Nuevamente hoy cambiábamos de lugar de residencia así que recogimos todo, desayunamos y para el coche. Nuestra primera parada era Azay le Rideau. Como siempre llegamos cerca de la hora de apertura, así que pudimos disfrutar de él casi en solitario, sólo nos encontramos con una pareja más... Este château lo describen como uno de los más bonitos del Loira, y aunque es precioso y recomiendo su visita, quizá me esperaba más. El château, construido en el siglo XVI, es un pequeño palacio de recreo.
Su interior está bien conservado, pero le faltan los detalles de otros castillos como Cheverny, Chenonceau o Chaumont, que parecían que te estuvieras colando en la época renacentista.
El château es famoso por estar rodeado por un estanque, a modo de foso, que hace se pueda reflejar en el agua dejando una estampa muy bonita.
El siguiente castillo a visitar sería el Château d’Ussé. Éste es famoso por haber servido de inspiración para la Bella Durmiente. En el foro comentaron que el interior no está muy bien conservado, y que incluso hay unas marionetas, un tanto grotescas, imitando el cuento de la bella durmiente . Así que, entre que lo más bonito es el exterior y el alto coste de la entrada (uno de los más caros) decidimos verlo sólo por fuera. Verlo por fuera es relativamente fácil, primero porque hay una explanada a modo de aparcamiento justo enfrente de la puerta de acceso, y segundo porque, a diferencia de otros castillos Ussé está muy cerca del muro exterior y tiene una estupenda puerta de barrotes entre los que echar un vistazo y sacar unas fotillos medio dignas...
Continuamos nuestro camino hacia la Abadía Real de Fontevraud. Esta parada no es la típica que recomiendan, pero en mi guía lo ponían muy bien, y queríamos ver algo distinto a los castillos… así que nos decidimos por visitarla. A posteriori, la verdad es que no recomendaría su visita a no ser que se tenga mucho tiempo.
La abadía de Fontevraud, fundada en el s. XII, es la abadía medieval más grande y mejor conservada de Europa. Se compone de un gran edificio principal y varios edificios anexos entre los que destaca las cocinas por sus chimeneas tan originales. En general las estancias visitables están vacías, aunque se puede observar la arquitectura de los claustros y numerosas pinturas religiosas.
Lo más interesante que podemos encontrar en la abadía son las tumbas con efigies policromadas de los Plantagenet, entre los que destacan el cruzado Ricardo Corazón de León.
Cómo habíamos acabado antes de lo previsto, decidimos visitar el Château de Saumur, que pillaba relativamente cerca. Como en principio no sabes cuánto tiempo vas a emplear en las visitas es una buena idea llevarse apuntado otros sitios de interés e ir modificando el itinerario según convenga.
Al llegar a Saumur ya era la hora de comer y llevábamos bocatas puesto que no sabíamos dónde íbamos a estar al mediodía. Así que como en frente del castillo hay un jardincito, aprovechamos para hacer un picnic: nos tomamos unos bocatas y nos echamos una siestecita que nos supo a gloria.
Ya más descansados dimos un paseíto por los alrededores del castillo. Éste se encuentra en una colina desde la que se obtiene unas vistas muy bonitas de Saumur.
Decidimos no entrar en el castillo porque ya estábamos un poco saturados y no teníamos constancia de que tuviera nada destacable... Así que al coche y para Chinon donde teníamos el alojamiento.
Intentamos hacer el check-in antes y luego ir a ver Chinon, pero tras un rato de pelearnos con el GPS fuimos incapaces de encontrar el sitio así que decidimos ir primero a ver el pueblo y preguntar por allí. En la oficina de información turística una chica que hablaba español me informó amablemente que estaba metiendo la dirección en el GPS al revés, vamos que el nombre de la calle era el pueblo y el del pueblo la calle . Una vez resuelto el asunto, e intentando ocultar la humillación, le pedimos un planito y nos pusimos a recorrer Chinon.
Chinon es un pueblo medieval, con las calles y casas de piedras, y con un castillo en lo alto. Dado que no queríamos visitar más castillos lo vimos sólo por fuera. Una cosa curiosa es que, como he comentado, el castillo está en lo alto, lo cual supone un gran tramos de cuestas, así que han instalado unos magníficos ascensores acristalados que te llevan desde el 'casco histórico' hasta el castillo sin esfuerzo... Que apañaos son son estos franceses!!
