DÍA 14: Miyajima e Hiroshima. Lunes 25 de Agosto ✏️ Diarios de Viajes de Japon

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En nuestro último día en Kyoto no queríamos quedarnos sin visitar Hiroshima ni Miyajima, así que bien tempranito hemos cogido el shinkansen que nos llevaba directos allí. Al llegar a Hiroshima hemos ido en ferry a la pequeña isla de Miyajima. Es un sitio muy turístico cuyo principal atractivo es ver el Torii flotante sobre el mar, que nosotros no hemos visto tan flotante porque la marea estaba baja y se podía ver la arena, aunque al rato ha ido subiendo la marea.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Es divertido ver también a los ciervos, que como en Nara van por allí como Pedro por su casa, pero como aquí no venden galletas de ciervos los pobres se alimentan de papel. Sí, parece raro pero es verdad, comen todo tipo de papel que roban a los turistas que como nosotros van con mapas y guías en las manos, así como envoltorios de comida, de caramelos, en fin, lo que pillan. Tienen que tener un estómago de hierro.
Hemos paseado por las calles de la isla, viendo tiendas y comprando algún recuerdo que nos faltaba y después hemos vuelto a coger el ferry para ir al parque de la paz de Hiroshima.
Esto si que ha sido impresionante, la visita por el parque te deja los pelos de punta, ver la cúpula tal como quedó cuando cayó la bomba atómica.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Hay por el parque también varios monumentos por la paz, como el de los niños, el de los coreanos y el genotafio con todos los nombres de las personas que murieron a causa de la bomba atómica. También está la llama de la paz que no se apagará hasta que se destruyan todas las armas nucleares existentes en el mundo.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Pero sin duda lo que más impresiona es el museo de la paz, donde se explica con pelos y señales el sufrimiento de las personas que padecieron esta barbarie.

*** Imagen borrada de Tinypic ***

Es muy fuerte pero a la vez creo que no hay que dejar de verlo, la gente debe concienciarse de lo que producen las guerras. Yo he tenido que dominar las lágrimas en muchas ocasiones y he salido después de 2 horas y cuarto que ha durado la ruta por el museo siguiendo la audioguía con un nudo en el estómago que no nos ha dejado comer. Habíamos picado algo antes de entrar y al salir ya no teníamos ni pizca de hambre después de todo lo que hemos visto en el museo.
Realmente creo que los japoneses han olvidado muy pronto todo lo que les hicieron los americanos. Ahora están todos adorándolos, con lugares como Amerika mura donde los jóvenes japoneses se mueren por el sueño americano. Es increíble la capacidad para olvidar y seguir adelante de los seres humanos. Pero bueno, mejor eso, mejor vivir mirando al futuro que vivir en el rencor del pasado.
Hemos llegado a Kyoto justo a tiempo para cenar otra vez en nuestro restaurante favorito, la trattoria capricciosa debajo de la estación. Nos hemos despedido de la noche de Kyoto pensando si alguna vez volveremos a pisar estos parajes... El regreso me está poniendo melancólica... no me quiero ir!!! Ahora que empezábamos a disfrutar de verdad de la cultura nipona, empezábamos a sentirnos verdaderamente cómodos en este lugar tan lejano...

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