UN POQUITO DE INDIA Y UN POQUITO DE NEPAL ✏️ Blogs de India

FUERTE AMBER

Como el hotel no está lejos del fuerte llegamos temprano, si bien ya había bastante gente subiendo al fuerte a lomos de elefantes. Si, vamos a subir en elefante. Puede parecer una turistada pero para eso estamos de viaje, para sufrir alguna turistada de vez en cuando. Además no hemos subido nunca en elefante, y esta puede ser una buena ocasión. Te ahorras de subir una fuerte pendiente y te libras del acoso de los vendedores, (si bien no nos libramos del todo, luego en la bajada lo comprobaríamos). Resulta una experiencia divertida. Vamos subiendo por una fuerte rampa adoquinada y estrecha, sólo hay espacio para los elefantes que suben y los que bajan, lo van haciendo en el mismo sentido que los coches, suben por la izquierda y bajan por la derecha, con las vistas del fuerte que cada vez están más cercanas, del fuerte original encaramado en las colinas Aravelli, el Jaigarh Fort, del lago Maotha y los jardines construidos sobre él. El sol va subiendo en su recorrido matutino pero, como otros muchos días, se encuentra velado por las nubes y va luchando por hacerse visible totalmente sin conseguirlo en esta ocasión.

Llegamos a un gran patio rodeado de edificios que se llama Jaleb Chowk habiendo pasado la puerta principal de acceso, la Suraj Pole, Puerta del Sol, y el elefante nos deja al lado de un muro para que podamos bajarnos. Todo un detalle.

La visita la comenzamos realmente en la llamada Sing Pole, puerta del león, con una gran escalinata que la precede, y que tiene pinturas originales, sin restaurar, accediendo a un patio. En este segundo patio se encuentra el edificio Diwan-i-Am ó Sala de Audiencias Públicas. Se trata de una sala abierta por tres lados con doble hilera de columnas, en un total de 27, con capiteles en forma de elefante con la trompa para arriba y que termina en una flor de loto que es símbolo de pureza. La primera hilera está construida en arenisca rosa que guarda el calor y el frío por más tiempo, la segunda hilera, las del interior, están construidas en mármol blanco para refrescar la sala. Mucho ingenio tenía esta gente, y muy buen gusto también.

A continuación hay un pabellón de columnas de un blanco amarillento unidas por arcos persas lobulados. Estas columnas asemejan flores de loto tanto en la base como en el fuste y el capitel. Este pabellón tiene una balconada que da al lago Maotha y sus jardines. Estos jardines se sembraban de azafrán y el aire que les llegaba del lago iba impregnado de su aroma.

Enfrente de la sala de audiencias públicas se encuentra otro edificio con la gran puerta llamada Ganesh Pole, con la imagen en el centro del arco del dios Ganesh, el dios elefante. Es la puerta de entrada a los apartamentos privados del maharajá. Se encuentra ricamente decorada con frescos y mosaicos y también son originales. En el segundo nivel se aprecian varias ventanas enmarcadas dentro de arcos persas con celosías dónde las mujeres se asomaban para ver lo que ocurría en la sala de audiencias públicas.

Por esta puerta se accede al tercer patio que alberga uno de los complejos más interesantes de Amber.

Se trata de edificios separados por un jardín de estilo mogol con una fuente en forma de estrella en el centro. A la izquierda tenemos el llamado Diwan-i-Khas, ó Jai Mandir, Sala de audiencias privadas. Es una sala muy lujosa decorada con mármol blanco, espejos y mosaicos de vidrios de colores en el techo y las paredes. Los cristales y espejos eran de origen belga, pulidos con polvo de plata para aumentar su brillo. Por ello también es conocido como el Salón de los Espejos. Es tal la cantidad de espejos que se dice que por las noches era suficiente iluminarla con una sola vela porque la misma quedaba reflejada en los múltiples espejos.

En la parte baja de la columnata hay paneles de altorrelieves de mármol blanco con flores abiertas y en otros cerradas, con mariposas de alas abiertas y en otros con alas cerradas. Uno de estos paneles le llaman “la flor mágica” porque puede representar distintas opciones como una cola de pez, una flor de loto, una trompa de elefante, cola de león, mazorca de maíz, un escorpión .. con tan sólo tapar con la mano algunos elementos de la flor. Este panel tiene dos mariposas con las alas cerradas.

En esta sala hay otra interior recubierta de espejos y pequeñas vidrieras de colores llamada Shish Mahal que no se puede visitar por ser propiedad de la majaraní.

Encima de esta sala están las habitaciones de verano del rajá, Jas Mandir, y tenían una forma muy curiosa y efectiva de refrescarlo en los calurosos veranos. Los arcos abiertos eran tapados con cortinas trenzadas con las raíces de una hierba aromática llamada khas, (el guía decía que era de la familia de las amapolas) que eran humedecidas periódicamente con agua almacenada en unos tanques en el techo de la sala (entre dos cúpulas). El aire que venía del lago al atravesar las cortinas humedecidas daba frescor y aroma a las habitaciones.

Enfrente de la sala de los espejos se halla el Sukh Mahal ó Palacio del Placer, que eran las habitaciones privadas del rajá, con una puerta de madera de sándalo con incrustaciones de marfil que son originales. También hay como una especie de carro que es original. Tenía también un sistema de refrigeración de habitaciones mediante un tubo de agua que recorría el edificio, caía por algunas paredes, tapadas de celosías que permitían pasar el frescor del agua, y era recogida en unos canalones que daban al jardín.

Por el lado sur se encuentra el palacio de Man Singh I , el más antiguo de Amber. Se mantienen algunos frescos en los dinteles de algunas columnas y en lo alto de las paredes de las habitaciones. En un patio central hay un pabellón de columnas de alabastro con forma de flor de loto que era dónde recibía a las maharanís, similar a la columnata que hay en el segundo patio al lado de la sala de audiencias públicas.
Al cuarto patio dan las habitaciones dedicadas al “Zenana”, el harén. En la parte de abajo se alojaban las princesas y en la parte de arriba las concubinas. Todas las habitaciones daban a un corredor común en el que se ven aún unas argollas en las que se enganchaban columpios.

Finalizada esta agradable visita, yo nunca hubiera pensado que dentro de estos edificios amarillentos había tanta belleza, nos toca bajar a pie hasta la parte de abajo soportando todo el camino el asedio de los que te quieren vender la foto en lo alto del elefante, y otros muchos que te quieren vender algo, postales, camisetas, libros, collares ….



Ahora nos vamos a ver el

JANTAR MANTAR

Es uno de los cinco observatorios astronómicos construidos en la India por el maharajá Jai Singh II quién además de guerrero era conocido por su afición a la astronomía. De los cinco este es el más grande y el mejor conservado, de hecho es el observatorio solar más grande del mundo que aún se utiliza en la actualidad. Se trata de una combinación de belleza arquitectónica de estilo mogol, de impresionante precisión astronómica para su época y de un simbolismo mágico-religioso. Debido a esto y a que son un emblema de la ciencia y la tecnología pre-colonial del s.XVIII, los monumentos del Jantar Mantar están, desde 2010, dentro de la lista de Patrimonio de la Humanidad

Contiene 14 construcciones de distinto tamaño, cada una con instrumentos y escalas astronómicas diseñadas por el propio Jai Singh. Estas estructuras eran usadas para medir el tiempo, predecir eclipses, predecir los monzones, estudiar las estrellas, la posición de los planetas…. Los instrumentos fueron diseñados en gran tamaño para asegurar una buena precisión y construidos en mármol y piedra con algunas planchas de cobre.

