![]() ![]() El Imperio del Sol Naciente ✏️ Blogs de Japon
Viaje organizado de 15 días a Japón realizado en Agosto de 2007, visitando Tokio, Hakone, Takayama, Kanazawa, Kyoto, Hiroshima, Nara y Osaka.Autor: Miguelang031075 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (53 Votos) Índice del Diario: El Imperio del Sol Naciente
01: Vuelo rumbo a Tokio y adaptación
02: Un intenso día en Tokio
03: Templos y mausoleos de Nikko
04: Jardines de Tokio
05: Un viaje por tierras de volcanes y onsens
06: Rumbo a Takayama
07: Atravesando los Alpes Japoneses: Shirakawa-go y Kanazawa
08: Llegando a Kyoto
09: Un día de templos en Kyoto
10: Nara
11: Hiroshima y Miyajima
12: El castillo de Himeji
13: Un Día En Osaka
14: Despedida de Japón
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Etapas 7 a 9, total 14
Es el día 8 del viaje y nos vamos ya de Takayama rumbo a Kanazawa. No obstante tenemos tiempo libre para dar unos últimos paseos por la ciudad, hasta las 10:30. El autocar nos deja en el distrito Sanmachi. En primer lugar damos un paseo por el mercado de Miya-gawa, ubicado junto al canal del mismo nombre y que atraviesa el distrito. Se pueden ver diferentes tipos de verduras, artesanía y souvenirs. No es nada del otro mundo, pero para comprar algún detalle puede estar bien. ![]() Lo que de verdad me interesa visitar, que no me dió tiempo la tarde anterior, es una de las típicas casas de comerciantes. Elegimos la Kusakabe Mingeikan. Esta familia comerciante llegó a Takayama durante el período del clan Tokugawa. El establecimiento se llamaba Taniya y se utilizaba fundamentalmente para prestar dinero y posteriormente también como casa de cambio. Durante el período Meiji, restaurado ya el poder imperial, la casa se incendió (en 1875) y fue reconstruida 4 años después siguiendo el estilo arquitectónico del período Edo. El horario es: 8:30 - 17:00 h mar-nov, 8:30-16:30 dic-feb, 500 JPY. En la construcción de la parte principal de la casa se utilizó la madera de ciprés japonés. ![]() La casa, que actualmente es un museo de arte popular, contiene objetos como artesanía en madera, cerámica, muñecas de alto diseño, un carruaje, urnas de incineración, un altar budista de la familia. Además hay otra sala con la cocina y un jardín. En algunas de las habitaciones las puertas correderas tienen grabados muy elaborados. La casa tiene probablemente una superficie superior a los 1000 metros cuadrados. ![]() ![]() ![]() ![]() Tras una hora de visita (lamentablemente no tenemos más tiempo hasta la salida del autocar) nos dirigimos nuevamente hacia la zona del mercado donde nos espera el autocar para salir hacia Kanazawa. Durante el trayecto atravesamos la montañosa zona de los Alpes japoneses. La carretera es un continuo zigzaguear, subiendo y bajando y bordeando algún que otro pantano, con la presa de Miboro. Tenemos una parada intermedia en Shirakawa-go, famoso por las granjas en forma de "A" y techo de paja, de nombre gassho-zukuri (manos unidas en oración). Durante los años 60, la construcción de la presa hizo que muchas de estas granjas se trasladaran a las ubicaciones actuales, para evitar que quedaran sumergidas por las aguas. La localidad que visitamos en concreto es Ogimachi, que es Patrimonio Mundial de la Unesco. Actualmente está preparada para el turismo, refleja las costumbres que aún perduran en algunas de las regiones más rurales del país. Tenemos unas 2 horas para pasear por la localidad. Inicialmente paseamos por la pequeña localidad para tener una panorámica de las diferentes granjas. ![]() ![]() ![]() Finalmente entramos a una granja, la Wada-ke (300 JPY, 9:00-17:00 h) que contiene una muestra de diferentes herramientas relacionadas con la seda, como por ejemplo telares. Se trata de la granja más grande de Shirakawa-go, perteneciente a una familia de ricos comerciantes de la era Edo. En la granja tenemos acceso además