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Programa: -visita a la Gruta de la Flauta de Caña, la Colina de la Trompa de Elefante, la Colina Fubo. Traslado al aeropuerto, llegada a Hangzhou, recepción, traslado al hotel y alojamiento. Día 6 de mayo. Lunes.

El día de hoy comienza en la recepción ya con las maletas preparadas, dispuestos a regresar a Guilin para ver unas cuantas cosillas, comer y coger el avión para Hangzhou. Como siempre vamos hablando por el camino y nos enteramos, entre otras cosas, de que en China hay un mercado negro de matrículas. ¿Matrículas? ¿de honor, en los colegios? ¿robadas para falsificar coches? No, nada de eso. Otra vez las supersticiones generalizadas que hacen que pueden pagarse muchos miles de yuanes por una matrícula con sólo “8” porque este número atrae a la riqueza, o que nadie quiera una matrícula con algún número “4” porque da mala suerte. Así que la gente pide una matrícula (aunque no vaya a comprar un coche) y luego vende el número al mejor postor.

Charlando se nos va el tiempo en un plis plas y llegamos a Guilin en donde visitamos en primer lugar

El Parque de la Trompa de Elefante

Este lugar es un parque como puede ser el Retiro, la Casa de Campo o cualquier otro parque que haya en vuestro pueblo. ¿Cuál es el motivo de que lo incluyan en los recorridos turísticos? Ni idea.

Hay una leyenda que cuenta que un rey pasó por este lugar y uno de sus elefantes cayó enfermo así que el rey lo abandonó para que muriera pero unos campesinos lo cuidaron y el elefante recobró la salud, así que el rey exigió que el animal le fuera devuelto. Pero, claro, el bicho era grande pero igual de listo así que se negó y el malvado rey le dio muerte en este mismo sitio y el elefante se convirtió en piedra.


Dice también la leyenda que la Stupa que se encuentra en lo alto de la colina es el puño del rey clavando su espada.


Es un parque agradable, muy verde, con plantas por todos lados, puentes, canales,


lleno de esculturas que hacen referencia al amor y los enamorados y el guía se ofrece a sacarte fotos aquí y allí y tal, y ya está, visto todo.

Yo pregunté que como es que cobraban entrada para pasar a un parque, que creía que los parques eran públicos y Juan me contó que los chinos son muy sucios, que tiran los papeles al suelo y escupen y todo lo demás y que cobrando entrada se restringe el acceso a una parte muy reducida de la población y así lo pueden mantener limpio.

Me contó que hay parque abiertos al público pero que están en un estado bastante precario.

La Colina Fubo

Esta es otra de esas visitas que programan en la agencia y yo me esperaba más de lo mismo, otro lugar bonito y tal pero sin ningún interés particular. Pero me equivoqué, ahora os cuento.

Toda esta colina es una de esas formaciones kársticas que os comenté en otra etapa anterior y parte de la colina está en tierra y otra sobre el agua.


Lo primero que hay nada más llegar es una estatua del General Fubó, que da nombre a la colina y el guía nos cuenta que este general de la dinastía Han (200 a.c.-200 d.c.) pasó por este lugar y quiso probar el filo de su espada arremetiendo contra una de las columnas de la misma y que el filo era tan fino que la cortó de lado a lado y desde entonces puede verse esa columna partida.



Dentro de esta colina hay una cueva denominada “Cueva del regreso de la Perla” o “Cueva de la Perla devuelta” o algo parecido, os cuento: dice la leyenda que un pescador de la zona se refugió de la tormenta en la cueva y encontró a un anciano durmiendo junto a una perla de gran tamaño y que se la robó y se la llevó a su casa, pero tuvo que regresar a devolverla cuando le contaron que allí vivía el rey dragón y que montaba en cólera cuando alguien la robaba las perlas.

En esta colina se situa el templo Marquís, que data de la época Tang, entre los siglos VII y VIII de nuestra era. Es curioso ver un templo dentro de una cueva con las imágenes colocadas en nichos y demás, diferente a los otros templos que hemos visitado hasta ahora.


Y al fondo de la cueva se encuentra la Cueva de los Mil Budas que, sin llegar a tantos, contiene 250 estatuas de buda, la mayoría de ellos esculpidos durante las dinastías Tang y Song (617-1215). Esta parte de la cueva es la más interesante de todo, todas las paredes están cubiertas de imágenes de buda, sentado, de pie, meditando, a la altura de nuestras cabezas o encaramados casi en el techo de la cueva o a nuestros, pies.



Y desde aquí se obtienen bellas vistas del río Li


Por último unas escaleras te permiten acceder hasta la cima y desde allí sí que se divisan magníficas vista de la ciudad. Yo no subí, que con mi pata chula no pude, pero Jose se que se subió las escaleras hasta arriba del todo.