Algunas de estas curiosas construcciones son:

El Samrat Yantra, es el reloj solar de piedra más grande del mundo. Mide 27 m. de alto, tiene un ángulo de 27 grados y su dirección apunta al polo norte. Tiene como una pequeña cúpula o chatri que se utiliza para anunciar los eclipses y el final de los monzones tropicales. Su tamaño es tan grande que es posible ver a simple vista el desplazamiento de la sombra. La precisión de este instrumento es de 2 segundos.

El Prakash Yantra, son como dos cavidades semiesféricas de 5,4 m. de diámetro, recubiertos de mármol y reflejando el mapa astral. Las estructuras son idénticas pero en negativo, las hendiduras de la una corresponden a los sólidos de la otra complementándose mutuamente. Esta forma era tan exacta que se dice servía para verificar las lecturas y cálculos de otros instrumentos. Cada una de estas dos cavidades están divididas en seis placas de mármol que se dividen además en minutos y segundos, también llevan inscripciones de los doce signos del zodíaco.

El Yantra Raj, es un disco circular de siete aleaciones. Los planetas más importantes están señalados en el círculo exterior en su posición correspondiente en el cielo. Con él se pueden calcular eclipses de sol y de luna

El Rasivalaya Yantra, es un grupo de doce instrumentos con unos cuadrantes graduados a los lados y representan los signos del zodíaco. Cada cual se hizo la foto junto a su signo zodiacal.

El Laghu Samrat Yantra o pequeño reloj de sol, se utiliza, lógicamente, para calcular el tiempo. La pared lateral tiene un ángulo de 27 grados que es la latitud de Jaipur. En cada lado de esta pared hay dos cuadrantes, el de la izquierda es el tiempo por la mañana y el de la derecha por la tarde. Cada cuadrante se divide en 6 horas, 60 minutos y cada minuto en 60 segundos. A lo que marca el reloj de sol hay que sumarle lo que indica en un cartel y sabemos la hora del momento en que estamos mirando.

(estas fotos no son mias)

En todo este complejo además de turistas hay muchos visitantes que son estudiantes y científicos que vienen a observar esta maravilla que te deja con la boca abierta a nosotros que no entendemos ni papa de lo que nos están explicando, a ellos debe de impresionarles mucho más.
En verano este sitio tiene que ser demoledor, el sol debe martillear de lo lindo. Casi a la salida hay como un bar que tiene un frondoso árbol, una jaraca india, que da una sombra amplia y reconfortante.

Nuestra siguiente visita (vaya mañana que llevamos!) es:

EL CITY PALACE

El palacio de la ciudad o Palacio del Maharajá es un gran complejo con numerosos patios rodeados de diversos edificios entre los que se encuentran el Chandra Mahal y el Mubarak Mahal. Se comenzó a construir en 1729 por el gobernante de Amber y sus sucesores fueron añadiendo edificios, incluso hasta primeros del S.XX. Su arquitectura es una mezcla de estilo rajput y mogol con influencias europeas en las últimas adiciones. Los edificios que más te llaman la atención son precisamente los más antiguos, pintados de color rosa combinado con blanco y con arcos y columnas de mármol. La mayor parte del Chandra Mahal no se puede visitar debido a que sigue siendo actualmente la residencia particular de los descendientes del último maharajá.

Voy a contar lo que más me gustó ó me llamó la atención

Nada más entrar nos encontramos con una edificación que tiene una gran puerta con arco rodeada de otros arcos persas más pequeños dispuestos como en dos pisos, los de arriba en balconada, todo en blanco y profusamente labrado y decorado, dando la sensación de que fuera de marfil. En la entrada hay dos elefantes blancos monolíticos, de una sola pieza. Se trata del Mubarak Mahal y fue construido en el s.XIX como centro de recepción, sobre todo de los británicos. Hoy además delante de estos elefantes hay dos figuras en forma de cuerno de elefante de color dorado, se trata de parte de una ornamentación que están montando para una boda, estropeando el perfil tan bonito del edificio. Se utiliza como museo. Variedad de vestiduras reales, chales bordados, pashminas de Cachemira, saris de seda … Con la imagen que te quedas es la de unas vestiduras de un maharajá que medía 1,2 m. de ancho, pesaba 250 kg. y que curiosamente tenía 108 esposas.

Más adelante se encuentra el Diwan-i-Khas, sala de audiencia privada de los maharajás con suelo de mármol, en el centro formando un damero (cuadros negros y blancos). Esta sala es del mismo estilo de la mayoría de los edificios, en color rosa con adornos blancos preciosamente distribuidos. Tiene varias lámparas de cristal que, normalmente, se encuentran tapadas con plásticos para evitar la suciedad y que se destapan en ocasiones especiales. Este debe ser el sitio central de celebración de la boda porque las lámparas están destapadas, en los arcos hay colocadas unas cortinas y en la entrada dónde están las vasijas de plata hay un gran macetón con flores y los dos horribles cuernos de elefante dorados volviendo a estropear la foto. La boda tiene que ser de alguien importante por el sitio que se va a celebrar y por todos los preparativos que estamos viendo.

Estas vasijas de plata que he referido son la atracción de esta sala. Son dos grandes vasijas de 1.6 m. de alto, cada una con capacidad para 4000 litros y un peso de 340 kg. Están hechas de la fundición de 14.000 monedas de plata y no tienen ninguna soldadura. Están oficialmente registradas en el libro Guinnes de los records. Fueron diseñadas por un maharajá, que era gran devoto hindú, para transportar en ellas agua del Ganges en su viaje a Inglaterra en 1901 para la coronación de Eduardo VII, no quería cometer pecado consumiendo agua inglesa.

El Diwan-i-Am, Sabha Niwas, o el salón de audiencias públicas es otra visita interesante. Es una cámara con el techo pintado en rojo intenso con pinturas persas en oro, sin restaurar, conservando todo su resplandor. Columnas de mármol y arcos persas, en una pared interior arcos con celosías de mármol con un entramado perfecto. Una lámpara checa de 250 kg. Alfombra persa que recorre toda la tarima dónde se encuentra el trono de oro que es dónde el maharajá atendía sus audiencias. Actualmente además tiene función de museo. Tiene exquisitas pinturas en miniatura de arte persa, rajastahni y mugol, textos antiguos, alfombras bordadas.. y retratos de casi todos los últimos maharajás con indicación de su período de gobierno. Hay un retrato curioso, el de Sawai Man Sing II (que reinó hasta 1970), si te fijas en sus ojos y en el zapato que tiene adelantado y tu vas girando, tanto los ojos como el zapato van moviéndose contigo. El nombre del museo, en general, precisamente es el de este maharajá, Museo Sawai Man Sing II.

(esta foto no es mia, no se podían hacer fotos)

El Pitam Niwas Chowk es el patio interior que da acceso al Chandra Mahal. En su día se utilizaba también como salón de baile. Los edificios que dan a este patio tienen ventanas con celosías por dónde eran observados los asistentes al baile. Aquí hay cuatro puertas pequeñas adornadas con temas que representan las cuatro estaciones del año y dioses hindúes. Puerta del Noreste con motivos de pavos reales, representa el otoño y está dedicada a Vishnu, es la más bonita de todas. La del suroeste es la puerta de la flor de loto, representa el verano y se dedica a Shiva-Parvati. La del Noroeste es la puerta verde y de nombre también Leheriya que significa “olas” se refiere a la primavera y está dedicada al dios Ganesha. Y por último la puerta rosa con diseños de flores repetidos en representación del invierno y dedicada a la diosa Devi.
Desde este patio se tiene muy buena vista del palacio dónde viven actualmente los herederos de la familia real.

El día continúa, si bien después de la comida tenemos un par de horitas para descansar que dedico, junto con otros cuantos, a pasear al lado del lago Mansagar con la vista de su palacio flotante Jal Mahal, al menos lo parece.

