![]() ![]() Croacia y Mostar en coche ✏️ Blogs de Croacia
Un recorrido en 10 díasAutor: Chema2011 Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.9 (10 Votos) Índice del Diario: Croacia y Mostar en coche
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Etapas 7 a 9, total 12
La noche no ha sido muy cómoda. He tenido que dormir en un sofá que había en la cocina, pues no podía dormir por el calor. El resto de la familia no se queja pues no son tan calurosos. Como la cocina no nos gusta su estado decidimos buscar un lugar para desayunar. Como vamos a coger autopista y tenemos que echar gasolina decidimos hacerlo en la primera zona de servicios que encontremos.
Hoy de nuevo está previsto un bañito. Pero no en el mar. Va a ser en las cataratas del Parque Nacional del Krka. El tiempo acompaña, no hay resto de la tormenta del día anterior y el sol luce con todas sus fuerzas, que no son pocas. El trayecto es de aproximadamente una hora, sin la parada. Este parque lo forma el río Krka (se pronuncia, como ya se imaginan, Kerka), que tras muchos accidentes geográficos desemboca en Šibenik (luego hablaremos de ella). Desde dónde se puede venir en barco. El Parque tiene dos entradas. La primera es por el pueblo de Skradin y la segunda por Lozovac. La forma de acceder a las cataratas es diferente según la entrada. Siendo el precio el mismo en ambas: 95 kunas en verano para todos menos para los niños. En comparación con el de Plitvice es caro, pero la posibilidad del baño hace que vaya mucha gente a pasar el día. Si se entra por Skradin se coge un barco en un trayecto de una media hora, que acerca a las cataratas y te devuelve al aparcamiento. Si es por Lozovac hay unos buses que dejan an la parte alta de las cataratas y te regresan. A la zona de baño se puede acceder, después, bien haciendo un recorrido que te permite ver el parque o por una escaleras que bajan directamente a la base de la llamada "Skradinski buk" (Cascada de Skradin). Nosotros elegimos la opción de Lozovac por ser más rápida para entrar y salir. Y luego hicimos el recorrido del Parque. El aparcamiento es gratuito. ¡Un alivio! Se pueden hacer una serie de excursiones de pago aparte, en barco. El río te permite ver una central eléctrica que fue la primera de la Europa del Este y permitió ser Šibenik una de las primeras ciudades europeas con alumbrado eléctrico. Hoy ya no funciona sino una que se construyó más tarde más abajo del río. ![]() ![]() Llegamos a la zona de árboles a orillas del río nos pusimos nuestras zapatillas y al agua. Entre todos los blogueros está el debate de si Plitvice sí, Krka no. Que si ves uno, entonces el otro no merece la pena y todo eso. Mi opinión es que no son comparables, pero que en verano y quieres disfrutar de un baño muy especial, este parque,si se tiene ocasión, es como dicen los finos un "must" de Croacia. ![]() ![]() Tras este espectacular baño, sobre la una, nos dispusimos ir a comer a Šibenik (se lee Chíbenik). La llegada es un tanto original pues se llega por la parte alta y se ve la ciudad abajo que cae hasta el mar. La geografía enbellece esta zona. La foto prestada nos muestra lo que digo, con la catedral en el centro y el castillo a la izquierda: ![]() El aparcamiento elegido era el más cercano al centro: punto 43° 44.0700' N, 15° 53.6026' E en Poljana Marsala Tita (Poljana es el equivalente a "campo" en Venecia, es decir una plaza, y del Mariscal Tito ya hemos hablado). Ya habiamos perdido el miedo a los restaurantes y siempre que nos gustase el ambiente. Así elegimos uno llamado Highlander con una enorme terraza con aspersores en plena calle de la zona antigua. Ya pedimos al gusto: bacalao al vino blanco, arroz con camarones y