Bueno, no sé si os habéis dado cuenta de que el tiempo está nublado, no se ve el sol, hay brumas mañaneras y niebla meona y algún chaparroncillo de nada ha caído en este tiempo. Nuestro guía dice que hemos tenido suerte que google decía que nos íbamos a mojar de todas, todas, pero hasta ahora hemos podido capear el temporal. Así que yo tan contenta.

Hoy nos vuelven a llevar a comer a un lugar del que no hay nada que reseñar: más de lo mismo. Pero por el camino vemos una colina que está llena de piedras con inscripciones y cintas de color rojo. No cuentan que eso es un cementerio en China los cementerios pueden estar en medio de las ciudades porque ellos utilizan la tierra baldía para ese menester ya que la tierra cultivable es necesaria para los vivos. No pude hacer muchas fotos ni tan siquiera buenas, porque no había forma de para el coche, pero bueno, una si hice.


Y ahora toca visitar

La Gruta de la Flauta de Caña

Comentaros igualmente que esta gruta es el producto típico de las formaciones kársticas de la zona y una de las más grandes que hay en esta provincia. Además han decidido iluminarla con luces de neón que desvirtúan la propia naturaleza de la cueva.


Es cierto que esas luces permiten ver mejor aquellos lugares que pueden tener algún significado especial, pero los significados no son más que las elucubraciones de los chinos sobre que si esto parece una cortina, aquello un campo de coles, lo de más allá un león o un perro, o cualquier otra cosa que se les antoje.



Al final hay una zona iluminada que se refleja en las aguas de un lago subterráneo y forma una imagen muy espectacular.


Reseñar que esta cueva tiene un significado muy especial para las gentes del lugar pues, durante la invasión japonesa, utilizaron la misma para esconderse de los nipones y muchos salvaron la vida gracias a ello.

Y con esto y un bizcocho, ….Pues se acabó nuestra visita a Guilin, ya lo hemos visto todo o, al menos, lo que nos han enseñado y nosotros hemos contratado. Si os dais cuenta en este viaje no se ha hecho ni una sola variación sobre el programa propuesto y todo ha marchado estupendamente.

Avión Guilin-Hangzhou

Ahora nos toca coger el avión para Hangzhou, nuestro último vuelo interno pues el resto de los desplazamientos los haremos en tren. Cuando se tiene un guía competente todo marcha sobre ruedas y hacemos el cheking sin problemas y accedemos a la terminal en un santiamén.

Aquí estamos esperando nuestro avión junto a la puerta de embarque y leyendo nuestro libro tranquilamente cuando, de repente, se arma una barahunda tremenda: gritos, chillidos, risas, risotadas, un follón alucinante, me vuelvo y son una familia china de unas 10 personas que han tomado el espacio como propio y deben estar todos sordos, a juzgar por el tono de voz que usan para hablar. Es tal el ruido que busco en mi bolso unos pañuelos de papel y me pongo unos trozos en los oídos, de verdad que en mi vida había oído algo así, y mira que soy de pueblo y estoy acostumbrada a que se hable alto.

Esperamos con paciencia y por fin llaman para acceder al avión. Todos nos ponemos en fila ordenadamente, todos: chinos y extranjeros, menos la familia de marras, que se pone en un lateral y pretende colarse, con tan mala fortuna que lo intentan junto a mí, así que le suelto un codazo al primero que lo intenta, coloco las maletas a un lado y le impido el paso. Me miraba como si fuese marciana, debió de pensar que los turistas somos tontos y nos vamos a dejar. Pues no, que para algo estuve haciendo prácticas de codo en Madrid.

Entramos en el avión y este grupo se comportó como si no hubiesen montado nunca en avión: se negaban a ponerse el cinturón, a sentarse, hablaban en entre ellos a grito pelao desde sus diferente asientos, vamos un viajecito fino. Lo peor fue cuando se inició el aterrizaje que se negaron a sentarse y, por supuesto, a ponerse el cinturón. Las pobres azafatas estaban desesperadas y sólo consintieron en sentarse cuando vino el sobrecargo, pero se volvieron a levantar en cuanto se marchó.

Como siempre no tuvimos problemas para recoger las maletas y nos estaban esperando para llevarnos a nuestro hotel en Hangzhou

Hotel Wuyang

Voy a poner la dirección porque hay varios hoteles con este nombre en Hangzhou y es importante distinguirlos: Qing Chun Road, Xia Cheng District.