Chinon es famosa por ser el sitio donde Juana de Arco convenció a Carlos VII de que le entregara un ejército para echar a los ingleses. Por este motivo, se pueden encontrar estatuas de Juana de Arco en la mayor parte de plazas, iglesias,...
Son recomendables las visitas de la Iglesia de Saint-Étienne y la pequeñita pero con mucho encanto Iglesia de Saint-Maurice. También os recomiendo cruzar el puente para obtener las vistas de todo el pueblo.
Tengo que decir que aunque Chinon es muy bonito, eran las 4 de la tarde y hacía un calor insufrible, además no había muchos sitios donde pararse a tomar algo para beber, por lo que la verdad es que no lo disfrutamos todo lo que deberíamos. Nos recordábamos a los pobres guiris que vemos en Sevilla a las 4 de la tarde en agosto visitando la catedral… y es que ¿quien dijo que hacer turismo no es sacrificado?
En cuanto terminamos la visita nos dirigimos a nuestra chambre d’hotes, Domaine de Givré, que ahora ya sabíamos dónde estaba jeje. Como comentaré en el apartado de hoteles este sitio nos gustó mucho, pero sobre todo porque tenía una piscina!! Con el calor que hacía y lo fatigado que veníamos, no lo dudamos, nos pusimos el bañador y pasamos el resto de la tarde tumbados tomando el sol que ya tocaba un poco de descanso…
Como final de la estancia en el Valle del Loira aprovecho para hacer unas recomendaciones:
- Visitas prescindibles: Ussé, Abadía de Fontevraud, Saumur.
En general, esta región es absolutamente espectacular y tiene mucho que ver… Creo que es indispensable cogerse un coche y perderse por los distintos castillos, pueblos y ciudades. En el Valle del Loira pasa un poco como cuando vas de viaje y hay mil edificaciones iguales, en principio piensas que cuantas más veas mejor, pero vistas unas pocas empieza a perder el encanto. Por ello, yo recomendaría no intentar ver muchos castillos, sino ver unos pocos elegidos y que sean diferentes entre sí. Nosotros particularmente nos quedamos con las ganas de hacer un ruta por el Loira en kayak que creo que hubiera sido una experiencia muy bonita y un cambio en la tónica de ver castillos.
Nuevamente tocaba madrugar porque nos íbamos a Bretaña!! , así que recogimos las maletas desayunamos estupendamente en nuestra ‘casa adoptiva’ y cogimos el coche, que teníamos 274km y casi 3 horas por delante! Hoy parecía que el tiempo nos quería acompañar en nuestro viaje: del sol intenso y el calor sofocante del Valle del Loira, pasamos a los cielos grises y la llovizna de Bretaña, así que guardamos el pantalón corto y el bañador y sacamos el chubasquero y el paraguas!
Nuestra primera parada en Bretaña era Rochefort-en-Terre. Éste es un pueblecito, de no más 20 calles, de casitas de piedras, tejados de pizarra y mil flores!! La verdad es que es precioso y llama la atención lo bien cuidado que está.
Rochefort-en-Terre está considerado una petite cité de caractère, éstas son pequeñas poblaciones que tienen un encanto especial y que merecen la pena el desvío para visitarlas. Además, en el mapa que nos dieron de Bretaña, también venía señalada como una de las poblaciones caracterizada por su decoración floral. De esta forma, a lo largo de toda la Bretaña, podéis encontrar pequeños rincones llenos de encanto ;).
Nuestro siguiente destino era Malestroit, otra petite cité de caractère. Tengo que decir que aquí recibí una llamada del trabajo con malas noticias, así que, probablemente por eso, no tengo muy buen recuerdo… Malestroit es más parecido a una ciudad con un centro pintoresco, y en general nos decepcionó un poco, así que paseamos un poco por allí y nos dirigimos a Vannes, que se iba acercando la hora de la comida…
Cuando llegamos aparcamos en un parking de pago justo en el centro (total para las 3 horas que íbamos a echar nos salía rentable no marearnos mucho), y nos fuimos a buscar un sitio para comer que apretaba el hambre y la lluvia… Este día por primera vez nos decantamos mejor por un italiano que nos entró por los ojos…
Ya bien alimentados nos dedicamos a visitar la catedral de St-Pierre, ver las preciosas casas típicas de Bretaña con las vigas de madera de colores y pasear por las callecitas peatonales del centro.
