El título ya lo dice. No queríamos empacharnos de gran ciudad al poco de empezar el viaje, así que decidimos que lo mejor era salir y ver un poco de "campo", así que fuimos a Kamakura, capital de Japón en los siglos XII-XIII, hoy en día un pueblo costero con muchos templos y playa!!!
Para ir a Kamakura estrenamos el JRRailPass tras los 2 días de uso gastados del abono de metro, ya empezó el día previendo un gran cansancio cuando tardamos más de lo pensado en ir andando desde el hostal a la estación de UENO a coger el tren. El resto del día fue un continuo andar, sudar y beber agua, y por supuesto entre medias ver un montón de templos.
Kamakura tiene 4 templos principales, nosotros pudimos ver 3 ya que el cuarto estaba cerrado cuando conseguimos alcanzarlo.
Para verlos, de las 2 paradas de tren que hay, nos bajamos en la primera para descender toda la mañana hacia la playa.
El primer templo era muy pequeño como tal, pero tenía un cementerio por el que te podías meter a ver cómo era, la verdad que no difieren mucho de los nuestros:
El segundo estaba metido en mitad de la montaña, te metes por un túnel medio natural y cuando llegas al otro lado hay un espacio dentro de la montaña sin techo donde en su día construyeron un pequeño templo. Está curioso porque tiene un pequeño riachuelo con sus peces y una zona para que los niños dibujen y descansen. Aprovechando nosotros para hacer como los niños, en lo segundo, nos fijamos un rato en las tablillas que utilizan los japoneses para escribir sus oraciones:
El último era más bien una especie de camino :), no es el que sale en memorias de una geisha, pero fue nuestro primer camino de toris

Lo mejor de Kamakura vino después. Es una estatua de Buda que bien pudiese haber sido una maravilla de la Antigüedad. Primero porque es enorme y construida como un puzzle con piezas inmensas (te puedes meter dentro para ver cómo es), y segundo, tiene su leyenda y todo, porque resulta que originalmente estaba dentro de un templo, pero a lo largo de los años en un tsunami entre los muchos terremotos el mar se llevó todo el edificio pero fue incapaz de mover a Buda:
A todo esto era ya lo hora de comer y como me faltaba azúcar en la cabeza compré un sombrero de viaje japonés... no pongo mi foto porque salgo ridículo pero yo estaba tan contento


También tiene algo de especial ese día para mí. Mis compañeros me recuerdan el que fue mi amor del viaje cada vez que pueden, y es que el arroz con curry y pollo fue mi salvación durante todo el viaje, y aunque ellos digan que lo comí todos los días yo seguiré contando que era uno de cada 2 días... y sí, lo sé, soy un enamorado de Japón, estudio japonés, tengo mi cuarto lleno de freakadas, quiero volver por allí... pero no me gusta su comida! no me gusta el sushi, no me gusta la tempura y no me gusta la soja... lo que me deja sin muchas opciones de comer por allí... la anguila al horno también estaba muy buena.
Pues después de liberarme de esto.... pues eso, que comimos en un garito de playa viendo a los japoneses disfrutar de un día veraniego con mucho calor:
Tras comer aún tuvimos tiempo de ver un templo más... con unas escaleras infernales tras un día de andar.
En ese momento teníamos la oportunidad de coger el tren en medio de Kamakura, pero como había un templo más, de los 4 principales, de camino a la parada en la que nos bajamos inicialmente, comenzamos el ascenso por la ciudad por todo lo que habíamos bajado del campo para, como dije inicialmente, encontrarlo ya cerrado.
Y si he hablado antes de mi amor japonés en lo que ha comida se refiere, ahora tengo que hablar de un sitio de Tokyo que es genial. Ya que llegamos pronto cuando anochecía a Tokyo decidimos que era mejor aprovechar el tiempo y ver algo más. Nos bajamos en Shimbashi y cogimos el metro que lleva a Odaiba.
Odaiba es una isla artificial que hay en la bahía de Tokyo, tiene un gran centro comercial, un parque de atracciones de Disney, una estatua de la libertad, hoteles, cadenas de televisión...
Pues eso, que decidimos ir a Odaiba (ficha) y cuando cogimos el metro primera sorpresa, no va bajo tierra ni a nivel del suelo, va como por un 3er piso!!! Como si estuviéramos en Gotham el metro iba un poco por encima de las calles antes de coger el puente que une Odaiba con Honshu. El viaje moló un montón, y cuando llegamos nos encontramos para cerrar el día que desde el centro comercial hay unas vistas del puerto, y Tokyo en general, espectaculares: