SEGUNDA PARTE: CAYO SANTA Mª (MELIÁ LAS DUNAS)
Segundo día en Cuba. El despertador sonó a las 3.30 de la mañana, se nos hizo un mundo levantarnos. Aún teníamos encima la paliza del viaje, el pateo de La Habana del día anterior y casi sin superar el jet lag. Aunque el buffet lógicamente no está abierto a esas horas en el bar 24 nos sirvieron un abundante desayuno con bollos, frutas, café, zumo.. Lo peor es que el transfer se retrasó una hora, agrrr.
Después nos tuvieron más de una hora en bus, dando vueltas por distintos barrios de la ciudad para recoger no sólo a los viajeros alojados en los hoteles, también a empleados del aeropuerto. Ceo que el motivo es que allí todo pertenece al gobierno cubano y sólo hay un receptivo: Transgaviota. Y los trabajadores, también, por eso creo que les íbamos recogiendo. Nunca he visto cosa semejante.
Al ser de noche no nos dimos cuenta de lo cutre que es el Aeropuerto militar de Baracoa (a la vuelta lo veríamos mejor) donde el chek-in aún se hace de forma manual. Había dos filas una para el aeropuerto del Cayo de las Brujas (el nuestro) y otro para Cayo largo.
De ahí pasamos a una sala y directamente a un avioncito muy mono de la compañía www.aerogaviota.com/
Eran algo más de las 7h de la mañana cuando estábamos despegando y a medida que se hacía de día se veían mejor los cayos desde el aire.
No llegó a una hora cuando aterrizamos en el pequeño aeropuerto Cayo de las Brujas (situado en el cayo del mismo nombre).
El archipiélago que alberga éstos cayos, denominados Jardines del Rey, está unido a la tierra firme (a unos 48 Km) mediante un Pedraplén que une Cayo de las Brujas, Cayo Ensenachos y Cayo Santa Mª (que es la isla principal). La población más cercana es Caibarién, perteneciente a la provincia de Villa Clara. Un Pedraplén es una carretera sobre el mar, construida a base de de rocas de gran tamaño.
Cayo Santa María es un pequeño islote de unos 12 km de largo:
Montamos en un bus e hicimos parada en Cayo Ensenachos dónde sólo hay un hotel (Occidental Royal Hideaway). Tiene una pinta estupenda y según nos contaron después su playa es muy bonita e íntima ya que sólo pueden acceder los allí alojados.
Hasta que llegamos a nuestro hotel hicimos 2 paradas más: una en el hotel Sol y otra en el Meliá Cayo santa Mª, hasta finalmente llegar al nuestro:
HOTEL MELIÁ LAS DUNAS www.meliacuba.es/ ...-lasdunas/
Eran sobre las 9h de la mañana cuando llegamos. Nos ofrecieron algo de tomar para refrescarnos y nos llevaron a una salita dónde nos dieron información del Resort, un plano, las llaves de la habitación y en nuestro caso 3 reservas para cenas temáticas (previamente les envié un email con la petición). Nos pusieron la pulsera del TI de color rosa (parece ser que ese color era por ser españoles).
El hotel es enorme, con 925 habitaciones. Está dividido en 2 zonas gemelas, una para mayores de 18 años y otra para familias. A pesar de ser tan grande los desplazamientos no son nada pesados, hay carritos que pasan continuamente pero nosotros nunca los cogimos. También destacar que hay 3 salidas a la playa: una a la altura del Lobby y otras 2 en los extremos del resorts (los indico en el plano junto con nuestra villa)
Nos asignaron la habitación 2126 en la villa 21 de la zona de familias. En lugar de la que teníamos contratada nos dieron una Junior Suite, más bonita y amplia que la estándar. Cómo era temprano y la habitación no estaba lista, decidimos ir a la playa (me moría de las ganas de verla). Desde el Lobby no hay mucha distancia, después de un corto paseo llegamos a una pasarela que conduce a ella:
Y nos encontramos con una playa divinaaaaaaaaa, peciosaaaaa!! me quedé totalmente embobada. Por fotos la había imaginado bonita pero superó con creces mis expectativas. El agua totalmente en calma y cristalina, me recordó a una laguna de Maldivas.