a otras salas como la cocina y el altar familiar. ![]() ![]() Desde la planta superior donde están las herramientas, se puede ver una bonita panorámica. ![]() Finalizada la visita de la granja, es hora de dejar esta preciosa localidad. A continuación, y como tenemos el horario ajustado, paramos en el primer área de servicio para comer. En el restaurante tienen una hoja donde vienen dibujos de los platos disponibles, con un número asociado. En esta ocasión hay que pedir el plato mediante otro método. En una máquina expendedora hay que marcar el nº del plato que te interese y recoger el ticket. Después ir a la barra y entregar el ticket. En esta ocasión me decanto por un tazón enorme de sopa con ramen. Este plato junto con el refresco me cuesta unos 700 u 800 JPY. Si hay algo más difícil que coger el nigiri-sushi, las lonchas de sashimi o la tempura de langostinos con palillos, sin duda alguna deben ser los fideos en cualquiera de sus tipos. Es literalmente imposible, al menos para una persona que lleve usando tales artilugios tan sólo 1 semana. Al final, pillo como puedo los fideos y utilizo la costumbre japonesa de aspirarlos. Supongo que por una vez nadie me mirará raro y con gesto de desaprobación :oops:. Terminada la comida nos marchamos ya hacia Kanazawa directamente. El guía no para de contar anécdotas e historias, eso se agradece, porque aprendes más sobre el país, aunque llega un momento que ya se hace cansino, ya que lleva 2 ó 3 días sin parar de parlotear. Sus temas de conversación en este tiempo han sido muy variados: - Sectas religiosas existentes en la actualidad. - Forma "característica" de andar de las japonesas, de la cual parece que el kimono es la culpa. - Universidades privadas más importantes del país. Resulta que son de origen católico. - Planificación de los japoneses en todos los aspectos de su vida. No hay lugar a la improvisación. Por ejemplo: los ayuntamientos diseñan el itinerario que deben seguir los niños para ir desde sus casas hasta los colegios, el gobierno se plantea instaurar de nuevo las clases los Sábados porque muchos niños no saben qué hacer en su tiempo libre. - La 2ª Guerra Mundial. - La costumbre japonesa de copiar todo tipo de artes y técnicas para seguidamente realizar una mejora. - A las japonesas no les gusta tomar el sol porque tener la piel morena lo consideran un signo de baja clase social. ![]() - Altares religiosos en los hogares: budistas, sintoístas y católicos. Lo de los altares católicos está relacionado con el hecho de que algunas personas estudien en universidades privadas de origen católico. Según parece los japoneses tienen un sentido muy práctico de la religión. - Entusiasmo que tienen los japoneses con la cultura estadounidense. Los consideran los mejores. Llega un momento que uno ya no sabe si tomarse muy en serio lo que dice este hombre. Llegamos finalmente a Kanazawa, ciudad cultural de aproximadamente 500.000 habitantes. Esta localidad destaca principalmente por el maravilloso jardín del siglo XVII Kenroku-en, el barrio de las geishas y los samuráis e incluso la galería de arte moderno Siglo XXI. Ni cortos ni perezosos nos bamos directamente en el autobús hasta el jardín. Deben ser aproximadamente las 3 y media y ni qué decir que el calor sigue siendo de lo más agobiante, tanto que me veo obligado a recorrer el jardín armado de abanico y paraguas, para quitarme el sol. Este jardín está considerado uno de los tres más bonitos de Japón y ni qué decir que al menos me parece espectacular. El nombre de Kenroku está relacionado con el jardín chino de la dinastía Sung que exigía 6 atributos para la perfección: aislamiento, antigüedad, amplitud, artificialidad, agua abundante y vistas panorámicas. Este jardín cumple con estos requisitos de pleno. Durante el recorrido vemos diversos lagos (espectacular el primero, donde me hago una foto con una panorámica bastate completa), árboles con formas curiosas, sobre todo uno con el tronco en posición totalmente horizontal y que casi reposa sobre el lago, también vemos los postes que utilizan para atar las ramas de los árboles en invierno (con el doble efecto de crear formas de gran belleza y evitar que caigan por el peso de la nieve), por supuesto los cuervos, y algunas cascadas y riachuelos. ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Después de ver el jardín nos marchamos hacia el barrio de los samuráis, o más bien, lo poco que queda de él, en el distrito Nagamachi, una zona de calles estrechas y sinuosas, aunque a mí no me lo parece tanto. Vamos a realizar la visita de la casa samurái de Nomura (500 JPY, 8:30-17:30 h abr-sep, hasta las 16:30 oct-mar). La casa me gusta especialmente por dos motivos, al margen de la casa como tal propiamente dicha: uno es el jardín que tiene en el patio central y el otro es la armadura de guerra (supongo que de samurái) que está expuesta en una vitrina. ![]() ![]() ![]() Terminada la visita de esta casa nos tenemos que dirigir ya hacia el hotel. No obstante, un grupito de gente nos quedamos por el centro, porque vamos a entrar al Museo de Arte Contemporáneo Siglo XXI. La entrada cuesta 900 JPY y bueno......qué decir del museo. Este tipo de arte, o más bien determinadas obras, escapan a mi capacidad de comprensión y tengo dudas de si considerarla obra de arte o de caradura. La primera sala que visitamos me hace renegar un poco de la entrada que acabo de pagar. Aparte de alguna obra que me recordaba a cierta exposición que había visto hace años en el Guggenheim de Bilbao, o también en el Reina Sofía de Madrid, hay una colección de fotografías en blanco y negro de ciertas partes del cuerpo, pero peludas, muy peludas ![]() ![]() Pero sigamos con la visita del museo. Lo que más me llama la atención es la pequeña fuente con forma de estanque que hay en el patio central. Cuando te asomas resulta que ves gente debajo del agua. Intrigados por el mágico misterio bajamos a la planta inferior, entramos en una pequeña habitación rectangular de color azul y con las esquinas redondeadas. Miramos hacia arriba y...... vemos agua y unas personas que nos miran. Así pues, resulta que la fuente está sobre una habitación con el techo transparente. Esta obra de arte, por llamarla de alguna manera, me anima bastante, aunque sea una chorrada y ahora estoy más contento por los 900 JPY pagados. Después de hacer el tonto y unas fotos de risa en esta habitación nos vamos a otra exposición temporal que hay en el piso inferior, en este caso de pintura contemporánea (no sé llamarla de otra manera). Aunque sigo sin entender demasiado este arte, al menos me gusta y me llama la atención la combinación de colores de muchos de los cuadros y lo que han intentado representar. En este caso sí que me llevaría alguno para mí casa. ![]() Después de los pros y contras del Museo de Arte Contemporáneo nos dirigimos a pie hacia el hotel, que está a unos 10 ó 15 minutos del hotel, el Kanazawa New Grand Hotel. Nos cuesta un poco de trabajo encontrarlo, son varios edificios anexos y no sabemos muy bien cuál es. Al final, preguntando a una chica que pasa por la calle nos acompaña hasta dejarnos medio encaminados. Descansamos una horita en la habitación y salimos de nuevo para pasear y buscar restaurante, a eso de las 19:30. Según la guía Lonely Planet, esta ciudad cultural tenía bastante ambiente, pero dada la hora que es no me lo parece. Después de algún que otro almuerzo en área de servicio y de la cena en Takayama a base de carne que no me hizo demasiada gracia, quiero volver a la comida japonesa por excelencia: el sushi y el sashimi. Decidimos buscar el restaurante Janome-Sushi, que según la guía es un famoso restaurante de la ciudad que sirve sushi, sashimi fresco y cocina Kaga. A pesar de tenerlo situado en el mapa no hay manera de encontrarlo. Cansados de dar vueltas, entramos a un restaurante de comida rápida a preguntar dónde está el susodicho restaurante de sushi. Y aquí es cuando me vuelve a sorprender la amabilidad de los japoneses. Una de las camareras nos acompaña, pero de una forma peculiar. Cuando sale de su local echa a correr, y nosotros detrás. Se para, mira atrás y cuando ve que la seguimos se ríe y vuelve a correr. Repite esta jugada unas 3 veces. A mí me da la risa y me da por pensar, al margen de la amabilidad de la chica, si corre por haber dejado su puesto, si le falta un hervor o si es que le apetece jugar. Sea como sea nos deja prácticamente junto al restaurante, que por mala fortuna está cerrado. Seguimos caminando en busca de otro sitio para comer y entonces vemos un pequeño restaurante muy colorido y algo hortera. Entramos y nos llevan a la planta de arriba. Está vacío, ¡mala señal!. Alguien dice que sobre la mesa hay no se qué de una ruleta china, y claro, resulta que en vez de restaurante japonés hemos terminado en uno chino. Miramos la carta. Enterita en japonés, o en chino. Aunque vienen algunos dibujos, no sabemos si los platos son de tallarines, de cerdo o de gambitas. Para mayor inri, la camarera no habla ni palabra de inglés. Nosotros que pensamos en irnos, la camarera que llama a un hombre, que no sé si trata de hacer de intérprete, pero que tampoco habla más de 2 palabras en inglés. Entre que no somos capaz de comunicarnos y las películas que me monto en mi cabeza pensando que hemos ido a parar a un restaurante de la mafia china ![]() Seguimos paseando, ya cada vez más tarde, y encontramos un típico izakaya japonés. Entramos, nos ponen la mesa de nuevo, todo muy agradable. Nos traen la carta y resulta que aquí sólo tienen tonkatsu (chuleta de cerdo empanada) y 4 cosas más por el estilo. A ninguno de los 5 que vamos nos apetece cerdo, así que otra espantada y de nuevo a buscar restaurante. Finalmente y a riesgo de quedarnos sin cenar, terminamos en una galería comercial que tiene restaurantes y al menos 1 está abierto a pesar de ser casi las 10 de la noche. Así que pasamos del prometedor sushi y sashimi a una triste lasaña de frutos del mar y un helado. Una cena bastante anodina. Con la hora que se nos hace, más de las 11 de la noche, ya no vamos a pasear ni al distrito de las geishas (Higashi) ni a ningún otro, sino derechos al café-bar del hotel. Verdaderamente, no hemos aprovechado demasiado bien la tarde en esta ciudad: ni templos del distrito Teramachi, ni distrito de las geishas, ni villa Seison-Kaku, ni otros museos más interesantes que el Siglo XXI. Lamentablemente al día siguiente nos marchamos directamente a Kyoto. Etapas 7 a 9, total 14
Llega el día 9 del viaje. Salimos en autocar desde Kanazawa rumbo a Kyoto, donde llegamos bastante temprano, a eso de las 12 de la mañana, y nos dirigimos hacia el templo de Kiyomizu-dera, cuyos edificios actuales datan del siglo XVII. Lo que me sigue sorprendiendo es la cantidad de puestos y tiendas de souvenirs que hay en la calle de acceso al templo. Parece que en Japón la religión tiene un aspecto bastante práctico y comercial. El recinto consta en realidad de varias salas y santuarios. La entrada al templo principal está en una tarima que hace de balcón sobre la ladera de la colina, con una panorámica fabulosa de la ciudad. Está rodeado de vegetación.
![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Continuando el camino por el recinto se llega a Jishu-Jinja, el santuario de los jardines. Aquí la atracción es asegurar el éxito en el amor. Los turistas recorren con los ojos cerrados un espacio de 18 m entre dos piedras en el suelo. Si consigues no desviarte y llegar a la piedra parece que serás afortunado en amores, si no, mala suerte. Me hace gracia ver como están los turistas japoneses recorriendo esos 18 m con ayudas. ¡Eso no vale!.
