Madrugamos y salimos directos a nuestro próximo destino.
Sedona, sería una ciudad de paso, pero que queríamos visitar de camino a Phoenix.
Sólo salir de Williams, ya empezamos a notar un cambio radical de paisajes. Encontramos un lugar perfecto, para hacer un alto en el camino y desayunar.
Llagamos a Sedona en 1 hora.
Es una ciudad con mucha actividad que se centra en su calle principal, aunque durante todo el viaje prácticamente no hemos encontrado demasiada gente...
Mas que una ciudad parece una zona residencial, Sedona invita al descanso, se pueden realizar multitud de actividades, pero nosotros pillamos una ola de calor poco habitual, aunque dicen que el clima generalmente es muy agradable.
Nos dirigimos a
Red Rock
visitamos
The Chapel of the Holy Cross.
Construída por Marguerite Bruswig Staude en 1956 es una de las atracciones en Sedona por su ubicación. Hay unas preciosas vistas al valle, aunque esta zona parece un complejo residencial.
Seguimos nuestro itinerario hasta Phoenix, teníamos unas 2 horas de viaje por delante. Esta ruta es recomendable por los cambios tan radicales que tiene en el paisaje...
El viaje hasta Phoenix hizo agradable, ya que volvimos a cambiar de paisajes.
Llegamos a Phoenix sobre las 18:00h. hacía tanto calor que casi no se podía respirar. Llegamos al motel y nuestra sorpresa es que volvíamos a tener una estupenda piscina.
El plan era visitar el centro de Phoenix, pues estaríamos sólo esa tarde y noche.
Nos dirigimos al centro y nos dejamos llevar, Phoenix es la capital de Arizona y una ciudad enorme con unos contrastes increíbles, pasas de lo ultra moderno a lo más rústico.
un detalle;
Paseamos por multitud de calles, nos dejamos llevar hasta que anocheció, nos perdimos por un parque de atracciones
y regresamos al motel para improvisar un picnic en la piscina.
Al día siguiente nos esperaba el trayecto más largo, casi 400km. hasta San Diego