Poco os puedo contar de este hotel salvo que no me gustó, no me gustó nada. Y no se porqué. La recepción era como todos los hoteles que ofrece CITS: grandes espacios llenos de mármoles y dorados por todas partes, la habitación era como cualquier otra, amplia, con dos sillones, ventana, escritorio, armario, baño completo con todo tipo de amenities, albornoz y zapatillas, ketel, wifi, vamos que no hay nada concreto para que no me haya gustado.

Pero, siempre hay un pero, el minibar estaba cerrado con llave (nunca lo uso pero eso de la llave me parece de un cutre absoluto), no había caja fuerte así que no podías guardar el ordenador y demás cuando te ibas, y no sé que más, simplemente no me gustó y ya está.

El desayuno era tipo bufet, como todos, pero la sala era pequeña y cuando llegamos por la mañana no había sitio y tuvimos que esperar a que se quedara libre alguna mesa, el bufet era amplio pero yo tuve la sensación de que era escaso, me explico: los cereales los tenían en cuencos del tamaño de un bol de desayuno, fruta solo había melón y sandía y unas naranjas resecas, así todo. No me quedé con hambre, que conste, pero me dio la sensación de racanería.

Por cierto que en este hotel también en el de Guilin y el de Suzhou nos exigieron dejar una garantía para cubrir los desperfectos o impagos que se pudieran producir. ¿?. Mi marido dice que a él también se lo han pedido en Europa en algún hotel. Pero en este en particular nos hicieron esperar un buen rato a la hora de marcharnos porque habían subido a la habitación a ver si nos habíamos llevado las toallas, digo yo.

Cuando le comentamos a nuestra guía que no nos gustaba la ubicación del hotel por estar lejos del Lago Oeste nos dijo que los cercanos eran muy caros y que este tenía la ventaja de estar en una calle con mucha actividad comercial y que podíamos comprar comida en supermercados y cenar en varios restaurantes de la zona. Nos recomendó una especie de Rodilla, que tenía empanadas y cosas parecidas y nos compramos unas y nos la cenamos en la habitación, pero había varios restaurantes chinos que no tenían mal aspecto.

Bueno y con esto me despido por hoy y mañana os cuento la etapa de Hangzhou.

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Programa: Visita al Lago Oeste, Parque Huanggang y Templo del Alma Escondida. Espectáculo nocturno. Día 7 de mayo. Martes.

Hoy despertamos en Hangzhou y tenemos por delante un día tranquilo con la asistencia al espectáculo “Impresiones del Lago Oeste” que tanto recomiendan en el foro.

Bueno hoy os cuento una de las faenas de este viaje. Anoche, mientras sacaba una camisa de recambio noté un cierto mal olor en la habitación pero, por más que miré no conseguí localizar el foco. Por la noche, al sacar el pijama lo volví a notar y me di cuenta de que el camisón estaba mojado. Revisé la maleta y me encontré con que estaba empapada, toda la parte de abajo estaba mojada y toda la ropa que había en ella también, solo se salvó lo que estaba arriba del todo . Y olía a aguas estancadas . Total que me quedé sin ropa. Menos mal que el día anterior al hacer la maleta había metido algo de ropa mía en la maleta de Jose, que si no tengo que echar a correr a comprarme ropa nueva.

Por cierto que el día ha amanecido totalmente encapotado y amenaza lluvia, así que sacamos paraguas, gorros de lluvia y capas de agua que me he traído desde Madrid. A lo largo del día nos serán muy útiles porque llueve de forma esporádica, suavemente pero sin descanso.

El Lago Oeste

Lógicamente nuestra primera visita es al Lago Oeste, declarado Patrimonio de la Humanidad en el 2011, atendiendo a su singular paisaje, a la influencia que ha tenido en la construcción de los afamados jardines del sur de China y, especialmente, a la influencia que su paisaje ha tenido sobre los grandes poetas chinos quienes le ofrecen sus poemas desde el siglo IX.