Después de la visita del templo Kiyomizu-dera nos dirigimos al hotel, que está situado frente a la estación central, el New Hankyu Hotel. Tenemos tiempo libre para comer antes de hacer las visitas a los templos Ryoan-ji y Kinkaku-Ji (Templo dorado). La estación en realidad es un macro centro comercial. Aparte de los andenes de autobuses y los trenes, hay una galería repleta de restaurantes de todo tipo, un centro comercial de varias plantas, cafeterías. Además, la estación tiene la peculiaridad de tener una de las escaleras mecánicas más largas. A pesar de ser una estación, se merece una visita por todas las instalaciones. Después de comer nos vamos al templo Ryoan-Ji, construido en 1450. Lo más interesante del recinto es el jardín de estilo kare-sansui (paisaje seco). Un conjunto de 15 rocas se suceden en un mar de arena, aparentemente a la deriva. El autor no dio ninguna explicación de lo que quería representar. Una peculiaridad del jardín es que desde cualquier punto del mismo es imposible ver las 15 rocas. Hay 3 de ellas que siempre permanecen ocultas. ![]() ![]() En el recinto también destaca un precioso estanque cubierto de nenúfares (estanque Kyoyo-chi).
![]() ![]() Por último vamos a visitar el templo Kinkaku-Ji, el templo dorado. Aunque inicialmente el templo fue construido en el siglo XIV, a mediados del siglo XX, un monje que estaba por lo visto obsesionado con el templo lo incendió. Este hecho se relató en una película llamada "El pabellón dorado". La reconstrucción data de 1950. Los pisos inferiores del templo se volvieron a cubrir de pan de oro. La imagen del templo con el pan de oro reluciente por los rayos del sol, en medio de un estanque, es algo que no tiene palabras. La imagen sería mucho más impactante si el recinto no estuviera tan masificado de turistas.
![]() ![]() ![]() Después de salir del templo Kinkaku-Ji nos dirigimos al hotel para descansar un rato, antes de salir por la noche al barrio de Gión y Pontocho. Para ir, cogemos en la estación central uno de los autobuses que nos dejan a 5 minutos de Gión. En los autobuses se paga al salir. Hay que pagar con el dinero justo, si no, hay máquinas de cambio que te devuelven las monedas necesarias para pagar la cantidad exacta. Además no sólo cambian monedas, sino también billetes. El barrio de Gión se sitúa en la ribera este del río Kamo-gawa. Es un barrio de ocio y donde las geishas acudían también a sus citas (pero no vivían ahí), pero a mí francamente me parece decepcionante. Hay algunas casas típicas y restaurantes, pero poca cosa más.
![]() Más interesante me parece Pontocho, un callejón que recorre la ribera oeste del Kamo-gawa, repleta de casas de madera típicas, farolillos colgando, restaurantes y casas de té de lujo, donde se supone que las geishas y maikos (aprendices) salen por la noche para realizar sus actividades, de hecho conseguimos ver una maiko. Esta calle es otra cosa bien distinta, es como la noche y el día, comparándolo con Gión. El ambiente de gente es máximo.
![]() ![]() Entramos a cenar a un restaurante. El diseño es espectacular para mi gusto, y como consecuencia también el precio de los platos. No nos quedamos demasiado contentos, porque si bien todo lo que pedimos está exquisito, el precio es algo exagerado para las cantidades que ponen en los platos. Nos hemos gastado casi 4000 JPY por persona y personalmente me he quedado con hambre, pero claro, hemos pagado el lujo del restaurante y de estar en Pontocho. Menos mal que este restaurante no tenía vistas al río Kamo-gawa, que si no....
Foto del restaurante: ![]() Del restaurante nos vamos a coger el autobús para volver al hotel. Aprovechamos para darnos un paseo nocturno por las instalaciones de la estación.