mejillones, tortellinis con queso y spaghetti gorgonzola y de aperitivo sardinas adobadas. Y las cervezas y cafes. Pues salió por 394 kunas, que dividido entre cuatro pues la verdad es un precio buenísimo y todo muy bien preparado. Luego tocaba la visita. Pese al calor las calles estrechas no permitían entrar al sol y se caminaba bien. ![]() Hasta llegar a la catedral de Santiago, Patrimonio de la Humanidad, con sus caras famosas en la fachada. ![]() ![]() ![]() Allí junto a la fachada principal el sol si era insoportable junto a la blancura de la piedra. ![]() Bajando unas escaleras, se llega a la Riva. Paseamos por ella y pese estar junto al mar (en realidad es el río Krka que desemboca en un estuario) el sol era cruel, así que nos conformamos con ver el Castillo de San Juan desde abajo pues la sola idea de subir con estos calores nos hacía sudar. Así que volvimos por las calles fresquitas por donde venimos. Nos paramos en la terraza de una heladería a tomarnos el helado de rigor (¡qué buenos...!) y nos dirigimos al coche para coger rumbo a Split (donde pasaremos dos noches). Son las 4 y media de la tarde. El aparcamiento nos ha salido 30 kunas. Como es temprano, decidimos no tomar la autopista sino la carretera de la costa, la llamada Jadranska Magistrala, es decir como su nombre "indica" (¡Ja,ja!), la carretera del Adriático, que va desde la frontera con Eslovenia, Rijeka y baja hasta Dubrovnik. En esta parte, que es la Dalmacia Norte, corre paralela a la Autopista A1 y por tanto es una opción sin peaje, pero con el inconveniente de ser una carretera de doble sentido dónde no se puede adelantar. Sin embargo nos va a permitir ver Primošten, Rogoznica y Kastel Novi, dejando Trogir para mañana. Este recorrido resulta ser un acierto. El día acompaña con su cielo azul límpido y vamos disfrutando de unos paisajes preciosos, pese a que vayamos en el coche y la carretera no permita parar a disfrutarlo ¡Pero como no se puede ir muy deprisa! Descubrimos el porqué alemanes, austriacos, polacos, etc. ponen rumbo con sus coches hasta aquí. Es como dice el eslogan de Croacia: "El Mediterráneo tal como era". Es tener España e Italia, pero en cambio los precios les parecerán ridículos. Hay "apartmani" y "sobes" por todos lados. Y eso también nos hace meditar que como los croatas no se pongan límite, van a acabar como el litoral español, con el agravante que ellos no tienen borde playero. Finalmente llegamos a Split, a la calle donde está el Apartamento Noem-Split. Está al lado de donde empieza la zona verde de Split, la Colina Marjan. Justo dónde empieza el túnel que la atraviesa. Se oyen las chicharras, pues aunque son las seis, el sol aprieta todavía. Nos espera su jóven propietario, Mile. Que nos lleva hasta la casa. Es un bajo, rodeado de jardín. Es pequeño, pero tiene todo lo necesario, incluido lavadora. ¡Y si está de fresquito...! Nos cuesta 50 € por noche. Siendo Split y para cuatro personas, me parece barato y lo mejor: está a 15 minutos del Palacio de Dioclesiano, es decir del centro (Queremos visitarlo de noche y el tener que coger el coche, autobus o taxi nos parece un incordio). Nos da mapas y nos muestra 4 cervezas de medio litro en el frigorífico. "Dobro, dobro...!" (Bien, bien, en croata). Pagamos. Y quedamos para la devolución de llaves. Pregunto a la familia qué noche salimos, hoy o mañana. Por asentimiento general (cunde el cansansio y mis hijas prefiere usar el wifi para comunicarse) se decide que mañana, que la agenda es más relajada. Y ahora fresquito, viendo la tele (da igual el idioma) y la "pivo" (cerveza) en la mano, a descansar tocan. ![]() Etapas 7 a 9, total 12
Hoy el día se presenta tranquilito pues solo vamos a visitar Trogir y Split.
