Por fín, después de varios años soñando con ello, y 6 meses de preparativos, llegaba el gran día en que volábamos al vasto continente americano y comenzábamos nuestras aventuras en EE.UU.
Viajábamos con US Airways y el avión salía a las 12.00h., así que como vivímos a 1 hora del aeropuerto, empredimos viaje a eso de las 8.00 de la mañana para estar allí a las 9.00h con 3 horitas de antelación. Que luego realmente no se necesitan tantas, pero por si acaso es mejor hacerlo así, y además luego el tiempo se te pasa super rápido. Pasamos todos los controles sin problemas, y a las 12.00 salía nuestro avión rumbo a Philadelphia donde teníamos una escala de dos horas y media.
El vuelo fué sin problemas. El avión no estaba mal, estrecho, ya se sabe, pero con tu pantalla individual donde podías ver pelis o escuchar música, y te daban de almolzar y de comer en el avión. No es un gran menú, pero no está mal. Son 8 horitas de vuelo, pero como vas con mucha ilusión, no se hacen demasiado largas. Aunque en mi caso me afecta bastante a la circulación y luego me paso 2 ó 3 días con las piernas hinchadas, pero ya se sabe, que sarna con gusto no pica, jejejeje...
Llegamos a Philadelphia a las 16.00h (hora local: -6 con respecto a España). A mí me daba mucho miedo la entrada al país, la aduana y esas cosas, porque además mi chico es muy moreno, jejeje, y parece árabe, pero la verdad es que fué todo super fácil y no tuvimos ningún problema. Incluso en la parte que te escanean la retina, que hay que pasar de manera individual a no ser que seas una "familia", les dije que él no entendía ni papa de inglés y nos dejaron pasar a los dos juntos. En cuestión de una horita ya estábamos esperando el siguiente vuelo. Ya cansados pero ansiosos por llegar a Los Ángeles. A las 18.30 salió el vuelo. Este avión era más pequeño y menos cómodo, sin pantallitas ni nada. Y no te daban ningún pisquilabis al ser un vuelo interno. Lo que nos vino de perlas fueron las mantitas que nos habían dado en el vuelo de Madrid a Philadelphia, que yo me las llevé. Y menos mal, porque en el vuelo hacia Los Ángeles pasamos frio. Poco a poco se fué haciendo de noche...
Llegamos a Los Ángeles a las 22.00h (hora local: -9 con respecto a España). Recogimos el equipaje y nos fuimos a coger el shuttle gratuito de la compañía Dollar, que nos llevaría hasta la oficina de recogida de coches. Llevábamos la reserva hecha de un Dodge Charger desde España. Además allí cogimos el seguro de Road Assistance por si a caso nos quedábamos tirados en algún recóndito lugar. Y tras esperar un ratillo, nos llevamos puesto un flamente Dodge Charger Rojo recién lavadito. Un coche enorme y super cómodo para hacer toda la "jartá" de millas que teníamos por delante.
Encendimos nuestro Tom Tom, que yo había llevado preparado desde España y pusimos rumbo a la zona de Santa Mónica, donde teníamos reservado el Travelodge Pico Boulevard (recomendado en los viajeros). LLegamos sin mayor problema y descrubimos que efectivamente estaba muy bien. El ckeck in fué un poco caótico, ya que había una chica hispana que hacía el favor de tratar de hablarnos en español, pero también estaba otro compañero que parecía que le sentaba mal que no trataramos de hablar en iglés y que nos interrumpia constantemente para que habláramos en inglés. Que pesado el tio. Y yo tratando de desempolvar mi inglés, jajajaja... Te todos modos, afortunadamente, no lo volvimos a ver en los siguientes dos días que pasamos allí. Habitación gigante. Cocina. Y baño amplio.
Estábamos tan emocionados y tan cansados que no os puedo comentar mucho más de lo que pasó esa primera noche. Creo que estuvimos barajando la idea de ir a cenar algo, pero eran las 23.00h, y había pocas opciones, así que creo que al final ni cenamos y nos fuimos directamente a la cama, que al día siguiente comenzaban de verdad las emociones fuertes...