Luego nos trasladan de nuevo a la ciudad dónde tenemos dos horas para hacer lo que queramos, pasear, ir de compras.

Pasear y caminar por Jaipur, bueno por cualquier ciudad grande de la India, es algo complicado, no hay aceras y cuando existe algo parecido a ellas están invadidas por pequeños comercios y gente que hace su vida en la calle. Otros tramos están invadidos por vehículos aparcados. Cruzar una calle es casi suicida, no hay semáforos y si los hay, no los respetan y, casi nunca, tienen en cuenta al peatón a no ser que vayas en grupo numeroso. Ir de tiendas tampoco me parece divertido a no ser que tengas en mente algo concreto que comprar.

Estuvimos dando vueltas por algunas calles que tenían como unos soportales llenos de tiendas (el centro de Jaipur es como un enorme mercado), en los que al menos podías caminar sin el agobio del tráfico pero tienes el agobio de los vendedores y, a veces, no sabes lo que es peor. Entramos en una tienda de tejidos a echar un vistazo a los saris y nos pasaron inmediatamente a una trastienda situada en un altillo y nos hicieron sentarnos en el suelo (con cojines), 2 o 3 vendedores, ¡de aquí no nos escapamos!. Y empieza el juego del regateo que me pone nerviosa y me cansa un montón. Salimos de allí, con el sari, por supuesto, cansada como si hubiera recorrido una pequeña maratón, y con la sensación de que de todas formas nos habían engañado.

Intentaba localizar un locutorio de teléfono para hablar con la familia. Las llamadas desde móviles en la India son carísimas, lo mismo desde los hoteles, además mi móvil se había quedado en España en el taxi que nos llevó en el traslado de ida.

Preguntando, preguntando, nos adentramos en una de las grandes avenidas de Jaipur con mucho tráfico y que teníamos que cruzar, ¡en qué nos vimos de poder hacerlo!. Las últimas indicaciones (el inglés de los indios cuesta trabajo entenderlo) nos llevaron hasta un callejón con tan mala pinta que de ir sola no hubiera entrado. Había leído que estos locutorios tenían la indicación de ISD, pero en uno que nos dirigimos primero y que tenía estas letras nos dijeron que no tenían teléfono para este uso y nos remitieron a este otro que no tenía ninguna de estas letras. La gente a la que preguntábamos nos decía, ¡ahí!, señalando el callejón, pero estábamos en la puerta y no lo localizábamos porque no tenía estas letras y porque parecía una oficina normal de cualquier negocio.
Una pequeña habitación con dos mesas, algunas mesitas auxiliares y muchos papeles. Encima de la primera mesa había un teléfono negro y ése era el que se podía utilizar, nada de cabinas ni algo parecido. Se marca el teléfono directamente y ya puedes hablar, entonces vi en la pared, casi en el techo, como un aparatito en el que aparecía el número de teléfono al que había llamado y por el que te contaban el tiempo. Por unos diez minutos de llamada me indicaron 105 INR, les di 110 comentando que se quedaran con la vuelta a lo que se opusieron rotundamente devolviéndome 5 en monedas que he conservado porque son las únicas que vi en todo el viaje.

Por aquí vimos una muestra de la amabilidad de los indios, tanto los que nos dieron indicaciones como estos.

A la vuelta veríamos otro rasgo de ellos menos amable. Se nos acercaron dos niñas pequeñas a pedirnos algún caramelo y, aunque nos repiten muchas veces que no les demos nada a los niños porque se acostumbran a mendigar y no van al colegio, cómo era horario de tarde avanzado, saqué del bolso dos piruletas y casi en el mismo acto de sacarlas llegó otra niñas, ya casi mocita, y me las quitó de la mano en un solo golpe. Las pobres niñas tenían cara de resignación, menos mal que alguna más me quedaba. A veces es mejor no dar nada en público.

Cuando se nos acabó el tiempo de deambular volvimos al autobús y nos dirigimos al Templo Birlas en el que a las 8 había una ceremonia Aarti.

EL TEMPLO BIRLA MANDIR

También se le conoce con el nombre de Laxmi Narayan porque está dedicado al dios Vishnu (Narayan) y a su esposa Laxmi.
Este maravilloso templo se encuentra en una elevación en la base de la colina Moti Dungari. Está construido todo en mármol blanco con bellas esculturas talladas. Tiene tres cúpulas diferentes que representan tres maneras diferentes de acercarse a la religión, una cúpula redonda propia del Islán, en el centro forma de estupa del budismo y la otra en forma de pirámide que asimila montaña (sihkara) del hinduismo.
Cuando llegamos era de noche, estaba todo iluminado y resultaba precioso brillando el mármol de una manera especial.

En el templo hay varias vidrieras con escenas de la mitología hindú. Sus esculturas representan a varios ídolos y están dotadas de un gran realismo. Entre ellas destaca la del dios Ganesha que se dice que fuera transparente y las figuras del dios Vishnu y la diosa Laxmi que están talladas en una sola pieza de mármol. Se pueden encontrar además retratos de personajes importantes de la historia como Sócrates, Moisés, Zarathustra, Jesucristo, Buda, Confucio.

Este templo es de los más nuevos ya que fue construido en 1988 por la familia Birla que es una de las más ricas de la India. Y extraña que siendo tan reciente haya sido construido con tal detalle de filigranas y tallados exquisitos más propios de otros tiempos.

Para entrar hay que descalzarse pero se puede pasar con calcetines.

La ceremonia Aarti comienza a las 8 de la noche con una especie de ofrenda, dos personajes tocan ininterrumpidamente dos platos metálicos que suenan como repique de campanas, muy fuerte, mientras otro personaje hace una ofrenda (al ídolo que hay como en un altar mayor) de fuego en una palmatoria y después de un rato hace otra ofrenda con algo parecido a una concha marina de la que, al final de las ofrendas, echa agua al público. Después hay que dar una vuelta al santuario en el sentido de las agujas del reloj. Terminada la vuelta la gente recogía como unos azucarillos pequeños de una vasija expuesta para tal fin.

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Dejamos la visita al Hawa Mahal o Palacio de los Vientos para la mañana que dicen brilla más con la luz del sol, pero como, para variar, no hay sol, pues tenemos que conformarnos en hacerle fotos tal y como está, esquivando los muchos autocares que han pensado igual que nosotros.
Fue construido como una extensión del Palacio de la Ciudad, de la cámara de las mujeres del harén, su función original era la de permitir a las mujeres reales observar la vida cotidiana de las calles de la ciudad sin ser vistas. Está construido en arenisca roja con incrustaciones de óxido de calcio. Se conserva poco más que la fachada que tiene un total de 953 ventanas pequeñas y debido al viento que circulaba a través de esas pequeñas ventanas, se utilizó el nombre de Palacio de los Vientos. Esto es lo que permitía que el reciento estuviera fresco incluso en verano. Esta portada se ha convertido en el símbolo de Jaipur.

Emprendemos camino de Agra pero al poco nos detenemos para realizar una visita que se encuentra fuera de los itinerarios turísticos normales, la visita al templo de los monos de Galta que se encuentra como escondido entre montañas y bosques. Está construido entre las laderas de dos montañas y está atravesado en su interior por una corriente de agua que cae de las montañas en forma de cascada y que reposa en varias piscinas.

Nos recibe un suelo embarrado por una llovizna y una manada de vacas sagradas. Muchos saris puestos en los árboles y en muros para secarse y muchos hindúes que se dirigen a las piscinas para hacer sus ceremonias de purificación ya que para ellos este templo es sagrado y las piscinas tienen el mismo efecto purificador que el Ganges. Los únicos turistas somos nosotros que estamos invadiendo la intimidad de sus ceremonias. Pero no nos miran como intrusos.