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Día 10 del viaje. Hoy tenemos todo el día libre por Kyoto, por lo que vamos a aprovechar para realizar un itinerario por algunos de los templos y castillos más importantes de la ciudad. Para empezar ya no salimos antes de las 10 de la mañana del hotel
![]() El primer lugar al que decidimos ir es al castillo de Nijo-jo (línea de autobús nº 9), al sudoeste de la ciudad, castillo que fue construido a principios del siglo XVII como morada del primer shogun del clan Tokugawa, un tal Ieyasu. Este señor debía estar francamente preocupado por su seguridad personal, porque forró todos los interiores con suelos de ruiseñor, que crujían cuando alguien se acercaba. Por si fuera poco había salas ocultas desde donde vigilaba su guardia personal. Tras atravesar la gran puerta Karamon ![]() llegamos al gran jardín en el que se encuentra el palacio Ninomaru (la entrada a jardines y palacio cuesta 600 JPY).
![]() El palacio consta de varias cámaras, siendo de especial belleza la Cuarta Cámara, por su colección de biombos pintados. De verdad que es algo que impresiona por las escenas representadas, por el nivel de detalle y perfección. Una visita que sin duda debe ser realizada. La única incomodidad es la cantidad de grupos de turistas que hay, lo que impide que se pueda disfrutar de esta cámara de forma sosegada. Está prohibido hacer fotos. Seguidamente damos un pequeño paseo por los jardines, que como todos los que hemos visto hasta el momento durante el viaje, son de gran belleza.
![]() ![]() ![]() Cuando ya nos vamos a ir terminamos otra vez en la tienda de souvenirs del castillo, situación que ya me empieza a hartar
![]() ![]() ![]() Al margen del pabellón de plata lo más destacable del recinto son algunos jardines formados por conos de arena blanca ligeramente inclinados (que pueden simbolizar una montaña y un lago). También hay un estanque y varios senderos o pasarelas que recorren la montaña a media ladera.
![]() ![]() ![]() Después, como tenemos tiempo de sobra, damos un paseo por el Tetsugaku-no-Michi (Paseo de los Filósofos), lugar favorito de los japoneses para meditar. Es una senda cortada al tráfico y que transcurre junto a un canal y entre cerezos. En primavera debe estar espectacular, sin embargo, en esta fecha me parece bastante insulso y normalito. Paseamos casi nosotros solos, aunque no me extraña, en pleno mes de Agosto y a las 3 de la tarde, el caminito se hace insufrible.
![]() A unos 15 minutos de Ginkaku-ji hay un templo un poco apartado del Tetsugaku-no-Michi, en un bosquecillo. Es el templo Honen-In. Es de diseño sencillo y los jardines están bien cuidados. La entrada es gratuita.
![]() Como hemos quedado en unos minutos en la calle de acceso al Ginkaku-ji, no queda otro remedio que darse la vuelta. Al final hemos recorrido casi todo el Paseo de los Filósofos. Si el camino éste se me hizo insufrible a la ida, a la vuelta ya me desespera y pongo la 5ª marcha, casi con un acelerador bajo los pies. Cuando nos reunimos todos decidimos ir a ver el recinto de templos Nanzen-ji. Como está al final del Paseo de los Filósofos no queda otro remedio que recorrerlo otra vez (aunque también podríamos haber ido en autobús). Después de llegar a su extremo estamos un poco desorientados. No sabemos exactamente donde queda el recinto. Un señor japonés que pasa por allí, muy amablemente nos invita a subir en su furgoneta y llevarnos hasta el templo. No sé si nos habrá visto muy perdidos o si le ha dado pena ver cómo nos caen los chorros de sudor por la cara, bajo un sol de justicia y 40 ºC. Gracias a este hombre
![]() ![]() ![]() Entramos en uno de los subtemplos. Lo primero que me llama la atención es una pequeña sala donde te invitan a tomar el té (previo pago de una cantidad, claro está) y desde donde se puede ver un jardincito con una cascada. Es muy ideal. El horario ya se ha pasado y en teoría no se podría entrar, pero como no veo ninguna prohibición, ni la puerta está cerrada, ni nada por el estilo, me cuelo en la sala, y antes de que vayan a echarme ya he conseguido mi objetivo, que no era ni más ni menos que inmortalizar el lugar en un par de fotillos. ![]() ![]() ![]() A continuación vemos un conjunto de jardines que hay en el templo. Uno de ellos me recuerda al del templo Ryoan-ji que vimos el día anterior y en otro me gusta especialmente su enorme rosal en flor.