Así no madrugamos excesivamente esta vez, desayunamos y tomamos el coche con destino a Trogir (se lee Tróguir). Es casco viejo está declarado Patrimonio de la Humanidad. Y sin más preámbulos, se lo merece. Ya habíamos visto ciudades blancas, palacios tipo veneciano, rivas preciosas, pero todo junto está allí. Añadimos, pues, un lugar más que no puede faltar en nuestra visita a Croacia. Aparcamos en el punto 43° 31.0205' N,16° 14.8315' E. A 10 kunas la hora. Para hacerse una idea de esta, según mi modesta opinión, bella ciudad, tomo una foto prestada, que nos permite ver el conjunto: ![]() Como se ve es una pequeña isla unida por puentes entre el continente (donde se ve el aparcamiento) y otra isla que se llama Čiovo (Chiovo). Perteneció como otras ciudades a Italia hasta la Segunda Guerra Mundial. En un extremo está el Castillo llamado Fortaleza de Camarlengo y al otro la Catedral de San Lorenzo ![]() ![]() ![]() ![]() La catedral tiene una entrada con un trabajo del Maestro Rodovan, de estilo románico-gótico magnífica. ![]() ![]() Y no faltan los rincones de foto: ![]() En fin, una visita inolvidable, pero que se hace rápido pues es evidente que no es muy grande. Así que a las doce y media regresamos a Split. Que no había dicho, queda a una media hora. Llegamos a Split dejamos el coche junto al apartamento y nos vamos caminando al centro de Split. El calor aprieta y pese a que vamos por plena calle, desde los árboles llega el ruido de chicharras. El camino nos lleva por la Ulica Matošića y descubrimos en el número 4, una heladería de aspecto sencillo, pero de fama. Tiene el mismo nombre que el equipo de fútbol de renombre: Hajduk (es el nombre del barrio y se lee Jaiduk). Este equipo, en los años ochenta defendió los colores de la antigua Yugoslavia en las competiciones europeas. Es histórico el hecho que en el año 1991 en plenos preámbulos de la crisis de la independencia de Croacia, jugó la copa de Yugoslavia contra el Estrella Roja de Belgrado, que aquel año sería Campeón de Europa, en esta ciudad. La ganó por 1-0 pero el partido acabó enfrentándo a las dos aficiones. Algunos lo consideran el inicio de la guerra contra Serbia. Si alguien le interesa más detalles puede ver este video:Copa Yugoslavia 1991 Pero a lo que iba, esta heladería es de visitar pues los helados son deliciosos ¡Y eso que los habíamos probado ricos ya! ¡Son baratos. A 6 kunas, la bola y encima, si quieres, te ponen chocolate por encima! No soy el único que lo piensa: Pero en ese momento no entramos pues ibamos a comer. Lo hicimos en el restaurante pizzería Aspalathos de la misma calle de la heladería. Tiene terraza pero sin vistas. Comimos arroz con sepia, pollo a la plancha, ñoquis con queso y spaghetis a la carbonara (mis hijas no se cansan de la pasta) con las cervezas y cafés por 330 kunas. No es una maravilla la comida pero suficiente. Después si visitamos ¡Of course! la heladería y quedamos maravillados con sus helados. Pero nos quedamos con las ganas de comer un Banana Split ¿Pero no se hacen aquí? ¡La verdad es que somos ignorantes y no sabíamos que lo de "split" es del inglés "corte" del plátano que lleva. Y Split viene del nombre romano Spalatum (pequeño palacio). Seguimos después hacia el Palacio de Dioclesiano. Ibamos a entrar, como el emperador, por la Puerta Aúrea.Pero no era porque nos sintieramos así sino que allí nos esperaba Grgur Ninski (es decir Gregorio de Nin, o mejor dicho su estatua). Más concretamente su dedo pulgar, que hay que tocar si vas a Split, como buen turista que se precie. ![]() El palacio tiene cuatro entradas aparte de la citada. En el Decomanus (ya les eché ese rollo en Poreč), la opuesta a la Aurea, es la de Cobre, que da a la Riva y antiguamente daba al mar. Y si tomamos el Cardus, al sur está la puesta de Plata y al norte la de Hierro. Cumplido el ritual entramos en el recinto del Palacio por la calle que corresponde al Decumanus y directamente desembocamos en el Perístilo, donde se asomaba Dioclesiano. Es díficil abarcarlo sino es con un gran angular. A un lado las columnas y el antiguo mausoleo (hoy catedral) y al fondo el balcón que da al vestíbulo, que por su sonoridad utilizan los grupos de "klapa"(son grupos de hombres que cantan a capela, típico de la Dalmacia). Como se ha declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, un grupo acompañó a la canción representativa de Croacia en Eurovisión este año 2013, como pueden ver en este video Aunque puede o no ser la canción de nuestro gusto es muy representativa de la música actual croata y este tipo de canciones es lo que se oye en la radio y la tele. Para que vean completo el recinto del Palacio Dioclesiano-Perístilo acudo nuevamente a fuentes ajenas y pueden verlo en 360º. Allí hay figuras rómanicas y esfinges egipcias. ![]() ![]() La planta de la Catedral de San Domnius, San Dujam o San Duje (es el nombre de un obispo del siglo 3º y patrono de la ciudad ) utilizó la base del mauseoleo de Dioclesiano. De ahí su forma octogonal, forma intermedia entre el circulo, que representa lo divino, y el cuadrado, que representa lo terrenal. En esa misma página pueden disfrutar de la Vista desde la Catedral, aquellos que se atrevan a subir, pues la subidita se las trae. Bajamos a los sótanos, que quedan debajo del Vestíbulo y hoy hay muchas tiendas. Y volvimos sobre nuestros pasos y salimos por la Puerta de Hierro, que tiene una torre con reloj y que da a la Trg Narodni (Plaza del Pueblo). ¡Y ya no nos llamaba la atención su blancura...! ![]() ![]() Lo abigarrado del conjunto entre construcción palaciega y viviendas que han ido construyendose a lo largo de los siglos lo convierten en algo excepcional y por tanto digno de ver. Se puede hacer en pocas horas pero lo extraordinario es su ambiente. Y con esa intención queriamos volver al caer la tarde. Así que nos volvimos al apartamento y descansamos del calor un rato y volvimos sobre las siete de la tarde. Y no nos decepcionó. Había un ambientazo en los mercadillos que daban a la puerta de Plata y en el Perístilo vimos una exhibición callejera de equilibristas con fuego ![]() y en la Riva (¡qué bonita!) las terrazas hasta los topes y actuación de grupos folklóricos. Una movida que recomiendo experimentar. Y finalmente al apartamento. Etapas 7 a 9, total 12
Nos despedimos del propietario del apartamento. Y a eso de las nueve menos cuarto nos ponemos en camino.