La leyenda de la Serpiente Blanca

Hay una hermosa leyenda que cuenta como una serpiente blanca se transformó en mujer y viajó hasta el Lago Oeste y quedó tan prendada del lugar que determinó quedarse allí. Mientras estaba contemplando el lago se le acercó un muchacho que le ofreció su paraguas pues estaba lloviendo y ella no tenía. La serpiente se llamaba Bai Suzhen y el muchacho Xu Xian. Ambos se enamoraron y se casaron y fundaron una farmacia y hacían mucho bien a todos pues ayudaban a los pobres y les daban las medicinas sin pedir dinero a cambio. Pero un monje se dio cuenta de que ella era una serpiente y habló con ella para que abandonara a su esposo pero ella estaba muy enamorada y se negó, así que se lo contó a Xu Xian quién no quiso creer lo que le contaban. El monje estaba decidido a romper ese matrimonio así que le dio a beber un vino especial y así ella se transformó de nuevo en serpiente y cuando su marido la vio fue tal la impresión que murió. Bai Suzhen inició entonces un viaje hasta el país de las hadas para conseguir la medicina que podía resucitar a su esposo y después de un largo viaje y muchas odiseas consiguió traerlo y resucitarlo. Pero el monje secuestró entonces al marido y lo encerró en el monasterio pero éste consiguió escapar con ayuda de un monje joven. Y volvieron a reunirse y ya nunca más se separaron y sus hijos mantuvieron la tradición familiar y también fueron buenos y generosos farmacéuticos. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Algunos aguafiestas prefieren decir que la serpiente blanca fue encerrada bajo la pagoda que preside el lago y que allí descansa esperando a que alguien la libere, pero a mí me gusta más el otro final.

Un poco de historia

La ciudad de Hangzhou remonta sus orígenes hasta la dinastía Qin (221 a.c.) y tuvo su primer florecimiento con la construcción del Gran Canal en el siglo VII y su mayor esplendor lo alcanzó cuando en el siglo XII la dinastía Song del Sur asentó aquí su capital.

Este lago está situado en el transcurrir del río Qiantang que, antiguamente, formaba parte del estuario del río, en realidad era una ensenada. A partir del siglo IV empezó a acumularse cieno en esta zona y estos sedimentos consiguieron tapar la boca del río y formaron el lago que hoy conocemos.


Al encontrarse tan cerca del mar, era habitual que hubiera crecidas y estas anegaran los campos de labor que había a sus orillas por lo que los diferentes reyes decidieron construir diversos diques que sujetasen las aguas, entre ellos los más famosos son los diques Bai y Su que son transitables.


Estos cienos que se acumulaban eran muy fértiles por lo que los campesinos utilizaban la zona para el cultivo hasta que el famoso poeta Bai Juyi (siglo IX) prohibió esta práctica pues estaban acabando con el lago. Con los cienos acumulados se construyeron las islas que ocupan el centro del parque.

Paseo en barco

Nada más llegar al Lago fuimos directos al embarcadero para tomar un barco y dar un paseo por el lago. Aquí tengo que deciros que como íbamos con CITS el barco era uno de esos grandes y feos en vez de uno de los otros más pequeños y bonitos que cruzan el lago.


Durante el camino la guía nos fue contando la leyenda de la serpiente blanca, la historia del lago, de las diferentes construcciones que aquí se encuentran, etc. Pero lo realmente bonito es subirse arriba y mirar, mirar y mirar. Es un paisaje de enorme belleza con las márgenes del lago cubiertas de sauces, las tranquilas aguas y las montañas que enmarcan el conjunto.


Me llamó la atención una enorme construcción en forma de dragón toda ella llena de dorados y, por lo visto, es un restaurante que data de principios del XX. Lo que me dejó asombrada del todo es cuando vi que el restaurante en cuestión se ponía en marcha y echaba a navegar, y es que, en realidad es un enorme barco.

Después de desembarcar dimos un pequeño paseo por las orillas del lago entre medias de un enorme gentío pues parecía que toda China y parte del extranjero se hubieran dado cita en este lugar.


Aquí os pongo la foto de este chino que ha decidido hacerse una foto disfrazado y ha elegido el disfraz más bonito de todo el kiosco, lo que no sabe es que este traje es el de concubina del emperador.


Jardín Huagang


Este jardín forma parte del conjunto del Lago Oeste y fue levantado durante la dinastía Song como un lugar para la contemplación de los peces. Es una verdadera delicia pasearse por esta zona repleta de carpas doradas.


Pero no solo son carpas lo que puede admirarse sino también un conjunto de construcciones que forman un patio encantador. Al parecer hoy en día son una casa de té.


Después de esta visita llegó el turno de comer, nada nuevo que contar, más de lo mismo, no importa en qué ciudad estés, los de CITS se las arreglan para los restaurantes y las comidas sean exactamente iguales.

Templo del Alma Escondida, Templo de Lingyin

Este templo es el más famoso de la ciudad y uno de los más antiguos pues su construcción data del año 326 d.c. En su época de mayor esplendor llegó a tener más de 3000 monjes alojados en unos 70 pabellones. Actualmente el monasterio ha visto reducido mucho su tamaño pero aún así sigue siendo uno de los mayores de China.

A la entrada de este templo encontramos una pequeña pagoda de piedra que data del siglo X


Y como este templo está en activo la zona está llena de fieles que vienen a hacer sus ofrendas y me llamó la atención que alguien ha pensado en la posibilidad de que tanto fuego organice algún incidente y aquí están los consabidos extintores.



