Día 7. Witbank – JNB – Botswana
Hoy no necesitábamos madrugar. Witbank está a una hora del aeropuerto de JNB así que aprovechamos para dormir un poco más de lo habitual. Teníamos que devolver el coche antes de las 10, que era cuando habíamos quedado con la empresa (Britz) de alquiler del 4x4 para que nos recogieran en el aeropuerto y nos llevaran a sus oficinas, en Kempton Park, a escasos 10 minutos de allí. Llegamos al aeropuerto alrededor de las 9:30 así que aprovechamos para desayunar algo en el Fournos Bakery del aeropuerto. IMPRESIONANTE. Una variedad increíble, de calidad y un café buenísimo. Si tenéis oportunidad, no os lo perdáis.
Fuimos a la casa de cambio a por algunas pulas ya que teníamos previsto cruzar ese mismo día la frontera. Surrealista:
- Casa de cambio (primer problema): no cambiamos “directamente” de euros/dólares a pulas, sino que hacemos doble cambio: de euros/dólares a rands, y de rands a pulas (2 comisiones).
- Nosotros: vale.
- Casa de cambio (segundo problema): necesitamos el billete de avión que justifique que vais a Botswana.
- Nosotros: WTF???? No tenemos. Vamos en coche de alquiler desde aquí.
- Casa de cambio: entonces necesitamos un comprobante de la agencia de alquiler que indique que vais a Botswana.
- Nosotros: no lo tenemos. Aun no hemos ido a recoger el coche.
- Casa de cambio: entonces no puedo cambiaros el dinero.
- Nosotros: O_O…pero que más te da lo que hagamos con ese dinero!!! Las comisiones van a ser las mismas vayamos o no vayamos a Botswana!!! No venimos a Sudáfrica para conseguir pulas como negocio oscuro!!!
- Casa de cambio: lo siento, no podemos cambiaros el dinero.
Y nos fuimos sin pulas. Ridículo. Lo intentamos mas tarde en otra de las casas de cambio (Western Union) y ahí nos dijeron que sí nos lo cambiaban, sin necesidad de billetes ni papeles, pero con una comisión mayor. De hecho, la propia cajera nos recomendó cambiar directamente en un banco en Botswana, ya que nos ahorraríamos pasta. Bueno, llevábamos rands, dólares y tarjetas. Sabíamos que en la frontera se puede pagar en rands (aunque te cobran un poco más que en pulas, a pesar de que están 1:1) así que nos fuimos sin cambiar nada, a esperar a los de Britz para ir a recoger el coche. Aparecieron a las 10:30, 30 minutos más tarde de lo acordado. Llegamos a sus oficinas y vimos que tenían un Hilux Double Cab con las 2 tiendas en el techo preparado. El coche estaba bastante nuevo, así que nos llevamos una buena impresión.
Procedimos a firmar el contrato y que nos dieran la documentación necesaria. Salimos de la oficina y nos dimos cuenta de que el coche había sido “cambiado” por otro más antiguo, de peor aspecto, con golpes y pilotos rajados, le faltaban objetos que en teoría estaban incluidos… Además, nos lo dieron con 78.000 km y la revisión le correspondía a los 80.000 km y sabían perfectamente el recorrido que íbamos a hacer y superaba los 3000 km. Rápidamente preguntamos por qué nos habían cambiado el coche y su respuesta fue que el otro coche no era para nosotros, que estaban esperando a otros clientes...
Lo siguiente fue una demostración de cómo funciona el equipo, sobre todo el hi-lift jack, el gato y montar/desmontar las tiendas. También y muy importante el manejo de la reductora para tramos de arena o agua. Decidimos no coger el GPS que ofertaban, ya que solo nos ofrecían los mapas StreetMaps de Botswana, una especie de callejero con las carreteras principales del país pero que no incluyen los caminos dentro de los parques. Afortunadamente me habían prestado un GPS Garmin con los mapas Tracks4Africa de Botswana incorporados. Y menosl mal. El nivel de detalle de los caminos dentro de los parques es increíble, siendo capaz de distinguirlos con un margen de error de 5 metros. Además, si los tienes actualizados (los puedes actualizar en la web si tienes una versión anterior. Los actualizan 2 veces al año) te indica hasta las condiciones de los caminos (grava, asfalto, arena, arena profunda, off-road…), estimación muy fiable del tiempo para ir de un lugar a otro, así como todos los campamentos y otros puntos de interés (bancos, supermercados, gasolineras, talleres). Imprescindible para el interior de los parques de Botswana.
Pasamos lista al material para que no faltara nada y una vez comprobado todo nos pusimos en marcha ya que hasta la frontera son unas 5 horas. Entre unas cosas y otras (papeleos, revisar el coche, revisar el material, demostraciones), tardamos 1.5 horas. Rápidamente tomamos la N1 en dirección norte. Carretera muy aburrida, con varios peajes (los podéis consultar aquí: www.routes.co.za/ ...index.html) y nada interesante. Otra opción es ir vía Ellisras, que aunque tardas un poco mas es más escénica. Al cabo de unas 3 horas paramos a comer en un área de servicio pasado el peaje de Mokopane, con la idea de luego tomar la N11: ERROR. Una vez pasado el peaje, no hay posibilidad de llegar a la N11, así que tuvimos que ir hasta Polokwane y dar media vuelta. Esto nos retraso bastante y llegamos al paso fronterizo de Martin’s Drift sobre las 21:00 (este paso abre hasta las 22:00) un poco tarde según los planes aunque no teníamos ninguna reserva esta noche porque no sabíamos hasta donde llegaríamos. El paso fronterizo fue muy rápido y el control de pasaportes, rellenar los formularios y pagar la tasa de carreteras -110Pulas (R140)- (aunque la agencia de alquiler te proporcione todos los papeles necesarios para poder transitar por Botswana, al cruzar la frontera hay que pagar esta tasa –road tax-) no nos llevo más de 20 minutos. Además, ya no es necesario solicitar visado multientrada, ya que con el sello que te ponen puedes entrar y salir las veces que quieras durante 30 días.
Llevaba anotadas las coordenadas de varios alojamientos desde la frontera hasta Palapye según nos conviniera uno u otro en función de la hora. Al ser tan tarde, nos quedamos en uno que se encuentra a 500 metros de la frontera, y del que tenía buenas referencias. Se llama Kwa Nokeng y solo puedo decir que es recomendable al 100%. Tienes varias opciones para alojarte: desde zonas de camping hasta cabañas de madera y chalets, todos ellos en la orilla del rio Limpopo. Además, tiene una piscina y un restaurante con una terraza de madera que da al rio. Al ser ya bastante tarde, cerca de las 22:00, no queríamos montar las tiendas de noche la primera vez, así que nos quedamos los 4 en un chalet. La anécdota final fue que de camino al chalet nos topamos con 2 hipopótamos que estaban comiendo en una pequeña explanada dentro del campamento, ya que como dije antes, se encontraba a apenas 10 metros del rio y por las noches suelen subir a comer.