Este día la ruta varió con respecto a lo proyectado inicialmente, que era no salir de Croacia. Al principio la idea era recorrer la costa de Dalmacia central, haciendo una parada en la Playa de Brela, catalogada como una de las más bonitas de Croacia (Esta vez había testigos blogueros), pasar por la zona de Makarska, la "Costa del Sol" croata, comer mejillones y ostras en Mali Ston y hacer noche en Orebic, para dar el salto a la isla de Korčula. Pero unos amigos, que habían estado en Croacia el año pasado, nos animaron a desviarnos a Mostar y nos convencieron. Así que decidimos ir de Split a Mostar y pasar la noche allí. La mayoría de los que pasan por Mostar están el tiempo justo de la visita y nosotros pensamos que entonces la tarde más solitaria podía ser agradable. Como era el primer día del mes de agosto, pensé que seguir la Jadranska Magistrala hasta Ploče y entrar por Metković, que era el paso fronterizo recomendado por los blogueros,podía llevarnos excesivo tiempo. Así que tomamos la autopista hasta su final Vrgorac (39 kunas de peaje) y pasar la frontera en este punto. Desde aquí a Mostar está aproximadamente a una hora. El primer punto del plan salió perfectamente, pero el segundo no fue acertado. Y la misma idea la tuvieron otros. Y lo peor eran autobuses turísticos. Así que al llegar a la aduana se paró la circulación y aquello no se movía. Algunos coches delante de nosotros se dieron media vuelta y se marcharon. Eso nos escamó un tanto pues no sabíamos que rumbo cogían, así que a esperar. Escuchando música croata en la radio y con las ventanas bajadas pues hacía mucho calor. Cuando, después de una hora pasamos nos lo explicamos: el paso es sólo la carretera de doble sentido y por tanto no había sitio para apartar a los autobuses para la revisión de la documentación. Tanto rato esperando y nosotros tardamos unos minutos. Cuando llegamos nosotros los guardias croatas vieron nuestros pasaportes y nos pidieron la documentación del coche. Lo vieron sin problemas. Y seguimos los diez metros hasta la zona bosnia: aquí cuando vieron los pasaportes españoles ni los abrieron y nos dijeron que siguiéramos. Estábamos en Bosnia-Herzegovina. Paramos en una gasolinera a hacer las necesidades y seguimos hasta Mostar. El cambio fue radical pues la carretera no está en el mismo estado de Croacia y el paisaje bastante seco. Parecido a Castilla en verano , aunque más ondulado. A las doce y media llegabamos a Mostar. Se nota en la gente y los edificios que hay más necesidad. La guerra fue dura para todos pero Mostar la sufrió al máximo. Nos dirigimos a la casa. No era un apartamento sino lo que llaman Pansion Anja. Llegamos al patio de la casa donde dejamos el coche. Nos recibieron padre e hijo, saludándome por mi apellido. En inglés, es el hijo es que nos habla. Nos comentaron que hasta las tres no estaba la habitación, pues la entrada es efectivamente a esa hora. No nos importó pues nos iríamos a comer y ya volveríamos. La zona está a la ribera del río Neretva y el barrio, como toda la zona es humilde. Se ve a los chiquillos jugando por la calle como en mi infancia. Pero enseguida llama la atención una cosa: hay mezquitas por todos lados. Cuando pasas por ellas en las puertas hay carteles con fotos que creemos son difuntos de la "parroquia" (¿Cómo se llamará el equivalente musulmán?). Estamos muy cerca de la Ciudad Antigua (Stari Grad) y del famoso puente que da nombre a la ciudad el llamado Stari Most (Puente antiguo). Cuando al doblar una esquina vemos el puente y una bajada hacia el río. De repente oimos empezamos a oir a un almuecín que a través de la megafonía llama a la