y el palacio Topkapi. En el centro histórico de la ciudad y con fácil acceso a cualquier sitio de interés! Al llegar lo primero después de instalarnos fue hacer un pequeño “reconocimiento de terreno” y sacar las primeras fotos a las imponentes mezquitas. De inmediato quedé sorprendida con la magia y belleza de la ciudad y con la convivencia de distintas culturas en un solo lugar. Las mujeres más tradicionales van de negro y tapadas por completo, otras van tapadas con abrigos largos de colores neutros y en la cabeza llevan un pañuelo; y las más osadas se visten como quieren. Como comenzó a anochecer, optamos por salir a cenar a los restaurantes que están bajo el puente Gálata, que une las 2 partes europeas de Estambul. Quedamos impresionados con la cantidad de gente pescando, la gran variedad de restaurantes (la mayoría con especialidad en pescado fresco y mariscos), y los turcos fuera de ellos insistiendo para que entráramos. Muchos, para sorpresa nuestra, nos confundieron con italianos, lo cual no dejó de hacernos gracia. Nos costó decidirnos ya que no teníamos ganas de comer pescado, así es que entramos en uno que tenía una carta más variada, que incluía mariscos y los famosos kebap. El cenar mirando el cuerno de oro, con la mezquita Eminonu (o mezquita Nueva) iluminada y al fondo el puente que cruza el Bósforo, es un imperdible. Etapas 1 a 3, total 5
Conviene madrugar para evitar colas en la entrada a los lugares, pero tampoco tanto. Nosotros salimos del hotel a las 9.30 am y no tuvimos problemas para acceder a ningún sitio, y si que visitamos varios!
Empezamos por el palacio Topkapi ya que es sumamente grande y se recorre en 3 o 4 horas yendo con calma. La entrada cuesta 10 liras, y el harem 15. Contratamos audio-guía para el palacio Topkapi pero no la recomiendo ya que no nos dejó satisfechos con las explicaciones (nos dijeron que era mejor visitar el harem con audioguía pero no lo hicimos). El palacio Topkapi fue construido por el sultán Mehmet II en 1478, fue sede del gobierno otomano y residencia habitual de los sultanes por casi 400 años. Alucinamos con los miles de pabellones y salones, todos decorados recargadamente con la típica cerámica iznik y toques de oro. Lo que más me impactó fue el salón de los tesoros del sultán (había una gran cola para entrar), donde se podía apreciar las coronas, collares, anillos y los regalos del sultán por victorias de guerras. Todos de oro con metales preciosos como esmeraldas, zafiros, brillantes y rubíes. Dentro de ellos nos sorprendimos al ver en uno de los escaparates el bastón que supuestamente fue usado por Moisés. El harem era el sitio privado y prohibido donde vivía el sultán y su familia, que incluía esposas, hijos, concubinas y esclavos negros (eunucos). También funcionaba como escuela. Las concubinas eran trasladadas al harem entre los 5 y los 12 años para educarlas antes de ser presentadas al sultán. El sitio es muy bonito; y los jardines del palacio tienen vista al már de mármara, al Bósforo y al cuerno de oro. La superficie total del palacio es de 700.000 m² rodeada por una muralla bizantina. Luego nos trasladamos a la basílica Santa Sofía (“santa sabiduría”), construida en el siglo V, reinaugurada en el año 532 por Justiniano I, y en pie hasta el día de hoy! Fue convertida en mezquita en 1453 y en museo en 1934. Al entrar quedé con la boca abierta; es que nunca había visto algo tan imponente y tan antiguo! Dentro se puede observar la exquisita y extraña mezcla de las 2 religiones, por ejemplo, en la galería del segundo piso hay preciosos mosaicos bizantinos con imágenes de Jesús y la Virgen, y en las paredes medallones con los nombres de Alá, Mahoma y los 4 primeros califas en caligrafía árabe. Después de comer un kebap (definitivamente son mejores los de Barcelona) en un restaurante aledaño, nos dirigimos a la Mezquita Azul. Como estaban orando, tuvimos que esperar afuera para poder entrar. Aprovechamos de visitar el antiguo Hipódromo bizantino que hoy es plaza, donde se encuentran 3 monumentos importantes: un obelisco egipcio que data del año 1500 AC, la columna serpentina (año 479 AC), y la columna de Constantino, que estaba en reparación. Antes de entrar a cualquier mezquita, es importante saber se deben quitar los zapatos (es práctico llevar una bolsa para guardarlos), las mujeres colocarse un pañuelo en la cabeza, no ir con los hombros y rodillas descubiertas, de todas formas, a la entrada si ven que estás muy “desnudo” te dejan algo para cubrirte. La Mezquita Azul es la más grande de las 2000 que hay en Estambul. Fue construida por orden del sultán Ahmet I para eclipsar a la mezquita Suleymaniye y a la Santa Sofía. Se llama así porque dentro está cubierta con azulejos bizantinos de Iznik, de color azul. Es muy bonita, y como toda mezquita, tiene un pequeño altar que señala a La Meca (mihrab) y dentro no hay muebles ni figuras de Mahoma o Alá, sólo una inmensa alfombra donde los fieles se arrodillan a rezar. Me produjo curiosidad el hecho de que los hombres rezan adelante, mientras que las mujeres están atrás, en una sala separada. Dicen que es para que los hombres no se desconcentren al rezar. De la Mezquita nos fuimos hacia el barrio Çemberlitas, donde se encuentran los famosos baños homónimos, y en el camino nos encontramos con la Columna de Constantino, columna egipcia que ocupaba el centro del foro del emperador y que data del año 330 DC. En su base dicen que Constantino enterró reliquias