Por el país de los lagos, castillos y falditas a cuadros ✏️ Blogs de Reino Unido

Es mi primer diario en el foro y lo voy a diseñar como si contara mi viaje a unos amigos, a la vez que incorporo consejos y opiniones para los que quieran emprender la visita de un país tan acogedor y maravilloso como Escocia.

Creo que la preparación de este viaje es el que mas nos ha costado completar. Por el itinerario que queriamos hacer, por las reservas de todos los B&B que llevamos preparadas desde España, ferrys, excursiones, etc. Como sólo disponíamos de 14 días y queríamos subir a las Orcadas, teníamos que aprovechar todos los días a tope, sin ir demasiado rápido que luego no ves nada y vas estresado.

Para empezar, después de mucho dudar, preferimos ir en vuelo regular con La British, vía Londres. Llegábamos a Edimburgo a mediodía y podíamos aprovechar la tarde. La alternativa, de un vuelo low cost nos llegaba el vuelo por la noche.

La forma de visitar las Orcadas nos llevó también su tiempo. Nos daba pereza subir hasta tan arriba de Escocia y al final encontramos un ferry más económico desde Gills Bay que nos decidió del todo en ir por nuestra cuenta por allí.
Éso nos llevó a reducir tiempo en otros sitios, para no pasarnos de las dos semanas. Después de pensar varias opciones, decidimos reducir la estancia en Edimburgo de 2 días y medio a 1 día y medio, además de dejar las dos primeras etapas del viaje Edimburgo-Perth y Perth-Stonehaven en una: Edimburgo-Stonehaven. Por otro lado, pensábamos hacer Stonehaven-Inverness (o zona del lago Ness) como siguiente etapa; pero como íbamos a subir hasta Wick, decidimos parar en Elgin, para no hacer una etapa demasiado pesada.

Lo siguiente fué buscar en nuestro itinerario un día que coincidiese con las Highland Games, que queríamos conocer. Después de ver varias posibilidades, nos decantamos por ir a las de Mull (Tobermory).

La elección de los B&B fué lenta, pues al ir tres personas, buscamos siempre que pudimos habitaciones triples que tuvieran buena pinta. Para ello están muy bien los buscadores de B6B en Escocia, en particular la propia de la oficina de turismo escocesa. Para asegurarnos que no metíamos la pata, miramos también opiniones en tripadvisor y en los viajeros.
La mayor dificultad en encontrar alojamiento fué en Wick, por la poca oferta y en Stirling, que hay ya muchas ocupadas o que no alquilaban por una sola noche.

El siguiente paso fué reservar los ferrys para las Orcadas y para la isla de Mull. Nos recomendaron llevarlos reservados. No es mala idea y no limita tampoco el horario como contaré en el diario.

El alquiler del coche fué más fácil. reservamos con Celtic Legend, filial de Arnold Clark que no nos pidió ningún adelanto y resultaba mucho más económico.

Lo último que hicimos fué contratar la Scotland Pass por internet, que si vas a hecer un viaje mas largo por Escocia te compensa, pues incluye un montón de sitios a visitar.

Cuando al final conseguir atar todos los cabos del viaje no nos lo podíamos creer y nos dió hasta el último momento de que "algo se nos olvida...".

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Nuestro vuelo salió de Madrid a las 10:50. Para variar, salió puntual y nos regocijábamos de lo bien que empezaba la cosa. Error.
Todavía no sé que pasaría en el aeropuerto que el coche que tendría que haber guiado al avión se retrasó y salimos de él una hora más tarde, con sólo media hora para coger el siguiente. Primer tropiezo.
Menos mal que no facturamos por si ocurría algo así. Si llegamos a facturar, las maletas no llegan.
El segundo tropiezo fué al percatarnos que, a pesar de pasar todos los controles en origen, obligaron a los pasajeros en tránsito a "repasar" todos los controles. ¿os imagináis una cola inmensa de gente para pasar las maletas por los scanners y ver la hora. Se nos ocurrió enseñarles nuestra tarjeta de embarque a un empleado y nos coló de la fila.
Ya creíamos que la cosa estaba hecha cuando vemos una segunda cola para control de pasaportes. Vuelta a enseñar las tarjetas de embarque, volvemos a colarnos y conseguimos entrar en zona de embarque... y vemos que nuestra puerta está al otro lado del mundo mundial.
Para entonces, nuestra hora teórica de embarque había expirado. Pero la esperanza es lo último que se pierde y allí nos ves corriendo por el aeropuerto cargados con nuestras maletas y mochilas.

La cosa acabó bien, pues cuando llegamos todavía estaban esperando. Me imagino que sabían el retraso de nuestro primer avión y debería haber bastante gente en nuestra situación. De hecho mientras esperábamos a embarcar llegó más pasajeros con la lengua fuera.

Consejo: Si vais a Edimburgo vía Londres, dejad más tiempo entre vuelo y vuelo que nosotros y (éso si lo hicimos) coged los dos vuelos con la misma compañía. Y practicad antes de empezar el viaje los 500 m. aeropuertuarios con maleta, para ir entrenados.