Fotos de los jardines: ![]() ![]() ![]() ![]() Las visitas por hoy ya se han acabado. Son las 5 de la tarde y los templos ya comienzan a cerrar. Lamentablemente ya no hay tiempo de ver el Eikan-do ni el Sanjusangen-do, así que nos volvemos al hotel. Tenemos que buscar el autobús nº 5. Sabemos que la parada está cerca, pero entre tantos recintos de templos estamos un poco despitados. Preguntamos a una pareja japonesa que llevan un mapa (parece una guía telefónica más bien), pero no tienen ni idea. Preguntamos a un par de chicas que llevan otro mapa, pero las pobres me parece que no deben ser de la zona porque tienen pinta de estar tan perdidas como nosotros. Se ponen a mirar el mapa y a pensar (por lo menos espero que hayan entendido el autobús que vamos buscando), de forma que parece que le están haciendo el análisis sintáctico y semántico al mapa. Finalmente, y vista la poca orientación que tienen los japoneses con los mapas (teoría elaborada después de unas cuantas experiencias en este sentido) preguntamos en un establecimiento y ya por fin damos con el autobús. Estamos lejos de nuestro hotel, mejor, así tenemos tiempo de descansar sentados. Después de descansar un rato en el hotel es hora de arreglarse y salir de nuevo. Yo no me quiero quedar sin ver algún tipo de representación de las artes clásicas japonesas, pero en Agosto no hay apenas ninguna actividad: ni sumo, ni kabuki, bunraku, no,..... Por lo tanto, la única posibilidad que encuentro es ir al teatro Gion Corner, en el barrio de Gión, para asistir a una obra de 1 hora de duración donde representan varias artes japonesas (2800 JPY). Bastante intensivo, demasiado, pero al menos servirá para hacerse una idea. En el programa hay ceremonia del té, ikebana, bunraku, concierto de koto y kyomai (danza al estilo clásico). Aunque dicen que es un espectáculo para japoneses, yo veo en el teatro un público que en su mayoría es extranjero. El primer fragmento es la ceremonia del té. Ver a una señora preparar un té como si fuera algo especial, me deja frío y pasmado. Me parece totalmente anodino. No quiero ni pensar el tostón que será ver la ceremonia completa, que dura sobre 1 hora. A continuación, llega el ikebana, o arreglos florales, donde una señora diseña un ramo de flores y lo pone en el santuario familiar. Más de lo mismo. Me resulta soso. Luego viene el bunraku, o teatro de marionetas. Me parece más entretenido. Representan una obra cómica donde un señor de alta alcurnia sorprende a sus criados robando vino de sus toneles y debido a que tiene que hacer unos recados en la ciudad los ata fuertemente. Los criados agudizan su ingenio para poder beber vino a pesar de estar atados. Por último una danza clásica bailada por una geisha (creo que más bien es una maiko) al ritmo de la música de koto. Con esto el espectáculo llega a su fin. Para hacer balance, el espectáculo decepciona un poco, pero quizás por algunos de los fragmentos, y es algo caro. A mí particularmente me sirve para saber a qué tipo de espectáculo asistiría en otra ocasión y tengo claro que no sería ni al ikebana ni a una ceremonia del té. Y me imagino que a una obra de kabuki tampoco, porque duran 4 ó 5 horas. Salimos del teatro a las 9 de la noche. Yo quiro cenar en el restaurante del hotel, porque tienen sushi y sashimi, así que me voy rápidamente. Sin embargo, entre la espera del autobús y lo que tarda en hacer el trayecto, cuando llego al hotel resulta que ya está cerrado ![]() ![]() Etapas 7 a 9, total 14
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