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Después de un primer día relajado empapándonos de la cultura moderna japonesa nos dispusimos a darnos la primera paliza a modo de turistas guiris con las cámaras de fotos a cuestas y el plano local en mano.
Pero antes de nada a desayunar!!! Ya que es el primer día lo comento, cuidado con lo que compráis!!! Que parezca un bollo con chocolate no quiere decir que sea chocolate, a los japoneses les encantan los dulces con pasta de judía roja... y no es exactamente lo mismo. Lo que sí que nos gustó a los 5 fue el meronpan ("pan del melón"), un bollito dulce y con un ligero toque de sabor a melón que estaba bastante bueno.
Pues eso, que después de probar un par de bollos de un 24h japonés comenzamos el día cogiendo el metro en dirección al Palacio Imperial. Mencionar para todos los que lleguéis por medio de Narita a Japón, en el aeropuerto, y creo recordar que solo allí, se puede comprar un pase para el metro de Tokyo que dura 2 días y que solo vale para turistas (como piensan en todo los japoneses).
El Palacio Imperial de Tokyo está en mitad de la ciudad (ficha). Lo que más me llamó la atención no es el propio edificio y el famoso puente por el que se accedería (solo permitido 2 días al año y no nos tocó uno de ellos), sino el perfil de los enormes edificios que rodean el parque.
Desde aquí un pequeño fallo... fuimos andando hasta nuestro siguiente objetivo. 2 paradas de metro pueden ser distancias muy largas, no es como Madrid que al final son como mucho 10 min andando de parada a parada, y con el calor que hace en agosto en Japón... menos mal que para entonces ya tenía comprada la toalla de mano para secarme el sudor. Pero bueno, al final tanto sudor tuvo su recompensa, tuvimos la primera vista desde altura de Tokyo en:
Sí, ellos también lo dicen, es una copia de la Torre Eifel, solo que ésta se llama Tokyo Tower, tiene un metro más y pesa mucho menos... que eficientes son. Se puede subir hasta una cierta altura y ver Tokyo con un poco más de perspectiva. Para más información de la zona os dejo aquí el enlace a la ficha de la zona.
Después de la primera caminata decidimos que ya habíamos andado para todo el día y que ya habría días que no tuviésemos abono de metro para pasear por allí. Cambiamos de zona (ficha) y nos fuimos a ver el santuario de los Emperadores Meiji que está en mitad de un parque... aunque yo más bien lo llamaría mini bosque :), están geniales estos espacios verdes en mitad de una ciudad como Tokyo.
A la entrada del parque lo que vimos fue nuestro único vistazo a las bandas urbanas japonesas... lolitas góticas, fue divertido, aunque ahora que miro atrás si vuelvo intentaré buscar más cosas de estas: cosplay, rockabillies...
Tras una mañana agotadora nos dispusimos a comer, y creo que fue el día que creamos el rito de la búsqueda de donde comer (para futuros viajes que conste creé la democracia dirigida porque...) el día que menos tardamos en elegir donde comer pudo ser 30 minutos, y muchas veces acabábamos en el primer sitio que habíamos visto. Pues ese día acabamos en un local australiano, carne rica la verdad y descubrimos otro concepto que alguno bautizó como "free mizu", que viene a ser agua gratis que te ponen en la mesa según te sientas, o más habitualmente té.
Tras una mañana agotadora nos tomamos la tarde con relax, cogimos el metro para un par de paradas y nos bajamos en Shibuya y vimos en un momento varias cosas, la primera y la que más nos impresionó fue el cruce de Shibuya, i.e., una conjunción de varias calles grandes donde de repente se ponen en verde para los peatones todos los semáforos y empiezan a cruzar en todas direcciones. Nos quedamos un rato viendo la gente pasar:
A parte solo nos dejamos sin ver el perro Hachiko... un error a subsanar la próxima vez que vaya. Lo que sí vimos fue una cabina para fumadores, porque sí, está prohibido fumar por las calles de Shibuya!!! Personalmente un paraíso, pero supongo que más de uno se indignaría de no poder fumar por la calle. Y luego nos metimos en el edificio 109, unas cuantas plantas de tiendas de ropa para chicas... un amigo y yo nos subimos al ático donde hay una heladería y te puedes sentar mirando al cruce de Shibuya, aunque quedó un poco raro 2 chicos occidentales rodeados de solo chicas japonesas, alguna nos miró con cara de que hacen estos aquí, pero la verdad que mereció la pena... helado, vistas y rodeados de chicas.
Después de pasar por el hotel a darnos una merecida ducha nos fuimos a cenar a Roppongi, se supone que es la zona de marcha para extranjeros, pero era domingo, y estábamos destrozados, así que vimos poca fiesta y nosotros no estábamos de todas formas para ella. Eso sí, antes de llegar allí andando por Asakusa hicimos esta foto:
Es genial!!! Casi todos los restaurantes japoneses tienen un escaparate con reproducciones a tamaño real de sus platos, de esta manera nos lo ponen más fácil para elegir dónde cenar y sobre todo para pedir, porque aunque no haya menú en inglés cuando viene el camarero solo tienes que levantarte, llevarle al escaparate y señalarle lo que quieres XD
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