religiosas sagradas, entre ellas el hacha de Noé. A los baños no entramos porque no eran mixtos, así que pensamos en ir a los de Sulaymaniye, pero no nos dio tiempo. Caminando nos encontramos con el Gran Bazar, miles de tiendas que son para volverse loco, primero por la cantidad de gente que anda circulando, y segundo, por la gran oferta y lo pesados e insistentes que son los Turcos. Para comprar en Estambul, obligatoriamente se debe regatear, consiguiendo los productos a menos de la mitad de lo que dicen en primera instancia! Lo más típico y recomendable para comprar son las joyas (con piedras de amatista, turquesa, ámbar) lámparas de mosaicos, chaquetas y bolsos de cuero, tejidos, alfombras, delicias turcas, y los famosos ojos que protegen de la envidia o mal de ojo y que están por todas partes. Había leído que en ese bazar los precios son más elevados que en otras tiendas, pero la verdad es que ese fue el lugar donde el último día adquirimos las bellas lámparas que queríamos al mejor precio. Este día fue bastante productivo, llegamos cerca de las 20 horas al hotel, y luego de un aperitivo en la terraza del hotel, con una hermosa vista a la Mezquita Azul y Puente del Bósforo; partimos a cenar en un restaurante del barrio. Cabe destacar que la comida en Turquía es bastante más barata que en España (aunque igual me quedo con la española), y en la mayoría de los restaurantes no se vende bebidas alcohólicas, por lo que nos acostumbramos a beber té con deliciosos baklavas, a los cuales me hice adicta! Etapas 1 a 3, total 5
A pesar de todo lo recorrido nos faltaba bastante por conocer, y estábamos ansiosos por seguir! Salimos del hotel alrededor de las 9.30 o 10 am con destino a la Cisterna Basílica o “palacio sumergido”; un gran depósito subterráneo que se utilizaba para recoger y guardar agua en época del emperador Justiniano I. Es interesante conocer este lugar ya que remonta hacia otra época. El observar las columnas de piedra iluminadas es todo un espectáculo, claro, si es que no se corta la luz minutos después, como nos pasó a nosotros, con lo cual el panorama cambió por completo: las columnas ya no destacaban ya que se iluminó el lugar con focos de emergencia. Al final se encuentran dos columnas con el rostro de Medusa tallado. El origen de las dos cabezas es desconocido, pero se dice que los bloques están orientados hacia los lados y boca abajo con el fin de anular los poderes de la mirada de la Gorgona, monstruo que deja petrificado a quien osa mirarla.
Seguimos nuestro recorrido hacia la Mezquita Suleymaniye, la segunda más grande de Estambul, construida en el siglo XVI. Sin duda nos gustó más que la Mezquita Azul, ya que los colores de su interior son más variados, había menos gente, y su aura invitaba al recogimiento espiritual, independiente de la religión que uno sea. Estuvimos un largo rato sentados observando y meditando, para luego continuar hacia el Bazar Egipcio o Bazar de las especias, un paraíso para quien goza cocinando. Como ese no es mi caso, una vuelta para conocerlo fue suficiente. Dudamos un poco en qué camino seguir, hasta que nos decidimos a coger un transbordador en el puerto Eminonu para atravesar el Bósforo y visitar el lado asiático. La idea fue fantástica, ya que los turcos los usan como medio de transporte habitual y se puede conocer bastante tan sólo pagando 2 liras (menos de 1 euro), mucho más conveniente que tomar un crucero o un servicio privado. Paramos en Uskudar, y al caminar por el barrio quedamos un poco desilusionados al ver más atraso y pobreza que en el lado europeo. Según los Top 10 de Estambul, que siempre llevábamos a cuestas, una recomendación en esa zona era comer en el antiguo Restaurante Kanaat (de 1930), que ofrece muy buena comida típica turca, con un servicio rápido y amable. Luego de visitar rápidamente la Mezquita Semsi Pasa (una de las últimas obras del arquitecto Sinán, quien construyó casi 150 mezquitas en Estambul) retornamos al lado europeo, esta vez en un transbordador que nos llevó a Besiktas, ya que nuestro próximo objetivo era visitar el barrio Ortakoy, al cual llegamos andando (esa fue una larga caminata!). Ese lugar nos gustó mucho, tiene pequeñas calles con puestos de venta de artesanía, restaurantes, y un pequeño escenario al aire libre donde hacen concursos y conciertos. Lo más característico es comer “kumpir”, una patata asada rellena con lo que uno le quiera poner. Tomamos un té en la Cafetería Beltas mirando el Bósforo y el puente del Bósforo mientras el sol se escondía. Estábamos tan cansados, que a la vuelta tomamos un taxi, y para sorpresa nuestra costó muy barato así es que junto con los pies, ese fue nuestro medio de transporte habitual de ese momento en adelante. Llegamos al hotel a descansar un poco antes de salir a cenar. Esta vez nos fuimos a la plaza Taksim para bajar por la calle Istiklal, famosa por sus 2 km. de comercio. Definitivamente esa es la zona más cosmopolita de Estambul, y cuando cae la noche es el momento en el que se anima con el ir y venir de la gente y sus restaurantes, bares y discotecas o las famosas tabernas de la calle Nevizade donde degustamos una tapas acompañadas de un exageradamente caro cocktail (conviene pedir cerveza, es más barata y la local - Efes - no está nada mal). Tanta gente nos saturó al poco rato y el cansancio nos mandó de vuelta al hotel cerca de las 12 am. Etapas 1 a 3, total 5
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