oración. Con este fondo y viendo los minarates de las mezquitas de la Ciudad Vieja somos transportados ¿Estamos en Europa? A la vez nos tenemos que reir pues con dichos cánticos un perro, a nuestro lado, empieza a aullar acompañando ¡Se ve que está acostumbrado! ![]() Dicen que el agua del río Neretva es quizás el agua de río más fría del mundo. Mostar está en un valle entre montañas y hace que el calor sea tremendo. Y si parece que exagero sólo hay que mirar la foto: ¿Agua fría de qué...? ![]() Así que vemos un restaurante con una chica vestida a la usanza turca invitando a entrar. La terraza es preciosa con una fuente corriendo, pero está llena. Así que entramos. Hay aire acondicionado y está decorado con motivos turcos. ¡Es precioso! El camarero nos atendió con gran amabilidad. Pedimos dos platos típicos, que son bandejas con varios tipos de carne, y queriamos también verdura al horno, pero el camarero nos advirtió que ya las bandejas son grandes y traían verdura, por tanto iba a ser mucho. ¡Era cierto...! Entre las carnes iba incluido el típico "ćevapčići" (se lee chevachichi). ¡Que a pesar de su nombre, está muy rico! Las cervezas hechas en la cervecera de Sarajevo tienen un envase muy original. ![]() A diferencia que en Croacia aquí admiten en todos lados los euros y así pagamos por nuestra comida la "enorme" cantidad de 28 euros. ¡Huelga decir que queda recomendado! Se llama Restaurante Sadrvan-Mostar Recién comidos y en plena canícula los pusimos al hacer recorrido hasta el Puente, cruzarlo y llegar a la Mezquita Koski Mehmed-Pasha, que vemos en la foto en la mitad izquierda de la foto, junto al río. ![]() Es imposible airlarse, pese a su estupenda reconstrucción, de que estamos pisando suelo que hace solo veinte años fue tierra quemada. Allí lo tienen muy claro: ![]() Y el símbolo de lo absurdo de muchas guerras es la destrucción por el ejercito croata del Puente de Mostar, del siglo dieciseis, Patrimonio de la Humanidad (eso permitió su rápida reconstrucción), junto al la zona que la rodea . La finalidad de derribarlo aún no se conoce pues no tenía ningún interés estratégico. Hoy reconstruido, el provisonal estaba hecho por las tropas españolas de la ONU que estuvieron protegiendo la zona. Hay un gran respeto por España allí. Por ello existe una Plaza de España en Mostar. Pero dejemos el asunto y por fortuna hoy podemos disfrutar de nuevo este conjunto urbano único. ![]() ![]() ![]() Llegamos a la Mezquita sudando pero pudimos beber agua fresca en la fuente de las abluciones. ![]() Recuperados de la sed ibamos tan sobrados que no aprovechamos la oferta que había de alfombras. Y no corrientes precisamente. ![]() Ya estaba bien de tomar el sol y nos fuimos a la Pansion. Cuando llegamos estaba un segundo hijo que igualmente nos recibió amablemente y que nos ayudó a subir el equipaje por los dos tramos de escalera que teníamos que hacer. La habitación era amplia aunque sencilla y el pero que tenía era que el baño, sin ser compartido había, que salir de la habitación para ir. El precio fue de 65 €, con desayuno incluido. Descansamos un rato y a la puesta de sol regresamos. ![]() ![]() Como habíamos comido temprano decidimos cenar algo ligero entrando en otro restaurante cuya terraza habíamos visto desde abajo del río. Ambiente estupendo. Encima el camarero hablándonos español. Es el restaurante Hindin Hun-Mostar. Allí pasamos una velada estupenda ya con fresquito y solo costó 18 €. Nos dijimos aunque solo sea a comer merece la pena Mostar. Tras ver el puente iluminado, regresamos a la Pansion. Etapas 7 a 9, total 12
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