Como pillaba de paso e íbamos bien de tiempo (hay que ver lo que nos cundían los días!!) decidimos parar en Pont-Aven. Éste es un pequeño pueblecito de casas al borde de un precioso río, con molinos de agua y flores. Pont-Aven se hizo famoso entre muchos artistas del siglo XIX, y actualmente, lo conocemos por ser el escenario de algunos cuadros de Paul Gauguin. La verdad es que el pueblo es muy bonito y merece la pena su visita, además tuvimos la suerte de que despejó el día y pudimos visitarlo con tranquilidad.
Nuestra siguiente parada era el caprichito del viaje, y es que era el día de nuestro primer aniversario de boda , así que le preparé la sorpresa a mi marido de reservar una habitación en un Château. La verdad es que cuando entramos en el recinto se pensaba que era un castillo que íbamos a visitar antes de ir al hotel y cuando le dije que íbamos a dormir allí se quedó alucinando .
El château se encuentra en medio de unos preciosos jardines:
Las habitaciones están decoradas conservado el estilo renacentista y tienen unas vistas preciosas:
Las zonas comunes también están decoradas con el mismo estilo por lo que nos dedicamos un buen rato a pasear y a imaginar lo que sería vivir en una casa así:
La verdad es que este alojamiento lo considero como una visita turística más, puesto que el interior y el exterior estaba mejor que algunos de los châteaux que habíamos pagado por entrar en el viaje… Cuando me plantee quedarnos en un château lo primero que pensé es que la sorpresa me iba a salir por un riñón, pero la verdad es que este nos salió por menos que algunos de los alojamientos que tuvimos en el viaje, así que es una experiencia que recomiendo totalmente. Yo quería que el aniversario coincidiera en el Valle del Loira puesto que dispone de muchos castillos privados donde quedarse, pero la verdad es que Bretaña tampoco se queda atrás y tiene algunos preciosos. Por lo que, independientemente de la región de Francia que visitéis, os recomiendo que os informéis sobre este tipo de alojamiento.
Nosotros nos sentimos allí como si hubiéramos viajado en el tiempo y es que hasta la llave era de otro siglo!! El dueño era un señor muy amable (e imagino que inmensamente rico ) que alquilaba habitaciones para poder compartir su château con la gente y se notaba que le encantaba!!
Tras flipar y hacernos mil millones de fotos, nos dirigimos a Quimper a cenar. Quimper es la antigua capital de Cornualles y tiene un típico carácter bretón. Estuvimos paseando por el centro, visitando la iglesia y disfrutando de sus calles, sus creperías y sus flores…
Aquí aprovechamos para cenar y compramos una caja de macarrons de distintos sabores para celebrar nuestro aniversario que estaban riquísimos!
Este día nos despertamos en un castillo!!! Que pasada!! Nos vestimos y nos dirigimos a la cocina dónde había una enorme mesa para poder desayunar y una enorme chimenea para mantenernos calentitos, que acogedor!! Durante el desayuno estuvimos hablando con la dueña que se sentó muy amablemente con nosotros para preguntarnos por el viaje… La verdad es que fue muy agradable.
Después de desayunar, estuvimos dando un paseo por las extensiones de terreno del château, y es que, tal como nos dijo el dueño, y cito textualmente: ‘Hasta donde llega la vista pertenece a Guilguiffin’ . Así que nos pusimos a disfrutar de nuestras lujosas estancias un poco más, y nos acercamos a ver la fuente, las hortensias, los caballos, las águilas reales, los perros de caza..., vamos las típicas cosas de los châteaux, jeje.
Bueno, estaba claro que no nos podíamos quedar allí eternamente , así que cogimos las maletas y para el coche, que aún quedaba mucho que visitar. Nuestra primera parada era Locronan, un pequeño pueblo, famoso por la gran conservación de sus edificios renacentistas, que hace que te traslades a otra época. El pueblecito es lo típico que esperas de Bretaña, casas de piedra, tejados de pizarra, calles adoquinadas, musgo por doquier, sus flores… y como no su tiempo inestable.