Me fui directamente al agua, estaba fresquita (parece que los días anteriores había pasado un temporal).
>>> Vídeo Playa
No apetecía moverse, me sentí afortunada por estar allí. Tomamos unos bocatas en el bar de la playa y pasamos el resto de la mañana hasta que fuimos a ver nuestra habitación y deshacer las maletas. Están distribuidas en villas de 2 alturas. Creo recordar que las villas dónde están las Junior Suites (color celeste) tienen 16 habitaciones y las estándar 24 (color rosa) . Pocas gozan de vistas al mar, desde la planta baja es imposible y desde la alta supongo que se verá muy poquito ya que el mar está algo lejos.
Caminos interiores que conducen a las villas:
El acceso a nuestra villa:
La habitación sin ser lujosa nos pareció muy bonita, con una decoración sencilla y discreta para ser Cuba. Lo que más nos gustó es que era cuadrada y no la típica rectangular y estrecha. Con una amplia zona de estar con un sofá, mesita y sillón, cama de 2x2 con dosel.
Frente de la cama, separada mediante una cortina, el lavabo. A ambos lados 2 puertas: una para el vestidor (muy amplio con la caja fuerte y plancha) y la otra para el baño.
Tocador y minibar con un par de cervezas, agua y algunos refrescos que reponían diariamente sin cargo.
La terraza daba a una zona de vegetación muyyyyyy tranquila, dónde tan sólo se escuchaba por la mañana el canto de los pájaros.
El resto del día lo pasamos conociendo las instalaciones y vagueando un poco por las piscinas, qué por cierto son enormes como es habitual en éste tipo de Resorts.
Al día siguiente fuimos a inspeccionar la playa en dirección Oeste. Éste es el acceso próximo a nuestra villa y las vistas desde él:
La playa mide sobre unos 12km. Hacia el oeste se puede caminar varios kilómetros y llegar al final del cayo. Pasada la zona de hoteles (Meliá Las Dunas / Sta Mª y Sol) está prácticamente virgen pues no hay chiringuitos ni tumbonas, ni caminos que conduzcan a la playa. Apenas encuentras gente, si acaso alguna persona aislada haciendo nudismo. Los cubanos tienen prohibido acceder a los cayos, excepto el personal de los hoteles o gente que trabaje en los cayos. No pueden quedarse allí a dormir, una vez terminan su jornada laboral tienen que volver a sus casas (que en el mejor de los casos está a 45 km). No pueden disfrutar de esos paraisos en su propio país. Al turista lógicamente le favorece ya que no se encuentra con vendedores ambulantes ni nada parecido cómo pasa en otros lugares del Caribe.
Llegamos a una zona de rocas en la que parecía que se podía hacer snorkel pero sólo se veían piedras y algún que otro pececillo.
Continuamos hasta llegar al final del todo que es dónde han construido el último hotel Meliá: el Buenavista. Es un hotel de lujo muy íntimo porque está totalmente aislado, pero su zona de playa es la peor de todas ya que está llena de rocas. Aunque es verdad que caminando pocos metros hay zonas vírgenes maravillosas.
Por la tarde fuimos a la piscina de la zona para mayores de 18 años y lógicamente es muuuuucho más tranquila que la de familias.
Al día siguiente recorrimos la playa en dirección Este dónde están los hoteles Barceló. Hay varios en construcción pero apenas se ven desde la playa ya que cómo máximo se construye en 2 alturas. Es igualmente bonita, con mucha zona virgen para bañarse, pasear, tomar fotos..
