Mi octavo día transcurrió tranquilo en Bangkok, haciendo tiempo para coger mi vuelo hacia Krabi el 23 de junio. Reservé con la Thai airways y las noches las pasaría en el Hotel Centara. Para este trayecto con la compañía tailandesa reservé en 1ª clase. La verdad es que me esperaba algo más…Con el hotel Centara también contraté que me viniesen a buscar al aeropuerto. El servicio decía: “recogida en limusina” pues a mi llegada ví que la “limusina” era un 4x4, muy moderno con asientos de piel eso sí, pero un 4x4 no una limusina.
Me llevaron a la recepción del hotel. Donde, mientras me registraban me ofrecieron una bebida. Después, un minibús me llevó hasta el puerto, y allí, un barco pequeño del hotel me llevó, ahora sí, al hotel. Cuando llegué al hotel un coche de estos pequeñitos eléctricos me llevó hasta mi habitación. Me hizo gracia ver que me habían dado la misma de la foto. En el hotel no había mucho más que hacer que disfrutar de la habitación, la piscina del hotel y conectarme a internet, previo pago de 500 bath por un pack de 24 horas.
Salvo coger el barco del hotel para ir a Ao Nang y contratar una excursión a las Islas Phi Phi el último día, no hice nada más relevante. La excursión a Phi Phi estuvo muy bien. Paradógicamente no pudimos ir a Ko Phi Phi ya que hacia muy mala mar y llovía, pero el barco nos llevó a otras playas e islas muy bonitas. Particularmente Ao Nang no me gustó nada: un paseo marítimo con puestecitos y comercios, desde restaurantes, tiendas de souvenirs…pero nada más.
La pena, es que cuando escogí ir a Krabi, sabía que era en temporada de lluvías y todo y así, me arriesgé…y perdí. Me hizo mal tiempo, el sol no salío salvo la mañana en la que me marchaba…
Finalmente, cogí un avión de vuelta a Bangkok y al día siguiente, por fin rumbo a España.
Tuve tiempo para disfrutar de mi misma. Me gusta estar sola, a mi aire. Los días en Krabi estuvieron cubiertos por un velo de tristeza. Me sentía apenada porque por un lado ya se acababa mi viaje, y por otro, cada día que pasaba se me hacía más duro esperar para ver a mi hijo.
Ha habido personas que me han dicho que lo natural es que una madre esté junto a su hijo en todo momento, lo contrario es anti-natural. He hecho este viaje porque necesitaba separarme de mi rutina, de mi vida tal cual era antes del viaje.
Y me ha alegrado ver que a mi regreso las cosas ya no serán igual.
Es difícil de explicar.
LAS VISTAS DESDE MI HABITACIÓN EN EL HOTEL CENTARA
*** Imagen borrada de Tinypic ***
PARTE DE MI HABITACIÓN EN EL CENTARA (ES QUE ERA ENORME)
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PARTE DE MI HABITACIÓN EN EL CENTARA (ES QUE ERA ENORME)
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