Nada más llegar con el coche, te encuentras unas explanadas que sirven de aparcamientos, donde te dicen dónde tienes que aparcar y por un importe (que no recuerdo cuánto era, creo que 2-3€), te dan una pegatina que te sirve para acceder a ese parking durante todo el verano. Cuando sales del parking, te encuentras con una calle llena de tiendecitas de artesanía que desemboca en la plaza de la Iglesia.
Hay varios recorridos que puedes hacer según el tiempo que quieras emplear en recorrer el pueblo, que es más bien pequeño… Nosotros decidimos hacer uno más largo, que empezaba recorriendo la iglesia y el cementerio, y luego continuaba hasta un mirador en lo alto de una loma. La verdad es que para subir al mirador no vimos el desvío, y continuamos un rato largo por una carretera que salía del pueblo, así que tuvimos que volver sobre nuestros pasos . Aún con todo cuando llegamos al mirador nos decepcionamos un poco porque las vistas no son nada espectaculares, por lo que si tenéis prisa podéis saltároslo.
Después volvimos por las calles traseras del pueblo llena de casas tradicionales, y dónde habían ubicado unos tenderetes con productos de la región. Nosotros aprovechamos y compramos sidra.
A la vuelta a la plaza de la iglesia estuvimos visitando las diversas tiendas de dulces que tienen y decidimos comprar unas cajitas de galletas muy monas con dibujos de Bretaña para la familia. Además probamos el Koign que es un dulce tradicional bretón parecido a un hojaldre y que está buenísimo!! Lo compramos en la tienda que aparece a la izquierda del pozo, con un cartel beige y morado, y realmente lo recomiendo porque luego no lo volvimos a probar igual. Los hay rellenos de muchos sabores pero el que está más rico es el natural. Esta tienda tiene degustaciones así que siempre podéis ir probando a ver cual os gusta ;).
Nuestra siguiente parada, Dinan, estaba a casi 200km de distancia y 2h30min de viaje. así que, llegamos justos para buscar un sitio por el centro para comer. Yo me tomé un crêpe delicioso y Víctor se pidió las típicas moules-frites (mejillones con patatas fritas), que contamos y eran nada más y nada menos que 110 mejillones!!!!!
Ya una vez con el estómago lleno, nos pusimos a pasear por Dinan. Dinan es una ciudad con un centro medieval, denominado Vieille Ville. Esta zona es muy agradable, porque tiene muchas calles peatonales rodeadas de casitas y tiendas.
Nuestra última parada del día era Saint-Maló. Aparcamos en el parking de pago justo a la entrada de la ciudad, y lo primero que te encuentras al llegar es las vistas del mar y del Fort National. Éste es un fuerte al que se tiene acceso con la marea baja.
Nosotros no nos acercamos porque ya estábamos considerablemente cansados después de tanto trote, así que decidimos comprar unos gofres y montarnos en el típico trenecito para turistas para visitar la ciudad. La verdad es que no es la mejor forma de verlo, pero al menos nos sirvió para descansar y ver las zonas que luego visitaríamos a pie.
Saint-Maló es plenamente turístico y eso se nota por la cantidad de tiendas de recuerdos que invaden las calles por todos sitios (vamos que yo encantada!), y por la cantidad de gente que encontramos. Cómo ya teníamos una idea del lugar, dimos un paseo por las calles, parando en muchas tiendecitas para ir comprando recuerdos, hasta llegar a la catedral de St-Vicent.
Posteriormente, volvimos para pasear por las murallas, desde las que se obtiene una vista muy bonita del fuerte.