El único día que salimos del hotel alquilamos una vespa para recorrer el cayo a nuestro aire. Había leído en un foro sobre una playa virgen llamada la Perla blanca. Nos costó mucho encontrarla ya que no hay indicaciones, nos pasamos el desvío y fuimos a parar dónde termina la carretera que es zona de manglares.
Decidimos intentarlo de nuevo con un camino de tierra que encontramos. La moto derrapaba porque había muchos bancos de arena en ella, pero conseguimos llegar. Aparcamos la moto y a la derecha vimos una playa solitaria, salvaje y con muchas olas. Nos metimos al agua porque teníamos mucho calor de ir en la moto. Hay que tener cuidado con el mar de esa playa, es muy traicionero, la resaca es fuerte y te arrastra hacia dentro.
Cuando nos íbamos a ir, mi marido siguió un pequeño sendero (lleno de basura) que le condujo a otra playa mucho más calmada que la anterior. Disfrutamos de unos deliciosos baños allí solitos.
Indico como encontrar la playa de la Perla Blanca: Siguiendo la carretera desde nuestro hotel en dirección Este, tomar el camino que hay antes de llegar a la caseta de la foto. En moto desde ahí tardaríamos cómo una media hora en llegar y con algo de dificultad por la arena del camino.
Pasamos de largo nuestro hotel y atravesamos Cayo Ensenachos hasta llegar al de las Brujas. Fuimos a playa Las Salinas y qué horror.. totalmente abandonada, con mucha suciedad y poco apetecible para el baño, tomamos unas fotos y nos marchamos.
Cómo destino final fuimos a la playa de las Brujas . Hay que pasar el Aeropuerto y coger una carretera que va a la Marina dónde salen los barcos de excursiones y buceo. La playa está algo escondida y hay que tomar un pequeño camino. Justo allí está el hotelito Villa de las Brujas con cabañas de madera llamado al que se accede por unas escaleras con unas vistas muy bonitas de la playa.
Es la playa perfecta, no le falta nada, arena blanca, aguas cálidas y turquesas y apenas hay gente, tan sólo la alojada en el hotelito que os he comentado antes.
Tomamos algo en el restaurante disfrutando de las preciosas vistas y del atardecer. Hay una escultura de la bruja que da nombre al cayo.
>>> Vídeo Playa de la Brujas
Iba a anochecer, cogimos nuestra vespa y volvimos al hotel , un recorrido precioso de los manglares con los colores de la tarde. Ese día fue muy especial, no sólo por lo bien que lo pasamos sino porque era nuestro aniversario.
El último día estuvimos tirados todo el día en la playa, tomando mojitos, disfrutando del sol y de los baños en ese mar cálido y maravilloso.
>>> Vídeo Playa
Atardecer y animación:
Con la restauración no me voy a enrollar porque es la típica de los TI del Caribe (RM,RD) pero con peor calidad. Hay que tener en cuenta que debido al bloqueo norteamericano, hay graves deficiencias de productos básicos (cosa que apenas se nota en los hoteles). En general comimos bien tanto en los buffet (que hay varios) cómo en los de carta. No voy a enumerar los restaurantes porque son muchos y no me acuerdo. Hay un bar/restaurante abierto 24h y también son muy socorridos los snack/bar de las piscinas y la playa.
Lo que sí me encantaron fueron los coktails porque te los preparan al momento, no cómo en los hoteles de RM y RD que he estado, que los tienen en dispensadores en plan granizados.
Uno de los restaurantes buffet, con cenadores y lagos en el exterior.
Algunos temáticos:
Restaurante “El Ranchón” que estaba muy bien para el almuerzo, y Buffet Criollo Remedios:
Y aquí termina nuestra agradable estancia en Cayo Santa María, un precioso lugar para disfrutar de unas vacaciones tranquilas. Un paraíso aún sin explotar que dentro de unos años supongo estará lleno de hoteles.
Pero nuestro viaje no acaba aquí, al día siguiente volvíamos a La Habana que nos faltaban muchas cosas por ver de la ciudad.