Lo primero que nos encontramos son unos patios con varias edificaciones alrededor y más adelante las escaleras que suben a la parte alta del templo y a las piscinas. Pese a su evidente estado de deterioro, por aquí parece que no hay labores de restauración, el templo nos gusta a todos y nos parece de lo más auténtico y con un sabor real y verdadero de la forma de vida india. Aún así se puede apreciar toda la belleza de estos templos en los que todavía se conservan pinturas murales en sus paredes.

Subiendo las escaleras aparece la primera piscina dedicada a las mujeres. Pese a lo temprano del día y que el mismo está resultando algo fresquito, la piscina se encuentra repleta de bañistas que se meten en el agua como si nada, bueno a más de uno lo notamos tiritando. Es todo un alarde de vida y colorido, los colores preciosos de los saris.

Lo mismo ocurre con otra piscina superior dedicada a los hombres, y otra más arriba de hombres y mujeres. En la plataforma última nos encontramos un mono de lo más tranquilo. Normalmente este complejo se halla repleto de monos correteando por todas partes, son los dueños y señores, para eso son sagrados, y de ellos recibe su nombre este templo. Pero hoy, quizá por la hora temprana, los monos están replegados en lo alto, pegando a la montaña y pese a que nos dicen que por allí no se pasa, algunos compañeros se adentran por una vereda para contemplarlos.

Como no soy una entusiasta de los monos, más bien lo contrario, y me estoy alegrando un montón de que hoy no haya monos pululando por todas partes, decido que la visita llega hasta aquí y vamos regresando despacito, volviendo a contemplar el devenir de toda esta gente que me interesa más que los monos. Al final de las escaleras nos encontramos a un grupo de mujeres con una urna que estaban pidiendo donativos para alimentar a las vacas y los monos. Deberían de pedir donativos para restaurar el lugar y mantenerlo limpio, es una verdadera lástima que edificaciones de este tipo se pierdan. También podrían cobrar la entrada y algo ayudaría a su mantenimiento.

Ya finalizando las edificaciones de los templos comienzan a llegar algunos turistas más.

De nuevo nos ponemos en marcha sin más paradas hasta medio camino (hoy tenemos un recorrido de 235 km.) que hacemos una parada técnica en el Motel Gangaur y después para comer en la población de Bharaptur que es conocida por ser el sitio de acceso al parque nacional de Keoladeo que es una de las principales áreas de invernada para una gran cantidad de aves acuáticas de Afganistán, Turkmenistán, China y Siberia. Aquí solía anidar también la rara especie de la grulla siberiana.

Los paisajes y situaciones que vamos observando son similares al recorrido de Delhi a Jaipur. Cercanos a Bharaptur y Agra los campos de cultivo se notan ya más fértiles, abandonando ya la zona de desierto de Jaipur, siendo los cultivos habituales de trigo, algodón, patatas, pimientos y sobre todo mostaza, grandes extensiones de campos amarillos por la flor de esta planta. Por estas zonas rurales también observamos la gran cantidad de tortas redondas de boñiga de baca que exponen al sol para que se sequen y que luego utilizan como combustible.

FATEHPUR SIKRI

Se encuentra como a unos 40 km. de Agra. Las tierras dónde fue construida esta ciudad las había ganado en una batalla el emperador mogol Babur y por allí vivía un santo sufí llamado Salim Christi. El hijo de Babur, el emperador Akbar fue a visitarlo porque no tenía hijos. Después de la bendición del santo tuvo un hijo al que puso también Salim y que posteriormente sucedió a Akbar con el nombre de Jahanguir. El santón fue también el que señaló a Akbar el lugar de construcción de esta ciudad. Así pues construyó una majestuosa ciudad y fortaleza que les duró pocos años ya que por falta de agua tuvieron que abandonarla.

Al emperador Akbar se le considera como un gran contribuyente al legado arquitectónico de la India ya que construyó numerosos palacios, fortalezas, mezquitas, dónde se puede apreciar la creatividad y la estética mogol. Se dice que Akbar quiso unificar las religiones y por ello se casó con cuatro esposas de cuatro religiones distintas. Entre ellas se encontraba María, una cristiana de origen portugués que era una de sus preferidas. Pero lo más importante fue la tolerancia hacia todas las religiones, algo que perdura en la India actual.

El diseño de la ciudad muestra un efecto espacial muy rico debido a la disposición de los edificios que están construidos alrededor de espacios abiertos con aspecto de informalidad. El material utilizado fue la piedra roja de arenisca obtenida en las canteras cercanas.

La Gran Mezquita o Jama Masjid es uno de los edificios mejor conservados de Fatehpur Sikri. Una de las entradas, la Buland Darwaza es verdaderamente espectacular, mide 54 m. pero como para llegar a ella hay que subir una larga escalinata el efecto óptico, desde abajo, es aún mayor. La mezquita fue construida al estilo indio, cuenta con un imponente patio rodeado de portales y salas y en el centro se encuentra una pequeña y hermosa tumba en mármol blanco, es la tumba del santo Salim, que fue construida después de finalizar la ciudad.

A la ciudad se puede acceder por varias puertas. Nosotros comenzamos la visita por las habitaciones del harén y el palacio de una de las favoritas, la reina hindú. Muchos llaman a esta palacio el de Johda Bai, pero ello es erróneo como bien lo indica en el panel explicativo de este palacio, no obstante entre paréntesis indica Joghdabais’ Palace para identificarlo. Hace mención a que esta denominación es errónea y que Johda Bai nada tenía que ver con Akbar ni con Sikri. Algunos historiadores en el SXVIII comenzaron a identificarla de esta forma cuando en realidad su nombre es el de Mariam-uz-Zamani y era hija del rajá de Amber.

Este palacio comprende el principal haramsara de Akbar, es el más impresionante de todos. Se trata de un edificio rectangular cuyas estancias se abren a un patio con columnas hinduistas, algunos chhatris, cúpulas islámicas .. sin olvidarse de los azulejos vidriados de color azul del tejado. Por el lado oeste se ubica un pequeño santuario soportado por columnas ricamente esculpidas. El palacio contaba con agua canalizada y sus correspondientes desagües. En el centro del patio se sembraba albahaca que es una planta sagrada para los hinduistas.

Después nos encontramos con el palacio de la esposa cristiana, la casa de Maryam en la que destaca la sala dorada en la que se conservas los colores básicos de algunas pinturas, el resto de adornos florales y los revestimientos de pan de oro se han perdido.

Se pasa como a otra plaza o patio en la que en el centro hay como una piscina, Anup Talao, con una plataforma ornamental en el centro y con cuatro puentes para llegar a ella. La rodean muchos de los edificios notables de esta ciudad fantasma.

El Khawabgah, Casa de los Sueños, eran las habitaciones privadas del emperador. El dormitorio tiene una plataforma en alto dónde se instalaba la cama, a la que se subía por una escalera de madera de sándalo. Debajo se inundaba de agua con pétalos de rosa y esto unido a las ventanas que daban al jardín y al Anup Talao daban a la estancia sensación de frescor. Al lado está el comedor con hornacinas dentro de arcos, estaba decorada de tal forma que parecía que comía en medio de un jardín, se conservan algunos restos de esta decoración floral. Al otro lado las cocinas reales.

Muy cerca nos encontramos con el Hujra-i-Anup Talao, la casa de la esposa turca. Este elegante pabellón consiste en una pequeña habitación rodeada de una galería soportada con columnas ricamente talladas, diríase que cada milímetro está decorado de forma distinta. El interior tampoco desmerece con relieves geométricos y florales.

