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El primer día fue una locura, como era de esperar los primeros momentos que estás allí todo te impresiona... el empezar a ver símbolos japoneses por todos lados, todo lleno de orientales... fabuloso!!!
Nuestro primer objetivo después de dormir todo lo que pudimos en el vuelo (llegamos a Narita a las 09:00) era llegar al hostal que teníamos reservado en Asakusa, un barrio de Tokyo. Si alguno no sabe dónde dormir, el hostal nos pareció barato, limpio, cómodo, en una buena zona para estar los ratos de descanso, lo único que le falla es que son al menos 10 minutos hasta el metro o 30 a la línea de tren circular de Tokyo. El hostal se llama Sakura Hostel.
Toda la información que necesitáis del barrio podéis encontrarla en esta ficha.
La verdad es que el barrio es impresionante. Las calles te reciben con un gran portal llamado Kaminarimon que da paso a una galería de tiendas larguísima que acaba en Senso-ji, el tempo principal de Asakusa.
Una cosa que nos sorprendió muy rápido es la cantidad de gente que había, después descubrimos que efectivamente era un barrio muy concurrido, pero que ese día especialmente, fue nuestra primera gota de gran suerte usada!!!
Y es que ese día era último sábado del mes de julio, día en que todos los años se celebra el festival de fuegos artificiales del Sumidagawa. Si alguna vez vais en verano a Japón intentad pasar el último sábado de julio en Asakusa. Fue impresionante, y no solo porque los japoneses sepan hacer las cosas a lo grande, si no porque para ellos en verano un "hanabi", festival de fuegos artificiales, es un momento de fiesta en el que todos pasan el día entre tenderetes ambulantes de comida y golosinas, tirados en el suelo con sus picnics en los parques y plazas, y vestidos muchos de manera tradicional japonesa, todo para esperar que llegue el momento de los fuegos artificiales.
Después de los fuegos artificiales seguimos investigando la zona, muy recomendable para cualquiera. A lo largo de los días que pasamos allí descubrimos que muchas calles entorno a Senso-ji son peatonales, y aunque no tenga más "atracciones turísticas" sí que hay muchas cosas para ir disfrutando: desde enormes salas recreativas, a auténticas "izacaya" donde entre semana puedes ver a los japoneses yendo a tomar algo tras la jornada laboral, tiendas de ropa, restaurantes donde nadie habla inglés... si vais, y tenéis tiempo, explorad el barrio.
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