Y de monjes que aúnan lo antiguo y lo moderno en una sola imagen.


Después de accede a una serie de pabellones en donde se alojan diversas estatuas, entre ellas una impresionante imagen del Buda Maytreya, de 20m metros de altura y labrada en madera de alcanfor, bastante reciente, pues data de 1956.


No es que sea muy buena la foto, pero es que es otra de las fotos robadas de este viaje. No sé muy bien porqué se empeñan en que no puedes hacerle fotos a la imagen y luego ellos las venden en sus tiendas. ¿Será por eso?

En la parte de atrás hay un inmenso mural labrado en madera dorada que presenta escenas de la vida de buda, impresionante mural


Y voy a aprovechar para poneros las fotos de los cuatro defensores del buda, imágenes que se encuentran en todos los templos budistas y que son adorados también por la gente que les envía sus peticiones. Dos de ellos son “buenos”, alejan a los indeseables con buenos modos y maneras, pero hay otros dos que son “malos”, cuya función es asustar a los desalmados



Este templo está situado en una colina que tiene el curioso nombre de “Feilai Feng”, (el Pico que Voló hasta Aquí) y debe su curioso nombre al monje Hu Li que al volver de un viaje a la India vio esta montaña y pensó que era igual a otra que había visto allí, así que creyó que había volado desde la India hasta aquí.


Esta montaña Feilai Feng es una verdadera maravilla, a mí es una de las cosas que más me ha gustado de este viaje a China. ¿Por qué? Por su silencio.
Es impresionante, se oye este silencio desde el momento en que pones un pié en la colina, es denso, estable, contagioso. No importa que haya gente por la zona y que hablen; de alguna manera bajan la voz y la colina acoge los sonidos y los transforma en silencio, he sentido esta misma sensación en Frómista y pocos sitios más. Está claro que el lugar está impregnado de espiritualidad.


Y toda la montaña está cubierta de estatuas de Buda, 470 en total, repartidas por toda su superficie, desde la base hasta la cima


Y toda la montaña está recorrida por caminos que permiten la visita cercana de estas imágenes. Durante nuestra visita nos encontramos con muchos de estos caminos cortados y la guía nos explicó que han tenido que cerrarlos por la manía de los chinos de tocarlo todo, ¿os podéis imaginar lo que puede suceder si miles de chinos se dedican diariamente a tocar una estatua?


Durante esta visita empieza a llover y hay que ponerse los impermeables y hasta sacar el paraguas, pero no importa, es tan interesante que no importa la lluvia, no hay prisa por abandonar este lugar.


Pero, de todas formas, hay que abandonarlo y marchar a la habitación para descansar un poco y prepararnos para el espectáculo de la noche.

Impresiones del Lago Oeste

Contraté este espectáculo después de leer las buenas críticas de muchos foreros que lo habían visto. Y me alegro un montón de haberme dejado aconsejar, es un estupendo espectáculo que sabe aunar la leyenda, la música, el color, la delicadeza, la tradición, ¡en fin! Que me encantó.


A propósito de esto tengo que contaros que durante mi visita me ha llamado la atención lo horteras que son los chinos vistiendo y hasta su mala educación y yo siempre me decía ¿no era China el lugar de la sutileza, de la belleza, de la elegancia? ¿A dónde fueron? Pues bien, creo que vinieron aquí, a este espectáculo.


Como ya os he dicho los chinos son muy mal educados y no tienen inconveniente en llegar tarde a un espectáculo y molestar a los que ya se han sentado ni tampoco en ponerse a charlar de cualquier cosa e impedir que se oiga correctamente. De todas formas este espectáculo tuvo la magia de hacerles callar y, después de un rato pudimos seguir su desarrollo en paz y en silencio.

Está basado en la leyenda de la Serpiente Blanca y cuenta la historia de dos jóvenes que se conocen en las orillas del Lago Oeste y se enamoran pero las familias se oponen y ellos deciden casarse igualmente. La familia de ella envía a unos sicarios que la raptan y se la llevan y ella muera en las guerras posteriores.


El joven se marcha de Hangzhou y sueña con ella y después de muchos años regresa y vuelve al lago y allí escribe el nombre de su amada en el agua


(por cierto, la foto no es en blanco y negro). Y se vuelve a encontrar con el espíritu de su amada.


Es espectáculo juega con el agua de forma constante, incorporando los pasos de los artistas sobre el agua y utilizando el agua de mil maneras para conseguir efectos de gran belleza y espectacularidad.


Y el otro elemento con el que juegan es el color


Por cierto que durante el espectáculo empezó a llover débilmente y enseguida las acomodadoras repartieron impermeables para todos, así que no hay que preocuparse si llueve, que ellos ya han pensado en todo.