Nos vamos alejando de la piscina y vemos otro grupo notable de edificaciones.
Como a nuestra izquierda se halla el Panch Mahal, una estructura palaciega de cinco pisos que van decreciendo en tamaño, como una pirámide asimétrica. Cada planta es una sala de columnas, muchas de ellas decoradas con relieves, completamente abierta, y cada uno de sus tejados planos sirve de terraza para la planta superior; el piso más elevado sólo consta de cuatro columnas cubiertas por una cúpula cuadrada (un chhatri). Las salas del Panch Mahal en tiempos de Akbar no estaban tan abiertas al exterior como hoy las vemos, ya que los espacios entre las columnas exteriores estaban cubiertos por muros de celosía desde donde las mujeres podían observar sin ser vistas. Detrás del edificio está el jardín de las damas al que salían las mujeres por un pasillo con celosías.

De frente hay como dos pabellones.

El de la izquierda es el Tesoro, probablemente dónde se guardaban las monedas de oro y plata. Al entrar hay como un templete para el astrólogo con arcos realizados en una sola pieza y que reflejan influencia de los templos jainistas.

El de la derecha es el Diwan-i-Khas o sala de audiencia privada. Es un edificio sencillo cuadrado con cuatro chhatris en el techo, por fuera da la impresión de tener dos niveles. Sin embargo el interior es una sola estancia abierta y es famoso por su columna monolítica central que tiene una base cuadrada y un eje octogonal, ambos tallados con bandas de diseños geométricos y florales, más sus 36 soportes serpentiformes dónde se apoya una plataforma circular que está conectada a las esquinas de la habitación con cuatro puentes de piedra con baranda. Estos puentes también se apoyan en las esquinas en soportes serpentiformes. Es un edificio único en toda la arquitectura indo-islámica

Ya para salir vemos el Diwan-i-Am o sala de audiencias públicas en el que el gobernante se da a conocer al público en general. Este es rectangular dispuesto como un claustro alrededor de un cuidado jardín.
Aquí hay otra puerta para entrar a la ciudad, nosotros salimos pero otros muchos turistas entran por aquí.

Fahtepur Sikri es Patrimonio de la Humanidad.

Proseguimos viaje hasta Agra. El nombre de esta ciudad se encuentra unido al nombre del Taj Mahal y por ello crees que la ciudad tiene que ir en concordancia con los tesoros que guarda. Pero esto en la India no sucede, nada más lejos de la realidad.

Es otra ciudad grande con mucho tráfico y caótico, destartalada, muy sucia, para nada atractiva. A la entrada de la ciudad observamos, además, que por muchas calles que pasamos, las placas de cemento que tapan lo que parece ser las cloacas están rotas y levantadas dejando al aire esta inmunda acequia.

Atravesamos casi por completo la ciudad, gran atasco de toda clase de vehículos y marcha muy lenta con el rio Yamuna a nuestra derecha, nuestro objetivo es cruzar un puente sobre este río, hay muy pocos, para ir a la orilla opuesta hacia una margen del río enfrente del Taj Mahal y verlo desde allí con las luces del atardecer. Pero toda esta lentitud de tráfico nos impide llegar a tiempo, ya sólo queda un pequeño resplandor, por lo que vemos la silueta del Taj envuelta en la negrura de la noche. No se ilumina por la noche por motivos de seguridad, para evitar bombardeos ya que se encuentra amenazado por los pakistaníes.

Nos alojamos en el hotel GATEWAY

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Amanece un día totalmente nublado, el peor que hemos tenido en todo el viaje. Y tenía que ser precisamente hoy ......., cuando vamos a ver lo que tanto tiempo he soñado......

FUERTE ROJO DE AGRA

Está ubicado en la orilla oeste del río Yamuna. Fue construido en piedra arenisca roja (de ahí su nombre) por el emperador Akbar y en realidad se trata más bien de un palacio amurallado, encerrando en su interior un conjunto de palacios y edificios con estilos arquitectónicos diferentes ya que fue la residencia de otros emperadores mogoles. Sólo se visita el sector oriental, el resto de la fortaleza está bajo ocupación militar. Las murallas de la ciudadela terminan en almenas apuntadas y miden cerca de 3 km. y se encuentran protegidas por un foso.




Desde 1983 está considerado como Patrimonio de la Humanidad.

Antiguamente tenía cuatro puertas, hoy sólo hay dos, la Puerta de Delhi es la más grande y conduce a otra llamada Puerta de los Elefantes a través de un puente levadizo. Pero solamente la utiliza el ejército indio. Los turistas utilizamos la Puerta de Lahore que pasó a llamarse puerta de Amar Sing cuando los británicos le cambiaron el nombre. Esta puerta es muy parecida a la Puerta de Delhi, en piedra arenisca roja, pero un poco más pequeña.
La Puerta de Amar Singh no se trata de una puerta única pues sucesivamente vamos pasando bajo los arcos de tres grandes puertas, después hay una larga rampa que lleva a los palacios.



Lo primero que vemos es el único edificio importante del reinado de Akbar que se conserva dentro de la ciudadela, es el Jahangir Mahal. En el centro de su fachada principal hay un gran arco coronado por paneles de mosaicos geométricos, el resto presenta una serie de arcos apuntados ciegos, en su parte superior hay cuatro balcones y dos chhatris en los extremos.



Delante del palacio, entre los jardines, se encuentra la bañera de piedra que Jahangir utilizaba y que transportaban sus criados cuando viajaba, está hecha de un solo bloque de piedra.

Atravesamos la puerta que da a una especie de recibidor con dos plataformas en dónde bailarinas y músicos recibían al emperador cuando volvía de algún viaje, se nota que es la parte más antigua porque su decoración geométrica se encuentra deteriorada. Se accede a un patio cuadrangular rodeado de varias dependencias, templo, sala de audiencia, dormitorio de invierno, dormitorio de verano… con 88 arcos de estilo hindú con columnas finamente talladas, como si fueran de madera, capiteles asemejando trompa de elefante con flores de loto. Está construido en piedra de arenisca roja con moldura y cornisa de mármol. Todo el contorno recuerda bastante las edificaciones de Fahtepur Sikri.




A partir de aquí la arquitectura cambia ya que la mayor parte del palacio que sobrevive es obra de Shah Jahan que derribó edificios construidos por Akbar para dejar espacio a sus propios palacios de mármol blanco.

En un gran patio se halla el Anguri Bagh o jardín de las Uvas, llamado así porque, al parecer, había viñas plantadas en su tiempo; es un jardín de trazado geométrico, dividido en cuatro partes con dos paseos perpendiculares de mármol blanco, en el centro un estanque también de mármol.



A un lado de este patio nos encontramos el Khas Mahal construido en mármol blanco. Es una terraza con tres pabellones, los dos pabellones laterales tienen tejados curvados con coberturas de cobre y terminados en pináculos también de cobre; el pabellón central, más alto que los laterales, es una estancia abierta y limitada por arcos lobulados excepto en su parte posterior que tiene celosías de mármol calado a través de las cuales se puede ver el río, tiene el tejado plano y en sus extremos se alzan dos chhatris con cúpula de cobre. Este pabellón central era como el dormitorio del rey y en su tiempo estuvo todo revestido y adornado con pan de oro, se puede comprobar en una esquina que se encuentra restaurada.





En una esquina de este jardín de las Uvas, junto al palacio Khas Mahal, se encuentra el Shish Mahal, Palacio de Cristal, dos salas con ventanas cuyas paredes están decoradas con espejos sobre estuco dorado y de colores.

Al este del jardín y cara al río está el edificio llamado Aramgah o Morada del Descanso, pabellón de mármol con arcadas dónde estaban los aposentos privados del emperador. Este pabellón se encuentra rodeado por otros menores de estilo bengalí, como el de la hija favorita de Sha Jahan o el conocido como pabellón de la Aparición, desde donde el emperador se mostraba a sus súbditos. Este último comunica con el Shah Burj, Torre del Rey o Torre Octogonal. Es un pabellón con galería construido sobre un bastión del fuerte de la época de Akbar que da al río. Es todo de mármol con incrustaciones de mármol de colores y piedras semipreciosas. En esta torre es dónde Sha Jahan estuvo confinado por mandato de su hijo. Desde aquí contemplaba las obras del Taj Mahal y aquí murió después, en los brazos de su hija preferida y mirando hacia el sitio dónde estaba lo que más había amado.





El día sigue nublado y cubierto impidiendo con ello que veamos nosotros desde aquí la silueta del Taj Mahal.

Enfrente de esta torre se encuentra el Diwan-i-Khas, sala de audiencia privada, de mármol, abierto a tres lados. En esta sala estuvo por unos años instalado el trono de pavo real, con la cola abierta en la que hay incrustaciones de zafiros, rubíes, esmeraldas, perlas y otras piedras preciosas de colores.



Hay otro gran patio que antes era una piscina de mármol con fuentes, también, de mármol, que fue saqueado y posteriormente se cubrió de tierra y ahora está sembrado de césped. En este patio está el Diwan-i-Am, sala de audiencia pública. Se trata de una gigantesca sala de tejado plano construida a base de numerosos arcos lobulados sostenidos por columnas que primero fueron realizadas en piedra arenisca roja por Akbar y posteriormente revestidas de estuco por su hijo. En el muro del fondo hay un entrante en el que se sentaba el emperador durante las asambleas, tanto el entrante como los tres arcos que le protegen son de mármol ricamente decorado con incrustaciones de piedras semipreciosas. Esto fue realizado por el nieto de Akbar, Sha Jahan.




Hemos comenzado la visita por el Fuerte Rojo para dar una oportunidad al día de que se vaya despejando y que salga el sol, pero sigue igual de nublado.

TAJ MAHAL

Al Taj Mahal no se puede acceder en coche. Para protegerlo algo de la contaminación se ha prohibido la circulación de vehículos en 500 m. Se llega hasta él, bien andando, que sería lo más normal, en trenecito eléctrico ó en Tonga, una especie de calesa tirada por burros, que es la que utilizamos nosotros, a la vuelta usamos el trenecito eléctrico. Hay un gran control de seguridad para acceder al palacio, no te dejan entrar comida, cigarrillos, mecheros, bolígrafos, objetos punzantes. La entrada cuesta 750 INR y con la misma te dan una botella de agua y unos patucos porque al mausoleo no se puede entrar con zapatos.



Y comenzamos la historia, digo la visita

Había una vez .. un rey mogol que gobernaba su imperio desde Agra. Este emperador se llamaba Shah Jahan y estaba casado con Arjumand Bano Begum, más conocida como Mumtaz Mahal, no era su única esposa, pero si su favorita. Ambos se amaban desde muy jóvenes pero fue Mumtaz Mahal la que se murió de amor al dar a luz al 14º hijo de la pareja, que era una niña. Muntaz tenía apenas 38 años cuando murió y su esposo prometió construirle una tumba tan grande y tan pura como su amor.

Transcurría el año 1631 y los mejores arquitectos del imperio comenzaron a trabajar.
No importaba que las canteras de mármol estuvieran a más de 300 km. ni que las piedras semipreciosas destinadas a la ornamentación no se consiguieran en la india, las arcas del emperador estaban abiertas para esta construcción y no se podía reparar en gastos.

Muntaz Mahal significa “Perla del Palacio” o “Elegida del Palacio”, el nombre del mausoleo, Taj Mahal significa “Corona del Palacio” ya que, aunque se trata de una tumba, el emperador quiso ofrecerle a su esposa un palacio y una corona.

Aunque el mausoleo es la parte más conocida el Taj Mahal es un conjunto de edificios integrados. Es considerado el más bello ejemplo de arquitectura mogol, estilo que combina elementos de las arquitecturas islámica, persa, india e incluso turca. El diseño general se inspira en otros edificios como la tumba de Tamerlán, la tumba de Itmad-Ud-Daulah y la Jama Masjid de Delhi.

Rodeando al recinto hay una alta muralla de arenisca roja, rodeada a su vez de jardines, con una monumental puerta de entrada, Darwaza, en el sur. En esta puerta hay un gran arco, a ambos lados y también en su interior hay otros arcos más pequeños dispuestos en dos pisos. La piedra roja se combina con mármol blanco incrustado de piedras semipreciosas que dibujan motivos florales e inscripciones en grafía árabe. A ambos lados de los arcos laterales hay unas torres que culminan en chhatris (kiosco con cúpula) y sobre el gran arco central hay una especie de galería sobre la que se disponen once pequeñas cúpulas, tanto en la parte exterior como en la interior, en total 22 pequeñas cúpulas que simbolizan los 22 años que duró la construcción del Taj Mahal.


Pasamos esta puerta y se nos abre una maravillosa visión. Al fondo el mausoleo de mármol blanco como flotando contra el cielo gris....

Dicen que el Taj Mahal tiene algo de mágico, propiedad que le confiere el mármol del que está formado, cambia de color según la luz que recibe, blanco brillante cuando hace sol destacando en el inmenso cielo azul, se vuelve gris cuando está nublado y trata de confundirse con el cielo.




Se siente esta magia y aunque lo has visto en innumerables ocasiones en distintas reproducciones, cuando lo tienes delante te sobrecoge su visión. De proporciones más grandes de las que te imaginabas, es único, es perfecto, y, no te cansas de mirarlo.....

Comenzamos a acercarnos en medio de los amplios jardines divididos en cuadros y organizados mediante la cruz formada por los canales. Cada sección del jardín está dividida por senderos en 16 canteros de flores con un estanque central de mármol a medio camino entre la entrada y el mausoleo. Como hoy el día está nublado la superficie del agua refleja los edificios de una forma muy vaga y a veces nula.
Estos jardines, en su origen, tenían una abundante vegetación con rosales, narcisos y árboles frutales. Con el declive del imperio mogol decreció su mantenimiento y cuando los británicos asumieron su control introdujeron las modificaciones para transformarlo en un jardín inglés.




Nos vamos acercando poco a poco envueltos en la multitud de turistas indios (parece que son más numerosos que los turistas occidentales y orientales), percatándonos cada vez más de sus dimensiones, de su belleza, de su perfecta simetría... A veces pienso que es una de las visiones más bonitas que he tenido en mi vida.

En el Taj Mahal todo es simetría. En el extremo del complejo se levantan dos grandes edificios a los lados del mausoleo, paralelos a los muros este y oeste. Ambos son fiel reflejo uno del otro. El occidental es una mezquita y su opuesto es el jawab cuyo único sentido es mantener la simetría, se cree que era como una casa de invitados, si bien este último no tiene minarete. El diseño de la mezquita es similar al de Jama Masjid de Delhi, que consiste en una gran sala rematada por tres cúpulas.