Pues con Saint-Maló ya se acababa el día de hoy, sólo quedaba ir a la gite a descansar que mañana tocaba el Mont-St-Michel. Inicialmente me planteé coger el alojamiento en el mismo monte, porque dicen que es precioso pasear por la noche por allí, pero los hoteles salían por un pico y los que se podían ajustar a nuestro precio eran cochambrosos. Por ello, decidí cogerlo justo a las afueras del monte para poder visitarlo por la mañana temprano. Nuestro alojamiento, la Ferme Saint Joseph, era una casa de piedra en mitad de una granja que en principio nos permitía las vistas del monte, porque todo alrededor era campo. La verdad es que nos costó un poco encontrarlo porque estaba en mitad de la nada. La casa es muy bonita pero nuestra sorpresa es al acercarnos al jardín trasero y observar esto:
Estábamos alucinando con las vistas!!!!! Y más aún cuando nos enseña nuestra habitación que tiene una puerta de cristal que da directamente al monte de forma que desde la cama ya lo ves!! Que pasada!! Evidentemente le dimos largas a la mujer y nos pusimos a hacer fotos como locos jajaja
Como estábamos muy cansados no pensábamos salir a cenar, y como fuera hacía un frío que pelaba, cogimos una mesita de la habitación y la pusimos delante de la ventana para cenar allí. Cenamos un bocata de mortadela viendo anochecer sobre el Monte-St-Michel y cómo se iba iluminando poco a poco… y puedo asegurar que nunca he tenido una cena más romántica en mi vida . Sin duda es de los mejores recuerdos del viaje!!
Por lo tanto, creo que probablemente es igual o incluso más bonito ver el monte iluminarse desde fuera que vivirlo desde dentro… y pensareis le tuvo que costar mucho esas vistas… pues fue uno de los alojamientos más baratos del viaje, 67€/noche con desayuno incluido!!!!!
A ver si teneis tiempo y lo acabais. Sería muy buena idea si pusieseis los alojamientos para los que estamos interesados en visitar esa zona. Te dejo mis estrellas
Muchas gracias a todos por el apoyo!! Me alegro que os esté gustando nuestro realto y sobre todo espero que a alguno le sirva Traveler estoy preparando una última etapa con las opiniones y los links de todos los hoteles para el que quiera consultarlo
Puff! estoy deseando ver el capitulo de hoteles, vaya alojamiento el de la etapa 7, eh! Más original, imposible. Si pudierais poner algunas consideraciones grales, por cuanto aprox os salió el viaje... no sé todo lo que pueda ayudar a la planificación, estaría genial. Cada noche antes de ir a dormir vengo a ver si habeis puesto otra etapa jajaja.
De momento sólo he leído las etapas del valle del Loira... no tengo más días así que prefiero casi ni mirar las demás ;). Preciosas las fotos y muy útiles las explicaciones, gracias!!
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Buenas!!! La idea, contando claramente con el gasto en peajs y gasolina, no es quedarme en los destinos en los que dormiremos. Por ejemplo, cuado durmamos en Rennes veremos Saint Malo, Mont Sant Michel y Combourg, cuando vayamos a Bayeux veremos las playas del desembarco o cuando estemos en Burdeos podríamos visitar St Emilion o Arcachon.
Sé que es bastante ambiciosa la ruta, no sé si un poco de más, y por eso pregunto a los expertos.
Podría quitar algo que no valga la pena o me estoy dejando algo que merece la pena ver?
Si quieres ir a Pamplona por algún motivo, pues perfecto, sino podrías dormir por el País Vasco, sin ser incluso eso imprescindible... Ten en cuenta que al final, vas a entrar en Francia por Irún...
Por ej. Yo creo que hice eso, parando a comer en Asturias (o Cantabria? no me acuerdo XD, como ya eran sitios que había visitado, fue eso, solo parar a comer). Creo que me dio tiempo a un paseo breve por Bilbao y otro breve por San Sebastián, y dormí pasado San Sebastián... Pero a toro pasado, igual hubiera continuado y dormir ya en Francia
Los consejos solo te refieres a la parte de... Leer más ...
Yo sinceramente creo que no tiene sentido dar la vuelta por París, Lyon, Marsella y Toulouse. Todo eso merece un par de viajes.
Concentrate en la costa atlantica. Tampoco son tantos días, cuento 12 y vas desde Coruña.
Buenas! Tomo nota a todas las sugerencias, y creo que tenéis toda la razón. Nos centraremos en Burdeos, Rennes (con visitas a Saint Malo y MSM), Bayeux (con visitas a playas de Desembarco, Honfleur y Etretat) y París. Menos sitios y más profundidad.
Muchas gracias por abrirme los ojos y un saludo
javiky13 Dr. Livingstone 27-02-2012 Mensajes: 6813
No creo que en un día, de pocas horas de luz, puedes ver todo eso que dices de Bretaña....por poder si, puedes, llegas y te vas. Si es el plan general, yo creo que vas a conocer bien autopistas, pero no vas a tener mucho tiempo para visitar los destinos