Ya en Edimburgo, fuimos a la parada de taxis que nos llevó a nuestro hotel. Después de nuestro estres en Londres fué un alivio ver que habíamos acertado con nuestra elección con el hotel.
Dudamos mucho con el tema; pero como íbamos a estar sólo dos noches preferimos reservar en un hotel céntrico en vez de un B&B. Resultó la mejor idea en cuanto alojamientos, pues es un hotel muy céntrico, cómodo, limpio y con buena relación calidad/precio.
La habitación, amplísima, daba justo enfrente del Monumento a Scott.
Empezaba el viaje.
Empezamos nuestra visita con la visita a los jardines de Princess Street, frente al hotel. Como hacía un sol de narices vimos a todos los edimburguenses echados en la hierba tostándose.
Lo siguiente fué subir hasta la Royal Mile, que está bastante cerca. Es la calle mas conocida y visitada de la ciudad que va desde el castillo hasta el palacio de Holyroodhouse.
Está plagada de monumentos, tiendas de turistas, casas de época y escoceses en faldita que anuncian, venden, tocan música o lo que tercie.
Andando, andando llegamos hasta el palacio, que es donde reside la reina cuando se da una vueltecita por Escocia.
De vuelta, entramos en la catedral de San Giles, bastante chula.

A esas alturas debería ser que nuestros organismos se estaban habituando a los horarios de cenas de Escocia, pues empezamos a tener hambre. Y eran sólo las 7 de la tarde.

Como llevábamos alguna información de sitios para comer, elegimos uno no muy lejos del hotel: Howies. En Waterloo Place. El sitio es encantador (¿algun antiguo palacio?) en el que comimos muy bien.

Como después de comer, seguía haciendo muy bueno, aprovechamos para ir a ver la colina de Calton Hill, muy cerca del restaurante.

Como ya estábamos cansados, emprendimos la vuelta al hotel.

Alojamiento: Mercure Edinburgh City - Princes Street Hotel

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Aunque habíamos puesto una alarma por la mañana, no nos hizo falta. A éso de las 4 y pico de la mañana entró un rayo de sol por nuestra habitación que nos hizo jurar en arameo. A partir de entonces, siempre nos acordamos de correr las cortinas de las habitaciones antes de dormirnos.
Fué curioso lo poco que vimos la noche en Escocia, pues anochece tardísimo (casi las 12 de la noche) y amanece prontísimo (antes de las 5).
Después de tomarnos un (mal) café de los que hacen por aquí de émbolo, que no me entusiasman, emprendimos la marcha al castillo de Edimburgo, nuestra meta para la mañana de hoy.
Antes de llegar al castillo hicimos una parada en la Universidad, un edificio que me recordó la academia de magia de Howarth, de Harry Potter.
Ya en el castillo, el Scotland Pass resultó ser un hallazgo. Te permiten entrar primero y pasar por una taquilla distinta que sólo había dos personas, en vez de ir a la taquilla general, con toda la cola que se genera. Además tiene una curiosidad que nos hizo gracia. Te dan un "cuadernillo" para que te pongan un sello distinto en cada sitio que visitas.


No me enrollo con la visita. Basta decir que nos llevó toda la mañana, pues tiene muchas salas que visitar, con muchos museos y exposiciones. Nos gustó bastante. Era nuestro primer castillo por allí, toda una novedad en ese momento.

Después fuimos a ver a Geyfriars Bobby, toda una institución en la historia de Edimburgo y el barrio donde se encuentra, no muy lejos de la Royal Mile.

Después de tomarnos unos sandwichs seguimos hacia la zona más cerca del hotel, visitando Charlotte Square, que estaba llena de chiringuitos de comida, entre los que vimos unos de paellas.

Terminamos la tarde dando otra vuelta por la Royal Mile, dedicando más tiempo a sus callejones (Closes) y entrando en alguna tienda.
Aquí teneis la catedral de San Giles.


Para cenar, decidimos cambiar de ambiente y fuimos a un pub, cerca del hotel muy chulo, lleno de libros. Cenamos muy bien en un ambiente fantástico. Pub The Queen Arms. 49 Frederick Street. Fué la primera vez que probamos cerveza en Escocia, unas pintas negra y rubia. Muy buenas.

Las Cervezas: Todos los días cenábamos con alguna cerveza, norlmalmente de barril. Solíamos pedir las locales de cada sitio, siempre diferentes. Negras, rubias o tostadas. Frías o "del tiempo" (como las suelen tomar por aquí). Todas eran buenas. Algunas me encantaron. Es increíble la variedad que tienen.

No sé que me faltaría de ver en Edimburgo; pero nosotros tuvimos suficiente con estos dos días. Influyó también que tuviésemos el hotel en pleno centro.

Alojamiento: Mercure Edinburgh City - Princes Street Hotel

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