El Taj Mahal es una maravilla de formas y proporciones. Está situado sobre una plataforma de mármol, lo que contribuye a crear esa sensación de que está flotando. Se trata de un edificio cuadrado con las esquinas achaflanadas creando una forma octogonal irregular; en cada una de las cuatro fachadas unos arcos ordenados en dos pisos rodean un arco central cuyo reborde se levanta más alto que el resto de la fachada; el chaflán de cada esquina tiene la misma anchura y estructura que las partes laterales de las fachadas principales, de forma que entre cada gran arco y el siguiente hay tres lados iguales que dan la vuelta a la esquina armoniosamente.
Sobre el edificio hay una cúpula en el centro de mármol blanco, de grandes dimensiones que se acentúan por estar apoyada en un tambor circular de 7 m. Esta cúpula es del tipo de cebolla y en su parte superior está decorada con un anillo de flores de loto en relieve y en el remate una aguja dorada. La forma de la cúpula queda resaltada también por los cuatro chhatris de cada esquina, las cúpulas de estos kioscos replican la forma de la central. Sus bases columnadas se abren a través del techo del mausoleo dando luz natural al interior.



En cada esquina de la plataforma se alzan cuatro minaretes de más de 40 m. de alto que se encuentran rematados por chhatris con la misma terminación que en el mausoleo, diseño de flor de loto y aguja dorada sobre la cúpula. Estos minaretes fueron construidos con una leve inclinación hacia fuera del conjunto, para que, en caso de derrumbe, no caigan sobre el edificio principal.



Llegamos cerca de esta plataforma, a la zona dónde hay que ponerse los patucos sobre los zapatos. Hay guardias vigilando que nadie pase con los zapatos, o descalzo o con patucos. Y nos ponemos en fila para entrar en el mausoleo, es mucha la gente que nos juntamos aquí.

Ya de cerca podemos apreciar el detalle y la bellísima decoración del mausoleo.

Los elementos decorativos pertenecen básicamente a tres categorías, caligrafías, elementos geométricos abstractos y motivos vegetales aplicados con tres técnicas diferentes: pintura o estuco aplicado sobre los muros, incrustación de piedras, y escultura.

Los pasajes del Corán son utilizados en todo el complejo como elementos decorativos, las letras están incrustadas en oro sobre los paneles de mármol blanco. Los paneles superiores están escritos con caligrafía más grande y proporcionada para compensar la distorsión visual al mirarlos desde abajo, de esta forma todas las letras se ven como si fueran del mismo tamaño.

Los elementos geométricos abstractos se utilizan en el pedestal del mausoleo, en los minaretes así como en la mezquita y la jawab. La técnica de incrustación sobre las placas de mármol es de tal perfección que las juntas entre las piedras y las gemas incrustadas apenas se distinguen por más que mires y toques, la superficie al tacto es lisa y tersa.

Las paredes bajas de la tumba muestran zócalos de mármol con bajorrelieves de flores y vides que han sido pulidos para resaltarlos. Los zócalos y laterales de arcos han sido decorados con incrustaciones de piedras semipreciosas formando dibujos de flores, frutos y vides. Las piedras incrustadas son mármol amarillo, jade y cuarzo de colores.






Entramos a la sala principal dónde están los cenotafios de Mumtaz y Shah Jahan. El de Mumtaz en el centro y al lado el de Shah Jahan, es el único elemento asimétrico en todo el complejo.

Hay un guardia que pone orden indicando por dónde tienes que dirigirte ya que con tanta gente aquello no circularía.
La forma de la sala es octogonal y aunque su diseño permite ingresar por cualquiera de los lados, sólo la puerta sur, la que da a los jardines, es la que se utiliza habitualmente.

El material que se usa aquí para las incrustaciones ya no es mármol o jade, sino gemas preciosas y semipreciosas. La caligrafía que hay en las tumbas es de un trabajo extremadamente delicado y detallado. Cada uno de los muros de la sala ha sido bellamente decorado con zócalos en bajo relieve, intrincadas incrustaciones de pedrería y refinados paneles de caligrafía, reflejando incluso a nivel de miniatura los detalles expuestos en el exterior del complejo.

Saliendo al exterior nos dirigimos a la parte de atrás del mausoleo. Esta parte es la única que no tiene la muralla de piedra roja, solamente el río Yamuna. Este es un estupendo mirador con hermosas vistas del Fuerte Rojo, cuando la niebla te deje verlo. Lo mismo que desde el Fuerte Rojo no pudimos ver el Taj Mahal, ahora tampoco podemos ver, ni siquiera la silueta, del Fuerte Rojo.

Vamos volviendo a la salida, por la puerta sur, por dónde mismo se entra, atravesando y disfrutando de los jardines y volviendo la vista atrás de vez en cuando, con la visión cada vez más lejana de este monumento al amor que en 1983 fue declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad y posteriormente fue nombrado como una de las nuevas siete maravillas del mundo moderno.



Rabindranath Tagore definió el Taj Mahal como “un poema escrito en piedra” y que estaba destinado a brillar por siempre como “una lágrima de amor en las mejillas del tiempo”.

No habremos tenido una visión del mármol del mausoleo brillando con la luz del sol con el fondo del cielo azul, pero hemos tenido la visión de un mármol gris intentando mimetizarse con el fondo nublado del cielo, flotando entre la niebla con un halo de misterio y romanticismo que tiene, si ello es posible, un encanto mayor, (el que no se consuela es porque no quiere).

Cuenta la historia .. que cuando Mumtaz murió Shah Jahan estuvo encerrado algún tiempo y cuando salió estaba envejecido y con el pelo blanco. Se dedicó a los trabajos de construcción del mausoleo y descuidó las cuestiones de gobierno. A poco de terminar la obra en 1656, Shah Jahan cayó enfermo y se rindió a los ataques de sus hijos, Aurangzeb (el hijo que se hizo con el poder frente a otros tres hermanos mayores) le permitió seguir con vida en arresto domiciliario en el Fuerte Rojo, en la Torre Octogonal, atendido por su hija querida, que no es la que nació cuando su esposa falleció sino que era la mayor de todos sus hijos. Y cuenta también la leyenda .. que pasó el resto de sus días mirando por la ventana el Taj Mahal, su gran obra, monumento a su amada y refugio para el descanso eterno de ambos.

Después de la comida hacemos una visita muy distinta, en todos los aspectos, a las realizadas en la mañana. Vamos al orfanato de la Madre Teresa de Calcuta en Agra (Sister of Charity). Nos recibe la madre superiora hablando en un inglés no demasiado comprensible, nos enseña las instalaciones, los dormitorios de los niños, hay algunos enfermos o con problemas en las camas que no van al colegio, algunos bebés. Comenta que la gente no quiere adoptar nada más que bebés y sin problemas, que todos estos niños tendrán que vivir aquí. Son instalaciones humildes pero no están mal y hasta tienen espacios abiertos, algún pequeño jardín y zona de juegos. Los niños comienzan a volver del colegio. Damos nuestro donativo y nos volvemos más de uno con el pañuelo en la mano. Una mezcla de sentimientos opuestos cruzan nuestro ánimo. Por un lado el sentimiento de enfrentarte a una realidad como esta, la de los niños abandonados y con muchos problemas y por otro lado dando gracias a Dios por toda esta gente que tan desinteresadamente trabajan para el prójimo, seguidoras de la gran obra de la Madre Teresa de Calcuta, porque todos la llaman madre, sean de la religión que sean. Estos orfanatos no reciben más que la ayuda de los distintos donantes.

Nos regresamos al hotel, hay tarde libre. Unos quieren ir a una tienda de esas grandes que venden gemas, otros van a un espectáculo de bailes al estilo Boliwood.