Y por hoy se ha acabado el día, ahora toca irse a dormir que mañana hay que seguir corriendo el tacón. ( A mí ya me duele tanto la pierna que tengo que dormir con un cojín para colocar la rodilla en blandito).

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Programa: Visita de la Pagoda de las Seis Armonías, Calle Hefan. Visita de una plantación de té. Traslado a la estación, llegada a Suzhou, recepción y traslado al hotel. Alojamiento. Día 8 de mayo. Miércoles.

Plantación de Té de Longjing

Como ya os conté en la etapa anterior este hotel no me gustó y os voy a contar el último detalle: a la hora de hacer el cheking tardaban y tardaban y no firmaban los papeles y yo me impacientaba y ya me dijo nuestra guía que estaban esperando a que les llamase el empleado que había ido a la habitación para ver si todo estaba en orden . ¿Qué pensarían, que habíamos roto los cristales, que habíamos robado las toallas, que me llevaba los cuadros en la maleta? ¿Qué clase de clientes tienen? ¿Por qué elegir un establecimiento que sospecha de sus clientes? Ya os dije que no me había gustado .

Hoy vamos a realizar el programa tal y como estaba planteado pero visitando en primer lugar la plantación de té. Esta visita la había pedido yo de forma expresa pues me pareció interesante conocer algo tan propio de China como es el té, tenía ganas de ver dónde se cultiva y cómo se realiza el proceso hasta que puede consumirse.

Quedamos pronto con nuestra guía y nos dirigimos hacia el pueblo de Longjing que se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad para visitar una plantación de té.

Hay que precisar que hay muchas clases de té y muchas calidades dentro de cada una de estas clases. La variedad más extendida es el Té verde que se denomina así porque se consumen las hojas directamente sin que sufran ningún tipo de fermentación. Tanto el té negro como el rojo son tés fermentados y se dan en otras zonas de China. Hoy vamos a visitar una plantación de Te de “Pozo de Dragón” que es la variedad más famosa y que se cultiva en este pueblo de Longjing.

No tardamos mucho en llegar hasta la plantación pues no hay una gran distancia pero por el camino nuestra guía nos cuenta que este pueblo se ha convertido en una zona de recreo para los habitantes de Hangzhou pues la excesiva afluencia de turistas hace que muchos prefieran irse a los pueblos del extrarradio antes que disfrutar del Lago Oeste. Por el camino se ven muchos restaurantes pequeños y urbanizaciones, que confirman lo que nos cuenta la guía.
Por fin llegamos a la plantación que vamos a visitar y el paisaje es espectacular con bancales cubiertos de plantas de té, completamente verdes.


Después de dar un paseo entre las plantaciones viene una señorita que habla inglés y nos va contando cómo se recoge esta planta. Se recogen varias cosechas de té a lo largo del año, entre 4 y 5 pero la de mejor calidad es la que se recoge en marzo, así que llegamos en buen momento. También nos explica que un buen té se prepara sólo con los brotes nuevos de la planta que hay que recoger a mano para elegir exclusivamente este brote y no mezclarlo con las hojas viejas.


Una vez recogidos los brotes hay que secarlos para evitar que fermenten. Antiguamente esto se hacía en barreños puestos al fuego pero hoy en día se hace con electricidad, en unos grandes depósitos con la temperatura controlada para conseguir una calidad apropiada.


Luego las hojas ya secas se colocan sobre bandejas de bambú tejidas para que se enfríen y después se almacenan.


Ahora pasaremos al interior de la factoría para degustar los diferentes tés y asistir a una ceremonia del té. Me gusta el edificio, han conseguido imitar una casa antigua con su jardín y todo, pero han colocado una enorme tetera a modo de fuente en mitad del jardín .


Pasamos dentro y nos ofrecen el té, siempre con un cuidado exquisito de forma que cada taza es servida mediante la famosa ceremonia del té. Mientras tanto nos cuentan la historia del té de Pozo de Dragón, que en tiempos del emperador estaba destinado a su consumo en exclusividad. También nos enseñan diferentes tés verdes y nos dan a probar diversas infusiones para que notemos sus diferentes sabores.

Como ya os he contado apenas he realizado compras en este viaje y uno no puede presentarse en Madrid y no llevar nada para la familia, así que decidimos llevar té para todos y compramos 4 cajas y nos regalaban otras dos de menor tamaño. Así tenemos para quedarnos nosotros y regalar a la familia.

