Oslo es la capital de Noruega y la ciudad del Premio Nobel de la Paz. Es una ciudad relativamente pequeña y decidimos improvisar.
En principio teníamos la idea de cruzar en ferry a la península de los museos (Bygdoy), coger un bus para ir al parque Vigeland y por último visitar el centro que es lo que está más pegado al puerto. Pero al salir del barco estaban unos chicos vendiendo tickets para el bus turístico y decidimos cogerlo para mayor comodidad. Creo recordar que costaba 25 euros pero al ir un grupo de 6 personas nos hicieron un descuento dejándolo en 22. Nosotros pagamos en coronas noruegas pero también aceptaban euros y pago con tarjeta.
El puerto está pegado al centro y al ayuntamiento


El bus lleva audioguía en castellano y te dan un mapa con las paradas. Pasa uno cada media hora y puedes utilizarlo durante todo el día y bajarte las veces que quiera. Decidimos continuar hasta el final para ver el museo de los Barcos Vikingos situado en la península de Bygdoy.
Hasta llegar allí atravesamos el centro de Oslo en el bus, pasando por lugares emblemáticos de la ciudad..


Centro Nobel de la Paz y TeatroNacional...


Palacio Real y Universidad


En el museo pudimos ver auténticos Barcos Vikingos que en su momento utilizaron como enterramientos. Es curioso ver las naves de la era vikinga, pero lo cierto es que no mereció la pena ir hasta allí solo por eso. Además no nos dimos cuenta que el bus va en sentido circular y para llegar al parque Vigeland había que dar de nuevo toda la vuelta a la ciudad perdiendo mucho tiempo.


El Parque Vigeland tuvimos que verlo a toda prisa porque el barco hubiera zarpado sin nosotros. Es un museo al aire libre de más de 150 esculturas desnudas que simbolizan los distintos estados de la vida del la humanidad.






Volvimos al puerto en tranvía porque no nos dió tiempo coger el ultimo bus turístico, un desastre !! Si tuviera que hacerlo de nuevo iríamos al Vigeland y después disfrutar más del centro de Oslo a pie y no en bus turístico como hicimos.
Era el último día de crucero y el resto de la tarde lo destinamos al Spa. Mientras los pasajeros disfrutaban en cubierta de la salida de Oslo, nosotros lo hicimos desde el jacuzzi. Fue una maravilla porque estábamos solos en el Spa y disfrutando de unas vistas increíbles:


Durante la cena estábamos algo tristes porque se terminaba la travesía y teníamos que despedirnos de nuestros compañeros. Después del espectáculo tuvimos que irnos pronto al camarote porque había que dejar el equipaje preparado fuera antes de las 2h de la mañana.