Nos reunimos un grupo al que no nos gustaban estas alternativas y decidimos seguir visitando algo de Agra. Salimos a la puerta del hotel y comenzamos a negociar con el dueño de un tuc-tuc (estos motocarros de color verde y amarillo). Necesitábamos cuatro tuc-tuc, llama por teléfono y al instante estaba aquello lleno de estos vehículos. Nos enseña una libreta mugrienta y llena de polvo con una página en la que unos españoles habían escrito que era de fiar. Pactamos un precio y le dejamos muy claro el recorrido que queríamos hacer en el que nos tenían que esperar a ver el primer sitio, llevarnos al segundo y luego de vuelta al hotel. Nos ponemos en camino con este tuc-tuc, que parece el líder, y el resto siguiéndolo. Ya nos vamos acostumbrando a este tráfico endemoniado y el recorrido nos parece de lo más divertido. Cada vez nos parece más justo el precio pactado al comprobar que está bastante lejos del hotel el destino al que vamos, tardamos de 20 a 30 minutos y el tráfico no estaba demasiado congestionado.

Mausoleo de Itimad-ud-daulah

Con las entradas para entrar en el Taj Mahal puedes acceder, en el mismo día, a otros sitios con un descuento del 10% y este es uno de ellos, (y además en el Fuerte Rojo, Fatehpur Sikri, Tumba de Akbar). l

La entrada cuesta 100 INR por lo que nos cobran 90 después de comprobar y taladrar las entradas que teníamos del Taj.

El mausoleo de Itimad-ud-daulah o “Pequeño Taj” como se le conoce popularmente, está situado a un kilómetro y medio del Fuerte Rojo, río arriba y en la orilla izquierda del Yamuna. La esposa preferida de Jahangir, Nur Jahan, considerada la mujer más poderosa de la época mogol, encargó la construcción de este mausoleo para sus padres, Mirza Ghiyas Beg, llamado Itimad-ud-daulah (pilar del estado) y su esposa.
Mirza Ghiyas Beg también era el abuelo de Mumtaz Mahal, esposa de Shah Jahan, por lo que podríamos decir que el pequeño Taj es el abuelo del Taj Mahal por lazos familiares y por la influencia que tuvo en su construcción.

Construido entre 1622 y 1628 el mausoleo representa la transición entre la arquitectura mogol primitiva que utilizaba arcilla roja y este nuevo periodo en el que el material principal pasa a ser el mármol blanco y de la que es máximo exponente el Taj Mahal.



Se entra por una puerta de arenisca roja combinada con mármol blanco que tiene un alto arco central flanqueado por otros de dos pisos y dos pequeñas cúpulas, una a cada extremo, en la parte superior.
La tumba está situada dentro de unos jardines muy cuidados atravesados por pequeños cursos de agua y varios caminos. El recinto se encuentra rodeado de un muro rojo por tres lados, detrás del mausoleo el río Yamuna. Hay varios monos correteando por los árboles pegando a uno de los muros.



El mausoleo se construyó sobre una plataforma de arenisca roja con decoración, es cuadrado y pequeño, unos 23 metros cuadrados, está limitado en sus lados por cuatro torres hexagonales de 13 m. de alto y en el centro del techo un pabellón cuadrado con una cúpula. Todo él está revestido de mármol blanco ricamente decorado con abundantes incrustaciones de piedras semipreciosas en dibujos florales y geométricos, no parece recargado debido a la armonía de los colores empleados en las incrustaciones, negro, gris y varios matices de ocre, siendo por el contrario esta decoración la que le da el principal toque de elegancia y distinción que hace de este edificio una joya única.





El interior se encuentra también profusamente decorado y, relativamente, bien conservado pese a que fue saqueado por los Jats que desmantelaron la decoración de oro y plata de los techos. Las paredes tienen un zócalo de mármol blanco con incrustaciones de motivos geométricos en los mismos tonos que el exterior. En la parte de arriba de las paredes la decoración se reparte entre pequeñas hornacinas con forma de arco y los vanos entre ellas, los motivos además de geométricos son también jarrones, adornos florales, cipreses .. y con más abundancia de colores que en el exterior. Las piedras que se utilizaron en las incrustaciones son topacio, ónix y lapislázuli. En el interior hay bastante luz que se filtra a través de pequeñas aberturas en el mármol y diversas celosías.




En la parte que da al río Yamuna hay como una especie de baradary en piedra que tiene unas bonitas vistas de la ciudad y del río. En las arenas del río juegan unos niños que al vernos asomados nos piden caramelos. Les arrojamos unas cuantas piruletas que cogen al vuelo.

El sitio nos ha encantado a todos, es una pequeña joya que se encuentra eclipsada por la majestuosidad del Taj Mahal, y por ello tiene el encanto añadido de su tranquilidad, unos pocos turistas más visitándolo, lo recorremos a nuestras anchas, entrando y saliendo de las distintas habitaciones las veces que queremos.
Para entrar también hay que descalzarse o bien ponerse unos patucos encima de los zapatos, es bueno guardarse los que te dan en la visita del Taj Mahal, si éste se visita con anterioridad.

Los tuc-tuc nos están esperando en la puerta como habíamos acordado y ahora nos dirigimos, dentro de la misma orilla izquierda del río, hacia la curva que hace el mismo en la ciudad de Agra, para ver el atardecer con el Taj Mahal delante. Es la misma zona que estuvimos anoche y no pudimos ver casi nada. Aquí hay dos opciones, irte directamente hacia el río por un camino que no pasan coches y ves el Tal Mahal algo escorado a la izquierda ó entrar en los jardines Mehtab Bag, “jardín de la luz de luna”, pagando 25 INR, y ver el gran mausoleo de frente y con una paz excepcional.

Optamos por entrar a los jardines y acertamos, ya lo habíamos visto de la otra forma la noche anterior, aunque fuera en penumbra. Los jardines son de estilo mogol y dicen que tienen más de 40 variedades de plantas. La verdad es que no nos entretuvimos en contemplarlos porque se hacía tarde y el sol se iba. El sol después de casi todo el día nublado había brillado tímidamente por la tarde y ahora que estamos allí para ver su retirada las nubes nos vuelven a hacer una jugarreta para impedirlo.

Contemplamos la maravillosa silueta del Taj en las ruinas de lo que se ha llamado el Taj Negro y nos pasamos el resto del atardecer sentados en una pared de estas ruinas sin querer dejar de mirar la imagen que tenemos enfrente.




Se dice .. que el emperador Shah Jahan quería construir su propio mausoleo en mármol negro, a imagen y semejanza del de su esposa, al otro lado del río Yamuna y unir después ambos mediante un puente de oro. Precisamente dónde estamos quedan unos restos en piedra roja de lo que se dice que fue el inicio de la construcción de dicho edificio. No llegó a construirse porque Aurangzeb, cuarto hijo de Shah Jahan, después de vencer a sus hermanos y hacerse con el poder encarceló a su padre en el Fuerte Rojo, tal y como se ha mencionado en la visita del Taj Mahal.

Pero recientemente se ha descubierto que en realidad lo que se construyó frente al Taj Mahal del otro lado del río, fue un jardín que mantenía la simetría tan apreciada por Shah Jahan, este complejo de jardines tenía una piscina octogonal en la que se reflejaba la imagen del Taj Mahal y al verlo en el reflejo se apreciaba un Taj Mahal de color negro. Nunca se ha encontrado mármol negro en ninguna de las excavaciones realizadas.

Aquí una pincelada de cómo viven algunas personas en la India. Chabola junto a los jardines anteriores.



Ya de noche nos volvemos al hotel en los tuc-tuc que siguen esperándonos, claro, sino no cobran, y quieren llevarnos a una tienda a lo que nos oponemos rotundamente. Luego resulta que la tienda a la que querían llevarnos está justo enfrente del hotel. Como tiene buena pinta entramos a echar un vistazo y tenían de todo tipo de artículos entre los que había como unos joyeros de mármol auténtico con las incrustaciones como las del Taj Mahal. Nos hicieron un cambio de moneda más beneficioso que en el hotel y también tenían servicio de teléfono desde el que llamamos a la familia por el módico precio de 30 INR. Una tarde completa.[/size]

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