Por cierto que este té tiene de bueno que puede reutilizarse, a ver, me explico. Uno se lleva al curro un botecito pequeño con hojas de este té y una taza (imprescindible) y hecha las hojas a la taza y encima agua hirviendo y ya tiene un té, bueno, pues no se cuela el té, se deja con las hojas y cuando se acaba se vuelve a añadir agua hirviendo hasta 5 veces, así que con unas cuantas hojas tienes té para todo el día. Y luego, cuando ya le has echado los 5 vuelcos de agua, las hojas se comen. Todos nos dicen que son muy buenas para la asimilación de las grasas, así que ayudan a adelgazar.

Te venden, además, otros productos, que si cremas y demás, pero no piqué, sólo compré una bolsita de caramelos de té verde que llevé al trabajo y ofrecí a los compañeros y así les hice ver que me había acordado de ellos, que siempre es un detalle.

Y después de la visita toca comer, nos explican que hoy vamos a comer comida china en uno de estos restaurantes de Longjing en los que suelen comer los chinos.

Bueno, el alma se me cayó a los pies cuando vi el sitio: cutre es la palabra exacta, mal iluminado, con manteles de cuadros sucios de la comida de los anteriores comensales,… Estuve a punto de decir que yo allí no comía, pero me contuve y me dije que no iba a montar un numerito sólo por la comida, que todo era cuestión de pasar hambre.

Pues me equivoqué de medio a medio, el sitio era cutre y eso no tenía discusión pero la comida riquísima. Aquí no había carta ni bufet, trajeron un plato de camarones para empezar, el consabido arroz que estaba perfecto, en su punto y con cosas, tipo arroz tres delicias y un pescado frito delicioso y alguna otra cosa que no recordamos. Buenísimo todo y, además, aquí no escatimaron con la cerveza: una botella de tercio para cada uno y luego te para terminar.

Y ahora sí que bien comidos y abrevados (esta vez sí) nos volvimos hacia Hangzhou para terminar nuestra visita y luego coger el tren.

Pagoda de las Seis Armonías

Y aquí estamos, bajo una lluvia constante y pertinaz que nos obliga a llevar puesto el impermeable y, a ratos, el paraguas-Es una pena porque este lugar es de una enorme belleza y me gustaría sentarme en cualquier rincón e impregnarme de la paz que aquí se respira, pero no hay donde, todo está empapado, así que continuamos el camino en silencio como si temiéramos interrumpir el sueño de un niño dormido.

La pagoda original se construyó en el siglo X pero la actual es una reproducción que se levantó después de que la antigua se derrumbase en 1924.


Está situada en un hermoso parque muy húmedo y cubierto de vegetación en donde pudimos aprender el nombre de esta planta: barba de dragón.


En el parque se construyeron hace no muchos años varias reproducciones de pagodas antiguas de toda China, alguna de las cuales todavía se conservan pero están en muy mal estado.


Y también cuenta este parque con rincones tranquilos y agradables adecuados para hacer un alto en el camino y descansar un rato, aunque no pudimos disfrutar de él porque estaba lloviendo.


Y por último llegamos a una enorme campana que según la tradición todo aquel que la toca y da 6 campanadas consigue amor eterno, así que aquí nos tenéis dándole al manubrio.


Por último comentaros que desde aquí se divisa una panorámica estupenda de la ciudad


Calle Hefang

Esta pequeña calle conserva gran número de antiguos edificios de madera y es toda ella una sucesión de tiendas de todo tipo, desde abanicos y paraguas hasta seda, te, artesanía etc.


Nos comentó la guía que aquí se venden las mejores sombrillas del país, que es famosa la zona por la calidad de las sombrillas y también por sus diseños.


Es curiosa y bonita y en el centro de la calle hay quioscos en los que puede verse a algún artesano fabricando sus artículos, como este que hacia retratos en barro.


Es una calle bullanguera que contrasta enormemente con la paz del templo que acabamos de abandonar. Hay turistas por todas partes y chinos que realizan sus labores como este ¿cocinero? ¿Carnicero? Que no teme mojarse bajo esta lluvia constante.


Y a los lados de la calle se encuentran otras mucho más estrechas y sinuosas, algunas dedicadas también a la venta de objetos de todo tipo


En esta calle se encuentra también un curioso museo del bronce, entrada gratuita, que tiene la particularidad de que aquí todo es de este material, desde los artesonados del techo hasta los asientos, incluyendo, claro está, la gran cantidad de objetos que están a la venta.


Farmacia antigua

Y el verdadero tesoro de esta calle es la Farmacia o Museo de Medicina China Hu Qingyu Tang, establecido en una farmacia de verdad que funciona como tal y que fue fundada por el comerciante Hu Xueyan durante la dinastía Qing.


Merece la pena visitarla sólo por el edifico en sí mismo, todo él de madera y cargado de bellas tallas con alegorías sobre la medicina



La farmacia, además de museo, funciona como tal y tiene una clínica de medicina china en donde pueden recetarte cualquier medicamento que ellos venden y que mezclan y empaquetan cuidadosamente.


Además pueden verse expuestos gran cantidad de medicamentos raros, al menos para nosotros los occidentales como esta fuente de gusanos, que parecen muertos porque no mueven ni pie ni pata.


Y, por último, se accede a otra zona de la farmacia en donde se pueden adquirir medicinas tradicionales ya envasadas o medicinas occidentales.

Viaje en tren bala

Bueno, con esto hemos terminado nuestra visita a Hangzhou y ahora queda ir a la estación a coger el tren bala con destino a Suzhou. Por el camino nos fueron explicando que el tren para en diferentes estaciones pero sólo 2 minutos en cada una de ellas por lo que hay que estar preparados con antelación y no entretenerse porque ni avisa ni espera.

La guía nos acompañó todo el rato hasta que pasamos el control de billetes y todo fue muy sencillo porque sólo había que seguir al personal, sin pérdida posible. Por cierto que en el billete de tren entraba una botella de agua mineral del Tíbet que, según nuestra guía, es un agua muy buena y que casi nadie sabe que está incluida en el precio. Así que si vais en tren y lo cogéis en Hangzhou preguntad por el agua mineral, que es gratis.

Encontramos nuestros asientos sin problemas pues están numerados en números árabes y colocamos nuestras maletas en los departamentos preparados para ello que estaban muy cerca de nuestros asientos.

Me llamó la atención que la gente no usaba esos departamentos y se metían en su asiento con su maleta, como si pensasen que se la iban a quitar o algo así, así que nos pasamos el viaje vigilando las maletas por si echaban a volar, cosa que no sucedió.

Tampoco tuvimos ningún problema en Suzhou porque, esta vez, alguien había pensado con la cabeza y había reservado billete en un tren que moría allí, así que, aunque nosotros corrimos como locos, no hacía ninguna falta.

Como siempre nos estaban esperando a la salida de la estación y nos llevaron hasta nuestro hotel en Suzhou:

Garden Hotel

Este hotel fue otro de mis caprichos, lo pedí de forma expresa después de mirar por internet y ver las buenas críticas que tenía y fisgar también su página web.


El hotel está situado en una casa antigua china que conserva el jardín tradicional, de hecho está catalogado como jardín histórico. Perteneció a la esposa de un rico comerciante y a su hijo y después de la revolución acondicionaron el lugar para alojamientos de mandatarios extranjeros y para los grandes jerarcas del partido comunista. Actualmente está reservado para alojar a los funcionarios gubernamentales y han acondicionado un pabellón para alojar a turistas. Curiosamente es el único de los grandes hoteles que no estaban sobre cargados de falsos oros y adornos por todos lados.


Todo el complejo comparte las zonas comunes, así que estas son magníficas, con un enorme loby lleno de plantas y fuentes en donde, por las tardes, tocan música de piano y de guzheng


Cuenta con dos restaurantes, uno de comida china que está en otro pabellón y uno de comida occidental que comparte pabellón con nuestras habitaciones. Además el complejo tiene spa y, naturalmente, se puede acceder libremente a los jardines.


La habitación estupenda, con todas las comodidades y bañera y ducha separadas y con la pared de la bañera toda de cristal dando a la habitación por si a alguien le interesa hacer de mirón. (Tenía una cortina, para los puritanos).


Después de aposentarnos nos fuimos a cenar al restaurante occidental y allí nos pasó una cosa bastante curiosa: a la entrada estaba una señorita monísima vestida con traje tradicional chino, delante de un atril, para tomar el nombre y llevarte a la mesa, pero fue hablar Jose María en su perfecto inglés y poner ella una cara de susto tremenda y echar a correr hacia dentro. Nosotros nos quedamos asombrados, sin saber muy bien que hacer o qué pasaba y al poco volvió la damisela acompañada del maitre que hablaba inglés. Resuelto el misterio, la señorita estaba de adorno y solo hablaba chino, hay que reconocer que adornar adornaba mucho .


El restaurante muy agradable y con una extensa carta un poco subida de precio, yo tomé mi consabido sandwiche de jamón y queso y Jose cenó, pero no recuerdo qué, si que recuerdo que nos fuimos contentos con la comida y el servicio.

Y después nos fuimos a pasear por los jardines del hotel y me encantó el gusto con que lo tenían todo iluminado, con luces tenues para resaltar algún lugar concreto pero manteniendo el carácter propio de la hora nocturna.


Y con este paseíto nos volvimos a nuestra habitación para dormir y retomar fuerzas para el día siguiente.

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